Los personajes pertenecen a J. K. Rowling
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De Dursley y Weasley
Hablar en otro idioma.
Joe Dursley no lo iba a negar. Cuando su hermana menor, que había resultado ser una bruja para sorpresa de todos, se fue a Hogwarts, pensaba que nunca más iba a tener que escuchar palabras como Quidditch, Gryffindor, Ravenclaw, Slytherin, Hufflepuff o Hogwarts, entre muchas otras, salvo en el breve lapsus de tiempo que permaneciera en casa por las vacaciones. Aquellas palabras a él le sonaban como si fuera de otro idioma, y en un principio, carecían de significado.
Pero entonces llegó Roxanne Weasley a su vida. La joven había resultado ser una squib, la primera en generaciones de la familia Weasley. Joe, en un principio, sólo se acercó a ella para hacerle un favor a su hermana, quien le pidió que le echara una mano para adaptarse a aquel nuevo mundo, pero acabó viendo en la chica a alguien entretenida y acabó por ser alguien que le cayó bien… sino fuera por esas veces que hablaba como si fuera chino.
Si para Joe, la jerga mágica era otro idioma, para Roxanne las cosas que tenía que ver en clase eran de otro universo. Ella no tenía idea de qué era un isótopo, de cuándo se cometía fuera de juego o por qué el teorema de Pitágoras se llamaba "de Pitágoras" sino había sido Pitágoras quién lo había descubierto.
El mundo muggle era un enorme suplicio para la chica Weasley que se vio lanzada al interior de él como si de una mala broma se tratase. ¿Y los chicos muggles tenían que aprender esas cosas? Adivinación si que era fácil. Runas Antigua era fácil. Las matemáticas y el alemán, definitivamente, no lo era.
Por lo que la amistad que ambos chicos empezaron como algo por conveniencia, aunque nunca reconocerían que fue eso, por el lado de Joe temiendo la ira de su hermana, que por muy pequeña que fuera, se estaba dejando crecer las uñas y sabía por experiencia que las uñas de las mujeres podían hacer mucho daño, y por el lado de Roxanne quien temía cualquier cosa que viera y que no poseyera magia por si misma, acabó como una verdadera amistad.
El paso del tiempo los puso a cada uno en su lugar, y ambos comenzaron a complementarse. El chico comenzó a comprender a su hermana y lo que significaba vivir entre magos. Roxanne le ayudaba con ese idioma mágico, porque para Dursley era un idioma nuevo, y pronto se vio sabiendo llevar una conversación con su hermana.
Mientras que ella acabó por comprender todas las rarezas, que para ella, tenía el mundo muggle. Se vio de suspender el primer curso por no entender casi nada de las cosas que veía, como el hecho de que nunca había visto las matemáticas muggles, a sacar las mejores notas de la clase, consagrándose como una alumna de matrícula y a la que todos pedían sus apuntes.
El tiempo, junto con el roce de estudiar juntos y ayudarse mutuamente, fue lo que hizo que acabarán complementándose de otra forma. Mucho más personal que académica.
