La siguiente historia es sin fines de lucho, todos los personajes de The prince of tennis pertenecen a su respectivo autor.
Este es el primer capitulo de mi primera historia. espero les guste y dejen comentarios :)
Capítulo 1
Si necesitas respuestas, búscalas.
Se escuchó el crujir de las puertas, Ryoma reconoció esos pequeños pasos acercándose lentamente a su cama revolviéndose un poco al sentir el peso extra sobre sí.
-Karupin, deberías dejar de comer tanto te has vuelto más pesado.
Se quejó el joven de cabellos verdosos.
-Ryoma-san, el desayuno está listo. Si no bajas pronto llegaras tarde.
Un suspiro se escapó de los labios de aquel conocido como el príncipe del tennis al escuchar el grito de su prima desde la planta baja de su hogar. Se incorporó con pereza y a pasos lentos entro al baño, no tardo demasiado tiempo en estar listo con su uniforme de Seigaku. Ya hacía varios meses que había llegado a Japón junto a su familia por capricho de su padre, recordaba no estar muy de acuerdo con la idea cuando se la plantaron por vez primera pero después de las simples palabras del viejo samurái no pudo evitar bajar un poco su orgullo y aceptar "-No hay mejor forma de enfrentar oponentes que conocer muchos lugares y personas, no importa el tipo de individuos que encuentres siempre aprenderás algo de ello". No podía negar que en los meses que llevaba en Seigaku había encontrado oponentes fuertes, incluso había encontrado un par de personas además de su padre a las que no había logrado derrotar, aunque claro, si las comparaba con aquellas a las que había vencido el número era considerablemente menor, es más, el único que se le podía venir a la mente en ese momento era su capitán Tezuka a quien debía reconocer como un contrincante a respetar.
-Tardaste mucho en bajar shonen, ¿acaso estabas soñando con alguna linda compañera?
Molesto Najiro ante la llegada de su hijo al comedor, recibiendo las miradas fulminantes por parte Ryoma y su esposa
-Deja de molestarlo tan temprano
Advirtió Rinko a su esposo
-ya, ya. Solo quería animar un poco la mañana
Comento en un intento de disculpa el samurái
-Ya me voy
Anuncio Ryoma llamando la atención de sus familiares
-Eso fue rápido, acabaste en un dos por tres
Señalo Najiro
-Tengo entrenamiento matutino
Y con esas tres palabras el príncipe salió de casa. De camino a la escuela como era costumbre se encontró con uno de sus sempais. Momo, quien había sido de las primeras personas en conocer a su llegada y quien se había vuelto uno de sus amigos cercanos, aunque no lo admitiera abiertamente frente a otras personas. Tenía que aceptar que cada uno de sus sempais en el equipo de tennis de Seigaku habían ganado de una u otra forma su respeto, unos más que otros claro que esta.
-Oi Echizen, aun no entiendo cuando fue que termine llevándote al colegio en mi bici todos los días.
-El capitán advirtió que no debía seguir llegando tarde y tú fuiste quien comenzó a pasarme a buscar. Ahora apresúrate o llegaremos tarde.
Ordeno el menor como si uno de sus subordinados se tratara. Momo no pudo más que exhalar y acelerar el ritmo, ya acostumbrado a la forma tan poco delicada del integrante más pequeño del equipo. La entrada de la secundaria ya se podía divisar desde donde se encontraban, no era nada espectacular y el panorama era de lo más común. Estudiantes somnolientos llegando a primera hora para actividades de sus clubs u alguna otra cosa, algunos profesores. Todo parecía indicar que esa sería una mañana como cualquier otra con la excepción de aquella peculiar escena; Momo tuvo que detener su andar ante la vista que aun sus ojos le brindaban incrédulo.
- ¿Qué ocurre Momo-sempai? ¿Por qué te detienes?
Cuestiono bajándose con extrañeza el príncipe ante el inusual acto de su compañero.
-Oi, ¿ves lo mismo que yo?
