-¿Quieres?

-¿El qué?- pregunté desconcertado, llevaba varios minutos distraido pensando. Pensando en ella.

Todavía no había llegado a la escuela, era raro, normalmente nunca llegaba tarde, pero hoy se estaba retrasando. Volví la vista hacia Delly, y luego hacia su mano. Me estaba ofreciendo un trozo de manzana.

-Claro. - Cogí el trozo que me ofrecía y me lo metí en la boca.

Continué mirando como algunos niños más pequeños que yo daban patadas a lo que parecía un trozo de tela enrrollado. Entre ellos, pude ver a lo lejos como una cabellera rubia recogida perfectamente en dos pequeñas trenzas se acercaba dando saltitos alegres. Pude ver que se giró y le gritó algo a alguien que iba detrás suya para depués continuar dando saltitos hasta otras dos niñas de unos nueve años. Estaban a tan solo unos pocos metros de el arbol en el que estabamos apoyados Delly y yo.

Primrose, o como todo el mundo la conocía, la pequeña Prim. Sus grandes ojos azules y su pelo dorado no pasaban desapercibidos en la Veta. Alli la mayoría de la gente tiene el pelo oscuro y los ojos grises. De pronto me acordé... ella. Siempre iba con Prim por lo que no debía de estar lejos. Quizás era a quien gritaba la pequeña unos segundos antes.

Me apresuré y volví la vista hacia allí. Por ahí venía. Estaba tan preciosa como siempre. Su pelo estaba recogido en una bonita trenza que enmarcaba su adorado rostro.

Según se acercaba pude ver que no venía sola, si no acompañada de un chico grande y alto. A su lado, ella parecía pequeña e indefensa, pero bien sabía yo que eso no era así.

¿Quién es ese chico?Y lo más importante, ¿Porque está con ella?

Había una extraña sensación creciendo en mí, una mezcla entre rabia, envidia e inpotencia...¿esto eran los celos? No puede ser, mi hermano me explico una vez que los celos los sentías por alguien a quien quieres... Pero eso no puede ser, yo no la quiero ¿O sí?

Desde los 5 años, cuando ese pequeño angel con dos trenzas cantó he tenido una especie de ''obsesión'' con ella. Todos los días la miraba desde la distancia. Siempre la seguía hasta que se adentraba en la Veta. Y ahora...ahora me escondo y la observo cuando trae las ardillas de mi padre. Se puede decir que siempre he estado obsesionado con ella, pero nunca pensé en que ese sentimiento fuera amor. O quizás no quise pensarlo. El amor es complicado, demasiado para mí; no puedo sentir amor hacia esa chica, no puedo, porque sé que ella nunca me corresponderá. Es demasiado fuerte, demasiado valiente... Igual que yo, vamos. Nunca, en estos 8 años, me he atrevido a hablar con ella y dudo seriamente que algún día lo haga.

Cuando me quise dar cuenta ella ya no estaba. La busqué y me dí cuenta de que la gente estaba entrando en la escuela. Delly se levantó y yo la imité, nos sacudimos el polvo y entramos. Entre algunos empujones y algunos saludos a gente conocida llegamos a clase. Ella ya estaba sentada en su sitio: Al fondo a la derecha, junto a la ventana. Desde ahi se dedicaba a mirar el exterior con añoranza. Delly y yo nos sentabamos tambien juntos a las ventanas, unos asientos más hacia delante, ella detrás de mí. Eso era la escusa perfecta para poder girarme a ''hablar'' con ella y así observar a Katniss sin ser demasiado obvio.

-Peeta, ¿Me prestas tu lápiz un momento? No encuentro el mío...

-Claro, toma Delly.-Dije mientras me giraba a dárselo, pude observar que Katniss pintarrajeaba algo en su cuaderno y una pequeña sonrisa asomaba por sus labios. Tan pequeña que cualquiera de mis compañeros no la habría apreciado, pero, después de llevar casi nueve años observandola, conocía cada uno de sus pequeños gestos.

Sin darme cuenta, la horas fueron pasando, y con ellas, las clases. El timbre que anunciaba el final de las clases sonó. Todo el mundo recogía sus cosas y se iba a sus casas. Yo, como siempre, acompañaba a Delly hasta la puerta de su casa. Desde su calle, me colaba por un pequeño callejón que daba a una calle larguísima. El final de esa calle, conectaba con la Veta, el lugar donde mi Katniss vivía. Tras adentrarme hasta casi el final de la Veta, me escondía tras lo que una vez fue una casa, y que ahora solo era dos paredes rodeadas de escombros. Desde ahí podía ver con claridad como Katniss llegaba siempre a casa acompañada de su hermanita. Hoy venían cogidas de la mano y aquel chico tan grande que antes acompañaba a Katniss ha desaparecido. Mejor.

Prim le iba contando a su hermana algo muy emocionada y ella la sonreía tiernamente. Más que su hermana parecía su madre...

Desde el accidente en el que murió el señor Everdeen, a Katniss le había tocado asumir el papel de padre y madre a la vez y de sacar a su familia adelante ella sola. Esta era una de las millones de cosas que admiraba de ella, su valentía para enfrentar las cosas.

Ví como la señora Everdeen abría la puerta de la casa y las dejaba pasar. Un par de minutos después, salí de mi escondite para correr hasta mi casa.

Según me acercaba a la panadería, el olor a pan recién hecho me embriagaba. Entré y me encontré a mi padre sacando los panes del horno. Me sonrío y siguió con su trabajo.

Yo me quedé ahí de pie mirándole hasta que terminó.

-¿Que tal hoy en el colegio, hijo?-dijo mientras limpiaba se sacuadía la harina.

-Como todos los días.

-¿Estás seguro de eso? Pareces contento.

Hasta ese momento no me habia dado cuenta de la sonrisa que adornaba mi cara, me apresuré a borrarla mientras me ponía rojo como un tomate. Verla sonreir como lo había hecho con Prim hoy provocaba ese efecto en mí. Mi padre al ver mi reacción únicamente río y me despeinó el pelo antes de irse murmurando cosas que no entendí.

Mientras subía a mi habitación, me crucé con mi madre, la cual me dijo que la comida ya estaba hecha. Dejé mi mochila en la cama y volví a sonreir mientras recordaba aquella sonrisa de Katniss. Derrepente me entraron ganas de dibujarla. Sí, eso haría, la dibujaría para tenerla conmigo siempre. Y con esa loca idea bajé a comer.


¡Hola! Espero que os haya gustado el primer capitulo de mi historia. Os pido por favor que me dejeis un review haciéndome saber que os a parecido, si hay algo que no os gustado de mi forma de escribir, que me dejeis ideas para proximos capítulos... ¡Lo que sea!

Actualizaré los miércoles y sábados, si algún miercoles no puedo, bien porque tenga mucho que estudiar, tenga algún examen o algo de deberes, acuetalizaré el sábado y el domingo.

Espero que sigais esta historia y que os enchanché.

Un beso enoooorme!

Aitana.