Capítulo 0.1.- Zekyure

– ¡Zekyure!

Grita un chico de cabello quebrado color castaño y un gorro como de pasamontañas blanco con un resorte de color azul, vestimenta negra y lentes.

– ¿Uh? ¿Quién?... ¿Quién dice mi nombre?

Se pregunta aquel chico de gorra, cabello castaño, chino y de una inmensa bufanda.

– ¡Quítate!

Grita de nuevo el primer chico, mientras corre apresuradamente hacia él, mientras Zekyure solo gira la cabeza hacia una luz que alcanza divisar con la orilla del ojo, se trata de una enorme bola de energía que se aproxima hacia él, mientras solo se queda parado en el lugar, las piernas no le responden y el impacto contra él es inminente, cuando la esfera hace casi contacto cierra los ojos esperando el fin, cuando un sonido lo despierta, el cual dice una y otra vez "ri-ri-riolu" el chico abre los ojos y ve ante él una figura semi humana, de una piel color azul claro, un antifaz negro cubriéndole la mitad del rostro y unas piernas como las de un animal cuadrúpedo del mismo color que el antifaz.

–Parece que he tenido un mal sueño ¿verdad Lucky?

–Ri.

–No te preocupes todo está bien.

El chico toma el reloj de su buro mientras la pequeña criatura baja de la cama.

– ¡Las 10! Papá va a matarme.

De inmediato toma su ropa que se encontraba en una silla próxima a la cama y comienza a vestirse, mientras el Pokémon solo se le queda viendo.

–Vámonos Lucky en el camino compraremos algo para desayunar.

Riolu de inmediato muestra una sonrisa y alegre pronuncia su nombre una y otra vez, el chico toma su mochila y trepa al pequeño en su hombro y sale de la casa apresuradamente, camina apenas unas calles cuando llega a una verdulería cerca de la construcción.

– ¿Cuánto por este par de manzanas?

–$6… ah Zekyure ¿de nuevo se te ha hecho tarde eh?

–Si debo comprar un despertador nuevo.

–Jajaja vale, ahora corre o tu padre te matara.

–Si lo sé, muchas gracias.

Toma una de las manzana y se la da al pequeño en sus hombros mientras prosigue rápidamente su camino comiendo la fruta restante, cuando llega a la excavación el chico se aproxima lo más sigilosa y lentamente posible al hombre de gran corpulencia que le grita a todos en aquel lugar, agacha la mirada y jala un poco, casi imperceptible la camisa de aquel hombre, furioso, con una mirada penetrante y una voz seca le dice.

–De nuevo tarde ¿crees que esto es un juego?

–N-no papá.

– ¿Entonces? ¿Por qué es la fecha en la que ni una sola vez puedes llegar a tiempo al trabajo?

–Ya déjalo.

Se escucha una voz algo rasposa y avejentada que desde el interior de ese lugar se va acercando lentamente hacia ellos, toca la cabeza del chico y revuelve su cabello.

–Anda ve a hacer tus labores hijo, si no quien más.

–Si abuelo.

Responde el chico mientras corre hacia lo más recóndito de las excavaciones.

–Papá ¿Cómo esperas que crie a mi hijo? si llegas tú y desacatas mis órdenes.

– ¡Por dios, el niño apenas tiene 12 años! Y lo tratas como a un obrero más ¿Qué esperabas? ¿Qué me quedara ahí parado sin hacer nada?

El señor solo suelta un resoplido, dio la media vuelta y continuo dando órdenes a todo volumen, el anciano giro en dirección contraria y comenzó a caminar hacia la misma dirección que el chico había corrido, a unos pasos de ahí, detrás de una pared de tierra encontró al chico sentado en el piso, abrazado sus piernas, recargando su cabeza sobre ellas y llorando silenciosamente mientras riolu trata de consolarlo. El anciano con trabajos se agacha y lo abraza.

– ¿Qué pasa muchacho?

–De nuevo papá y tú discutieron por mi culpa ¿verdad?

–No nada de eso, pero tu padre tiene que entender que eres un niño y que tienes que disfrutar de esa niñez, anda ahora ve a vigilar que todos estén trabajando, si tenemos holgazanes esta excavación nunca vera frutos.

Saca un pañuelo de su bolsillo limpiando las lágrimas de Zekyure, los dos se levantan y caminan hacia donde están los demás trabajadores, cuando un gran estallido se escucha y gritos de pánico se empiezan a escuchar, el anciano y el chico dirigen la mirada hacia enfrente y comienzan a ver como todo se comienza a desplomar.

–Rápido usa a tu riolu para salvarnos.

Grita el anciano viendo a Zekyure.

–P-p-p-pero no sé qué hacer.

Responde asustado el chico.

– ¡Utiliza aguante!

Termina el anciano de decir la oración cuando son cubiertos por un montón de rocas y tierra, de inmediato todos lo que encontraban fuera de peligro se acercan al lugar, Roark es el primero en llegar.

– ¡Papá! ¡Zekyure!

Se inca y de inmediato comienza a quitar las piedras con la esperanza de que nada les haya pasado.

– ¿Qué esperan ahí parados? Pónganse a cavar.

Varios de los obreros comienzan a ayudar quitando piedras apresurados, apenas a unos momentos de haber comenzado unas rocas comienzan a moverse se trata de riolu que les abre camino a Zekyure y al anciano para que salgan sin complicación, el viejo se apoya sobre el niño ya que tiene una pierna mal herida.

