Too Much, Too Soon

Too Much, Too Soon

Demasiado en poco tiempo

Autor: TheSmurfs

Traductora: Alisevv

Pareja: SS/HP, RL/SB

Resumen: Harry bebe mucho en su baile de graduación y duerme con un hombre que había deseado por dos años. ¿Cuáles serán las consecuencias? ¿Qué relación tendrá esto con Sirius y Remus? Advertencia: Slash. SS/HP

Advertencia: Historia Slash, es decir, relación chico/chico, contiene Mpreg y algo de OOC. Por favor, no se quejen pues ya fueron advertidos.

Disclaimer: Todo pertenece a J.K.Rowling

La historia original la pueden encontrar en la bio de mi perfil

Too Much, Too Soon

Demasiado en poco tiempo

Capítulo 1/11

El Baile de Graduación

—Ey, Remus, ¿dónde está Sirius?

Harry miró sobre el hombro de Remus, esperando ver a su padrino no muy lejos. Era su Baile de Graduación de Hogwarts; mañana estaría viajando en el Expreso de Hogwarts con el resto de los estudiantes, listos para comenzar sus nuevas vidas de adultos. Dado que era el Profesor de Defensa, Remus había asistido, y Sirius había prometido que asistiría también.

—No pudo venir, Harry, lo lamento.

—¿Por qué?

—Hoy se cumplen dos años desde que tuvo el aborto— logró explicar Remus sin que su voz de quebrara, aunque no era la primera vez ese día que había tragado el bulto que parecía cerrar su garganta.

—Oh, Remus, yo… yo debería haberlo sabido.

—Está bien. Sirius deseaba venir pero esto lo afectó más de lo que pensaba.

—Es tan injusto. Hay tantos idiotas que se dejan preñar y ni siquiera quieren a su bebé, y tú y Sirius, que serían los mejores padres del mundo… simplemente, esto no debería pasarles a ustedes.

—Gracias, Harry. Todo lo que hemos deseado es tener una familia propia, pero llevamos ya tres años intentándolo. Puede que tengamos que aceptar que nunca pasará para nosotros, que nunca… tendremos un niño.

—¿Han conversado la opción de adoptar?

—Lo hemos hecho y desafortunadamente, debido a mi condición de hombre lobo, nunca podríamos ser considerados.

Harry ni siquiera sabía qué decir. ¿Qué podía decir? En lugar de eso, dio un abrazo a Remus.

—Sólo voy a quedarme para la cena, luego regresaré con Sirius— dijo Remus mientras se separaban.

Ambos se dirigieron al Gran Comedor, que había sido transformado y decorado. Las mesas habían sido ordenadas y agrupadas para el estupendo festín. Harry encontró a Ron y Hermione y se sentó entre ellos. Simplemente, sentía que esa sería la mejor noche de su vida.

ºººººººº

El baile estaba en plena marcha. Después de la cena, el espacio ocupado por las mesas había sido despejado y en su lugar se colocó una pista de baile. Hermione estaba entretenida conversando con otras chicas, mientras Harry y Ron se sentaban en una mesa, bebiendo cerveza de mantequilla.

—¿Qué estarán tramando Seamus y Dean?— preguntó Harry, señalándolos. Los aludidos estaban en una esquina y tenían dos mochilas llenas hasta las costuras.

—No lo sé, pero lucen sospechosos, vamos a averiguar.

Harry siguió a Ron hacia el rincón. De inmediato, Seamus y Dean intentaron mostrarse indiferentes y les sonrieron mientras se acercaban, tratando de sacar las mochilas fuera de la vista.

—¿Qué traman ustedes dos?— preguntó Ron.

—Nada— dijeron Seamus y Dean al mismo tiempo. Harry y Ron se echaron a reír.

—Vamos, dígannos. ¿Qué llevan en las bolsas?— inquirió Harry.

—Está bien— cedió Seamus—. Pero no pueden decir a nadie o todos querrán un poco. Tenemos cerveza y whisky de fuego, birlados de las cocinas.

—Genial— replicó Ron, agachándose al lado de sus amigos para tomar una botella.

—Tomen lo que quieran— les dijo Dean—. Si nosotros bebemos todo eso, terminaremos paralíticos y en la enfermería.

Tanto Harry como Ron tomaron unas cuantas botellas y regresaron a su mesa. Después de un par de cervezas, Ron se fue a hablar con Hermione, dejando a Harry solo, inspeccionando la habitación. Divisó al Profesor Snape abandonando el Gran Comedor y suspiró. No podía creer que probablemente nunca lo volvería a ver. Llevaba dos años enamorado de Snape, más o menos desde que había descubierto que era gay. Pociones pasó de ser su peor clase a la favorita. Amaba escuchar la voz del hombre, observar sus misteriosas miradas y fantasear con… bien, ya saben. Y buscaba cualquier detención que pudiera darle. Esperaba, cuando partiera de Hogwarts, poder encontrar otro hombre y olvidarse de él.

