-..-.-
El despertador sonó de nuevo. Sonaba igual de molesto que siempre. ¡Y como molestaba! Daban ganas de tirarlo por la ventana y seguir durmiendo. Pero si no me levantaba de allí yo sola, vendrían a despertarme.
-Se preocuparían, claro. – dije en voz alta.
En mi mente apareció la imagen de Odd. ¿Se preocuparía él? Si, definitivamente si. Por supuesto. ¿Verdad?
-¿Y por qué te preocupa tanto? Es tu amigo. – me reproché en voz alta.
Claro. Era cierto. ¿Cómo es que me preocupaba de Odd? Me debería preocupar si Jeremie me vendría a buscar. Pero…
Me levanté y cogí lo necesario para ir a darme una ducha. Mas tarde cuando terminé fui a desayunar. Ahí solo estaban Odd y Ulrich.
-Hola chicos.- dije mirándolos.
-Hola, Princesa –dijo Odd - ¿sabes dónde anda Jeremie?
-¿Quién?- pregunté. Me había quedado mirando a Odd a los ojos y no me acordaba apenas de cómo me llamaba.
-Jeremie, tu novio. – dijo Odd algo molesto. Por la mañana era muy irascible.
-¡No es mi novio! – le respondí enfadada.
-¿Quién no es tu novio? – preguntó Jeremie a mi lado.
Di un brinco en el sitio. No me había dado cuenta de que estaba a mi lado. Maldito Odd. Espera. ¿Por qué maldito? Si él no tiene nada que ver en esto. Es mas, no debería estar ahora pensando en él. Debería contestar a Jeremie.
-¿Y bien?- preguntó Jeremie totalmente confundido.
-Tu.- le respondí yo.
-Ah.- me respondió él. Pero él no estaba en esos instantes en el mundo. No me estaba escuchando. Vacío completamente. Y yo que pensaba que yo estaba distraída. Está mirando la pantalla de su ordenador. No lo abandonará nunca. ¡Cómo me molestaba! ¡Si me había preguntado él! Y no me hacía ningún caso.
-¿Problemas en el Paraíso?- preguntó Odd con descaro y esa sonrisita que pone siempre que hace alguna pregunta inadecuada. Genial. No contenta solo con pensar en él mas de lo debido, ahora clasifico las sonrisas de Odd. Per-fec-to.
-¿Decias?- preguntó Jeremie, ahora ya sin el ordenador. ¿Cuándo narices lo había apagado?
-Que si tu y Aelita teneis algún… - empezó Odd.
-No me refería a ti, le decía a Aelita. – le interrumpió Jeremie. - ¿Quién dices que no es tu novio? – Milagro. Creo que me ha oído por encima de sus caculos de ordenador. Increíble.
Pero, espera. ¿Desde cuando soy tan irónica y cínica con Jeremie?
Ulrich me dio una patada por debajo de la mesa. Otra vez me había quedado completamente colgada con mis pensamientos y en mi mundo. Tengo muchas cosas en la cabeza.
- Tu.- le respondí escuetamente.
Ulrich, que se había pasado el rato mirando el teléfono (mandándose mensajitos con Yumi, seguramente) no me había oído la primera vez. Se quedó un poco extrañado.
-¿Yo?- me dijo Jeremie algo sorprendido.
-Si. Tu. Jeremie. No somos novios.- le respondí.
Di un sorbo a mi zumo de naranja. Tragué con dificultad. ¿Por qué demonios había dicho yo eso? Aunque… mirándolo por un lado, no me había pedido salir aun. Y yo tampoco. Entonces estábamos a mano.
- Pero yo creía que…- me miró con los ojos como platos Odd.
-¿El qué? ¿Qué éramos novios? Siento comunicarte Odd, que estoy soltera sin compromiso alguno, esperando al amor con los brazos extendidos.
-¿De dónde has sacado eso? – preguntó Ulrich.
- De Yumi. Siempre me recuerda que ella está soltera. Que no tiene ningún compromiso. Pero que tiene a alguien en mente.- miré a Ulrich por si cogía la indirecta mas directa que he dicho en toda mi vida. Por desgracia lo único que hizo fue quedarse compungido en el sitio, con aire pensativo. Estaba descartando a todos los chicos que conocía Yumi, seguramente, descartándolos.
Tomé mi último sorbo. Recogí mi bandeja y me alejé de la Cafetería aun con la imagen de Odd en la cabeza.