Ryoma tuvo que tomar unos momentos para entender a lo que se refería su superior, busco con la mirada algo que fuera inusual, pero de por si él casi no se fijaba en su alrededor así que no entendía a que se refería. Momo al recordar con quien trataba tomo la cabeza del príncipe y la giro algunos grados colocándola en dirección a chico de tercer grado.
- ¿el cápita?
Al escuchar a Momo afirmar el joven volvió a cuestionar aun sin encontrar nada particularmente extraño, más que talvez el hecho que llegara casi a la hora del inicio de las practicas lo cual no era común. Hasta donde recordaba siempre estaba mucho antes que el resto.
- ¿Cuál es el problema?
- ¿Qué acaso eres ciego? El capitán llego acompañado
Ryoma aún no entendía cuál era el problema, pudiera ser que Tezuka se encontrara con alguno de los otros sempais en el camino. Volvió a mirar en busca de alguno de sus compañeros de equipo, pero no diviso a ninguno, sin embargo, logro ver algo o más bien a alguien que capto por completo su atención y al comprender a lo que se refería Momo sus ojos se agrandaron lo suficiente como para que su acompañante se percatara de su sorpresa.
-Al parecer te sorprendió más a ti que a mi
Se rio su sempai golpeándole ligeramente el hombro.
-En efecto es una vista interesante la de esta mañana
Tanto Momo como Ryoma dieron un pequeño respingo al escuchar la voz tan cerca de ellos, aunque al ver de quienes se trataba se tranquilizaron.
-Fuji-sempai, casi me matas de un infarto
Se quejó Momo recobrando la postura
- ¿Qué ocurre-nya?
Pregunto un animado Eiji quien llegaba en compañía de Oishi e Inui
-Solo comentábamos una vista inusual
Respondió Fuji siguiendo su camino hacia la entrada.
-Dejemos eso para después que se nos hará tarde para el inicio del entrenamiento
Comento la madre del Seigaku jalando a su pareja de dobles y haciéndole señales al resto para que aceleraran el paso.
-Pero aun no me dicen que era
Se quejaba el pelirrojo mientras era arrastrado a regañadientes por Oishi. Finalizado el entrenamiento Echizen se dirigió como era su costumbre a las máquinas expendedoras para comprar su ya conocida phonta de uva topándose con alguien muy conocida para él. Ella se encontraba parada frente a él a pocos pasos mirando distraída a todas las direcciones, la conocía lo suficiente como para asumir que se había perdido, pero lo reconsidero al recordar que se encontraban dentro del colegio y aunque había obtenido el primer lugar en personas desubicadas para él, algo dentro de sí le decía que incluso ella no se perdería en aquel lugar. Su primer pensamiento al sorber su bebida frente a la maquina fue ignorarla, aunque suspiro al ser incapaz de hacerlo, deposito otra moneda y presiono el botón sacando una bebida igual a la que él se encontraba bebiendo.
- ¿Qué estás haciendo Ryuzaki?
La joven de dos trenzas dio un pequeño salto al percatarse de la presencia de Echizen a su lado, ruborizándose en el acto ¿Tan concentrada estaba que no se había dado cuenta del momento en el que se había acercado él? pensó el príncipe. Suspiro de nueva cuenta entregándole la phonta que había sacado de la maquina a lo que la joven se sonrojo esta vez hasta las orejas y bajo un poco la mirada exclamando por lo bajo un "gracias, ryoma-kun". El joven la miro fijamente por unos segundos y luego dio otro sorbo a su bebida.
-No me has contestado
- ¿Cómo?
Respondió con una pregunta Sakuno levantando un poco la mirada para verlo
- ¿Qué estás haciendo? Pareces perdida
Dijo con simpleza Ryoma bajando la visera de su gorra
-E-estoy buscando a alguien
Comento ella jugueteando con la bebida entre sus manos. Ante esa respuesta la primera persona que se le vino a la mente al príncipe fue esa amiga gritona suya
-No vi a Osakada en el entrenamiento matutino, talvez vaya directo al salón
Ante la mirada confusa de la joven Ryoma tuvo que aclarar lo que acababa de decir
-si estás buscando a Osakada sería mejor que la esperaras en el salón, si ella hubiera llegado temprano seguramente hubiera ido a gritar a los entrenamientos.
