Disclaimer: Shigatsu wa kimi no uso le pertenece a Naoshi Arakawa.

Advertencias:

- Historia corta.

Música para ambientar:

- Beethoven: Sonata p. violín y piano No 5 "La Primavera" ( youtu. be / PGFs 7n6n 3-8 ) [Quitar espacios].

Movimientos:
00:00 Allegro
11:51 Adagio molto espressivo
18:10 Scherzo: Allegro molto
19:32 Rondo: Allegro ma non troppo

- Shigatsu wa Kimi no Uso Original Song & Soundtrac ( youtu. be / i79 M4 nK W1 Ms ) [Quitar espacios].


Sonata para violín y piano

Primer movimiento

Sus dedos se detuvieron y con una nota suspendida en el aire, finalizó la interpretación. El piano dejó de vibrar, y tras unos segundos donde nadie se atrevió a interrumpir la quietud, los primeros aplausos comenzaron a surgir, tímidos. Al cabo de unos instantes, la multitud estallaba en emoción, aclamando al gran pianista, Arima Kōsei.

Había sido maravilloso. Mas, un dejo taciturno se coló por todo el recinto, como si de una densa niebla se tratase.

Kōsei dejó caer sus lágrimas mientras se inclinaba para despedir a la audiencia. Cualquiera desde el público podría decir que la emoción lo había desbordado, luego de semejante demostración.

Él se marchó dando tropezones, lo más rápido que sus torpes pies le permitían. Tras el escenario, se derrumbó junto a una pared, en un rincón poco transitado y oscuro. Lo que experimentaba no lograba asemejarse a ninguna otra cosa que hubiese vivido. Podía sentir el corazón encogido de tanto dolor.

«Ya no tendré la posibilidad de estar contigo, de ninguna forma. Ni como amigo, ni… ¡¿Por qué?! »

— Kaori—, dejaron escapar sus labios con un gran pesar. Dolía pronunciar su nombre, dolía hasta en el lugar más recóndito de su ser. Era como si le hubiesen extirpado algo sin lo cual no podía vivir. Atinó a abrazarse fuertemente a sus piernas y lloró en silencio, bajo las miradas curiosas de los que pasaban por aquel corredor.

Takeshi que caminaba por allí, se detuvo al verlo.

— ¡Arima! ¡Cómo has tocad...!—. Ya iba a comenzar a grítale cuando notó que él ni se había percatado de su presencia—. Oye, ¿sigues mal?

Se inclinó y colocó una mano en su hombro, moviéndolo con suavidad para llamar su atención—. ¿Arima? Ahora sí, vamos a la enfermería.

— Déjalo—, dijo alguien a sus espaldas.

Sintió un escalofrío recorrerle toda la espina. Se incorporó rápidamente, y así también se volvió para ver quién había hablado. Se encontró con una mirada azul cargada de preocupación. Era la señorita Seto. Involuntariamente, dio unos cuantos pasos hacia atrás y pudo observar cómo, incluso ante ella, Kōsei seguía inamovible, sollozando calladamente.

— Kōsei… ¡Levántate!—. Hiroko tironeó de él hasta ponerlo de pie—, basta de melodrama. Seca esas lágrimas y enderézate.

— Tú no lo entiendes—, murmuró manteniendo la mirada abajo.

Las lágrimas caían por su mentón llegando el suelo en un incesante llanto.

— Ya hablamos de esto…, lo mejor es que vuelvas a casa.

El rubio estaba completamente desconcertado. Se definía bien el tono de intranquilidad en la voz de la señorita Seto, pero no se comprendía por qué tanto drama y revoltijo. Hiroko acompañó a Kōsei hasta la salida, donde lo esperaba allí una muchacha de cabello corto, castaña. Comenzó a preguntarse qué era entonces lo que perturbaba tanto al pobre pianista. Sus interpretaciones tan cambiantes no le daban pista alguna, más que un gran y evidente desorden de personalidad… múltiple, se arriesgaba a decir.

— Qué te vaya bien, Arima.

Tsubaki se llevó casi a la rastra a Kōsei. Una vez en su casa, ella le hizo compañía hasta la cena, pero no hablaron mucho. Él se limitaba a los monosílabos, muy de vez en cuando. Sin levantar siquiera la mirada, ni moverse mucho.

