Bueno, a ver, ya lo sé. Yo escribo sobre Harry Potter, peeeero... estos coreanos se me han metido en el cerebro para no irse. En serio, me gustan demasiado.
Es mi primer fic sobre este fandom y espero estar a la altura.
Será una historia de pocos capítulos muy cortitos que iré subiendo regularmente. Fluffly y sexosa como debe de ser, claro.
Espero que os guste.
Besos, Shimi.
Capítulo 1
Jungkook estaba temblando, pero nada tenía que ver con el frío, realmente sentía un calor que le llegaba hasta los ojos, temblaba de rabia, de impotencia.
Temblaba de celos.
Y se sentía tan estúpido, Jimin se lo decía una y otra vez, él podría tener a quien quisiera, era uno de los hombres más deseados de Corea. El problema es que él solo quería a una persona y esa persona andaba coqueteando a su nueva conquista y él tenía que estar viéndolo sin poder decir nada.
Jungkook estaba completamente enamorado del alguien con el que media Corea, y parte del mundo, creía que tenía una relación amorosa. La realidad es que no era cierto. Ellos no tenían nada y nunca habían tenido nada a pesar de sus sentimientos cada vez más evidentes incluso para sus fans.
Estaba completa e irremediablemente enamorado de Taehyung.
Llevaba meses siendo consciente de ello, pero nada con lo que ahora sentía, cada vez era más fuerte y odiaba cuando tenían que hacer aquel fanservice que la compañía les reclamaba. Le era fácil con el resto de sus compañeros, pero con Tae era un sufrimiento. Cuando éste le agarraba, le lanzaba miradas, le buscaba en el escenario y las sesiones de fotos.
En más de una ocasión le hubiera besado, pero no era aquello lo que la compañía quería, solo crear la sensación, nada de obviedades y Jungkook se moría por una obviedad que le dejara claro sus sentimientos a Taehyung.
Luego se arrepentía cuando tenía que verlo con otros, no podía soportarlo.
Porque para él Tae era el sol, las luna y las estrellas; el que lo hacía reír con sus muecas tontas, con su risa contagiosa, con su voz profunda que le llenaba por dentro.
Pero también era aquel que le tomaba de la mano cuando nadie los veía, que buscaba su cuerpo cuando estaban a solas, que le abrazaba en las noches de tormenta.
Cuando ambos llegaron eran los más jóvenes aunque Taehyung siempre fue más independiente que él, él era el maknae, todos le protegían. Y reconocía que era un niño dulce e inocente, quizás aún lo fuera.
Nunca imaginó besar a nadie hasta que vio como Taehyung besaba a uno de los otros Idols en el backstage de uno de aquellos concursos.
Primero se sorprendió, y luego unas inmensas ganas de llorar le llegaron. Taehyung era su mejor amigo, su hyung más querido. Y estaba besándose con uno de esos idols mayores con los que los managers no querían que se mezclaran.
Lo estaba manoseando y Jungkook salió corriendo golpeándolos en su huida. No se paró cuando Taehyung lo llamó.
De eso habían pasado algunos meses y a pesar de todo el éxito que estaban cosechando. Jungkook se sentía desdichado.
Taehyung se había ido separando de él, cuando debutaron ellos estaban muy unidos. La edad y los gustos eran muy afines, la locura de su hyung le ayudó a soltarse de aquella timidez que lo consumía.
Cuando la empresa los emparejó para el fanservice, Jungkook no vio mejor compañero que Taehyung para eso. Ellos se llevaban bien y eran cariñosos sin tener que forzar nada.
Todos se reían con las locas teorías de sus fans de que ellos en realidad fueran pareja. El fanservice estaba funcionando les decían los manager.
Todo estaba bien, todo era como siempre, ellos 7 juntos. Hasta que aquel idol empezó a buscar a Taehyung. A Jungkook no le importaba que tonteara con el resto de miembros. Pero aquello era distinto. Era fuera de las cámaras, y poco a poco, Taehyung fue cambiando y distanciándose.
Jungkook no sabía que pensar. Hoseok tenía novia, lo llevaba tan en secreto que la nadie lo sabía aún. Pero Jungkook no sentía nada malo por ello. Namjoon y Jin creía que eran pareja y no había nada de malo en ello. Sin embargo ver a Taehyung con aquel chico le estaba devorando por dentro.
A solas su hyung le evitaba, ya no pasaban horas jugando a videojuegos o ensayando sus canciones. Para Jungkook la voz de Taehyung era única y asombrosa, le conectaba con algo dentro de él. Pero el mayor se sentía inseguro por ello, aseguraba que no llegaría a las notas que él y Jimin alcanzaban y que tampoco era bueno para rapear. Jungkook lo consolaba, él creía ciegamente en Taehyung.
Las locuras que cruzaban su mente, aquella obsesión con los conejitos del mayor, cómo se trababa cuando estaba emocionado o nervioso. Antes buscaba su mirada alentadora, pero ahora éste ni le miraba más de lo necesario.
Odiaba verlo con el tipo aquel al que sí le regalaba su sonrisa cuadrada y única.
Él era menor, y entendía que no lo quisiera siempre al rededor, Jungkook no tenía ningún tipo de experiencia sentimental. Las citas que le habían querido concertar le ponían muy nervioso.
Él fantaseaba en que le declaraba sus sentimientos a Taehyung y este le decía que también le quería. Pero ya no tenían tiempo a solas y el mayor parecía que no sentía nada por él.
—Dale celos, Kookie—le dijo un día Jimin.
Desde que Tae se distanció ellos se habían unido más.
—¿Cómo celos?—dijo él apesadumbrado—. Sabes que odio las citas que nos organizan, me pongo muy nervioso.
—Dela celos conmigo—dijo el otro coqueteando del manera descarada.
—Hyung...
—Kookie, eres como mi hermanito, no te preocupes—sonrió este volviendo a sus maneras habituales—. Aunque eres jodidamente caliente, conejito.
—¿Tú crees que funcionará?—preguntó esperanzado Jungkook.
—Muéstrale que no eras ya un niño.
—Ese es el problema, Jiminie—dijo este de nuevo intimidado—. Creo que lo sigo siendo.
—A ver, Jungkook—dijo Jimin agarrándole por los hombros—. Minikookie se despierta todos los días listo para la acción—le dijo mirándole la entrepierna—. Creo que va siendo hora de que lo saques un poco a pasear.
Jungkook pasó por diversas tonalidades de rojo, era normal que Taehyung no le mirara siquiera con esa intención si era incapaz de reconocer que se empalmaba a diario.
