Genes

Parece que heredé el mismo problema de mi hermano. No tengo control de mi ira.

De partida, me puse celoso de puro idiota. Y lo peor, es que lo hice de un completo idiota.

Recuerdo que decidí ser un vengador cuando era pequeño, después de la masacre de mi familia. Pero siempre tuve la ida de que un vengador es la persona más poderosa que existe, que resiste todo lo que le pueda ocurrir sólo porque tiene un objetivo que, además, es noble. Por eso puse todo mi empeño para ser el mejor en todo.

Pero no lo logré a tiempo, me parece. Porque un botarate rubio me ganó. Me superó. A mí, Sasuke Uchiha, un UCHIHA, me ganó un don nadie.

Seamos justos. No es un don nadie. Es mi mejor amigo, y se llama Naruto Uzumaki. No tiene idea de donde viene y tampoco le interesa, pero sí tiene claro hacia donde va. Quiere ser Hokage. Y a este paso parece que sí lo logrará.

No me importaría alentarlo, no tendría ningún problema, si no fuera por que al parecer su esfuerzo ha rendido más frutos que los míos, que soy un genio.

Por ello, luego de la batalla que tuvo con Gaara, cuando salvó a Sakura, luego de esa misión donde conocimos al hermano de Ibiki de donde me tuvieron que sacar herido a mi pesar; por ello, al llegar al hospital y medio recuperarme, me enfurecí. Porque no puedo creer que Naruto me haya alcanzado, que me haya SUPERADO. Por eso lo desafié a luchar en el techo. Por ello usé mi Chidori contra él. Porque no puedo soportar que sea más fuerte que yo, que esta vez yo tuviera que alcanzar sus pasos…

Porque no me gusta la idea de no poder protegerlo, ni a él ni a quien sea, sólo porque mi poder no da abasto. Siempre lo he terminado defendiendo¿Qué tanto le puede costar mantener el orden así?

Me frustra ser inferior a él. Pero también me frustra el tener que recurrir a peleas de este tipo para poder dejárselo en claro.

En el Valle del Fin pasó lo mismo. Me harté de ser siempre dependiente de los logros de los demás para poder medir los míos. Casi lo maté sólo por no poder encauzar mi ira. Y no es porque lo quisiera matar, en verdad. Él me forzó a ello. Con su persistencia, con su tozudez… Y me duele que tenga yo que actuar así, que tenga que rebajarme al mismo nivel de mi hermano.

Pero lo peor es que estoy siguiendo prácticamente los pasos de mi hermano. Genio en la Academia, tal como él lo fue; fuerte, tal como lo recuerdo; hábil, como me recordaban constantemente; ahora con Sharingan completo… y con una persona destruida tras de mí.

Esta vez no es un hermano de sangre, como él. Esta vez es un pedazo íntegro de mí mismo. Es el Sasuke inocente y de nobles intenciones el que se queda clavado por siempre en el corazón del que he tenido que abandonar.

Realmente, creo que esto de los genes es demasiado fuerte.

Incluso para mí.

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