-Sailor Venus, yo intentaré detener a los de la derecha con mis burbujas congelantes y tú con tu cadena de amor a los de la izquierda. Luego Jupiter y Mars se encargarán…
-¡Cómo tu digas! ¡Cadena de Amor de Venus!
-Burbujas congelantes de Mercurio… ¡estallen!
-Fuego de Marte… ¡enciéndete!
-Trueno de Júpiter… ¡resuena!
-¡No puede ser! - gritó Sailor Mars sorprendida.
-¡Nuestros ataques no les hicieron ni un rasguño! – observó Sailor Jupiter.
-¿Dónde está Sailor Moon cuando se la necesita! –lloró Sailor Venus.
A un año de la batalla con Sailor Galaxia, las Sailor Scouts disfrutaban de la paz que habían conseguido. Sólo creyeron necesario el utilizar sus poderes para ayudar a la policía del distrito. Serena, Rei, Lita, Mina y Ami habían comenzado el segundo año de preparatoria sin problemas… a excepción de los ya sabidos…
La última semana había comenzado algo extraña: el invierno parecía verano, las altas temperaturas causaban sequías en los pueblos más pequeños del Japón. Las lluvias habían llegado a los tres días y causaban inundaciones…
Ese mismo día, las muchachas habían ido a clases. A la salida Serena iría con Darien al cine, Ami estudiaría en su casa, Lita se quedaría en el taller de cocina y Mina en el de vóley. La tarde no mejoraba, hasta que en un momento el cielo se puso aún más oscuro y un ruido similar a un trueno aturdió a casi todo el distrito. Rei, que estaba en el templo meditando, recibió un gran susto. Hacía un mes que no dormía bien. Casi todas las noches tenía la misma pesadilla que, la última semana, se había hecho más frecuente. Incluso aquellos pensamientos se presentaban como alucinaciones mientras estaba despierta. Seguida a ellas, un fuerte dolor de cabeza no la dejaba ni abrir los ojos. Por este motivo, no había podido asistir a clases esa última semana.
-Ese ruido… estos sueños… las alucinaciones… ¿qué esta por suceder?
Su sueño era de destrucción, dolor, muerte… la oscuridad tomaba el planeta Tierra y luego al Universo entero.
Como consecuencia de ese ruido ensordecedor, el distrito entero se había quedado sin luz. Mina y Lita se encontraron en la puerta del colegio, ambas con cara de preocupación, sabiendo que Rei no estaba pasando un buen momento y palpitando que algo iba a pasar.
-Mina, será mejor que vayamos a buscar a Rei…
-Si, será lo mejor – asintió a su amiga Lita.
Al llegar al templo se encontraron con que Ami ya estaba con Rei. La sacerdotisa estaba arrodillada llorando.
-¿Qué sucede Ami? – le preguntó Mina observando, preocupada, la escena.
-Cuando llegué lo poco que llegó a decirme era que algo sucedería y que le dolía mucho la cabeza. Luego se echó al piso, así como la ven.
En ese momento, se escuchó una explosión proveniente del centro de la ciudad.
-Debemos ir – dijo levantando la cabeza Rei. – Transformémonos.
-Pero Rei, tú… - comenzó a decir Lita.
-No, ya estaré bien. Mientras no sepamos qué es lo que sucede, nada mejorará.
-Creo que deberías quedarte a descansar, Rei.- comentó Mina.
-No se preocupen, chicas. ¿Dónde está Serena?
-Fue al cine con Darien. Supongo que ya nos alcanzarán allá.
-Bien, en marcha… por el poder del cristal del planeta Marte, ¡transformación!
-¡Por el poder del cristal del planeta Venus, ¡transformación!
-¡Por el poder del cristal del planeta Júpiter, ¡transformación!
-¡Por el poder del cristal del planeta Mercurio, ¡transformación!
-¡Andando! – alentó Sailor Jupiter.