Sakuno abrió los ojos al comprender finalmente a lo que se refería el príncipe y hablo tranquila al corregir lo que él pensaba.
-No estoy buscando a Tomo-chan, sino a Ku-el capitán Tezuka. Me había dicho que lo esperara cerca de las máquinas expendedoras al finalizar el entrenamiento, pero no lo veo por aquí
Finalizo la joven con nerviosa voz mirando sus pies. Ryoma apretó los dientes y profundizo su mirada hacia la joven, lo que la puso aún más nerviosa.
-umm… veo que has estado muy cercana al capitán, incluso llegaron hoy juntos.
-¿eh? Eso fue por…
Antes que la joven pudiese responder a las palaras del príncipe una voz gruesa la nombro, sorprendiendo al príncipe quien nunca pensó escuchar a su capitán llamando a alguien por su nombre de manera tan familiar
-Sakuno, lamento el retraso. Tuve que revisar unos asuntos del club ahora que tu abuela fue a aquel congreso.
-No te preocupes, solo me puse nerviosa al creer que no había entendido bien el lugar.
Sonrió ella hacia el sempai de Ryoma, ante esto el peliverde dio un sorbo a su phonta y se dispuso a marcharse. No consideraba que estuviera mal estar en aquel lugar después de todo él llego antes, sin embargo, por alguna razón se sintió un tanto incomodo.
- ¿Qué haces aquí Echizen? las clases están por comenzar
Cuestiono el capitán deteniéndolo del comienzo de su andar.
-vine a comprar algo de beber, tenemos ingles a primera hora así que no importa realmente si llego tarde
Contesto más brusco de lo que esperaba levantando los hombros, aunque en realidad no le importo el tono de voz que uso. Tezuka lo miro serio y el príncipe lo observo con la misma mirada.
-Eso no está bien Ryoma-kun, ya tienes muchos retardos
Los interrumpió una Sakuno preocupada mirando al más joven
-Entonces vamos juntos Ryuzaki, después de todo también llegaras tarde si sigues aquí.
Exclamo Echizen con una media sonrisa hacia la castaña, lo cual provoco que las mejillas de la pequeña niña ardieran al acto. Ella miro expectante a su sempai en busca de su aprobación para poder irse junto con su compañero de clases recibiendo del mayor un suspiro, le entrego una libreta color rosa y finalmente dijo.
-Se más cuidadosa la próxima vez, no lleguen tarde a clase.
Fueron sus últimas palabras antes de emprender su caminata hacia su propio salón.
-Va-vamos Ryoma-kun, no hay que llegar tarde
Menciono Sakuno sosteniendo con fuerza ambos objetos recién entregados, la phonta aun sin abrir. Ryoma miro fijamente la libreta unos segundos para emprender su caminata a paso lento siendo perseguido por una pequeña joven castaña.
Ya había transcurrido la mitad de la mañana y la hora del almuerzo se acercaba. El estómago del príncipe rugía más de lo normal, no recordaba un entrenamiento matutino más agotador, aunque al ser tan orgulloso como era prefería culpar de su cansancio a aquel sol abrazador. Era obvio que el verano ya estaba en puerta, pero esta vez se estaba pasando.
-Echizen, date prisa o los buenos emparedados se acabarán
Gritaba Momo jalándolo por el cuello del uniforme.
-Momo-sempai, no me jales. Puedo caminar perfectamente por mi cuenta.
Se quejaba el menor con cara de fastidio. Ya era una costumbre que en cada descanso su superior llegara a buscarlo a su salón arrastrándolo para ser su acompañante de almuerzo, en ocasiones lograba ser veloz y se escapaba antes de que él llegara, después de todo sus siestas en la azotea eran de las mejores cosas.
-Deja de quejarte, que si te suelto eres muy capaz de irte a quien sabe dónde a dormir.
No podía negar aquellas palabras, pero era ridículo y molesto que lo arrastrara de aquella forma.
-Suéltame, no me iré a ningún lado.
