¡Feliz cumpleaños, Isuki Uchiha! Quería regalarte algo especial en tu día pero, al final, sólo he sido capaz de escribir el inicio de un fic que, sinceramente, espero que te guste :P (y encima es mi fic número 29, jajaja).

Y al resto que lo lea, igual :P

Naruto y sus personajes son propiedad de Masashi Kishimoto.


Sasuke es un Neko

Unos suaves golpes en la puerta le sacaron de su sueño. Hacía cinco minutos que había apagado con gesto perezoso el despertador –ese sonido irritante le molestaba bastante-, y esa era la señal que cada día le mandaba su hermano para avisarle de que era hora de levantarse.

Sasuke se estiró sobre la cama, sintiendo una sensación extraña y placentera cuando su cabeza se movió sobre la almohada. Era como si un manto de plumas le acariciase, mandándole pequeñas descargas por todo su cuerpo, especialmente a la columna vertebral. También sintió algo molesto cuando su trasero se apoyó sobre la cama. Seguramente las mantas se habían hecho un rebuño durante la noche, por lo que no le dio importancia.

Con paso lento salió de su habitación y se dirigió al baño. Al menos tenía que lavarse la cara para despejarse antes de desayunar. El frío agua del grifo le despertó de golpe, alertando todos sus sentidos y recordándole que ya estaban a principios de noviembre. Con los ojos cerrados, agarró la toalla y se la llevó al rostro. Se secó concienzudamente, intentando que sus manos y rostro entraran en calor. Arrastró la tela hacia abajo, tal y como hacía siempre, dejando que sus ojos se abriesen antes de abandonar la toalla. Sin embargo, la visión que recibió le dejó petrificado.

Sobre su cabeza se alzaban dos pequeñas y graciosas orejas picudas de color negro, al igual que su pelo, con el interior teñido de un rosa pálido. Parecían de gato. Estas se encontraban de punta, completamente alzadas, como si estuviesen alerta. Sasuke llevó, entre incrédulo y asustado, una mano temblorosa hasta su oreja derecha y la rozó. El leve contacto fue mínimo pero suficiente como para que muchas sensaciones le recorriesen el cuerpo, haciendo que el apéndice se doblase hacia abajo, temeroso, y un suave sonido, a medias entre un gemido y un jadeo, saliese de su boca.

Completamente impactado, el moreno retrocedió con los ojos bien abiertos fijos en el espejo. Estaba tan absorto en la imagen que le devolvía el cristal que no fue hasta pasado un rato que se percató de la existencia de un elemento más que no debía estar en la imagen. Un curioso cordón de terciopelo negro se erguía justo a su lado, haciendo que la redondeada punta alcanzase la altura de sus hombros. Se giró rápidamente, comprobando que esa curiosa y sensible cuerda era, efectivamente, una cola de gato, a juego con sus nuevas orejas, que salía de la parte baja de su espalda.

No podía ser. ¿Qué se suponía que le había sucedido durante la noche? Su rostro se había transformado en una máscara de incredulidad, incertidumbre y miedo. ¿Qué le estaba pasando? Sin poder evitarlo, tomó aire y, con todas sus fuerzas, gritó.

- ¡Itachi!


Bueno, pues este es el –corto- primer capítulo de este fic. Me gustaría haberlo alargado, pero voy sin tiempo, así que dejo el resto para el capítulo 2: :P

Aclaraciones:

- Que la manta se haga un rebuño: que se arrugue y forme una especie de montículo en la cama.

¡Nos leemos!