A/N: este fic esta hecho como una practica de mi parte para escribir smut y romance, no esperan un gran plot o una gran historia sera un fic corto que tratara a goblin slayer cogiendo con el universo, como escuchar goblin slayer cogiendo con varias chicas, seran capitulos cortos y no creo que pase de 8 o 10 capitulos, solo apto para adultos asi que niños no lean esto, con la advertencia fuera del camino espero disfruten estas historias cortas y den su opinion sobre que tal lo ven ya que desearia ver como me va escribiendo smut.

De Amores, Maldiciones y Duendes

Prologo

"La Maldición de la Bruja"

El frio viento del atardecer soplaba sobre sus caras congelando incluso la muy bien trenzada barba de Chaman Enano; el grupo de aventureros caminaba en dirección de una cueva donde habían sido avistados los duendes de la zona, en la delantera estaba el impasible Asesino de Duendes, con su armadura barata, abollada y sucia, su casco sin cuernos, su pequeño escudo redondo y una espada corta estándar… ciertamente su apariencia dejaba mucho que desear, los aventureros en el gremio se burlaban de su rara apariencia pero para los presente no había duda que no había nadie mejor calificado para la tarea que él.

Siguiéndolo de cerca hombro con hombro estaba Elfa Arquera, su agraciada cabellera verde se movía con el viento mientras sus largas orejas se movían en todas direcciones en busca de cualquier sonido fuera de lo normal, en sus manos, arco y flecha estaban. Unos pasos detrás de ella Chaman Enano tarareaba una leve tonada mientras se acariciaba con lentitud las trenzas de su barba pensativo, siguiéndolo Sacerdotisa sostenía con fuerza su báculo, resonando los aros de mental que lo adornaban con cada paso que daba, caminaba cuidadosa intentando sostener su gorro blanco para que este no se lo llevara el viento.

Terminando la fila Sacerdote Lagarto se alzaba como el centinela del grupo, observando todo con ojo atento a cualquier irregularidad en el bosque oscuro con sus catalizadores listos si de llamarlos era necesario. El grupo aunque poco común –no era todo los días que se encontraba un equipo de aventureros conformado por casi todas las razas que se les puede orar— era una de los mejores -o eso creía el pequeño pueblo que los había contratado- para exterminar la plaga conocida como duendes.

—Adelante— anuncio la voz de Elfa Arquera tomando la delantera del grupo, con la agilidad de un gato se posiciono detrás de un roble grueso mientras su ojos escaneaban los alrededores en busca de algún centinela o patrulla, a pesar de la largas sombras que cubrían el bosque oscuro Elfa arquera no tenía problema alguno para ver el mínimo detalle, una de la ventajas de su raza a diferencia de Asesino de Duendes el cual con la perdida de luz natural delegaba la tarea a ella para detectar al enemigo.

Delante del grupo la entrada oscura a una cueva yacía en silencio, su objetivo dentro de esta

—No parece haber nadie— anuncio Elfa Arquera luego de unos segundos.

—Mhhh— sonó la voz de Asesino de Duendes mientras observaba la entrada.

—Mi señor Asesino de Duendes, ¿acaso nos equivocamos de sitio?— pregunto Sacerdote Largarte mientras colocaba sus manos de una extraña forma.

—De que hablas, escamoso— resoplo Enano Chaman dejando escapar un extraño sonido gutural en protesta —los rastros apuntaban hacia aquí, a menos que los pequeños diablillos sepan enmascaras sus huellas creo que este es el lugar.

Por su parte Sacerdotisa se mantuvo en silencio analizando su situación al igual que Asesino de duendes.

—No veo ningún tótem— dijo la voz de Sacerdotisa deteniendo la muy común discusión entre Enano Chaman y Elfa Arquera, no se podía considerar una aventura con ellos a menos que hubiera una discusión entre estos.

—Si— dijo la metálica voz de Asesino de duendes, si tan solo pudiera usar una de sus bombas, hubiera preferido a ahogarlos en humo y que ellos tuviera que salir a tener que entrar en la cueva sin ninguna información extra, pero su promesa a Elfa Arquera todavía estaba presente en su mente, Sin ahogarlos, sin envenenarlos, sin quemarlos…, la lista se hacía cada vez más extensa con cada aventura que compartían, a veces la chica de dos mil años de edad podía ser algo exigente de complacer.

