Como siempre Hermione Granger estaba en la biblioteca del colegio rodeada de cientos de libros, todos ellos antiguos, con las solapas desgastadas del uso que cientos de alumnos le habían dado, las hojas amarillentas de esos libros producían en Hermione una sensación que nunca podría explicar, para ella toda la sabiduría que había se encontraba recluida en aquellos libros, los libros eran su refugio, un refugio del que no quería salir. Cierto era que estaban en las vacaciones de Pascua, pero no quería estar en la sala común, sus dos mejores amigos Harry Potter, el que venció al-que-no-debe-ser-nombrado y sobrevivió para contarlo y su otro fiel amigo Ron Weasly, un mago perteneciente a una de las mejores familias de magos de todo el país, la cual tenían un gran afecto a ella y a Harry, estaban muy pesados preguntándola todo el tiempo que como se encontraba, si realmente ellos supieran todo lo que en su interior había se quedarían sin palabras, no, nadie sabía nada y era mejor que no lo supieran nunca. Cerró el libro que estaba examinando y vio cruzar la biblioteca un chico alto, rubio, acompañado de dos grandes osos polares, con una túnica verde ondeando por donde el pasaba, volvió a abrir rápidamente aquel libro, no quería que él la viera, no, no podía dejarse ver en aquel estado. Metió sus cosas en la mochila que la acompañaba desde el primer día de clase y salió corriendo en dirección opuesta a la del chico que había visto, necesitaba meditar, no sabía que hacer, así que fue hacia el lago, tal vez con un poco de suerte viera a Ginny, si, si la veía se lo contaría todo, no podía estar más tiempo así, se volvería loca si seguía ese camino. Caminaba decidida hacia el lago, bajo el árbol en el que tantas habían estado, el árbol bajo el que pasaba sus horas con sus dos mejores amigos, el árbol bajo el cual solía hacer los deberes, el árbol bajo el cual oculto a un hipogrifo y ayudo a escapar a Sirius Black, el árbol bajo el cual se dio cuenta por primera vez de lo que sentía, el árbol en el que por primera vez la beso un chico, el árbol en definitiva que le había guardado todos los secretos desde su primer día en aquel colegio. Llegó ahí dejo su mochila entre los pliegues de las raíces del árbol y se tumbó, necesitaba pensar, tenía los ojos cerrados, escuchó unos pasos que se acercaban, los abrió rápidamente y se incorporó para ver quien venía, era la persona a la que deseaba ver, Ginny. La sonrió a la par que esta iba hacía el árbol, como había pensado antes le contaría todo.
hola,- dijo Ginny – me dijeron Harry y Ron que estabas en la biblioteca, fui a buscarte pero no estabas por lo que pensé que te encontraría aquí. ¿qué te pasa Hermione, ya no eres igual que antes, llevas una temporada que no eres tú?
Ginny- y la miro a los ojos- te voy a contar lo que me pasa, pero me tienes que prometer que no se lo dirás a nadie, prométemelo.
te lo prometo- aseguro.
esta bien- Hermione suspiró- te voy a contar lo que me pasa, me gusta una persona, pero me gusta mucho.
pero Hermione, eso no es motivo para estar así.
si, si que lo es, a él chico este yo le gusto y al mi también de hecho hemos estado juntos hasta hace muy poquito, pero lo hemos tenido que ocultar, ya que nadie lo podía saber, y es ahora cuando lo hemos dejado cuando de verdad me doy cuenta de lo que le quería.
pero seguro que tiene alguna solución, ¿ es de Gryffindor?
no- negó Hermione con la cabeza.
bueno pero eso no es problema, mientras que no me digas que es un Slytherin, y conociéndote a ti, seguro que no es de allí- y miro a Hermione para ver si decía algo, pero los ojos de Hermione estaban llenos de lágrimas
si, si que es un Slytherin- y cada vez lloraba más
bueno- dijo Ginny intentando buscar algunas palabras de consuelo para su amiga- no todos los Slytherin son malos, no, solo la marmota humana y sus osos polares y algunos peloteros más de aquel grupo- pero parecía que las palabras de Ginny no tenían ningún efecto positivo en ella, al contrario cada vez lloraba más.
yo,- dijo Hermione costosamente- toda fue muy raro, como iba a poder ser posible ¿él y yo, no nos podíamos ni ver, y un día aquí bajo este árbol encontré la respuesta, estaba enamorada de él, desde entonces cada vez que le veía no podía evitar ponerme roja, y yo no soy de piedra, cada día me costaba más enfrentarme a el, las piernas me temblaban y mi voz no sonaba tan convincente como antes de todo esto, luego el día de la fiesta de Hallowen, me fui, no pude evitar derrumbarme del todo, salí corriendo y vine hasta aquí, yo no me había dado cuenta de que alguien me había seguido, y cuando me quise dar cuenta estaba en frente mía, pensé que había venido para rematar la faena, pensé que quería seguir insultándome...
un momento Hermione- dijo Ginny incrédula de la historia- ¿el chico te insultaba, ¿y tu te enamoraste de él?
si, bueno sigo, pensé que había venido para insultarme, pero no, me dijo las cosas más bonitas, me dijo que me quería desde nuestro primer encuentro en el expreso de Hogwarts, que se había enamorado de mi, que cientos de veces había intentado declararse pero que nunca se había atrevido por que nunca iba sola siempre iba con esos dos estúpidos, así es como llama a Harry y Ron, no se llevan muy bien...