—Caray, Harry, ¿cuántas cervezas te has tomado?— preguntó Ron, que regresó diez minutos más tarde.

—Err, unas cuantas— replicó, mirando la cantidad de botellas vacías que estaban sobre la mesa. A Ron lo veía en una clase de bruma y su voz parecía venir de muy lejos.

—Mejor escóndelas, Hermione está vinien…mierda.

—¿De dónde sacaron eso ustedes dos?— preguntó la chica con desaprobación, cuando llegó junto a ellos.

—Hermione, no nos des un mal rato— suplicó Ron—. Es nuestro baile de graduación; deberíamos poder echar una cana al aire

—Hay diez botellas vacías ahí, ¿qué están intentando hacerse a ustedes mismos?

—¡Hermione, déjalo ya!— pidió Ron.

Hermione, en un ataque de rabia, se fue a la pista de baile. Ron frunció el ceño y Harry rió. Estaba harto de ese par. Deseaba que simplemente admitieran sus sentimientos mutuos y follaran, todas sus discusiones no eran otra cosa que tensión sexual.

—¿No vas a bailar?— preguntó Ron.

—Ve tú— contestó Harry—. Yo voy a buscar a Snape y decirle que lo amo— declaró, arrastrando las palabras.

—No creo que sea buena idea, compañero— le dijo Ron.

—¿Por qué?

—Bien, estás borracho y probablemente te arrepentirías después. Y Snape probablemente te matará.

—Pero lo amo.

—Nah, sólo quieres follarlo.

—¿Ron!— exclamó el otro, casi escupiendo la bebida que acababa de tragar.

—Bueno, es cierto. Anda, vamos a bailar.

—Me reuniré con ustedes después— replicó, levantando su cerveza.

Ron se encaminó hacia la pista de baile. Tan pronto como se perdió de vista, Harry se apresuró a salir del Gran Comedor y se dirigió a las mazmorras. No sabía donde estaría Snape, pero imaginaba que era el mejor lugar para empezar a buscar. Siguió todo el camino hasta el aula de Pociones pero la encontró vacía. Mientras regresaba, lo vio más adelante, caminando hacia él.

—Potter, ¿qué está haciendo aquí?— espetó Snape.

—Buscándolo— replicó el joven, deteniéndose frente a su profesor.

—¿Puedo preguntar por qué?— dijo con tono aburrido.

—Porque usted es realmente… parece… sexy.

Por unos segundos, el hombre le lanzó una mirada curiosa, tratando de entender de qué iba todo eso. ¿Era una broma? ¿Había sido retado? ¿Estaba en verdad tan bebido como parecía? En cualquier caso, no estaba interesado en seguir con esa conversación.

—Cuanta elocuencia. Ahora, si me disculpa.

Snape fue a pasar a Harry, pero un brazo se cerró alrededor de su cintura.

—Potter, quíteme el brazo de encima antes que…

—He estado enamorado de usted por siglos y siglos.

El profesor podía oler el alcohol que provenía de Harry, pero aún así no podía descifrar si se trataba de una broma o no. Ocasionalmente, muy ocasionalmente, alguna estudiante había desarrollado cierto enamoramiento hacia él, pero nunca un chico. ¿Y Potter? Eso, simplemente, no parecía correcto.

—Potter, está borracho.

—No lo estoy.

—Sí, lo está, y está actuando como un completo imbécil. Creo que lo mejor sería que regresara a su dormitorio a dormir o…

Severus dejó de hablar, Harry había agarrado su entrepierna y estaba masajeando lentamente.

—Puedo pensar en algo más interesante que hacer que dormir— susurró el joven en su oído. Snape se congeló. Podía sentir su polla endureciéndose pues lo que Harry decía y hacía estaba golpeando todos los botones correctos. Él fantaseaba con Potter; era un joven guapísimo y sabía que la mayoría de los hombres gay saltarían ante la oportunidad de joderlo. Pero no podía, Potter estaba borracho y él era el adulto. No podía tomar ventaja de esto. Pero mientras más trataba de convencerse de eso, menos quería dejarse convencer.

—¿Usted… usted ha tenido sexo, Potter?— preguntó.

—Montones de veces— susurró en respuesta—. Me encanta ser follado, especialmente por hombres mayores.

Snape estaba demasiado metido. Todo pensamiento racional abandonó su cerebro y aferró la mano que Harry tenía en su pene y lo condujo hacia las mazmorras, deteniéndose en una gran puerta de roble ubicada frente al aula de Pociones. Susurró la contraseña y, acompañado de Harry, entró en sus aposentos privados. El joven no tuvo tiempo de dar un vistazo alrededor, y tampoco quería hacerlo. Iba a tener sexo con Snape, no podía creerlo; había soñado con esto pero no pensó que pasaría ni en un millón de años.