Si no había chaman ¿Entonces quien estaba controlando las avanzadas de los duendes?

—¿hobgoblin? Tal vez— compartió Elfa arquera.

—No— susurro Asesino de duendes —Algo más, muy organizados.

—¿Un paladín Duende?¿Un Lord?¿Un Campeón?— propuso Sacerdotisa con temor, recordando sus últimas aventuras, con cada nueva misión de asesinato de duendes su temor por encontrarse con algo cada vez más fuerte aumentaba

—Tal vez

Hacía cinco días que una solicitud de exterminio había llegado al gremio, dos poblados de la frontera habían sido atacados por duendes, sus cosechas saqueadas y sus mujeres raptadas, un enviado había ido al gremio y colocado la solicitud, como siempre la recompensa no pasaba el puñado de monedas de oro por lo cual nadie le daba una segunda mirada a la solicitud en la cartelera más aun cuando se trataba de duendes, para su mala suerte un grupo de aventureros de obsidiana habían ido a investigar pero el gremio no volvió a escuchar de ellos, una historia que al parecer no tenía final.

Recepcionista le había pedido que investigara el paradero de los aventureros y que terminara la tarea de ser posible, el como siempre había aceptado preparándose para ir solo hasta que la dulce voz de Sacerdotisa se hizo presente uniéndose a su grupo sin pensar y luego de sacerdotisa, Elfa Arquera, Enano Chaman y Sacerdote Lagarto se unieron también en lo que Elfa Arquera había llamado una aventura para salvar aventureros, pero para él era solo una petición de exterminio de duendes más…algo que haría complacido.

Cuando llegaron al pueblo este estaba siendo atacado, con una rápida intervención habían exterminado los quince duendes, pero Asesino de duende se dio cuenta que había algo o alguien más detrás de los ataques, los duendes estaban bien armados y su ataque había sido coordinado, no todos los días tres poblados eran atacado a intervalos de dos días, algo estaba pasando, más aun cuando no todas las mujeres habían sido raptadas, ancianas, o con defecto o cicatrices eran dejadas atrás…una corazonada le decía que tuviera cuidado pero sin poder usar sus estrategias tenía que ingeniárselas.

— ¿Algún plan Mi señor Asesino de duendos?— consulto Sacerdote Lagarto, el silencio había caído en el grupo, nadie parecía tener un plan.

—Si— confirmo el mientras desenvainaba su espada de tamaño irregular mientras en su mente los engranajes formulaban.

No le gustaba para nada la situación.

Sin mapa.

Sin idea de quien era su enemigo.

Sin saber cuándo duendes debían esperar

Pero si algo era el experto era en…

—Matamos a todos los duendes.

β

Dos patrullas, un centinela y un grupo pequeño de duendes ebrios para un total de diez, si la cuenta de Asesino de duendes era correctas –estas siempre lo eran-, el grupo de aventureros se había adentrado en la guarida de duendes dándose cuenta de inmediato que lo que parecía ser una pequeña cueva eran en realidad un elaborado conjunto de pasillos de piedra los cuales se intercomunicaban entre si varias habitaciones vacías adornaban las paredes mientras la suciedad, la mugre y sangre seca pintaban un acogedor habiente, la oscuridad del lugar solo era superado por los chillidos y extraños sonidos provenientes de los oscuros corredores

—Por aquí— dijo Chaman Enano mientras señalaba a la derecha haciendo que el grupo lo siguiera, Asesino de Duendes le había dado el mando al enano aventurero ya que con su visión el cual le permitía ver en la oscuridad y su afinidad y experiencia con la piedra era el mejor guía para el grupo todo lo contrario a Asesino de duendes el cual solo podía ver hasta donde su antorcha alumbraba

El lugar parecía ser un viejo fuerte subterráneo, o parte de este ya que había ciertos lugares que la madre tierra había reclamado así como derrumbes obstruían el paso, según lo comentado por Chaman Enano la arquitectura y la construcción parecía enano pero había cierto toques humanos que no reconocía, en pocas palabras una vieja ruina de la era de los dioses caída en desgracia, abandonada y que ahora servía como hogar para los duendes una historia que ya había visto muchas veces