— Hoy tocaste de una forma estupenda—comentó ella, con todos los ánimos de iniciar una conversación, mientras se mandaba un bocado de comida a la boca.

El plato de Kōsei estaba casi intacto. Él suspiró, y por primera vez en toda la velada, levantó los ojos en su dirección.

— Sabes… ¿Sabes algo de Kaori?

Ante la mención de la rubia, Tsubaki se tensó.

—Watari iba a estar en el hospital, cuando tenga noticias seguro nos informará— dijo apretando los dientes, queriendo mostrarse lo más preocupada posible.

No obtuvo respuesta. Una vez que ella se fue, Kōsei se dirigió al cuarto donde descansaba el piano. Esa noche permaneció a un lado del instrumento, mirando el vacío, pensando en tantas cosas a la vez.

«Vacío». No había palabra mejor que describiera su situación emocional. «…y agonía».

Entones se vio a sí mismo pendiendo de una mano delgada y frágil, en el borde de un abismo profundo. La mano que lo sujetaba lo estaba dejando caer, podía saberlo por cómo el agarre perecía hacerse más débil a cada instante.

— Espera—suplicó con desesperación.

Pero cuando quiso darse cuenta, estaba cayendo hacia el oscuro abismo. Estaba solo, otra vez. En esta ocasión, no hubo fantasma que lo atormente, más que su propia oscuridad. A medida que descendía, los colores iban muriendo y la luz se perdía entre la inmensidad de las sombras.

Gritó cuando se supo sin retorno, pero no podía oír su voz. Por encima y alrededor suyo, pétalos de cerezo como estrellas fugases subían en dirección a aquella luz casi imperceptible, en la cima de todo. Intentó aferrarse de esos recuerdos que parecían querer escapar de él, pero todos se escurrían de sus manos como si de agua se tratase… hasta que tomó el último pétalo que aún estaba a su alcance y recordó un cielo brillante, plagado de estrellas, el césped verde y muchas luciérnagas, acompañado de una bella chica de cabello rubio.

«— ¿Qué hay de ti? ¿Qué había en tu corazón?, ¿en qué te apoyas?

—… Te tuve a ti».

En ese instante, el tiempo realmente se detuvo. Dejó de caer; el mundo dejó de desmoronarse. Los pétalos permanecieron quietos un momento, y luego comenzaron a caer danzando en zigzag. La luz volvió a inundar aquel pozo donde estaba y sintió que había llegado al punto más profundo de la grieta. Y, cuando se toca fondo, solo resta subir.

Allí mismo sonó el móvil, sacándolo de sus pensamientos. Lo tomó con las manos temblorosas, no supo bien por qué.

Watari Ryōta: ¡La operación ha sido un éxito! ¡Kao está bien! [9:12 PM]

Una sonrisa se formó en su rostro y un mar de lágrimas de alegría se hizo en sus ojos.

Ahora, sólo restaba subir.

Continuará…


¡Hola! ¡Vooolví! Oh, shi. 7u7

Cabe aclarar, que es mi primer fic de este hermoso anime.

Tras mirarlo, medité durante muchos días la posibilidad de escribir algo acerca de Your lie in april, pero creía que al hacerlo «podría perturbar la hermosa armonía que compone», así lo describo yo. ¡Mis manos mundanas no son aptas para tocar tal obra! (?). Asimismo, no resistí la tentación (Mátenme).

Espero haberlo hecho medianamente bien. Quizá muy trastornado y confuso al final, pero intenté hacerlo lo más fiel posible —con todos los traumas que describir eso conlleva—.

Concluyendo, serán capítulos cortos, y una historia corta (Creo que no superará las mil palabras por capítulo, y tampoco creo que llegue a los cuatro o cinco capítulos). No hay días de actualización, pero no creo tardar mucho en subir algo. Pues, ya tengo todo escrito, solo falta tallar y pulir.

Sin nada más que avisar, me retiro. Saludos con mucho amor, besos y abrazos acaramelados. (/n_n)/

PD: Notarán que el título no tiene mucho que ver con el capítulo peero... me gustó y eso basta. :v