Habían pasado exactamente tres años de la boda de Edward y Rachel y estos ya tenían un precioso bebito de año y medio, al que llamaron Mark, que comenzaba ya a dar sus primeros pasos en solitario. Hogwarts se preparaba para otro final de curso, pero este era más estresante que los anteriores, pues desde hacia meses las tensiones entre las casas habían aumentado hasta alcanzar los niveles previos a la partida de Salazar Slytherin, hace casi quince años; con la única diferencia que ahora las casas de Gryffindor, Hufflepuff y Ravenclaw estaban más unidas que nunca. Los profesores tenían que lidiar además de con las clases diarias y las travesuras y faltas normales de los alumnos, con las crecientes peleas entre los estudiantes de la casa Slytherin y los del resto de casas. La gota que colmó el vaso fue un enfrentamiento en medio del vestíbulo en el que hubo tal intercambio de hechizos que varios estudiantes resultaron gravemente heridos, sobretodo los más pequeños, pues eran los que estaban más retrasados en cuanto a defensa; y hubiesen sido más heridos si no llega a ser porque entre Gabriel Gryffindor y John Blake pararon la pelea desarmando a todos los alumnos participantes y mandándoles a todos al gran comedor recluidos hasta que fueran a hablar con ellos de lo sucedido, cabe decir que esto fue cosa de Gabriel, pues John Blake, el jefe de la casa Slytherin, era más partidario de ponerlos a hacer flexiones hasta el agotamiento. Los heridos fueron llevados a la enfermería, en algunos era evidente que se había utilizado magia altamente tenebrosa en ellos. Entonces los profesores se encaminaron al gran comedor.
- ¿Contadme porque habéis peleado esta vez? – pregunto Gabriel con calma observándolos a todos, la mayoría eran alumnos de sexto y séptimo.
- Los sangre sucia no deberían pisar este noble edificio - dijo un alumno de Séptimo año de Slytherin.
Los alumnos de las otras casas se pusieron enseguida a insultar al Slytherin, una alumna de cuarto año de Gryffindor se levanto, fue hasta él y le dio un puñetazo.
- Lávate la boca antes de hablar, guarro – dijo.
- Martha Gryffindor – dijo Gabriel, pues era su sobrina quien había golpeado al otro estudiante – pide disculpas y vuelve a tu sitio.
- Se lo merecía, y no pienso pedirle disculpas.
- Como quieras.
- Al próximo que se salga de tono lo pongo a correr por el parque – dijo el profesor Blake - ¿queda entendido?
Los alumnos asintieron atemorizados.
- Sois bastante mayores para comprender que cada cual tiene su manera de pensar, no podéis pelear por el mero hecho de que el otro piensa diferente a vosotros – comenzó Gabriel - las diferencias hay que hablarlas, muchos de vosotros sois ya adultos pese a estar todavía en el colegio, sobretodo los alumnos de último curso ¿Qué ejemplo le queréis dar a los más pequeños? ¿de verdad pensáis que la violencia es la solución a los conflictos? – les planteó – reflexionad sobre esto –añadió con un tono de voz grave.
Aquella noche, en su despacho, se hallaba sentado con la cabeza apoyada en la pared y los ojos cerrados, parecía agotado.
- Ya me han contado lo ocurrido esta mañana – dijo una voz femenina desde la puerta – yo los habría expulsado a todos.
- ¿Y que arreglamos con eso Hestia?
- Cortar la violencia de raíz.
Gabriel la miro fijamente y dijo suavemente
- La violencia no puede ser cortada, el mal ya esta hecho. Y lo que ha ocurrido hoy no es mas que un pequeño reflejo de lo que esta por ocurrir, de lo que se esta gestando.
Hestia iba a responder, pero en ese momento tocaron a la puerta.
- Adelante.
La puerta se abrió y Martha Gryffindor entró en el despacho.
- ¿No deberías estar en tu sala común? – pregunto Hestia.
- Lo se profesora, pero quería hablar con mi tío.
Gabriel miro fijamente a su sobrina y tras unos instantes la invito a sentarse señalando la silla que quedaba libre, Hestia hizo ademan de levantarse.
- Mejor quédate, lo que aquí se hable también te concierne – dijo Gabriel mientras cerraba la puerta haciendo un movimiento con la mano - ¿Qué tienes que decir Martha?
Se hizo un prolongado silencio.
- Que no lo entiendo – dijo la adolescente - ¿POR QUÉ NO PUEDO PARTIRLE LA CARA A ESA ASQUEROSA SERPIENTE? ¿ACASO ELLOS PUEDEN INSULTAR A QUIEN SE LES ANTOJE Y EL RESTO DEBEMOS CALLAR Y AGACHAR LA CABEZA? ¡PRÁCTICAMENTE LES HABEÍS DADO UNA PALMADA EN LA ESPALDA POR PRACTICAR MAGIA OSCURA CON OTROS ALUMNOS!