Hermione, muy pocos de Slytherin se dedican a insultaros a vosotros con tanto ímpetu, el resto solo se dedica a insultar a nuestra casa, pero sin mayor importancia, no puede ser quien yo estoy pensando, anda sigue contándome la historia- he hizo un gesto a Hermione para animarla a seguir hablando, la mente de Ginny en aquel momento funcionaba a toda máquina para averiguar quien era ese chico, no podía o no quería creer que era él, eso sería técnicamente imposible, mientras a la vez unía todos los cabos de la historia para encontrar a otro posible chico, no, se intentó quitar esa idea estúpida de la mente, como iba a estar Hermione Granger enamorada de Draco Malfoy, su peor enemigo.
pues él esta dentro de ese grupo- respiro y por un instante recobró aquel tono de voz parecido al de la profesora de transformaciones, serio y muy estricto- me dijo, que me insultaba por que si no quedaría muy raro dentro de su casa, pero que él no me quería ofender y me pidió cientos de perdones por todas la veces que lo había hecho, luego se fue, porque Harry y Ron venían para ver donde me había metido- respiro y continuó hablando- a la mañana siguiente recibí dos lechuzas, la de siempre con El Profeta y otra más, en la que había una carta de él chico de la noche anterior- entonces Hermione se dio la vuelta y empezó a rebuscar en su mochila- toma lee, siempre la llevó conmigo- y le entregó una carta de pergamino no muy extensa.
Hermione:
Si ayer te molestó algo de lo que te dije te pido que me perdones de nuevo, no quiero hacerte daño, eres demasiado importante para mi, por favor reúnete conmigo en el mismo sitio que ayer a las 5. Te espero. D.M
Hermione, solo hay una persona de Slytherin que lleve esas letras en su nombre- miro a Hermione para intentar averiguar sus pensamientos- ese es Draco Malfoy- ese nombre fue como una bomba para Hermione que de nuevo volvió a llorar.
Ginny, es él- dijo Hermione recuperando de nuevo la serenidad- no sabía que hacer, si iba sería admitir que me gustaba, luego por otro lado pensé, que podía ser tan solo una broma muy pesada y que me podrían estar esperando allí los de Slytherin para quien sabe que, pero mi corazón me decía que no, por una vez pensé que Malfoy era sincero, por lo que al acabar de comer, les puse de excusa a Harry y Ron que iba a la biblioteca, que tenía que devolver un libro que se me había pasado de fecha y que más tarde me reuniría con ellos, y en el vestíbulo en vez de encaminarme hacia la biblioteca fui hacía el árbol, eran las cinco menos diez cuando salí de allí por lo que tuve que ir corriendo para no llegar tarde, cuando estaba cerca vi que Malfoy bordeaba el lago en dirección a él árbol desde mi posición solo tardaría cinco minutos, no parecía que fuese acompañado por esos enorme gorilas, por lo que corrí de nuevo hacia el árbol, cuando llegué allí Malfoy ya estaba allí esperándome. Me acerqué a él y por primera vez le vi sonreír, se me acercó y me saludo, no sabíamos que hacer, aquella situación era muy extraña...
y tanto- dijo Ginny, que no se creía que todo eso fuera cierto, parecía todo fruto de su imaginación- y que pasó.
nada nos sentamos y empezaos ha hablar, cada vez estábamos más cerca hasta que cuando nos quisimos dar cuenta nuestros labios estaban unidos en uno, y no por un maleficio, no, si no por voluntad propia, allí fue mi primer beso, y nuestro primer beso, luego cuando nos íbamos me pidió salir, y yo acepté volvimos hasta la entrada del colegio juntos y allí nos separamos con insultos para que la gente no sospechará nada de lo que entre nosotros había, desde entonces quedábamos casi todos los días, cada día me era más difícil poneros excusas a todos vosotros, en fin estuvimos unos cuatro meses aproximadamente, lo dejamos por un mal entendido entre nosotros, pensó que me había besado con Harry. Esto fue la semana pasada, cuando a Harry le dejo Cho por cuarta vez, simplemente le di un abrazo en mitad del Gran Comedor y un beso en la mejilla, pensó que le había besado en serio y por eso me dejo, ahora no le puedo ver por los pasillos por que me pongo a llorar, y él cada vez que nos cruzamos gira la cabeza y ni se molesta en mirarme ni insultarme. Ginny, necesito tú ayuda ¿qué puedo hacer para recuperarlo?