Así, las Sailor Scouts se dirigieron al foco del peligro. Al llegar, no se vieron muy sorprendidas por la escena: ya muchas veces habían luchado con monstruos que destrozaban su querida ciudad. Sin embargo, éstos se veían algo diferentes: eran entes oscuros, llenos de maldad con ojos rojos muy brillantes. Ante su contacto, la gente caía al piso, como dormida y jadeaba y sacudía, como si estuvieran experimentando una horrible pesadilla. Fue de ese modo que las heroínas comenzaron con la batalla.
-No puede ser… - dijo, preocupada, Sailor Mercury – nuestros ataques no le han hecho daño alguno porque…
-¿Por qué, Mercury? – preguntó Sailor Jupiter.
-Son… no tienen… no tienen una forma concreta… parecen ser sombras… estar hechos de humo…
-¿Humo? – Cuestionó Sailor Venus - ¡Es lo más ridículo que he escuchado en mi vida!
-No creo que sea tan descabellado… - reaccionó la Sailor del planeta rojo- quien sea que fuere el que los envía está logrando que no sean derrotados fácilmente…
-¡Muchachas! – Serena corría hacia ellas agitada – Algo le ocurrió a Da… ¡¿Qué son esas cosas?
-No estamos muy seguras… - le contestó la Sailor del amor y la belleza.
-Lo que pudo averiguar Mercury – explicó Sailor Mars – es que son seres que tienen un estado físico que impide que nuestros ataques le hagan algún daño.
-Eh… bien. Creo que lo entendí- respondió algo confundida Serena.
-¿Qué le sucedió a Darien?
-Él… parece estar teniendo esas horribles jaquecas como las tuyas. No fuimos al cine: cuando lo fui a buscar a su casa no se sentía muy bien. Me quedé con él hasta que escuché la explosión y Darien mismo me dijo que venga hasta aquí, que seguro me encontraría con ustedes. – Explicó Serena y agregó melancólica – Me dijo que estaría bien…
-Y lo estará, amiga. Ahora transfórmate, ¡necesitamos de tus poderes!
-¡Eternal Sailor Moon! ¡Transformación!
Ni bien Serena se transformó atacó a los enemigos presentes utilizando el poder del Cristal de la Luna Plateada. A diferencia de los ataques que habían realizado sus amigas, su ataque logró desintegrar completamente a gran cantidad de sombras y parcialmente a otras. Al suceder esto, los entes que quedaron intactos y las porciones de los que habían sido alcanzados por el ataque se fusionaron en un monstruo enorme, de las mismas características que los anteriores. A diferencia de las sombras que comenzaron atacando a la gente, este ente gigante lanzó un ataque hacia el grupo de las Sailors. Había sido tan rápido que no habían podido reaccionar.
-¿Qué sucedió? – dijo Sailor Venus al abrir sus ojos. Lo que vio fue a una pequeña Scout de violeta, quien había creado un muro para proteger a sus compañeras.
-¡Sailor Saturn! – dijeron las cinco guerreras al unísono al notar la presencia de su salvadora.
-Me alegro de verlas, chicas. – dijo, sonriente, Sailor Saturn al desintegrar su muro protector y volteándose para verlas. – Y no vine sola…
Sailor Uranus, Sailor Neptune y Sailor Pluto también se encontraban allí, para ayudar a sus compañeras y, así, proteger a su princesa.
-Ya tendremos tiempo para cortesías, muchachas. Ahora, ¡a concentrarse en la batalla! – dijo la Sailor de las profundidades marinas.
-Sí, menos charla y más acción… ¡cuidado! – advirtió Sailor Uranus, pues el monstruo había vuelto a atacar. –Tierra… ¡Tiembla!
-¡Maremoto de Neptuno!
-¡Grito Mortal! ¿¡Qué es lo que sucede! – gritó la guardiana de la puerta del tiempo tras haber atacado junto con Sailor Neptune y Uranus. Sus ataques no le habían hecho ni cosquillas al enemigo.
-Nuestros ataques tampoco le hicieron daño. – informó Sailor Jupiter.
-Sólo el ataque de Sailor Moon pudo disolver a algunos y los restantes formaron esa cosa. – explicó Sailor Mars.