Hestia estaba alucinada, nunca había visto a Martha tan alterada, y mucho menos hablarle así a su tío. Decidió colocar un encantamiento silenciador en la puerta para evitar que los gritos atrajeran a alguien a esa cálida reunión. Gabriel parecía inalterable a los gritos.
- CLARO, ELLOS INSULTAN, HUMILLAN E INICIAN UNA PELEA Y EL RESTO NO PODEMOS RESPONDER, ¡DEJEMOS QUE NOS TORTUREN!, PUES SABES QUE TE DIGO, QUE YO PIENSO RESPONDER A ESOS ATAQUES Y PIENSO DEFENDER A MIS COMPAÑEROS COMO SI ME HUBIESEN ATACADO A MI TAMBIEN ¿ES QUE ACASO ESTAS DE PARTE DE ESOS ASQUEROSOS Y ORGULLOSOS ''SANGRE LIMPIA''?
Martha se encamino a la puerta y trato de abrirla; al ver que no podía se volvió hacia su tío que la contemplaba con seriedad.
- ¡Déjame salir!
- No, tú has hablado y yo te he escuchado…
- Bueno, mas que hablar… - interrumpió Hestia, pero callo al captar la mirada de Gabriel.
- Ahora me toca hablar a mí, siéntate por favor.
Cuando se hubo sentado, Gabriel comenzó a hablar.
- Analiza la historia, tanto la del mundo mágico como la del mundo muggle, las guerras y los conflictos que ha habido. ¿A dónde conduce la violencia?
- A… a más… violencia – dijo Martha ya calmada – pero con ellos no se puede hablar.
- Siempre se puede hablar.
- Pero son inaccesibles
- ¿Has intentado escucharlos?¿en algún momento te has parado a pensar porque a pesar de ser unos críos son tan inaccesibles?
- No estoy para dilemas filosóficos, tío – dijo impacientándose.
- Piénsalo, reflexiona, ¿Qué razones puede tener un ser humano para encerrarse en si mismo?
- Porque… ¿porque nadie ha intentado conocerlos?
El curso terminó y los alumnos se marcharon cada cual a su casa; los profesores se reunieron al día siguiente de terminar el curso.
- Todos conocemos el clima de inestabilidad que se cuece actualmente en el seno de la comunidad mágica – dijo Helga – dicho clima lleva meses afectando al colegio, y no quiero otra guerra dentro de este colegio – prosiguió acordándose del conflicto que hubo con Salazar Slytherin hace años – debemos tomar medidas para garantizar la seguridad de los alumnos.
- Cierto, no podemos permitir que suceda lo de hace unos días – declaró Godric enérgicamente.
- No podemos controlar a todos los alumnos – dijo el profesor Blake – ni obligarles a pensar o tener la ideología que nosotros consideramos correcta.
- No se podía esperar ese comentario de nadie excepto un Slytherin – dijo Nerón despectivamente.
- Quizá lo que debamos hacer sea reforzar las medidas de seguridad y el reglamento de régimen interno – propuso Hestia.
- ¿Y cuartar la libertad de los alumnos? – Inquirió el profesor Blake.
- No se refiere a eso – intervino Gabriel – lo que quiere decir es que tal vez endureciendo las normas de convivencia consigamos que los alumnos dejen de atacarse entre ellos.
- El problema no son los alumnos – dijo Edward – son los padres.
- Algo tenemos que hacer para que se den cuenta de que la capacidad de dialogar y el respeto mutuo son mejor intermediarios que pasar directamente a las ''negociaciones agresivas'' – dijo Gabriel.
- Dudo que la filosofía valla a ser de utilidad en una guerra – dijo Polibio – tal vez deberíamos expulsar a todo aquel que de muestras de convertir este lugar en un campo de batalla.
- Yo no estoy de acuerdo con eso – dijo Hypatia – se supone que somos seres racionales.
- Yo misma, que soy muy de solucionar las cosas a golpes – dijo Hestia – admito que la violencia engendra violencia.
La discusión siguió así sin llegar prácticamente a ningún lado, durante horas para acabar concluyendo que cada jefe de casa será el responsable de tomar medidas con los alumnos de sus casas y que debían fortalecer las medidas de seguridad del castillo, siendo responsable de estas el equipo directivo. Pasada la media noche se encontraban en dirección Godric, Helga, Edward, Hestia y Gabriel. Estuvieron largo y tendido dialogando sobre las medidas de seguridad a tomar, pues estaba claro que el conflicto por mucho que lo quisieran evitar terminaría por afectar a Hogwarts; finalmente decidieron que las medidas a tomar serían las siguientes:
1ª No se realizarían más visitas al pueblo hasta que pase el peligro (los alumnos)
2ª Se construirán durante el verano pasadizos secretos que comunicasen el castillo con el exterior con el fin de ser utilizados como salida de emergencia para evacuar a los alumnos en caso de peligro inminente.