Exclamo mientras se liberaba de la mano de su sempai, comenzó a arreglarse el uniforme con molestia siguiendo el paso de Momo. Fue entonces que cayó en cuenta que había olvidado su almuerzo en casa, suspiro con fastidio "Tendré que comprar algo de pan como Momo-sempai". Pensó, aunque esa solución rápidamente fue descartada. Había sido llevado tan rápido del salón que su billetera quedo olvidada, bufo con molestia, seguramente su sempai no le dejaría ir por ella por miedo a que no regresara. Una sonrisa se dibujó en su rostro, "Momo-sempai tendrá que invitarme".
-Oye Echizen
Lo llamo el mayor sacándolo de sus malicioso pensamientos.
-Préstame algo de dinero, mi mesada me la dan en un par de días y gaste más de la cuenta ayer en las hamburguesas.
-No tengo. Me sacaste tan rápido del salón que olvide mi billetera
Expreso con clara molestia. Ahora no podría hacer que el mayor le comprara la comida. Su estómago rugió por cuarta vez, esto estaba colmando su paciencia.
- ¿y ahora que haré? invítame algo de tu almuerzo
Rogo Momo viendo que los panes casi se agotaban y no les daría tiempo de regresar por la billetera del menor.
-Lo olvide en casa
Fue la seca respuesta por parte del príncipe antes de caminar a paso lento de regreso por el largo pasillo.
-Espera Echizen, al menos vamos afuera. No quiero ver como todos disfrutan de su comida cuando yo muero de hambre.
El joven tenista levanto una ceja, tenía que admitir que su sempai había dado un buen argumento. Ambos se encaminaron derrotados al patio trasero del instituto y se acomodaron bajo un frondoso árbol. Ryoma claramente con intenciones de dormir se tendió en el césped y coloco sus brazos como almohada.
-Muero de hambre
Se quejó el mayor con voz triste provocando el fruncimiento del entrecejo por parte del príncipe. No veía la necesidad de anunciar algo así, era obvio y solo le recordaba su propio apetito. Trato de ignorar a su superior concentrándose en dormir, sin embargo, volvió a ser interrumpido.
-Echizen, rápido. Echizen levantare.
Momoshiro decía en voz baja, aunque un tanto desesperada. Sin ganas, el joven prodigio se incorporó listo para reclamarle a su amigo, aunque la expresión de este se lo impidió. Era exactamente igual a la expresión de temprano en la mañana.
- ¿Qué?
-eso ocurre
Respondió a la pregunta del príncipe, mientras lo tomaba de la barbilla y giraba su rostro para que fijase sus ámbares ojos en la terraza más alejada del lugar. En el acto los ámbares se abrieron sorprendidos, ¿Desde cuándo Ryuzaki y el capitán almorzaban juntos?
- ¿Desde cuándo Sakuno-chan y el capitán almuerzan juntos?
La pregunta del pelinegro era justo la misma que acababa de hacerse. Se incorporó rápidamente y a paso acelerado se acercó a donde se encontraba la pequeña de trenzas, siendo seguido por Momo quien encontró aún más raro el comportamiento de su amigo que lo que estaban viendo.
- ¿Qué hacen aquí?
Pregunto al llegar frente a su capitán con voz seca. Tezuka lo observo un momento y respondió tranquilo.
-Almorzando
-Se ve delicioso, ¿tú lo preparaste Sakuno-chan?
Comento Momo viendo la apetitosa comida acomodada en dos grades cajas de almuerzo. Sakuno que se había sorprendido bastante por la llegada del príncipe sonrío ante la declaración de su sempai.
-S-Si, yo lo prepare. Aunque creo que hice de más.
Respondió con un tono preocupado. Ryoma, quien no había parado de observar las reacciones de la joven vio esa información como una oportunidad. Con tranquilidad tomo asiento al lado de la joven en la banca quedando frente a Tezuka. Al ser una mesa de concreto no era nada cómoda, sin embargo, la brisa que pasaba por aquel lugar alejado de los edificios era relajante.