—No me gusta nada de esto— susurro Elfa Arquera con su arco tensado a la espera de un ataque sorpresa mientras su orejas bailaban en busca de algún sonido

Sacerdotisa asintió con la cabeza mientras sus delicadas manos apretaban fuerza su báculo dejando sus nudillos pálidos, el frio del lugar se le colaba en los huesos dándole una muy mala sensación pero ¿de cuándo acá el entrar en la guarida de los duendos no lo hacía?

—Deberías dejar de quejarte Oreja Largas— se bufo el enano iniciando una de sus acostumbradas discusiones con Arquera Elfa la cual no tarde en responder

— ¿Qué va a saber un enano?— el tono de arquera Elfa era burlista pero sus palabras no llevaban intención detrás de ella

—Una chica con un pecho como un yunque no deb…— las palabras de Chaman Enano

—Deberían guardar las discusiones para cuando estemos en un lugar algo más agradable queridos compañeros— intervino Sacerdote Lagarto en un susurro causando que la discusión muriera antes de que comenzara, Sacerdotisa suspiro agradecida por la intervención de Hombre Lagarto el único que era capaz de detener a ambos.

—Alto— ordeno Asesino de duendes causando que Chaman enano se detuviera al igual que el resto, delante de ellos el pasillo se dividía en dos, una bifurcación.

Sin esperar chaman enano se arrodillo en el suelo observando detalladamente las marcas y el dejaste en suelo, la piedra podía contar su historia si sabias leerla —A la izquierda— dijo el luego de unos segundos en silencio —El fuerte del grupo va a la izquierda el desgate en la losa de piedra es considerable— ¿Así que podía ser un nido complicado? —Pero a la derecha…han arrastrado algo recientemente, hay sangre seca reciente en esa dirección

—Ya veo— susurro Asesino de duendes el cual sin comentar o sin explicar comenzó a caminar hacia la derecha, el resto del grupo comenzó a seguirlo sin preguntar, todos ya sabían que había a la derecha, sacerdotisa dejo escapar una simple plegaria a madre tierra pidiendo que estuvieran a tiempo.

Con suma alertar y paso ligero llegaron a un par de puertas de maderas, quejidos de dolor y chillidos de duendes se podían escuchar por las rendijas mientras un hedor a mierda, sangre y carne putrefacta inundaba sus sentidos, a pesar del fuerte olor solo el rostro de Elfa Arquera revelaba alguna incomodidad, como había dicho sacerdotisa en su primera aventura juntas, te acostumbras.

—Entrare yo primero, está preparada— anuncio Asesino de duende posando su mirada, si se podía llamar mirada a la parte frontal de su casco en sacerdotisa, la cual asintió sabiendo su labor —no gasten sus hechizos, no estoy seguro que podamos encontrar más adelante— Chaman enano y Sacerdote Lagarto asintieron, cuando de duendes se trataba asesino de duendes era el experto y nadie solía contradecir su palabra o sus planes.

—¿Qué hay de mí?— pregunto Elfa Arquera

—Mata cuantos puedas

Sin más el grupo se preparó para el asalto; con una fuerte patada asesino de duendes derrumbo la puerta doble dejando ver un salón o lo que parecía ser uno, pilas de huesos y viseras adornaban el suelo asentando la imagen de horror, delante de ellos atadas a uno de los pilares que soportaban el techo un grupo de cuatro chicas jóvenes temblaban de miedo estaban completamente desnudas exponiendo su partes privadas a la mirada lasciva de los duendes, un trozo de tela cubría sus bocas evitando cualquier sonido de su parte, pero a pesar del evidente horror en sus rostros lucían en buenas condiciones, algo poco común en el comportamiento de los duendes dejar a tan bellas doncellas libres de sus garras.

