Hana ama los días soleados, le recuerda a las islas Jeju en su país natal a pesar de que sólo había ido una vez cuando el orfanato donde creció en Busan hizo un pequeño viaje de veraneo allí, luego de eso aumentaron los ataques y muchos de los que consideraba familia fueron desapareciendo. Para gracia de ella pudo refugiarse en los videojuegos quienes la encaminarían a defender a su nación y el honor de su difunta familia. DVA puso en alto el nombre de su país y el suyo siendo la mejor piloto Meka a su corta edad o al menos es lo que se podía leer en su biografía pero nadie sabe que Hana ama quedarse acostada mientras escucha los últimos hits de su amigo Lucio al mismo tiempo que intenta no pensar en la guerra; Sombra de vez en cuando acaricia su cabello permitiéndole cerrar los ojos. Sombra es acogedora, es algo que Hana agradece infinitamente, la mayor no tiene reparos en cariño, le besa las mejillas cuando tiene días malos, toma su mano cuando las pesadillas se vuelven demasiado reales, cuando se le cae la máscara de "DVA " y sólo queda Hana, la chica que daría toda la fama y el dinero por tener de nuevo a su familia.

A veces sólo necesita acurrucarse en el pecho de la mayor para sentirse de nuevo viva, para no sentir que el tiempo la carcome, las circunstancias le obligaron a crecer antes de tiempo y básicamente se ha propuesto no verse arrastrada por completo, Sombra es esa pequeña ancla que aún le devuelve un poco de esperanza al mismo tiempo que la mantiene fuera de juego, pendiendo de un hilo; Hana es demasiado orgullosa como para admitir que tantos sentimientos albergan en su corazón pero entre ella y la mexicana las palabras sobran son los besos los que transmiten la mayoría de mensajes, las caricias las que lo reafirmaban y el silencio su punto final.

Por un momento la Hana mutilada desaparece entre risas y anécdotas tontas porque la diferencia de edad le da variedad a la extraña relación que tienen. Sombra ve a Hana como su igual; en el fondo Song sabe que es una de las cosas por las cuales cayó por ella. La voz rasposa de la mexicana la hace desconectarse un rato, la mayor se convirtió en su refugio; sin querer la piel morena le rememora el calor de Jeju, en ese instante Hana se permite dejar de temer y perderse en los brazos de la otra, porque tal vez Sombra nunca lo sabrá pero para Hana no hay algo más cálido que el abrazarla.