¡¿Por qué la mirada de soslayo de Odd, y no la maldita cara de Jeremie? ¡Aelita! ¡Reacciona! Acabas de partirle el corazón a tu amigo.
Genial, ahora era mi amigo, hasta para mis pensamientos. En mala hora miré a Odd a esos preciosos, malditos, y perfectos ojos.
¡Preciosos y perfectos! Ya era oficial, algo raro me pasaba.
Ladeé la cabeza de un lado a otro, sacudiéndome las malditas ideas de la cabeza. Pero Odd no salió de allí. Fui a mi cuarto por mi mochila. Me la había dejado en la habitación.
Con paso decidido, fui dando zancadas a mi cuarto y al de Sissi. No solía estar allí mucho tiempo, porque las tonterías de Sissi me ponían la cabeza mas loca de lo que ya la tenía.
Entré. Di un portazo. Sissi estaba allí. No había bajado a desayunar, estaba muy 'ocupada' maquillándose, y peinándose.
-¿Qué son esos modales?- me preguntó burlona y molesta a la vez- ¿la cerebrito-novia-de-Einstein se levantó con el pie izquierdo?
-¡NO ES MI NOVIO!- dije en casi en un grito desesperado.
- Mejor. Ya pensé que no tenías cerebro ni gusto.
-Aun con todo eso… sigue siendo mi amigo Sissi- le dije regañándola con la mirada- asique, ten cuidado con lo que dices de él en mi presencia.
-Bueno, niña no te pongas así. Jeremie no es precisamente un Don Juan, y eso es algo que no me vas a poder negar, o ¿no?
Dudé. Mierda. He dudado. Si Jeremie me viera seguro que me miraría aun peor que esta mañana. Y Odd se empezaría a reír con esa risita suya tímida cuando a alguien le pillan en algo, y (milagrosamente) no es él.
¡Otra vez no! Puse cara de desagrado. ¿Desde cuando me sé las sonrisas de Odd?
-¿Hooooola? Tierra llamando a Aelita Stones. ¿Cambio?
-No, creo que ahora mismo he desconectada del mundo, totalmente. Y lo peor es que se de alguien que tiene la culpa.
-¿Enfadada con Einstein por que no te ha pedido salir todavía, o porque no le gustas? ¿O es que eres tu la que no esta por él?- pillada. Mas bien, como diría Odd: tocada y undida.
¡ESPERATE AHÍ! Si Odd solo lo ha dicho eso una vez, y ni siquiera lo dice a menudo. ¡Mierda! Como siga asi voy a empezar a…
Sissi me lanzó una de sus almohadas. Me dio en plena cara.
-Oye Sissi…- empecé como si no me hubiera lanzado nada con notable puntería- ¿Puedo preguntarte algo?
- ¿A mi? ¿Por qué no a Yumi? ¿No es ella tu amiga?- me respondió sin siquiera mirarme.
-Pues… me urge. Y una persona como Yumi que esta algo atascada en su propia vida amorosa, pues no creo que sea la mejor opción para preguntarle algo sobre mi vida amorosa.
- ¿Vida amorosa? ¿Acaso sales de un libro de Cervantes, o qué? – de repente le cambio la cara- ¡Tu vida amorosa! – cara de cotilla en 3. 2. 1…- ¿Qué te pasa? Puedes confiar en mi.
No me hacia nada a la idea, pero realmente me urgía saber que me pasaba, y a Yumi solo la podría ver mucho después de clases, porque imaginaba que XANA atacaría siempre a aquella hora.
-Es que… veras. Yo… Se supone que me gusta un chico. Se supone. Y antes, bueno… no se. Me gustaba algo, pero… Ahora no pienso nada en él. Es mas, es que pienso en… un… amigo suyo, y… bueno, no soy una experta en la materia. Pero… creo que me debería gustar el primer chico, y no su… mmm… amigo.
-Vamos, que te gustaba Jeremie, pero ahora no. No se supone que debes estar enamorada de él. El amor es ciego. Espontaneo. Efímero. No debes atender a las normas. El amor no tiene reglas prescritas. La razón dicta, pero quien encuentra, es el corazón.- se cayó un rato, meditando sus palabras- ¿un amigo?- o las mías- ¿no será Ulrich, no?- me preguntó alterada. Supongo que si ya tenia problemas de que él se fijara en ella con Yumi por medio, tendría miedo de mi, ahora también.
