Él era un estudiante brillante, el más brillante de la preparatoria y ella no se quedaba atrás. Sin embargo ambos tenían un detalle: entre ellos las palabras no emergían con fluidez. No se debía a escasez de ideas ni mucho menos de vocabulario. Simplemente se trataba de cosas que nadie les había enseñado.
Ya a casi seis meses desde la derrota de Kid Buu, durante el transcurso de las clases en ausencia de Gohan, no fueron pocas las ocasiones Videl se encontraba pensando en aquello. Y se sentía incluso un poco solitaria a pesar de que tanto Shapner como Ireza decidieron protegerla del acoso del resto de la preparatoria, llegando al punto de evitar que los presentes la arrinconaran con sus miradas inquisitivas. Pero no había forma de evitarlo, desde que conoció más detalles del mundo del que provenía Gohan sentía que su vida no era la misma, que ya no pertenecía al mundo ordinario.
Tan sólo quedaban unos días para que pudieran invocar nuevamente a Shen Long y pedirle que todo volviese a la normalidad, lo que aumentaba su ansiedad. En esos casi seis meses su relación no había avanzado mucho. No se trataba acerca de sentimientos correspondidos, sino de cómo hacerse entender de una manera más… sincera.
Se veían a menudo, ya fuera en la Montaña Paoz o en la misma mansión de Videl, sin exponerse a la gente. A veces entrenaban, en otras ocasiones leían juntos cada cual su propio libro o simplemente disfrutaban de distintas bebidas de cafeína. Descubrió de alguna forma que Gohan había desarrollado una especie de adicción con el café, por lo que se dedicaron a probar distintos tipos de granos. A Videl le parecía divertido.
—No pensé que te gustara tanto el latte… Siempre pensé que serías más de espresso —le comentó despreocupada Videl— aunque el latte va contigo.
—Tuve un tiempo de fanatismo por el espresso, pero preferí moderarme —respondió el Sayan riéndose suavemente—. Empecé con el espresso porque era el más efectivo para no quedarme dormido mientras estudiaba…
— ¡No me digas que los días que estuviste con ojeras era porque no podías dormir por haber tomado mucho espresso! —saltó Videl abriendo sus ojos con sorpresa.
—Bueno… ¡Eso fue! —empezó a reír colocando su mano tras la nuca—. No pensé que te hubieses dado cuenta…
—Ni yo… —Videl desvió la mirada hacia el suelo mientras se sonrojaba.
— ¿Eh...? B-Bueno, por eso pensé que un café con leche sería más adecuado y como el latte es más suave… Me da tranquilidad antes de ir a dormir —dijo recobrando la seguridad.
—Ya veo…
Videl no podía saber lo que pensaba Gohan, pero cada vez que llegaban a una situación así se frustraba. Era como si su interlocutor fuera más inalcanzable de lo que ella creía. Sabía que él disfrutaba de su compañía, podían pasar el día completo juntos, excepto dormir ya que tanto Chi-Chi como Mr. Satán insistían en que debía ser después del matrimonio. Quería decirle lo que sentía, pedirle una cita a pesar de que sus días pudiesen considerarse como una especie de cita hogareña. No sabía cómo escoger sus palabras ni encontrar el momento adecuado para hablar.
— ¿Qué pasa Videl? —sus cejas delataban compunción.
No le respondió. Simplemente se dejó caer en sus brazos ocultando su rostro en su pecho. Sentía que la cara le ardía, en una mezcla de vergüenza y desesperada emoción. Porque habían pasado unos segundos eternos y si bien él no rechazaba su abrazo, tampoco lo correspondía. No había forma de que pudiese expulsar alguna palabra de los labios, intentaba pensar hasta que se dio cuenta de que estaba tiritando y que fue justo en ese momento en el que Gohan la estrechó en sus brazos. Dudosamente, la mano derecha rodeó su espalda mientras que la palma de su mano izquierda se acomodó con suavidad en su nuca. Y estuvieron así quién sabe por cuánto tiempo. Lo cierto era que Videl ya no tiritaba ni apretaba sus dientes. Tan solo se acurrucó y perdió la noción del tiempo.
— ¡Videl, llamando a Videl!
…
— ¡Videl, Videl!
…
— ¡Ireza! ¿Qué pasó?
— ¡Eso es lo que yo debería preguntar! —respondió con sus labios en forma de v invertida—. La clase ya terminó pero estabas pegada mirando la pizarra… Videl —cambiando su tono a uno más maternal—. Entiendo que lo extrañes, pero eso no debe ser razón para que estés tan distraída, no es como si no pudieras verlo.
Videl no respondió. En su mente flotaban los recuerdos de hace unos pocos días. Miró a Ireza con una expresión indescriptible y le hizo una seña de agredicimiento para retirarse sin palabra alguna. Mientras caminaba hacia la salida en su mente se sucedían imágenes de ese día.
Habían despertado ya entrada la media noche y sólo por los golpes de Mr. Satán en la puerta de su habitación. Él ya tenía su discurso preparado contra el joven Son por aprovecharse de su pequeña, pero apenas vio el rostro de su hija, con el cabello despeinado y con una expresión puramente llena de sueño su enojo se desvaneció.
—Lo siento papá… Nos quedamos dormi-
—No se preocupe Mr. Satán, en seguida me retiro. Disculpe las molestias —dijo Gohan tratando de evitar malos entendidos.
Mr. Satán lo observó con detenimiento y luego miró directamente a sus ojos. Era un buen muchacho, que probablemente había sufrido mucho en su vida. Noble, fuerte e inteligente, de una familia esforzada. Probablemente, la mejor persona para abrigar el corazón de su hija.
— ¡No te preocupes Gohan! Sé que puedes llegar luego a tu casa, pero sería de mala educación tratar así a las visitas… ¿por qué mejor no te quedas?
Los ojos de ambos se abrieron de par en par.
—En una de las habitaciones de huéspedes, por supuesto. Ya ha pasado la hora de cenar, pero pueden ir a la despensa. No te preocupes por tu madre, puedo hablar personalmente con ella.
Videl en ese momento no entendió mucho, pero ahora que lo miraba desde la distancia… ¿Acaso su papá estaba tratando de ayudarla? Probablemente si Gohan hubiese hablado con Chi Chi la situación… No, no quería pensar en eso. No sabía cómo hablarle de sus sentimientos y él se encontraba en una situación similar. En un principio pensó que no era grave porque era de mutuo entendimiento lo que sentían el uno por el otro, pero el tema la empezó a sobrepasar sin que se diera cuenta. Lógicamente él no tomaría la iniciativa… Ella debía hacerlo. Y ya sabía cómo.
Desde la entrada principal, se devolvió a toda prisa hacia la azotea de la Preparatoria Estrella Naranja. No podía esperar. Necesitaba verlo.
~ o ~
Hola a todos, no tenía previsto publicar pero supongo que las ideas fluyeron por alguna razón desconocida. La verdad es que me costó demasiado escribir tantas palabras, mi admiración para quienes lo logran con maestría.
A propósito de DBSuper, debo decir que Gohan y Videl son un terrón de azúcar. Mi idea con este fic es mostrar el comienzo de su relación más allá de las palabras, puesto que siempre he imaginado a Gohan como una persona muy introspectiva y de muy pocas palabras lo que tarde o temprano, siempre trae problemas con las mujeres que muchas veces necesitamos una dosis de palabras explícitas.
Espero poder actualizar en un tiempo prudente y que también esta historia sea de su agrado. Les agradeceré sus reviews. Saludos y hasta la próxima
