Hacía mucho que tenía ganas de escribir un Kaname/Hanabusa, y acá está.

Disclaimer: El mundo de Vampire Knight y sus personajes les pertenecen a Matsuri Hino (y cualquier otra persona que tenga derechos sobre él). Yo sólo lo tomo prestado para pasar el rato, y por supuesto no obtengo ninguna ganancia.

Recuerdo los años que pasé suspirando por ti, celando a la humana que se había convertido de un momento a otro en alguien tan importante para ti, más importante que yo, que te conocía desde tantos años atrás, desde que tus padres aún estaban con vida.

Al principio te rechacé, culpa de los celos de quien se ve opacado por un niño más inteligente y con mejores modales. No dudé en decirte que no quería ser tu amigo cuando me lo propusiste, justamente porque estaba celoso de ti. Pero con el tiempo esos celos, ese rechazo, fueron desapareciendo y una gran devoción por tu persona me inundó, devoción que con el tiempo se transformó en amor.

Cuando dijiste que esa humana era en realidad tu hermana y tu prometida algo en mí se quebró. No supe qué hacer con los sentimientos que albergaba hacia tu persona, y aún hoy no se qué hacer. Te veo en la mansión, con ella, tu prometida, la Yuuki a la que con el tiempo también aprendí a estimar, y no sé qué hacer. Te deseo más de lo que la respeto a ella, pero tu falta de interés hacia mi me hace desistir de intentar meterme en su relación.

Me pierdo tanto en mis pensamientos que no te siento hasta que estás al lado mío. Claro, ¿cómo no me di cuenta de que por tu necesidad de cuidar a Yuuki estarías constantemente alerta de cualquiera que se acercara a la mansión?

Me miras con desconcierto, no me sorprende. Aquel día tomamos caminos distintos, no tengo motivos a tu modo de ver para estar acá en este momento. Pero en realidad sí, tengo que decirte lo que siento, es ahora o nunca. Ni siquiera lo pienso demasiado, mi imprudencia actúa por mí.

—Te amo —exclamo, bajando la cabeza apenas lo digo. Quizás no fue una buena idea, pero así me nació.

Para mi sorpresa sonríes. Me tomas de los cabellos de la nuca y me acercas a tu boca, besándome con hambre. Abro los ojos ante la sorpresa pero en seguida me pierdo en tu aroma y me dejo llevar por ese beso que tanto había ansiado desde hace tiempo. Dejo mis manos recorrer tu cuerpo. Tu fuerte espalda, tus brazos bien formados. Me embriago en este sentimiento que se desborda por cada poro.

Me sueltas con la misma fiereza con que me agarraste. Miras a un lado, yo sigo tu mirada. La Princesa Sangre Pura se encuentra parada a pocos metros de nosotros. Tan concentrado estaba en los placeres que experimentaba que no me percaté de su presencia. Ella no dice nada, solo te sonríe y se aleja lentamente. Te miro, noto que le devuelves la sonrisa.

—Yuuki… ella… —balbuceo como un tonto, sin saber qué decir. Acaricias un costado de mi cara, comprendiendo mi confusión.

—No te preocupes por ella —murmuras y me derrito en tus palabras, en esa voz que hace tanto tiempo ansiaba escuchar aunque en mi cabeza siempre se mantuvo presente. El recuerdo de tu voz de niño aún se mantiene firme en mi memoria—. Todo está bien.

Vuelve el desconcierto. Ignoro qué trato tendrás con tu prometida, pero está claro que lo hay. No paso por alto que si bien no has correspondido mis sentimientos, tampoco los has rechazado. Quizás sea eso, también sientes algo por mí, aunque sé que tu prometida siempre será la primera. Es algo que ya los tres sabemos, y no los noto disconformes con la idea.

Puedo vivir con esto, saber que soy solo el amante, o algo parecido a ello. Es mejor tenerte de ese modo que no tenerte. Y esta vez soy yo quien agarra tu cabeza y te acerca para un beso hambriento, afirmando así mis pensamientos. Me correspondes, fundiendo tu cuerpo contra el mío.

Quién sabe lo que nos deparará el futuro con esta relación tan complicada, pero no pienso desaprovechar ni un solo instante de ella.