-Ya veo… - dijo Sailor Uranus – es nuestra princesa la única que puede terminar con esto…
-Pero, yo… - comenzó a decir Sailor Moon- Darien está… lo intentaré otra vez… Darien me necesita. ¡Por el poder del Cristal de la Luna Plateada!
Sin embargo, esta vez el ataque de Sailor Moon pudo desintegrar una pequeña parte del monstruo. Éste parecía no haber perdido su poder, pues se disponía a contratacar. Sailor Moon se sentía muy cansada, había usado mucha energía en su ataque.
-¡Sailor Moon! – gritó Sailor Venus notando el cansancio de su amiga.
-Debemos pensar en algo rápido – dijo Sailor Mars.
-Todas, ataquen con lo que esté a su alcance. Nuestros ataques combinados tienen que hacerle algún daño… - ordenó Sailor Uranus – Saturn, procura cuidar a la princesa.
-¡Sí! – asintió la pequeña Sailor.
Fue así que siete Sailor Scouts utilizaron sus poderes para poder, al menos, neutralizar al ataque de aquella gran sombra. Al impactar los ataques de ambos bandos se escuchó una gran explosión en la ciudad. Nadie estaba herido: ni el monstruo ni las Sailors. Sin embargo, ellas comenzaban a sentir el cansancio de la batalla.
-No puede ser… ¡no hay forma de ganarle! – se lamentaba Sailor Jupiter.
-No… debe existir un modo de hacerlo – alentó Sailor Neptune.
-Muchachas – les llamó la atención Sailor Moon, por lo cual todas se voltearon a verla – usaré el Cristal de Plata.
-Pero Sailor Moon… estás muy débil – dijo Sailor Mercury.
-Lo haré por Darien, él está sufriendo mucho… y Rei también…
-Debemos buscar otra solución. – Acotó Sailor Pluto – Con el ataque del planeta de las Sailors buscaremos derrotarlo.
-Sería un tanto arriesgado. Realmente el Cristal de Plata sería nuestra última solución pero ni Sailor Moon ni nosotras contaríamos con tanto poder para entonces. – explicó Uranus.
-Sé que suena peligroso pero no podemos arriesgar la vida de la princesa.
-Muchachas, yo podría…
-¡Ni lo sueñes Saturn! – dijeron todas al unísono, pues la pequeña Scout tenía enormes poderes y con ellos hasta podía destruir al mundo. Sin embargo, eso significaría su muerte.
-No dejaremos que eso suceda. – le dijo dulcemente Sailor Neptune.
-No sabemos si tendrás la suerte de una segunda oportunidad. - afirmó Sailor Uranus. Pues ella ya se había sacrificado durante la pelea contra Faraón 90 y la Dama 9.
-Bien, manos a la obra. – dijo Sailor Mars.
Así, las nueve Sailor Scouts se tomaron de las manos, formando un círculo.
-¡Por el poder del planeta Mercurio!
-¡Por el poder del planeta Marte!
-¡Por el poder del planeta Júpiter!
-¡Por el poder del planeta Venus!
-¡Por el poder del planeta Urano!
-¡Por el poder del planeta Neptuno!
-¡Por el poder del planeta Plutón!
-¡Por el poder del planeta Saturno!
-¡Por el poder del Cristal Lunar!
-¡Ataque de los planetas de las Sailor Scouts!
En el mismo instante en que las guerreras preparaban su ataque, el malvado ser también se preparó para atacar una vez más. Si bien los ataques combinados de las Inners y Outers no le habían hecho daño, sí lo habían aturdido. Ya recuperado, se disponía a volver a la batalla. Fue así que tanto el ataque de las Sailors como el ataque del monstruo sucedieron en el mismo instante. Al chocar se creó una gran nube que mezclaba la luz y la oscuridad que provocó un colapso a nivel espacio-tiempo; la puerta entre dos dimensiones había sido abierta.
El resultado de este combate había favorecido, en cierto modo, a las Sailor Scouts: sus poderes habían logrado debilitar al monstruo, pero no destruirlo. Por otro lado, el quiebre producido en el espacio-tiempo debió dejar alguna secuela: las Sailors habían sido enviadas a otra dimensión.
