Me miraste, pude ver la amarga ternura reflejada en tus llamativos ojos,
aquellos ojos que sólo piden amor, lo piden a gritos. Sin embargo, tu
actitud es la contraria tu rostro y tus movimientos reflejan superioridad,
frialdad, maldad e incluso odio.
No puedes romper esa imagen que haz formado frente a los demás durante tantos años, esa imagen altanera y despreciable, a veces, incluso, me pregunto como llegué a enamorarme de un monstruo como tú, talvez será que conmigo fuiste un cachorrito indefenso que sólo buscaba un poco de cariño y comprensión, y sin pensarlo, lo encontraste, encontraste en mí ese amor que necesitabas, y yo, rendida ante tu encanto, cedí y me dejé llevar por tu amor, tus besos, tus caricias y palabras de cariño.
Todo fue perfecto, nos veíamos a altas horas de la noche, en lugares secretos... ocultos, tenías que conservar tu imagen, claro está, yo, talvez segada por el amor acepté tu juego, me amabas de una forma tan magnifica que no me importó absolutamente nada, aunque pasados los meses todo se volvió extraño y muy frío, ya no eras el mismo de antes. Aquella noche dijiste que no podíamos continuar, que encontraste a alguien mejor, que no querías saber mas de mí, te miré y con un nudo en la garganta me levanté, salía de la puerta sin decir media palabra; mi orgullo no me lo permitió, es cierto, también soy orgullosa, lo sabes muy bien, sabes de mí cosas que ni siquiera yo misma sé, me conoces desde la cabeza hasta los pies, prácticamente de memoria, sin embargo eso no te importó, no significó nada para ti.
Me dices que te vas, poco me importa, el corazón sabrá entender cuando las cosas llegan a un cierto límite, te di todo lo que tenía, me quedo tranquila ya que no te debo nada, me quedo con mi orgullo, con el corazón roto, y sin poder derramar lágrimas, sin poder expresar a los demás todo el sufrimiento que llevo dentro de mi alma... y por qué?... Simplemente porque nadie nunca supo lo nuestro, por tu imagen, por tu cobardía, por tu ridícula apariencia, vete, vete lejos, se muy bien que sobreviviré, esconderé ésta pena que me encoge el alma, olvida que alguna vez llegaré a ser comprensiva contigo, yo no te perdonaré, pronto me acostumbraré a vivir la vida sin tenerte, es fácil para ti que ya sonríes, toma tu maleta, nuestras vidas cambiaran cuando cruces esa puerta, vete, sé que ella te espera en la sombra de aquel portal, eso sí, espero que te alejes para siempre de mi lado, ella te llevará lejos así que no vuelvas nunca más.
La puerta cerraré, nunca mas abrirá para ti, llévate empacados, tu falso corazón, tu hipocresía y por supuesto esa mirada fría, enterraré todo recuerdo sobre ti, como quien entierra en el jardín las cosas que no deben salir jamás, para que no me hieran los momentos ya vividos.
Maldigo dos días de mi vida: el que nos ha unido y el día en que decidiste alejarte de mí vida, cargando sin expresión todos los recuerdos que van tras de ti.
Mírame a los ojos por última vez, mira mis ojos que se iluminaban como el lucero de la noche cada vez que sonreías, pero ahora, son solo el vago recuerdo de lo que fue, en mis ojos se reflejaban el amor e ilusión hacia la persona que creía me amaba ciegamente, sin ti me muero, pero no descuides que sin ti renaceré.
Observo con atención mi alrededor, borrando, destrozando y quemando todo objeto que me recuerde a ti, alejando todo rastro de tu ser, dañaste mi corazón a tu antojo, siendo que fui YO! Quien te ayudó; YO! Quien te consoló; YO! Quien más te amó y amará, hasta nunca mi primer amor, y quien sabe... quizás el último.
No puedes romper esa imagen que haz formado frente a los demás durante tantos años, esa imagen altanera y despreciable, a veces, incluso, me pregunto como llegué a enamorarme de un monstruo como tú, talvez será que conmigo fuiste un cachorrito indefenso que sólo buscaba un poco de cariño y comprensión, y sin pensarlo, lo encontraste, encontraste en mí ese amor que necesitabas, y yo, rendida ante tu encanto, cedí y me dejé llevar por tu amor, tus besos, tus caricias y palabras de cariño.
Todo fue perfecto, nos veíamos a altas horas de la noche, en lugares secretos... ocultos, tenías que conservar tu imagen, claro está, yo, talvez segada por el amor acepté tu juego, me amabas de una forma tan magnifica que no me importó absolutamente nada, aunque pasados los meses todo se volvió extraño y muy frío, ya no eras el mismo de antes. Aquella noche dijiste que no podíamos continuar, que encontraste a alguien mejor, que no querías saber mas de mí, te miré y con un nudo en la garganta me levanté, salía de la puerta sin decir media palabra; mi orgullo no me lo permitió, es cierto, también soy orgullosa, lo sabes muy bien, sabes de mí cosas que ni siquiera yo misma sé, me conoces desde la cabeza hasta los pies, prácticamente de memoria, sin embargo eso no te importó, no significó nada para ti.
Me dices que te vas, poco me importa, el corazón sabrá entender cuando las cosas llegan a un cierto límite, te di todo lo que tenía, me quedo tranquila ya que no te debo nada, me quedo con mi orgullo, con el corazón roto, y sin poder derramar lágrimas, sin poder expresar a los demás todo el sufrimiento que llevo dentro de mi alma... y por qué?... Simplemente porque nadie nunca supo lo nuestro, por tu imagen, por tu cobardía, por tu ridícula apariencia, vete, vete lejos, se muy bien que sobreviviré, esconderé ésta pena que me encoge el alma, olvida que alguna vez llegaré a ser comprensiva contigo, yo no te perdonaré, pronto me acostumbraré a vivir la vida sin tenerte, es fácil para ti que ya sonríes, toma tu maleta, nuestras vidas cambiaran cuando cruces esa puerta, vete, sé que ella te espera en la sombra de aquel portal, eso sí, espero que te alejes para siempre de mi lado, ella te llevará lejos así que no vuelvas nunca más.
La puerta cerraré, nunca mas abrirá para ti, llévate empacados, tu falso corazón, tu hipocresía y por supuesto esa mirada fría, enterraré todo recuerdo sobre ti, como quien entierra en el jardín las cosas que no deben salir jamás, para que no me hieran los momentos ya vividos.
Maldigo dos días de mi vida: el que nos ha unido y el día en que decidiste alejarte de mí vida, cargando sin expresión todos los recuerdos que van tras de ti.
Mírame a los ojos por última vez, mira mis ojos que se iluminaban como el lucero de la noche cada vez que sonreías, pero ahora, son solo el vago recuerdo de lo que fue, en mis ojos se reflejaban el amor e ilusión hacia la persona que creía me amaba ciegamente, sin ti me muero, pero no descuides que sin ti renaceré.
Observo con atención mi alrededor, borrando, destrozando y quemando todo objeto que me recuerde a ti, alejando todo rastro de tu ser, dañaste mi corazón a tu antojo, siendo que fui YO! Quien te ayudó; YO! Quien te consoló; YO! Quien más te amó y amará, hasta nunca mi primer amor, y quien sabe... quizás el último.