Dos de los pequeños diablillos se encontraban disfrutando de una de las chicas, esta lucia algo diferente a las demás, su piel arrugada, cuerpo demacrado…como si no hubiera comido en meses y ojos sin vida, pero eso no era motivo para que los duendes no pudieran satisfacer su libido ya que disfrutaban del pobre cuerpo de la mujer con gusto, uno sostenía las piernas mientras otro penetraba su sexo, bestias del mal.

—¡Groorb!— fue el chillido de uno de los duendes dándose cuenta que no estaban solos, más aun sorprendido cuando la puerta fue reventada por la patada de asesino de duendes .

Madre tierra que rebosas de piedad ¡por favor concede tu luz sagrada, a nosotros perdidos en la oscuridad…Luz Sagrada

Una brillante luz ilumino todo el salón alzándose sobre el asesino de duendes como si del sol se tratase, cegando a todos los duendes.

Cinco, dos adelante dos en el fondo y uno a la derecha cerca de los barriles

Con sus enemigos contados Asesino de duendes salió corriendo hacia adelante en dirección de los dos duendes encima de la mujer aprovechando la ceguera momentánea para abalanzarse sobre ellos, como un oso lo hacía sobre su presa.

Dos flechas pasaron a un lado como un rayo, resonando en sus oídos, estas disparadas del arco de Elfa arquera la cual aprovecho el milagro de sacerdotisa para atacar, cada una de las flechas se enterró en los dos duendes del fondo, estos sonaron como un saco de papas al caer al suelo muertos —Dos— conto el mientras enterraba su espada en el duende que violaba al cuerpo de la pobre chica fallecida —tres

Sintiendo su espada embarrarse de sangre y grasa la saco del duende el cual cayó muerto, su compañero que todavía estaba intentando orientarse fue recibido por un corte de limpio del Asesino de Duendes, decapitándolo en el instante —Son cuatro y falta uno.

El ultimo duende había tenido tiempo de reaccionar y se había posicionado detrás de uno de los barriles, ya sea por temor o cobardia, pero antes de que pudiera tomar las armas en venganza por la muerte de sus compañeros una antorcha impacto en su rostro quemando su cara y atravesando su cráneo, una explosión de sangre y sesos emparamaron la paredes detrás del duende salpicando la armadura abollada y sucia de Asesino de duendes.

—Quince— dijo el en voz mecánica terminado su cuenta total y lanzando la antorcha al suelo, está ya no serviría para alumbrar el camino, rápidamente observo el estado de su espada notando leves melladuras en el filo, todavía podría servir para matar dos duendes más, incluso tres si la llevaba al límite; guardando la espada en su funda metió su mano en su bolsa sacando una antorcha nueva y encendiéndola mientras Sacerdote Lagarto y Sacerdotisa se acercaban a las víctimas, las pobres chicas que seguramente terminarían traumadas luego de esta experiencia.

— ¿De verdad tienes que hacer eso cada vez?— sonó el quejido de Elfa arquera la cual había terciado su arco sobre su hombro —De verdad Orcbolg, cada vez que vas tras duendes terminas bañado en sus entrañas, estoy comenzando a pensar que te gusta

— ¿eso es así?

—Si— respondió ella acercándose a las chicas.

Con su queja conocida el grupo procedió a trabajar en desatar a las jóvenes las cuales sus ojos brillaban con adoración y gratitud pero sus mejillas sonrojadas revelaban su incomodidad ante la desnudez que poseían, mientras Sacerdote Lagarto desataba el amarre de las chicas y Sacerdotisa soltaba los nudos de los bucales, Asesino de duendes aprovecho para explorar el salón en busca de pistas, o más enemigos, asegurándose que los duendes asesinados estuviera cien por ciento muertos sin desaprovechar la oportunidad para apoderarse de un par de dagas y un hacha en buen estado en posesión de estos.

—¡Gracias, Gracias, Gracias!— fueran las primera palabras de las chicas apenas sacerdotisa termino de soltar los nudos mientras se abalanzabas sobre Sacerdote Lagarto y Sacerdotisa en un abrazo de agradecimiento, Elfa Arquera y Enano Chaman observaban la escena con una leve sonrisa de satisfacción en los labios.