-No. No es de Ulrich de quien te hablo. Gracias. Pero… no he terminado de preguntarte. ¿Cómo se sabe si te gusta un chico?- eso último fue acto reflejo. Yo no he dicho eso. No, estoy segura. Yo no le preguntaría eso a Sissi. Tendría que estar muy desesperada.
-Pues eso depende. Piensas mucho en él. Sabes todos sus movimientos. Como si…
-Los clasificaras.- dije en otro acto reflejo.
- Si. Mas o menos. Te quedas como ida pensando en él. No tienes mas espacio en la cabeza que para él. Te sientes perfecta con él al lado. No quieres separarte ni un instante de su compañía. Te dedicas horas a reprocharte que no te dice nada sobre lo guapa que vas. Te arreglas mas cuando estas delante de él, para que no te vea como si recién hubieses salido de una pelea… y bueno, no se. Supongo que la otra mitad de todo el tiempo te dedicas a reprocharte por que él. Bueno. Eso solo si es un amor no correspondido.
Pobre Sissi. Así es como debe sentirse en relación a Yumi y Ulrich. Que pena me daba en ese mismo instante.
-Gracias Sissi.- ya tenía tarea pendiente en clase, pensar en lo que me había dicho y relacionarlo de alguna manera conmigo y Odd.
-Espera. ¿No me vas a decir quien es el sujeto por el que suspiras?- me preguntó, pero yo ya me había ido con la mochila lo mas rápido que me habían permitido mis piernas. No quería que Sissi me acorralara y me sacara quien era ese tal… 'sujeto'.
Mientras corría, me di cuenta de una cosa. Que era Sábado. Una mañana de Sábado malgastada. Si Jeremie me viera ahora me echaría una bronca sobre la responsabilidad que tenemos para encontrar como acabar con XANA y etc, etc, etc. Seguro que Odd pondría esa cara de aburrido suya tan mona que solo sabe poner él.
Me reí yo misma a mi propio comentario al imaginármelo. Y ni si quiera tenía gracia. Esto se me va de las manos. Que alguien me explique como Odd Della Robia está todo el día metido en mi cabeza. O bueno, mejor que no. No tengo ganas de descubrir la verdad en estos instantes. Creo que se la respuesta.
Me dirigí a la Ermita. Es un buen lugar para despejar tus ideas. Lo recomiendo personalmente.
Deje la mochila en el suelo, sin fijarme muy bien por donde iba, y me senté en el suelo, al lado de una cama. Supuestamente la mia.
Bien Aelita, es hora de pensar. Piensa libremente. Ahora no hay nada que pueda impedirlo.
(Beep, beep!)
-Maldito movil.- refunfuñe por lo bajo.
-¿Aelita?- era Jeremie.
-¿Jeremie?- respondi con cautela. Seguro que estaba algo enfadado por la escenita de hoy.
-Tenemos que hablar.
-¿Sobre qué?- respondí inocentemente.
- Sobre… nosotros.- dijo enigmáticamente.
-Mmmm, ¿nosotros? No lo entiendo.- intenté escabullirme- Somos amigos, ¿no?
-Si, bueno, pero en realidad yo… bueno, quería hablar sobre otro tipo de categoría…
-Bueno… Pues…
- ¿Qué te parece ahora en la fábrica?- me cortó ansioso por mi respuesta.
-Pues ahora, me viene un poco mal, estoy en la Er…
- ¿En la Ermita? Voy yo si quieres. Es importante.
-En realidad, yo… estoy… pues… estoy estudiando, haciendo deberes, y me voy a ir en unos 5 minutos. Tengo muchas cosas ahora en la cabeza, y me vendría muy bien desconectar por un rato.
-¿Un rato?- parecía decepcionado.
-Si… hablamos mañana ¿de acuerdo? Adiós.- y colgué. No quería hablar con él ahora. No después de que estaba al borde de una aneurisma.
Me iba a dar un ataque como siguiera así. Necesitaba despejarme de dudas, aunque sospechara ya cual era la respuesta.
Pero si la respuesta era la que yo creía, ¿por qué tenía tanto miedo?
Entonces, si. Creo que ya es algo totalmente obvio. Estoy enamorada de Odd. Es un hecho. Y lo peor es que no se ni como, ni cuando, ni por qué. Pero lo estoy.