– ¿Te encuentras bien papá?

Pregunta Roark.

–Si solo me lastime un tobillo, nada de qué preocuparse, una piedra alcanzo a caer sobre de él antes de que riolu pudiera subir y soportar el peso de las demás.

Roark voltea furiosamente hacia Zekyure.

–Todo esto es tu culpa, de haberle dado la instrucción a tiempo a ese renacuajo tu abuelo no estaría herido.

–Pero papá… es que… yo…

Tartamudea el joven, ya que no encuentra palabras para excusarse.

–Déjalo en paz, de no haber sido por él estaría muerto en este momento.

–Si, pero de haberlo hecho bien no te hubiera pasado nada, ni siquiera una cosa tan sencilla puede hacer bien.

El chico agacha la mirada, toma a su Pokémon, da la media vuelta y sale corriendo de aquel lugar, rompiendo en llanto casi al llegar a su hogar, entra toma su mochila y comienza a colocar mudas de ropa, al terminar da la media vuelta para volver a salir pero parado frente de la puerta se encuentra el pequeño ser azul, estirando sus manos tratando de impedir que el chico dejase la habitación.

–Vamos muchacho déjame salir.

El pequeño corre y abraza la pierna de joven.

–L-lo siento pero el que no sirve para nada soy yo, tú hiciste un buen trabajo, no te puedo llevar conmigo.

–Por favor llévame contigo, no me dejes aquí.

–Se escucha una tierna voz con una mala pronunciación.

– ¿Me… hablaste? Tú hablaste.

–Rio, rio.

Responde el pequeño.

–D-de acuerdo te llevare conmigo, aparte de que eres lo único que me queda de… de Animarc.

Suelta un suspiro y se agacha para sostenerlo entre sus brazos, toma la mochila de nuevo y sale de la casa, al cabo de unas horas llega Roark de trabajar.

– ¿Zekyure dónde estás?

Entra en la habitación del muchacho rebuscando por todos lados, se acerca a la cama pero antes de llegar nota que el ropero está abierto y la ropa desacomodada.

–Se ha ido.

–Se escucha la voz del anciano, Roark de inmediato da la vuelta.

– ¿Qué?

– ¿Qué esperabas? ¿Qué lo siguieras tratando con la punta del pie y el muchacho se encontrara aquí esperándote? Tanto lo presionaste hasta que no le dejaste otra salida.

–Yo solo quiero que sea mejor que yo.

Contesta Roark mientras aun impactado se sienta sobre la cama del chico.

–Pero todos cometemos errores y tú le recalcaste cada uno que cometía hasta el cansancio… nunca le has dicho como entrenar a su Pokémon y esperabas que supiera que hacer en este tipo de situaciones… el chico no aguanto más y tomo la que creyó era la mejor decisión.

El anciano rengueando y apoyado sobre una vara provisionalmente por el golpe recibido, da la media vuelta y sale de la casa mientras Roark sigue impactado y en su mundo. El anciano llega a su casa aun rengueando, abre la puerta y alcanza a escuchar unos ruidos extraños provenientes del interior de esta.

– ¿Quién está ahí?

Se apoya sobre un pie mientras levanta la vara sobre la cual se apoyaba, para protegerse.

–No, no te asustes abuelo, soy yo.

Detrás de un sillón sale Zekyure y su pequeño compañero.

–Zek tu padre te está buscando.

Responde el viejo.

–No se para que, lo mejor será que me vaya, total siempre me dice que hago las cosas mal de que sirve que me tenga ahí.

El silencio invade la habitación unos instantes, el abuelo se acerca a un viejo anaquel y saca unas pokeballs algo polvosas y un aparato rectangular algo grueso para después dirigirse hacia el sillón donde esta Zekyure.

–Toma puedes quedártelas.

– ¿Qué es esto abuelo?

–Antes yo solía entrenar Pokémon y atraparlos con estas llamadas pokeballs, ahora que veo que has crecido es tiempo de regalártelas para que tú escribas tu propia historia.

–Pero yo solo cometo errores ¿Cómo podré hacer eso?

Agacha la mirada el chico.

–Mira.

Suelta un suspiro el abuelo.

–Lo malo no es cometer errores, ya que todos los cometemos, lo malo es volverlos a repetir. Así que ten, te las regalo.

–Gracias abuelo y… ¿Qué es ese otro aparato?

–Esta es mi vieja pokedex, esta te ayuda a conocer toda la información de los pokémons que vayas conociendo durante tu viaje

–Wow.

Responde el chico.

–Así que tómala, cuídala bien.

–Claro que si abuelo.

–Claro pero antes de emprender tu viaje tiene que prepararte muy bien y temo que aquí con tu padre eso será imposible, pasa la noche aquí mañana te llevare con tu tío para que te enseñe lo más básico de cómo criar a tus pokémons.

–De nuevo, muchas gracias abuelo.

–No hay de que, ahora ve a dormir, mañana nos iremos temprano y no quiero que andes soñoliento.

–Ok.

De inmediato el chico toma a riolu y se dirige a la habitación, el abuelo prepara la cama y lo abriga bien ya que su nieto se acostó.

–Descansa bien.

–Gracias igualmente abuelo, hasta mañana.

–Hasta mañana.

Contesta el anciano mientras cierra la puerta lentamente.