—Esta bien, todo estará bien— susurro Sacerdotisa en el oído de una de las chicas, la más joven de ellas…la pobre no debía ser mayor de catorce años, esta se había roto en llanto en los hombros de sacerdotisa, la cual solo podía darle una palabras de alientos mientras acariciaba con suavidad la espalda de la chica, habiendo visto este horror muchas veces.

— ¿Se encuentran todas bien?— pregunto Asesino de duende observando el buen estado de las chicas

—Si…en lo que cabe— susurro la mayor del grupo una joven de cabellos color miel y ojos plateados, una belleza natural poco común en los poblados de la frontera

—¿Ellos…Ellos...Lo hicieron?— intento pregunta Elfa arquera pero se le había formado un nudo en la garganta ante el peso de lo que realmente quería conocer

La chica negó entendiendo la pregunta mientras se abrazaba con fuerza, como si todavía pudiera sentir las manos sucias de las bestias sobre su piel, pero antes de que pudiera responder una cálida manta se posó sobre sus hombros cubriendo su expuesto cuerpo liberándola de esas terrible sensación de garras sobre su cuerpo, levantando la vista se encontró con Asesino de Duendes el cual había sacado su manta de acampar para cubrir a la chica —Gracias— dijo la chica aferrándose a la cálida manta pero sus pablaras tenían mayor profundidad que solo el gesto del hombre en armadura —No, ellos no nos violaron— informo la chica luego de unos momentos en silencio —Pero se llevaron a la hija del herrero hacia otro lado…pobre

—Curioso— dijo sacerdote Lagarto mientras imitaba a Asesino de duendes y sacaba su manta de campamento para cubrir las chicas, el resto del grupo siguió el ejemplo hasta que todas las chicas estuvieron protegidas.

—Lo intentaron, pero esa cosa…esa cosa les ordeno que no— el interés de asesino de duendes se puso en alerta.

—¿Qué cosa?— pregunto Sacerdotisa curiosa.

—Era una mujer…o lo que parecía una mujer, tenía orejas largas, su cara, dioses nunca había visto algo tan horripilante, desprendería un hedor a muerte su piel oscura y mellada…

—Una elfa— intervino Elfa arquera detallando el rasgo principal de su raza —Una Elfa oscura

—Si— dijo la chica —Parecía una Elfa, tenían un bastón inmenso pero sus ojos…sus ojos no eran de este mundo, ella los controla, les ordena que hacer— termino de informar la chica

—Una Elfa, probablemente lazadora de hechizos, si el bastón es un catalizador claro— murmuro Enano Chaman sobándose la barba

—Una Bruja… una Bruja Elfa Oscura— dijo Asesino de duendes reconociendo a su enemigo, el líder del nido, mientras recuerdos del festival de la cosecha salían a flote.

—Disculpe señor— dijo una delicada voz en dirección de Asesino de duendes, era otra de las chicas una chica de pelo negro corto y ojos verdes su mirada esperanzada estaba posada en las ranuras del casco de asesino de duendes, el cual sus ojo rojo se podían ver brillando en la oscuridad con furia

—Si

—¿es acaso usted señor, el Asesino de duendes?— pregunto ella con leve curiosidad, había escuchados la historias en la taberna del pueblo, un aventurero de rango plata, amable y servicial que ayudaba a los pueblos azotados por los duendes sin importarle la recompensa y sin pedir nada a cambio, el aventurero más amado de la frontera o así lo había llamado el trovador errante que había aparecido en el pueblo un día

—Si

—Estamos a salvo— murmuro ella sin poder contener más las lágrimas, la emoción de poder sentirse a salvo de nuevo… si las historias de este aventurero eran verdad no existía nada que pudiera detenerlo en su camino para acabar con los duendes, un calor se expandió por su débil cuerpo mientras un deseo de venganza la dominaba—Por favor se lo pido, no …se lo suplico, matelos… matelos a todos, que no quede ningún duende con vida— pidió la chica mientras se aferraba a la pierna de asesino de duendes, que esos animales sintieran la furia por lo que habían echo

Asesino de duendes asintió mientras en voz mecánica, casi fría respondía

—Ningún duende con vida

β

Luego de que Sacerdote Lagarto creara un guerrero colmillo de dragón y este guiara al grupo de chicas a la salida y las acompañara al pueblo, el grupo de aventureros siguió su expedición de las ruinas, habiendo explorado el lado izquierdo solo faltaba limpiar el lado derecho en donde seguro estaría la cabecilla de los duendes.

