A/N: I do not know a word of Spanish. This is all thanks to tamiiland. So:

Gracias a tamiiland por la traducción al español.

Tan pronto como Severus vio al chico, él supo quién era: el hijo de Potter. Era obvio. No tenía los anteojos o la cicatriz, pero su cabello sobresalía exasperantemente en la nuca y tenía la misma contextura flacucha.

Y sus ojos…

Severus hizo una mueca involuntariamente. Había visto al otro hijo en la oficina de la Directora seguido, pero él no tenía los ojos de Lily Evans. Incluso siendo un retrato, no podía soportar ver los ojos de Lily Evans en la cara de James Potter. Era cercano a enloquecedor. James no la había merecido, ni de cerca. Había sido la imagen de la arrogancia, cuando Lily había sido… perfecta. Tan cerca de la perfección como un humano puede estarlo.

Severus se obligó a levantar la mirada. El chico se movía en la silla, obviamente nervioso. ¿Por qué era que estaba en la oficina de la Directora, en primer lugar? Tal vez lo habían atrapado dando vueltas con esa condenada Capa de La Invisibilidad. Severus sintió una punzada de esperanza. Era un pensamiento malévolo y malicioso, pero no podía evitarlo. Odiaba al chico por instinto, otro mocoso Potter, igual que James… pero con los ojos de Lily…

Pensar que Albus había esperado que perdonara a Harry Potter por tener esa parte de Lily. Había hecho las cosas peores. Había sido la prueba viviente de que Lily Evans había amado a James Potter y no a él.
Una pequeña parte de él razonó que no era la culpa de ninguno de los chicos. Tendría que perdonar algún día. Bueno, tal vez lo hiciera. Pero hasta ahora, nunca se le había dado una razón para hacerlo. Harry Potter había sido tan creído y descerebrado como su padre. La única cosa buena que había hecho alguna vez por Severus era asegurarle un retrato en la oficina del Director y eso no era suficiente.

El hijo de Potter levantó la vista súbitamente. Severus alargó el cuello para ver a Minerva aparecer desde su cuarto privado.

–¡Profesora! –el chico dijo apresuradamente, parándose tan de repente que trastabilló– Profesora, ¡le juro que yo no lo hice!

–Albus –Minerva trató de interrumpir.

Así que el nombre del chico era Albus, Severus notó. Bueno, no podía decir que estaba sorprendido. Harry Potter y Albus Dumbledore habían sido cercanos, por razones que él nunca entendió. Estaba tentado de chequear el retrato de Dumbledore para ver su reacción, pero decidió no hacerlo.

–No fui yo, hasta puede preguntarle a Hagrid…

–Albus… –Minerva dijo más firmemente.

–Estuve con él todo el tiempo, me invitó a su cabaña para…

–¡Albus Severus Potter!

El nombre no se registró a la primera.

Albus Severus Potter.

¿Albus Severus Potter?

Severus miró fijamente al chico en la oficina, un sentimiento opresivo creciendo en su garganta. La apariencia de James, los ojos de Lily… y su nombre.

De repente, Severus Snape perdonó.