Disclaimer: Noragami no me pertenece.

[Este fic participa en el ritual de iniciación de Noragami en el Foro "Mar de Joyas escondidas"]

Palabras: 360

Personaje: Yato

Le gusta: Imaginar


Alucinación post traumática

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—…Ato… Yato— la voz de Hiyori llegó, al fin, a sus oídos, haciéndolo reaccionar— ¡Yato! ¿Qué es lo que tanto miras, si puede saberse?

—¿Eh? ¿Qué? ¿Yo?— balbuceó él, espabilando— Nada…

—Sí, — respondió la otra—, y sí: llevas rato mirándome, ¿tengo algo en la cara, acaso?

—Deben ser impresiones tuyas, Hiyori— sonrió, intentando ocultar la vergüenza que le producía haber sido descubierto con los ojos en el cuerpo del delito.

—Ya, sí— contestó ella, poco convencida, pero dando el tema por terminado. Por salud mental.

Pero Hiyori no podía estar más en lo cierto. Yato la miraba. Lo había estado haciendo en ese momento y lo había estado haciendo desde las últimas semanas. Y es que simple y llanamente no podía evitarlo.

Llevaba así desde que volvió del Inframundo. ¿Y quién podía siquiera culparlo? Encontrarse a Izanami en el cuerpo de Hiyori -¿o sería al revés? ¡Agh, como fuera!- le habría secado la garganta a cualquiera.

Aún recordaba a Hiyori inclinándose hacia adelante, para convencerlo de que consumiese algo, en un gesto tan sugestivo, que lo hizo tener que aguantarse un jadeo. La forma en que su kimono caía sobre sus hombros, dejando ver la suave y lechosa piel de su pecho, hasta el punto de sentir él mismo el relieve de sus clavículas sobre el tegumento.

Tragó con fuerza y tuvo que reprimir el impulso de llevarse una mano al brazo contrario. De solo imaginárselo, se le ponía la carne de gallina.

No pudo evitar desear, por un instante, que la chica frente a él no fuera una proyección amigable de su mente idéntica a Hiyori, sino que la verdadera.

Sin embargo, ya teniendo ese evento a tantos días de distancia, no le quedaba otra que vivir del recuerdo que seguía muy vigente y a todo color dentro de su imaginación. Porque la imagen de Izanami siendo Hiyori -¿o era Hiyori como Izanami? Aún no lograba entenderlo del todo, pero ya pensaría en eso luego- que guardaba en su memoria le causaba los mismos efectos que cuando la tuvo en frente suyo en vivo y en directo.

Y, oh, rayos, ¿a quién pretendía engañar? Le encantaba.

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Revisado: Miércoles 07 de marzo de 2018