Llegaron a otro pasillo con puertas dobles, este parecía más grande que el anterior y más cuidado, dos centinelas estaban posicionados a cada lado de la puerta protegiéndola de visitantes nos deseados.

—GROOBR

—GOOBOR

Eran los chillidos entre los aburridos centinelas, ninguno parecía que estuviera interesado en estar ahí ya que cada pocos segundos giraban a ver las puertas de madera con deseo, como si quisieran estar al otro lado.

—Solo dos— susurro Elfa arquera volvió a ocultarse detrás de la pared con el grupo, todos estaban en el cruce del pasillo a pocos metros de la puerta —Puedo acabarlos de aquí en silencio

—Hazlo— pidió Asesino de duendes, Elfa arquera asintió

Con delicadeza tomo dos flechas de su carcaj colocándolas sobre el arco, este este fue tensado con delicadeza dejando las flechas separadas entre la punta y unidas en la colas formando un leve Angulo, con su arma preparada Elfa arquera salió de la pared quedando frente a frente a los centinelas, pero con su arco acostado y con su munición preparada, disparo, liberando las flechas que se separaban en el aire en dirección de cada uno de los duendes, antes de que alguno pudiera decir algo las flechas impactaron en sus cráneos atravesándolos limpiamente, ambos cayeron muertos antes de poder dar la alarma al resto

—Diecisiete— murmuro Asesino de duendes el cual caminaba en dirección de las puertas

—Buen tiro, orejas largas— comento Chaman Enano

—Ciertamente—complemento Sacerdote Largar caminando con sus manos en su señal acostumbrada

—Je, ¿Qué os puedo decir?— dijo ella engreída sacando pecho ante las palabras de sus compañeros mientras sonreí

—Que no se te suba a la cabeza yunque— dijo con una carcajada chaman enano llamándolo por su apodo menos preferido de la chica pero Elfa arquera se ahorró en responderle, eso sí, recordando el insulto para cobrárselas cuando estuvieran en otro sitio menos peligroso

Con la charla muerte el grupo volvió a avanzar, esta vez con la sutileza de un gato, Elfa arquera abrió la puertas dobles levemente, solo lo necesario para echar una ojeada de lo que había al otro lado, sin detectar más duendes abrió una puerta por completo, revelando un par de escaleras a cada lado que bajan a un salón de fiesta, un enorme salón repleto de duendes, hacia los costados dos balcones y abajo en el otro extremo vigilando todo el salón un enorme trono de piedra vacío

Un banquete, las sucias bestias se estaban dando un banqueta, comida y bebida sobraba en la mesa mientras las sucias y pequeñas manos de los duendes se llevaba la comida a la boca con desesperación, seguramente era la cosecha y el ganado de los poblados que habían estado atacando

—Son muchos— susurro sacerdotisa apretando con fuerza su báculo, comenzado a llenarse de inseguridad, solo le quedaban dos hechizos y abajo en el salón habían muchos duendes, no estaba segura sí podrían matarlos a todos

—treinta dos— conto asesino de duendes

—Orcblog— llamo Elfa arquera sabiendo muy bien que las flechas en su carcaj no serian suficientes —¿alguna idea?

Asesino de duendes asintió —Algunas

—¿Te importaría compartirlas corta-barbas?

—No

El grupo se silenció a la espera de la explicación del plan de asesino de duendes pera esta nunca llego, ciertamente nadie le pregunto cuál era su idea

Elfa arquera hartándose del silencio interrumpió —El plan, orblog, dinos el plan, jezz— bufo ella tensa mientras las conversaciones sin sentido de los duendes resonaban por todo el lugar