3ª Se aumentaría la protección mágica del castillo.
- Solo hay un problema – dijo Hestia – para poner escudos más potentes alrededor de Hogwarts, necesitamos de un maestro en runas y yo no me fío de John Blake.
- Yo no veo el problema – dijo Gabriel – yo tengo un dominio excelente de las runas.
- ¿Por qué será que no me sorprende? – dijo Godric rodando los ojos.
- La reunión a concluido – anuncio Helga.
Cuando salieron de dirección, Hestia y Gabriel se dirigieron a las mazmorras.
- ¿Crees que podrás hacerlo?
- Por supuesto.
Se trataba de un pequeño poblado muggle a las afueras de Gales, un hombre de edad avanzada caminaba por entre los restos del poblado con porte orgulloso seguido de don muchachos de 16 y 14 años. Las casas estaban destruidas, las reses muertas, los campos calcinados y todos loa habitantes del pueblo asesinados con evidentes signos de tortura, el hombre sonrió volviéndose hacia los muchachos y comenzó a hablarles en un extraño idioma que ambos muchachos parecían comprender.
- Este año no podre encargarme de vuestra instrucción, y no pienso confiársela a ninguno de mis aliados, tengo grandes planes para vosotros. - Los muchachos intercambiaron una mirada – asistiréis a Hogwarts.
- Pero ahí se encuentran los enemigos a nuestra causa abuelo. – objeto el mayor de los muchachos.
- Ya te he dicho que me llames maestro – grito el hombre – podrías parecerte un poco a tu hermano, el si que sabe llevar el apellido Slytherin con el honor que corresponde.
- ¿Por qué a Hogwarts, maestro? – dijo el menor.
- Quiero que controléis la única casa que merece estar en esa escuela, no quiero errores como los que se han cometido, enfrentarse en público a esos traidores…Tu Marius – le dijo al mayor – serás el cerebro de esa casa, y tu Orus te encargaras de controlar a los alumnos de tercero para abajo. Ambos pregonareis lo honorifico que es ser un sangre limpia y lo que denigra el poder del mago juntarse con escoria como los sangre sucia y los muggles.
- Si maestro – Dijeron ambos muchachos al unísono.
Días después, a Hogwarts llego una carta que inscribía a los nietos de Salazar Slytherin como alumnos. El equipo directivo se quedo preocupado al respecto, pero como dijo Helga no podían negarse a admitirlos como alumnos. Por lo que Orus Slytherin quedo matriculado en quinto año y Marius Slytherin en séptimo.
Hestia caminaba por el séptimo piso lentamente observando el entorno, como si estuviese haciendo una guardia, aunque en realidad se dirigía a la sala de los menesteres a encontrarse con Gabriel; ambos habían decidido ocultar su relación, era algo infantil pero no querían verse expuestos, aunque Hestia sospechaba que su madre sabía lo que pasaba y en una ocasión se lo comento a Gabriel.
Flash back.
Era una tarde de tormenta, hacia dos años y medio que estaban saliendo, ambos disfrutaban de la compañía del otro aunque no usaran las palabras.
- Gabi.
- Dime.
- Creo que mi madre sabe que hay algo entre nosotros.
- Puede ser, tu madre es muy intuitiva. ¿quieres decirlo?
Ella se giro hacia él y lo beso tiernamente
- Creo que no.
Fin del Flash back
Cuando entro en la sala vio una pequeña mesa redonda con dos platos y los correspondientes cubiertos además de dos velas rojas que Gabriel estaba encendiendo.
- Estas preciosa esta noche cariño.
Hestia se acercó a él, Gabriel retiro una de las sillas y cuando esta se sentó la acerco a la mesa, después se acercó a una mesa auxiliar y cogió una fuente de comida sirviéndola en los dos platos. Ambos cenaron en silencio bajo la tibia luz de las velas. Cuando acabo la cena se pusieron a bailar hasta pasada la medianoche.
- No se como haces para sorprenderme tanto – dijo Hestia.
- Simplemente te conozco bien.
- Claro, con esa capacidad mental que tienes…
- No necesito usar legeremancia contigo para saber que te pasa por la cabeza, con el amor incondicional que te tengo me basta.
Poco después salieron de la sala, sin percatarse de que alguien los había visto y ese alguien había deducido su secreto. Godric Gryffindor los observo mientras se alejaban por el oscuro corredor, se estaba debatiendo entre contárselo a Helga o encararlos para que hicieran publico que mantenían una relación.
Un mes antes del inicio de las clases, Hypatia y Plinio hicieron un anuncio harto interesante. Anunciaron que se casarían al final de ese año, en nochevieja, y que querían que Hestia y Gabriel fueran los padrinos, algo que ambos aceptaron gustosamente.
