Nueva historia, primera de mi entera invención en publicar aquí.

MI EXTRAÑA Y ODIOSA VECINA

CAPITULO UNO

LOS NUEVOS VECINOS

El despertador sonó ¡Qué horror! El primer día de escuela, aunque ya no sería lo mismo que el año pasado, oficialmente ya soy alumno de secundaria, eso me pone ansioso.

- ¿Nervioso, Lucky? – escucho una voz atrás de mí, una voz odiosa, mi hermana Nina; ambos comenzamos nuestra diaria competencia para ver quién entra primero al baño, esta vez ella me gana.

-Lastima, Lucky, tendrás que esperar – dice mientras me cierra la puerta en la cara, como odio que me llame así y se burle de mí. Si no hubiera sido por ella, en la primaria no me hubieran llamado "mascotin", "perrito", "pulgoso" y demás. Ahora en la secundaria ella no estaría, puesto que cursará tercer semestre de preparatoria, ya no puede arruinarlo, aunque mi nombre puede hacerlo por si solo ¿A quién se le ocurre nombrar a su hijo Lokien? ¡Ah, sí! A mi madre. Le encanta leer y de sus libros favoritos llamó a mi hermana Karenina y a mi Lokien. Mi hermana tuvo suerte, le puedes llamar Karen o Nina, en cambio yo… solo Loki, si bien es el nombre de un dios nórdico y villano de un comic, la mayoría de los que me conocen piensan que es nombre de perro. Y así fui marcado por el resto de mi vida.

Escucho abrir la puerta del baño, mi hermana sale por fin.

- Todo tuyo, LUCKY – se burla de nuevo mientras se dirige a su habitación.

- ¡¿Cuántas veces tengo que decirte que no me llames así?! ¡O mejor aún, no me llames! ¡Sabes que odio ese sobrenombre! – le grito, pero como ya estaba entrando a su habitación, supongo que no me escuchó. Como sea, tengo prisa.

Finalmente estoy listo y bajo a desayunar.

- Mi pequeñito al fin va ir a la secundaria – me dice mi madre, Penélope Blond, como odio que me trate como a un niño pequeño, pero al menos no me dice Loki, solo mi hermana, aunque mi padre no me la pone más fácil.

- ¡Ese es mi cachorro! – me felicita Henry Blond, mi padre. A él también lo odio por no impedir que mi madre me nombrara así. Descubrí que mi madre no quería tener hijos, pero mi padre insistió tanto que le propuso que si los tenían, le dejaría nombrarlos de la forma que ella quisiera ¿Por qué debía llevarme yo la peor parte? Bueno, pues hay un dicho que dice que "No hay que llorar por la leche derramada", y sí, tengo que poner mi mejor cara, pero llevo tiempo tratando de resignarme pero aún no lo consigo.

Finalmente vamos rumbo a la camioneta de mi madre, Henry hace quince minutos que se fue.

Salimos y nos percatamos de algo, había un camión de mudanza, la casa de a lado al fin iba a ser ocupada, mientras subíamos a la camioneta de mi madre, pude ver a los vecinos. Un hombre de rasgos árabes, se veía que era simpático. Una mujer caucásica de rasgos y de complexión muy delicados, increíblemente hermosa, aunque por su expresión parece que siempre está en la luna. Deduzco que son una pareja de recién casados, no deben sobrepasar los veinticinco años de edad, nada fuera de lo ordinario ¡Espera! Hay alguien más, una chica de mi edad, no le veo la cara porque esta de espaldas. Es increíble que esa pareja, siendo tan joven tengan una hija de mi edad. Su cabello es rubio oscuro, de piel clara.

- Más tarde les daremos la bienvenida, hay que irnos para llegar a tiempo – apura mi madre, que arranca la camioneta. Yo aún siento curiosidad por ver la cara de la chica, que a diferencia de su madre (Aunque yo lo dudo) no se veía tan delicada. De pronto, al pasar por su casa ella volteo a verme, si, a verme. No cuando buscas algo, no cuando simplemente quieres ver alrededor y definitivamente muy distinto a cuando te sientes observado y buscas al mirón. No, es como si supiera que yo, específicamente yo la observaba. Los rasgos de su cara son finos, pero su mirada me pone nervioso, aunque solo fuera por unos segundos mientras pasábamos por su casa. Sus ojos marrones me veían como si hubiera encontrado algo con que entretenerse, como el brabucón de la primaria, sonreía maliciosa. Tengo miedo de volver a pasar por aquí. Es un hecho de que no quiera golpearme, eso creo, pero no me agrada, definitivamente esta chica debe ser evitada por mi persona.

La escuela de Nina estaba primero, así que ella fue la primera en bajar.

- Nos vemos, má. No dejes que nadie más te moleste a parte de mí, Lucky. Diviértete – me "aconseja".

- ¡Que no me llames así! – alcanzo a gritarle.

- ¡Lokien! No le grites a tu hermana – me reprende mi madre.

- Pero ¿Ella si tiene derecho a molestarme? – repliqué.

- Ya hablaremos los tres más tarde – propuso y yo acepté.

Finalmente llegamos a mi nueva escuela.

- Suerte – me desea mi madre, eso es lo único que no poseo, ni aunque me lo desees.

- Gracias – mentí y bajé a terreno desconocido. Ruego con todo mi corazón que esta vez, solo esta vez no tenga que cargar con la maldición de mi nombre.