Asesino de duendes asintió mientras metía su mano en su bolsa, sacerdotisa podía jurar que esa bolsa tenía alguna clase de magia ya que asesino de duendes tenía toda clase de artilugio en ella, sacando su mano revelo una vasija lo suficientemente pequeña como para caber en su mano, la tapa cubierta por una lona de cuero amarrado con cuerda fina, en el tope revelaba un trozo de soga corta, un minero que había conocido le enseño esa extraña mezcla la cual si era expuesta a una chispa se volvía muy volátil ocasionando una fuerte explosión, está la usaban mucho para hacer perforaciones en rocas de enorme tamaño, hoy la usaría para hacer estallar duendes

—luego de que lance esto, sacerdotisa lanza protección, enano prepara uno de tus hechizos y bombardéalos

—Entendido

—Elfa baja lo que puedas y tu crea un guerrero colmillo de dragón para que nos asista cuando bajemos— sacerdote lagarto asintió mientras sacaba sus catalizadores para lanzar el milagro de sus ancestros

Luego de unos segundos todo estaba listo, sacerdotisa apretaba con fuerza su báculo, el guerrero colmillo de dragón estaba listo para atacar, Elfa arquera tenía su arco tensado y sus flechas listas mientras chaman enano estaba esperando la acción. Sin esperar más asesino de duendes acerco la antorche a su mano donde reposaba la vasija encendiendo en llamas la mecha, sin dudarlo lanzo la vasija como si fuera un proyectil directo al centro de la sala, ninguno de los duendes se lo esperaba

Un sonido estruendoso y una luz cegadora invadieron el lugar al mismo tiempo que sacerdotisa recitaba

Madre tierra que rebosas de piedad, por el poder de la tierra, concede seguridad a nosotros que somos débiles…Protección

El milagro de sacerdotisa fue a tiempo ya que una nube de humo y un par de fragmentos salieron disparados en dirección del grupo siendo bloqueados por la barrera invisible.

Cuando el humo se disipo, la mesas llenas de comida habían sido destruidas, ahora trozos de piernas y brazos adornaban el piso —treinta y siete— aumento el conteo de asesino de duendes, lo que significaba que todavía quedaban doce con vida

—Vamos— dijo Asesino de duendes apretando el hacha que había robado mientras baja la escaleras seguido de sacerdote lagarto y el guerrero colmillo de dragón, la explosión no había sido lo suficientemente fuerte para acabar con todos, algunos ya se habían recuperado y se preparaban para cobrar venganza sobre los aventureros

Los ojos rojos de asesino de duendes podían verse brillar en la oscuridad del salón

β

Podían escuchar murmullos al otro lado de la puerta de madera, en el suelo signos de lucha indicaban que este era el sitio correcto, al parecer la hija del herrero que el grupo de chicas había nombrado fue arrastrada hasta aquí ya que no habían encontrado ni a la chica ni su cuerpo en el salón infestado de duendes, el festín en marcha había sido arruinado y terminado por el grupo de aventureros para un total de cuarenta y nueve duendes asesinados en total un numero bastante grande para los pequeños nidos que asesino de duendes estaba acostumbrado a destruir, pero la cabecilla todavía estaba con vida, la Elfa oscura no había estado durante el festín

—¿Listos?— pregunto asesino de duendes al grupo el cual mostraba leves signos de cansancio, no sabían cuántas horas habían pasado desde que se habían adentrado en las ruinas

—solo me quedan flechas de duendes…son asquerosas— dijo Elfa arquera la cual tuvo que llenar su carcaj con flechas de duendes ya que sus preciadas flechas de elfo se habían agotado durando el asalto al salón

—A mí solo me queda un hechizo— comento sacerdotisa

—Solo mi espada— dijo sacerdote lagarto habiendo agotado sus catalizadores, pero para suerte de todos chaman enano todavía tenía varios hechizos disponibles

—Entendido— dijo asesino de duendes mientras se prepara a patear la puerta, habiendo espiado al otro lado de la habitación su objetivo se encontrada sola, no había duendes a la vista, sin más preámbulos asesino de duendes pateo la vieja puerta de madera derribándola de un solo empujón revelando al otro lado la bruja Elfa oscura, de pies sobre un altar, en sus pies la hija del herrero inconsciente pero respirando, mientras un enorme circulo ritual dibujado en sangre las rodeaba

—¡¿Quiénes son ustedes?!— grito la bruja mientras alzaba su enorme bastón de madera en dirección del grupo de aventureros

—Ahora— grito asesino de duendes dándole paso a Elfa arquera para que disparara dos flechas, pero estas rebotaron en una barrera invisible

—¿Dónde están mis siervos?— exigió ella mientras un aura oscura comenzaba rodearla —¡Pagaran su insolencia!

