MINIFIC CON ACROSTICO

Un minuto de ilusión

No puedo saber lo que pasa por tu mente, ni lo que despierta tu corazón

Entre el prestigio y el buen nombre, sólo escuchas a tu razón

Impredecible en tus decisiones, incomprendido como nadie

Llevas la procesión por dentro, y tus ansias no hay quien las calme.

Logras desatar en mí un cúmulo de emociones

Eres el enigma del que huye toda mujer

Ganaste mi atención con tus defectos y tropiezos

Al menos eres tú mismo, no aparentas lo que no eres

No quiero que cambies, ni que me ames… sólo quiero que me beses.

Mientras la sostenía con firmeza por el brazo, Neil revisaba los ojos de Candy, y juraría haber leído un poema en las verdes pupilas de su cautiva.

Logras desatar en mí un cúmulo de emociones…

Enigmático, impredecible, incomprendido… tantos adjetivos había leído en aquella mirada como miradas de asombro ante la actitud osada del joven Legan, quien no tuvo reparos en convocar a la chica del establo a una apartada villa haciéndole creer que se trataba de Terry Granchester. 'Qué ilusa', pensó, 'si aún no lo quiere, entonces fue una tonta al haber aceptado una cita a ciegas…'

No quiero que cambies, ni que me ames… sólo quiero que me beses.

¿Sería posible… sería posible que Candy luchara contra los deseos de su propio corazón… o es que acaso ella, con su bien comentada suspicacia, no había sido capaz de haber pensado en la posibilidad de que al aceptar acudir a una cita, estaría cayendo en una trampa? 'Creo que en el fondo imaginaba lo que pasaría', concluyó con emoción. "Tus ojos mienten", le dijo, a modo de desafío, pues minutos antes ella le había confesado que lo odiaba. :"Tú sientes algo por mí, pero te niegas a reconocerlo, y no quieres darte una nueva oportunidad en el amor, como tampoco quieres abrirme la puerta de tu corazón."

Ella intentó en vano clavar las uñas en los hombros de su captor. "¡Estás loco si piensas que voy a tener a tener algo contigo!"

"No estés tan segura", insistió él; y cuando Candy levantó la vista para desafiarlo, advirtió un brillo oculto en los ojos del moreno joven. "Dios mío, ¡entonces es cierto! Neil me ama…" De repente, pensó en todos los pesares que en un pasado él le hubiera causado, y en el móvil para tales acciones. .. ¡claro! ¿Cómo no lo había pensado antes? Neil no actuaba conforme la voluntad de su madre y Eliza, ¡él sólo reaccionaba a la semilla que germinaba en su corazón! Siendo apenas un niño, ¿cómo podía reconocer el sentimiento amoroso, en especial cuando se crecía en medio de una familia carente de expresiones de afecto y amor genuino? ¡No era para menos que Neil rechazara rotundamente la idea de que ella había despertado en él emociones nunca antes vividas!

Al menos eres tú mismo, no aparentas lo que no eres.

'El cariño nace de donde menos lo imaginamos', pensó Candy, sin percatarse de que Neil la había soltado, y que ahora la observaba con una mezcla de admiración y cautela. El pobre… aún no reconocía sus propios límites en materia de amores. "Nunca has fingido ser otra persona cuando estás conmigo", reconoció ella, ante la mirada atónita de su secuestrador; y sin más tiempo que perder, él dijo,ya más calmado y suavizando el tono de voz: "Entonces, Candy… dime si me aceptas en tu vida o no; sólo eso quiero escuchar."

Acostumbrada a perdonar al prójimo, así como a conceder a cada quién nuevas oportunidades, Candy estaba decidida a cambiar el rumbo de su vida, ¿pero lo haría sola, o con el apoyo de un nuevo amigo? Miró a Neil como nunca antes lo había hecho, y habiendo ordenado sus sentimientos y sus pensamientos, habló con el corazón en la mano: "Muy bien, Neil… te lo voy a decir."