—Súbete a la cama— instruyó el mago mayor, cuando entraron a su habitación.

Harry cayó de espaldas en la cama y dejó que Snape retirara sus ropas. Ya estaba duro como roca cuando el hombre bajo sus interiores. Sonriéndole, Snape lo tomó, acariciando arriba y abajo por toda la longitud. Harry estaba en el cielo, lanzando su cabeza contra la almohada y adelantando instintivamente las caderas. Rogaba a Dios que no terminara muy pronto.

—Por favor… siga con esto— lloriqueó cuando estaba empezando a ser demasiado.

El profesor se detuvo, giró a Harry y procedió a remover su propia ropa.

Los dedos de Snape, cubiertos con una sustancia fría, fueron aplicados en su entrada y él jadeó en voz alta en expresión de dolor cuando sintió que algo mucho más grande que un dedo empujaba hacia su interior. Pensaba que estaba a punto de desmayarse. Respiró pesadamente y, una vez se recuperó, Snape empezó a embestir con fuerza, sin misericordia.

Harry aferró los lados de la cama, gimiendo y gritando con cada estocada. Era tan… jodidamente fantástico. Había pasado dos años imaginando que Snape lo follaba, pero sus fantasias ni siquiera se acercaban a esto.

Pudo sentir como su orgasmo se acercaba y Snapa parecía haberlo comprendido, pues empezó a embestir con más fuerza, y unos minutos más tarde, ambos explotaban en el climax.

ºººººººº

—Entonces, ¿dónde te metiste anoche?— preguntó Hermione. El trío se encontraba en el Expreso de Hogwarts, en camino hacia la estación Kings Cross.

—En ninguna parte— contestó Harry, colocando una mano en su cabeza. Tenía un intenso dolor de cabeza.

—¡Sólo tú tienes la culpa de eso!

—Hermione, por favor, no grites.

—Entonces, ¿qué vamos a hacer ahora?— habló Ron, cambiando de tema.

—Creo que voy a ir mañana al Ministerio, veré qué oportunidades de trabajo hay allí— informó Hermione.

—¿No prefieres tomarte un descanso primero?— le preguntó Harry.

—Bueno, mamá y papá están trabajando y no me apetece quedarme sola en casa todo el día.

—¿Por qué no viajamos, solos los tres?— sugirió Ron.

El carruaje se detuvo silenciosamente mientras todos meditaban sobre la idea. ¿Buscar un trabajo o irse de vacaciones? ¿Realmente había algo que pensar? Se miraron unos a otros y sonrieron.

—Creo que es la mejor idea que has tenido jamás, Ron— dijo Hermione.

—Sabes, a ti te gusta creer que soy espeso o algo así— replicó el pelirrojo.

—¡Oh, por el amor de Dios, Ron!

Ambos cruzaron sus brazos sobre el pecho y miraron malhumorados en direcciones contrarias.

—Si ustedes dos van a estar así todo el tiempo, serán unas vacaciones muy cortas— puntualizó Harry.

Todos se echaron a reír.

ºººººººº

—¿En qué puedo ayudarlo?— preguntó la sanadora mientras Harry se sentaba frente a su escritorio.

—Acabo de regresar de un viaje de dos meses y estoy solicitando un puesto para jugar Quidditch con los Chudley Cannons, así que necesito entregarles un reporte médico que pruebe que estoy bien de salud.

—Oh, correcto. Bien, acuéstese en la camilla y lo revisaré.

Harry se levantó e hizo lo que le ordenaban. Una vez acostado, la sanadora se paró sobre él, moviendo la varita arriba y abajo a lo largo de su cuerpo. Tan pronto como se detuvo, se pudo escuchar el sonido de una impresora, y con seguridad, sobre el escritorio de ella una hoja de papel estaba saliendo de la máquina.

—Se puede sentar de nuevo, señor Potter.

Harry obedeció y observó como la sanadora ojeaba el reporte.

—Bien, todo parece estar en orden. Está muy bien… oh….

—¿Qué pasa?— preguntó Harry, ansioso, no le gustaba la expresión en el rostro de la sanadora.

—Ummm, señor Potter, ¿está consciente de que tiene dos meses de embarazo?

—¿Qué yo qué??

Continuará…….

Próximo capítulo: ¿Y ahora qué?

Bueno, chics, una traducción más. Sí, creo que enloquecí, pero al fin me dieron el permiso cuando ya había perdido las esperanzas y una historia tan buena no puedo desperdiciarla, ¿no creen?

Estaré actualizando las tres traducciones regularmente, aunque puedo tardar días más días menos, dependiendo de cuan largos sean los capítulos que correspondan esa semana y cómo esté mi disponibilidad de tiempo, pero intentaré seguir como hasta ahora y no tardarme mucho

Espero que este inicio les haya gustado tanto como a mí.

Besitos