—debe tener un anillo de protección— dijo chaman enano notando que los labios de la bruja moverse rápidamente, mientras la punta del bastón la cual apuntaba hacia ellos se iluminaba como un sol, sacerdotisa sin pesarlo intervino

Madre tierra que rebosas de piedad, por el poder de la tierra, concede seguridad a nosotros que somos débiles…Protección

Al mismo tiempo que una enorme bola de fuego salía del bastón de la bruja hacia ellos, pero esta fue bloqueado por protección, el milagro de la sacerdotisa

¡Salgan gnomos es hora de trabajar, ahora no se atrevan a eludir su deber, un poco de polvo pude no causar ningún shock y hacer mil piedra preciosas!!RÁFAGA DE ROCAS!

Una lluvia de rocas fue lanzada en dirección de la bruja pero estas fueron desviadas hacia un lado impacto en la pared

—Los hechizos tampoco tienen efecto— agrego chaman enano

Pero lo que ninguno había visto fueron los labios de la bruja moverse nuevamente, al parecer era experta en el lanzamiento de hechizos silencioso por lo cual no podían adivinar que hechizo lanzaría

—¡A un lado!— dijo Sacerdote Lagarto tomando de los brazos a Chaman Enano y Elfa arquera mientras un zigzag de relámpagos pasaban muy cerca de ellos, demasiado cerca

Mientras la bruja intercambia hechizos asesino de duendes había aprovechado la nube de humo creado por la bola de fuego y por la lluvia de rocas para colarse silenciosamente lo más cercano la bruja, aprovechando las columnas de la habitación y la distracción de sus compañeros, si los hechizos ni las flechas funcionaban entonces su espada era su única opción

Como un tigre asesino de duendes salto desde la sombras sorprendiendo a la bruja la cual intento golpearlo con su bastón pero asesino de duendes esquivo con facilidad mientras su espada se enterraba en el estómago de la bruja a cual dejo escapar un chillido de dolor mientras caía al suelo, sangre comenzaba a brotar su boca

—Eso fue anti climático— comento Elfa arquera mientras sacerdote lagarto la colocaba en el suelo nuevamente

—Asesino de Duendes, señor, ¿Se encuentra bien?— pregunto sacerdotisa acercándose al hombre de armadura sucia

—Si— asintió este mientras giraba sobre sí mismo en busca de alguna otra amenaza pero no había mas nadie en la habitación aparte del cuerpo de la chica en el suelo

Sacerdotisa asintió alegre sabiendo que asesino de duendes no había sufrido durante su ataque, sin decir más se dirigió hacia la chica agachándose para corroborar su estado

— ¿Cómo está?— pregunto Elfa arquera

—Luce bien…por lo menos respira— dijo sacerdotisa

Pero mientras el grupo centraba su atención en la chica, la bruja la cual todavía se aferraba a la vida comenzó a mover sus labios mientras su mirada se posaba en la figura que la había apuñalado, mientras terminaba su encantamiento comenzó a levantar su mano con la última de sus fuerzas señalando con su dedo índice a asesino de duendes

—¡Orcbolg!— grito elfa arquera dándose cuenta del movimiento de la bruja rápidamente saco su arco y una flechas y sin esperar disparo hacia la cabeza de la bruja la cual murió al instante mientras su dedo señalaba hacia asesino de duendes

—Bien oreja largas— dijo chaman enano

Asesino de duendes asintió, al parecer la bruja había quedado con vida un error de su parte, un error que no volvería a cometer, pero lo que no sabía era que la bruja había podido terminar su encantamiento

Asesino de duendes simplemente era ignorante ante esto, cuando intento dar un paso sintió su cuerpo comenzaba a caer al suelo mientras la inconsciencia lo invadía, lo último que logro escuchar fue el grito preocupada de Sacerdotisa

La bruja había hecho su maldición