Naruto no me pertenece (desgraciadamente), es propiedad de Kishimoto. Si fuera mio Hinata y Naruto ya estarían juntos.

Oscuridad. Luz.

Había estado luchando contra la oscuridad toda su vida. De pequeño, intentando no undirse en ella al ser repudiado, rechazado, marginado y odiado por todos. La oscuridad lo ahogaba y a veces tenía ganas de dejarse hacer. Estuvo a punto de caer en ella, pero hubo un pequeño destello que lo hizo luchar. Iruka-sensei, que mostró auténtica preocupación por él, lo salvó.

Siendo un chaval de 12 años, había visto indicios de que la oscuridad acechaba a sus amigos, les susurraba, les acariciaba con sus frías manos. Su sonrisa, su despreocupación ante los problemas, su hiperactividad, su forma de ver las cosas habían conseguido salvarles. Menos a uno. Sasuke Uchiha, de pasado oscuro manchado de sangre había recibido a la oscuridad con los brazos abiertos.

Sasuke se habia ido, dejando a Naruto rodeado de oscuridad. Sus amigos constituían destellos individuales que alejaban la oscuridad. Se había alejado, pero la oscuridad volvió. Se marchó a entrenar y tres años después había vuelto, convertido en un sol ardiente, preparado para alejar la oscuridad de Sasuke. Pero las guerras y las muertes consiguieron opacar y menguar su propia luz. Y Naruto ya estaba cansado. Dudaba y tenía miedo y a veces creía no poder vencer. Los destellos no fueron suficientes para conseguir que se levantara. Necesitaba encontrar una luz. Y la encontró. En los ojos de Hinata Hyuga. Esos ojos destilaban bondad, amabilidad, valentía, fuerza. Destilaba luz. Y él se abrazó a ella como un niño perdido al que le han mostrado el camino, dejando que su luz lo envolviese. Y poco a poco toda la oscuridad desapareció.