-Pues supongo que podemos ayudarles
Expreso el joven príncipe con tranquilidad, tensando el cuerpo de Ryuzaki al sentirlo tan cerca de ella. Momo quien reía disimuladamente por la actitud de su amigo miro al capitán en espera de su aprobación, una vez dada tomo asiento a su lado sonriendo a Sakuno al verla al punto de ser confundida con un tomate.
-A-ade-adelante, sírvanse lo que gusten. Yo ya terminé y Ku… el sempai debe ir a la oficina de la abuela a ver unos papeles del próximo torneo en un momento.
Recito la joven con ojos marrón con dificultad mirando fijamente la mesa intentando ocultar su nerviosismo. Ryoma, quien estaba acostumbrado a escuchar su tartamudeo capto rápidamente lo que ella les había dicho, y para que engañarse, a él le gustaba mucho la comida de Sakuno. Realmente no es que aceptara comer cualquier cosa, le encantaba la comida japonesa y la delicada pero exquisita forma en la que ella la preparaba era una delicia para su paladar, claro está que no lo iba aceptar abiertamente. Había ocasiones en las que sus escapadas de las garras de Momo no eran solo para dormir sino para esperar que aquella pequeña llegara a hacerle compañía a la azotea y le compartiera de su comida aun cuando él ya hubiera almorzado, y es que su compañía, a diferencia de la de las otras niñas gritonas y habladoras, no le resultaba molesta. Ella era tranquila, sabia cuando debía hablar y cuando él prefería el silencio, aunque en ocasiones sus tartamudeos le resultaran exasperantes las dulces sonrisas que le regalaba después de ellos lograban hacer que se olvidara de su enojo.
-Ummm…
Fue la respuesta monótona del príncipe. Aun no lograba entender porque había estado de mal humor todo el día o cual era la razón de que pensara en ella de aquella forma. Aceptaba que Ryuzaki le agradaba, pero no comprendía que motivaba a su pensamiento a girar en torno a ella como lo estaba haciendo, ni siquiera sabía porque había ido a interrumpir la comida de su capitán. Cuando se dio cuenta de lo que estaba sucediendo ya estaba caminando hacia ellos. La miro un momento, tan cohibida mientras sujetaba sus manos y su rostro sonrojado, giro la cabeza hacia su capitán quien comía lentamente como si nada lo perturbase y luego hacia Momo quien había comenzado a alimentarse gustoso.
-Oi, Ryuzaki.
La llamo y ella dio un respingo, lo que alerto a sus sempais
-No tengo palillos
-Es verdad, solo tenía un par extra y creo que Momo-sempai los tomo
Contesto preocupada Sakuno
-Lo siento Echizen, yo fui más rápido
Se burló el peli-negro llevándose un rollo de huevo a la boca. Ryoma bufo molesto desviando la mirada, fue entonces cuando se percató del par de palillos cerca de su mano, al parecer la despistada de Ryuzaki no había visto que tenía esos. Los tomo sin prestar atención al resto, alimentándose en el acto con la ayuda de estos.
-Ry-Ryoma-kun… e-esos son mis palillos, los que acabo de utilizar
Dijo al borde del colapso Sakuno, al darse cuenta de lo que el príncipe acababa de hacer.
- ¿Cuál es el problema?
Pregunto el joven llevándose otro bocado a la boca, realmente tenía hambre. Momo tuvo que taparse la boca después de que Tezuka lo mirase amenazante por la carcajada que había lanzado al ver lo que el príncipe había hecho.
-No-No es nada
Termino Sakuno por lo bajo jugando con sus dedos índices.
-Gracias por la comida.
Anuncio el capitán levantándose de su asiento.
-Dense prisa, el tiempo del almuerzo casi termina.
-Sí, nos vemos luego.
Se despidió Sakuno con una sonrisa, mientras Momo hacia una leve reverencia. Ryoma, quien seguía ocupado en su tarea de alimentarse, expreso un simple "hasta luego" sin voltear la mirada hacia él. Una vez lejos el capitán, Momo quiso investigar sobre la extraña relación que estaban teniendo la pequeña nieta de la entrenadora y Tezuka. Aceptaba la posibilidad de haberse encontrado de camino al instituto y por esa razón los vieron llegar juntos, pero que incluso durante el almuerzo estuvieran de esa manera, eso sí era extraño.
