Ni Glee ni sus personajes me pertenecen.

Hola! Les traigo algo nuevo. Déjenme saber lo que opinan. Esta es una historia AU.

Abrazo enorme.

It's about time.

Introducción.

-Santana, vámonos. Esto me da mala espina. –Suplico Rachel mientras tiraba del brazo de su mejor amiga intentando llevarla lejos de allí.

-No seas miedosa, Berry. No me iré hasta encontrar al que me envió esas cosas. –Dijo Santana muy segura. E internamente, Rachel sabía que cumpliría con esas palabras. Porque la latina era así de necia y cabeza dura.

-Te recuerdo que tú eres la que me pidió que te acompañara, ya que no querías venir sola. –Protesto la morena más bajita. –Acaso no te parece extraño que ese alguien misterioso te mande esas cartas y te cite en medio Central Park a estas horas de la noche? Y si nos secuestran? No puedo morir tan joven. Tengo muchas obras por protagonizar.

-Ya cállate Hobbit. O te mostrare como hacemos las cosas en Lima Heights Adjacent... –Amenazo la joven Latina.

Cuando Rachel iba a responder ante tal amenaza, alguien que se ocultaba tras las sombras, soltó una carcajada.

Los sentidos de ambas muchachas se pusieron en alerta.

Por qué a Santana le resultaba familiar aquel sonido?

Por qué a Rachel le pareció que esa carcajada sonaba como una sinfonía?

-Santana López. Tu si nunca cambias –Dijo una suave voz femenina, mientras una silueta salía de las sombras.

Santana achico sus ojos, inspeccionando a aquella mujer que sabía su nombre.

Cuando los ojos oscuros de la latina se encontraron con unos orbes avellana, lo supo. La recordó.

Su mejor amiga.

-Quinn? –Pregunto aun sin poder creérselo. –Demonios, Q. Eres tu! –Exclamo sorprendida.

-La misma -Respondió con una sonrisa que por alguna razón, cautivo a la diva.

Rachel inspecciono con la mirada a aquella extraña que se encontraba frente a ella.

Aparentemente la chica se llamaba Quinn. Rubia con algunas mechas Rosas, que Rachel pudo apreciar mejor gracias a los faroles del Parque. Cabello por arriba de los hombros. Ojos verdes avellana. Sonrisa bonita. Voz angelical.

Jeans ajustados, Botas negras, una blusa blanca muy simple, y una sexy chaqueta de cuero negro. Asi era como esa tal Quinn se vestia. Un estilo algo rebelde y Punk.

"Me recuerda a Noah..." Pensó la morena mientras se le formaba una pequeña sonrisa en los labios al recordar a su mejor amigo.

-Tu... Me enviaste esas cartas? –Santana rompió el silencio, aun incrédula por la presencia de la rubia.

-Exacto. –Dijo Quinn, mientras se cruzaba de brazos. –Fui yo.

San suspiro y cerró los ojos. Intentando comprender porque su ex mejor amiga había hecho todo eso.

-Por qué? –atino a preguntar. –Por qué ahora?

Quinn solo acorto la distancia que la separaba de la latina, y tomo su mano.

-Porque extrañaba a mi mejor amiga.

-Después de tanto tiempo? –Pregunto molesta. –Por qué no me buscaste antes? Te juro que no lo entiendo, Q. –Exclamo dolida. –Lo intente. Intente entender tus motivos. Entendí que te quieras alejar de toda esa mierda en la que vivías. Pero no comprendía porque te alejaste así de mí. Crees que no te busque? Demonios, te busque hasta en el mismísimo infierno porque te necesitaba. Necesitaba a mi mejor amiga.

Santana se alejó de ella y tomo asiento en un banco.

Rachel de pronto se sintió excluida de aquella situación, ya que no comprendía nada.

Quinn miro a la morena más bajita por un momento, y luego desvió la mirada hacia la latina.

-Lo sé. –Susurro la rubia, con ojos cristalinos. –Sé que me buscaste. Y lo siento. Pero lo hice para protegerte. –Confeso, captando la atención de su amiga. –Por eso te busque y te envié esas cartas. Quiero decirte cómo sucedieron las cosas en realidad.

-Que está mal, Q?

-Tienes tiempo? –Pregunto la rubia, sentándose a su lado.

-Para ti? –Cuestiono la morena. –Toda una vida.

Quinn sonrió de lado y asintió.

De pronto, se percató de la presencia de una morena con nariz particular. Frunció el ceño.

-Quien es ella? –Le pregunto a su amiga, mientras la señalaba con un movimiento de cabeza.

Y antes de que Santana pudiera responder, La chica se adelantó presentándose.

-Rachel Berry –Le tendió la mano con intención de estrechársela.

-Fabray, Quinn Fabray –Correspondió el saludo, mientras le sostenía la mirada y le regalaba su típica sonrisa torcida.