Notas del fic:

Marthiis: ¡Hola a todos! *sonríe* Este es un fic que solo constará de dos capítulos. Va dedicado a mi nee-san Marion como regalo de Navidad muy, muy atrasado y a Daneshka Boticcelli. También va para todos ustedes que siempre se toman su tiempo para leer los escritos que hago.

Tamaki: También le agradecemos a todos los que dejaron reviews en el one-shot de "Mi vida junto a ti" Marthiis no ha tenido tiempo para responder pues ya ha entrado a clases.

Marthiis: De esta manera, les pido disculpas por no actualizar como debería a los fics de "Quiero un cambio" y "La banca del parque". Espero que puedan comprenderme y a cambio les dejo este fic donde la segunda parte –que será un poco más larga- saldrá el próximo viernes.

Tamaki: De antemano les agradecemos el apoyo que nos han brindado, cada uno de los reviews son bien recibidos y nos alegra que estos fics sean de su agrado.

Marthiis: Bueno, sin dar más explicaciones. Los dejo, hasta el próximo viernes.

Tamaki: Recuerden, Naruto no le pertenece a Marthiis, es de Masashi Kishimoto.

Primera parte

— ¿Qué se siente ser libre?— Sasuke soltó esa cuestión al viento pero en el fondo sabía que había alguien que estaba dispuesto a responderle. El viento sopló tranquilamente, moviendo sus cabellos negros, su rostro impertérrito brillaba por la luz de la luna y sus ojos de color negro miraban hacia el horizonte, tratando de hallar la respuesta en las estrellas que parecían acompañarlo en su tormento.

Estaba solo. Pero él ya estaba acostumbrado a la soledad, a él no le importaba el significado de esa palabra, misma que dejó de tener valor al momento de completar su venganza. Ahora, en esos instantes lo único que deseaba saber era el motivo de su existencia. La victoria contra su hermano le supo dulce, sin embargo un sabor amargo se había colado. Su objetivo fue completado pero… no se sentía a como se imaginó en antaño.

Su vida se basó en prepararse para luchar contra el oponente que compartía su sangre, eso y nada más. Nunca tuvo tiempo suficiente para crear o profundizar lazos con otras personas y la única con la que pudo haberlo hecho, se había ido. Había desaparecido, simplemente así.

Recordarlo hacía que su corazón palpitara en dolorosos movimientos, su respiración se tornaba lenta y casi podía sentir como la tristeza comenzaba a dominarlo. Pero es no sucedía, su orgullo era demasiado grande como para permitir que eso ocurriese, él no vivía atado a nadie y menos para fines sentimentales.

Cuanto deseó que esos pensamientos fuesen verdad. Una sonrisa amarga apareció en su rostro, seguido de una carcajada irónica.

— ¿Qué se siente ser libre?— volvió a preguntar— Dímelo, Naruto. Tú que siempre destacas por tus actos de gran benevolencia, ¿tú puedes responder a mi pregunta?— Sasuke se giró, no pudo evitar ensanchar su sonrisa, una sonrisa que lejos de ser agradable, resultaba amarga.

—No puedo responderte— Naruto se encontraba detrás de él, lo miraba con una seriedad extraña, una seriedad que solo en pocas ocasiones se aparecía en esas facciones— ¿Cómo responder a algo que jamás he sentido? La libertad siempre ha estado fuera de mi alcance—

Sasuke imitó el gesto, borrando su sonrisa. Naruto llevaba largo rato observándolo pero el Uchiha no había hecho caso a su presencia por mera diversión.

Decidió por ego, no fijarse en los cambios que había sufrido quién hacía varios años atrás, fue su compañero. No miró las duras facciones que denotaban pureza, no miró sus ojos que lo envenenaban y tampoco prestó atención al cuerpo que por mucho tiempo había deseado en su cama.

—Explícamelo— pidió Sasuke sin contemplación.

—Desde que nací, vivo sujeto a un destino que se me fue otorgado a la fuerza, Kyuubi vive en mi interior y por su causa yo sufrí maltratos. Tú más que nadie, debe saberlo— explicó el rubio, sus ojos destilaban indiferencia pero el Uchiha creyó ver un atisbo de tristeza.

—Pero ahora todos te aman, a ti, el gran salvador de Konoha— escupió el pelinegro. –Puedes poseer la libertad y gloria que tanto has añorado—

—Sasuke…— La voz de Naruto se tornó áspera al igual que el brillo de sus ojos— ¿De qué me sirve tener libertad y gloria, si la persona por la cuál hice todo esto no está conmigo?—

— ¿Acaso Sakura te ha rechazado otra vez?—

—Para nada…— Naruto sonrió por primera vez en presencia de Sasuke— Creo que va siendo hora de que te diga el motivo de mi visita esta noche—

—Cualquier cosa que me digas, no me importará. Para mí no eres nada, usurantokashi—

—Es probable que no sepas de esto, pero es necesario que te enteres— El Uzumaki ignoró el último comentario mostrando una sonrisa conciliadora— Sakura-chan y yo nos comprometimos hace dos años… Y nos encantaría que estuvieses presente en nuestra boda mañana por la tarde—

— ¿Qué te hace pensar que yo asistiré a tu evento?— Sasuke endureció su tono de voz, apretando sus puños con fuerza. Algo había escuchado recientemente en uno de sus viajes, sin embargo era algo que no creía posible por ciertas razones que de las que a veces se avergonzaba.

—Si alguna vez lo "nuestro" significó algo para ti, estoy seguro de que irás—

—Ni lo menciones, no quiero recordar los malos eventos del pasado, es algo que me repugna— Sasuke hizo una mueva de asco pero en el fondo era una táctica para no desmoronarse. No cambió su expresión seria y solo miró la reacción del ojiazul, quería que la él e doliera, que experimentara lo que sufría en esos instantes.

Naruto simplemente lo miró y con una sonrisa ancha, desapareció en una nube de humo.

Sasuke gruñó intentando guardar su coraje. Pero no podía evitarlo, deseaba impedir a toda costa esa boda. Recordó entonces, el amorío que había tenido con el rubio años atrás. Fue en esa temporada donde pudo experimentar muchas cosas pero eso no llenaba su sed de venganza y pese a los lloriqueos del que fue su amante, terminó abandonándolo.

Dejó pasar una temporada, pensando que el idiota iría a buscarlo pero él nunca lo hizo. Sasuke intuyó que Naruto se había sentido tan destrozado que perdió toda fé en su regreso.

No lo culpaba, su el Uchiha hubiese estado en su lugar, se habría rendido desde un principio.

Pero…

A pesar de todo, de la sangre derramada, de las cicatrices en su piel y su alma, muy en su interior seguía amando al ojiazul.

Era por eso que deseaba saber que significaba el ser libre ya que siempre se mantenía atado a alguien. Al principio vivió atado a Itachi pero luego la atracción por Naruto hizo que se olvidara de su meta, claro, poco tiempo después se dio cuenta de que debía volver a ese sendero enfermizo.

Sasuke suspiró y siguió viendo la luna, como si ese bello astro le pudiese dar la respuesta a todas sus dudas.

—Mierda…— el Uchiha activó el Sharingan y le dio un fuerte puñetazo al árbol más cercano, mismo que cayó causando un estruendoso sonido.

Fue cuando Sasuke decidió que aquello no podía continuar de esa manera y aunque no llegase a saber que era la libertad, supo que al menos viviría atado a la persona que amaba.

Notas finales:

Marthiis: Se que ha sido un poco corto pero prometo que el próximo será un poco más largo, ¿ne?

Tamaki: Esperamos que haya sido de su agrado. *sonríe*