-Entonces, Sakuno-chan
La llamo el peli-negro.
- ¿Cómo fue que terminaste preparando tanta comida?
-Bueno, ayer después de estudiar la tía estaba ocupada así que me ofrecí para preparar la cena y como ya estaba en eso me puse a hacer el almuerzo, pero me entretuve tanto cocinado que no me di cuenta cuanto había preparado y pues este fue el resultado.
Ryoma, quien no había dejado de comer había estado atento a la historia. ¿Cómo era posible que se distrajera al punto de no darse cuenta la cantidad de comida que hacia? Aunque no podía quejarse, le había salvado nuevamente de un día sin almuerzo y aún mejor, estaba delicioso.
- ¿La tía?, ¿te estas quedando en casa de algún familiar?
Hasta donde Momo recordaba Ryusaki-sensei había tenido que ir a un congreso de dos días y dos noches a otra ciudad. La pequeña Sakuno, tenía entendido vivía sola con su abuela, así que, al no estar su abuela el quedarse con un familiar en vez de sola era la mejor opción.
-Algo así
Dijo con una tierna sonrisa, Momo se sonrojo un poco al verla. No recordaba haber visto a Ryuzaki sonreírle tan abiertamente. Ciertamente la había visto hacerlo, pero solo a una persona, aquel pequeño gruñón sentado a su lado quien había parado de comer y lo miraba expectante. El sempai sonrió, eran obvios los sentimientos de Sakuno por el príncipe, no obstante, aun cuando lo molestaba constantemente con ella, no había notado las verdaderas intenciones de Ryoma con Ryuzaki hasta ahora. Sonrió nuevamente para sí, estaba casi seguro que ni el mismo príncipe las sabias.
- ¿Tú y el capitán son muy cercanos?, lo digo porque hoy los vimos llegar juntos y ahora también almorzando.
Momo no era bueno siendo discreto, así que prefirió ser directo.
-Bueno, en realidad…
- ¿Qué hacen que no me invitan?
Sakuno fue interrumpida por la sorpresiva llegada de Eiji, quien se había arrojado sobre Ryoma robándole el bocado que se estaba llevando a la boca.
-Eiji-sempai, pesas
Se quejó el menor con fastidio. No solo le había robado su comida, sino también la oportunidad de saber que era lo que ocurría entre su sempai y Ryuzaki.
-Eiji, lastimas a Echizen
Comento Oishi alejando al pelirrojo del menor.
- ¿Qué hacen aquí sempais?
Pregunto Momo extrañado de verlos en aquel lugar, normalmente almorzaban en alguno de sus salones.
-Eiji olvido algunas cosas en el salón del club y fuimos a buscarlas.
- ¿Tú preparaste esto Sakuno-chan?
Cuestiono Eiji ignorando la conversación de ambos chicos y acercándose nuevamente a Ryoma con intenciones de quitarle algo más de comida.
-No queda mucho, pero sírvanse si gustan.
El resto del almuerzo paso rápidamente, especialmente con las constantes peleas por los restos de la comida de Ryuzaki. Al sonar la campana, cada uno de los jóvenes se encamino a su respectiva aula, sintiéndose la joven la persona más afortunada al haber podido comer en compañía de su querido príncipe.
Ya en las canchas, hubo una reunión de los regulares mayores con el tema central de la curiosa relación entre su capitán y la pequeña compañera de Ryoma. Aunque en realidad la primicia era la actitud del príncipe ante la situación.
-No sabía que el capitán almorzara con alguien, shhh
Comento Kaido
-Normalmente almuerza conmigo, pero hoy dijo que tenía cosas que hacer. Esto es muy interesante.
Aclaro el genio de Seigaku abriendo sus ojos azules.
-Eso no es tan importante, la reacción del pequeñín es a lo que debemos prestarle atención. Si lo que Momo dice es verdad entonces finalmente el Ryosaku se hará realidad.
Anunciaba emocionado el pelirrojo con instintos felinos moviendo los brazos con emoción, mientras un Oishi desesperado intentaba que bajase la voz.
-Claro que es real, todo ocurrió tal cual les conté. Echizen quiere a Sakuno-chan y todos lo sabemos menos él.
-Según mi información hay un 80% de probabilidades de que sea verdad lo que Momoshiro está diciendo.
Corroboro Inui con su libreta en la mano.
-Si es así debemos hacer que él se dé cuenta. Propongo que los encerremos juntos en el cuarto del club por un buen rato.
-secundo esa idea
Comento Momo al escuchar la propuesta del pelirrojo. Claro está, que ambos recibieron un rotundo no por parte de la madre del Seigaku. Kawamura, quien había estado en silencio todo ese tiempo pidió la palabra temeroso.
-Umm… yo escuche al capitán en la mañana decirle a Ryuzaki-san que lo esperara en la entrada del instituto para irse juntos.
La expresión de todos cambios por completo y un estrepitoso grito fue dado por Momo y Eiji quienes no paraban de hablar incoherencias.
-Se me acaba de ocurrir la mejor de las ideas
Expreso el pelirrojo con confianza captando la atención del resto de los regulares.
-Seguiremos al capitán y a la pequeña Sakuno-chan. Haremos al pequeñín ir con nosotros y veremos que hace, así mataremos dos pájaros de un tiro
-Buena idea Eiji-sempai, así sabremos que hay entre esos dos y nos sirve para poner celoso a Echizen.
Aplaudió Momo con emoción, varios de los jóvenes aprobaron la idea. Kaidou se quejó diciendo que no tenía tiempo para eso, mientras que la madre del Seigaku decía nervioso que no era una buena idea por cosas como la privacidad de las personas, aunque nadie le prestaba atención.
Al finalizar el entrenamiento, Ryoma fue arrastrado por sus sempais fuera de los vestidores hacia la entrada a toda prisa obligándolo a esconderse tras unos arbustos.
- ¿Qué ocurre?, ¿Por qué me jalan?
Se quejó con molestia el príncipe quien era fuertemente sujetado por Momo y Kawamura
-Lo siento Echizen, pero Fuji puede ser muy insistente
Comento por lo bajo el chico de cabellos cafés.
-Guarden silencio, ahí viene el capitán.
Dijo con emoción Eiji quien se encontraba sosteniendo dos ramas para ocultar su rostro.
- ¿Por qué tengo que venir yo también, shh?
Pregunto la serpiente quien no se encontraba nada cómodo con el agarre de Fuji.
-porque así es más interesante
Fue la simple respuesta de su sempai. Tal y como había anunciado Kikumaru, el capitán se dirigía a la puerta del colegio a paso lento levantando la mano al visualizar a la joven de ojos marrón. Ryoma abrió los ojos con asombro dejando de pelear por liberarse del agarre. ¿Qué estaba sucediendo? ¿ahora también se iban juntos? Se preguntaba el príncipe con incredulidad, ahora entendía la insistencia de sus entrometidos sempais por esconderse tras esos arbustos, pero, ¿Qué pretendían con eso? No era como si fuera de su incumbencia, después de todo Ryuzaki no era más que una amiga. Se sorprendió al darse cuenta que la consideraba lo suficientemente cercana como para llamarla con aquel adjetivo. Tras eso y haciendo memoria no recordaba quien había sido la última en ser nombrada por él de esa manera.
-Se están yendo, debemos darnos prisa.
Expreso sacándolo de sus pensamientos Eiji mientras se incorporaba de un salto, siendo seguido por el resto de los regulares. Inui, quien no perdía oportunidad de anotar en su libreta tuvo que ser salvado por Oishi de no caerse en más de una ocasión al estar tan ensimismado en sus apuntes, por otro lado, su salvador seguía repitiendo que no deberían hacer ese tipo de cosas al igual que Kawamura,
-Guarden silencio o nos descubrirán
Se quejaba el pelirrojo ya arto de la moralidad de su pareja de dobles. Tras caminar por un rato y después de bajar un par de estaciones de tren Ryoma expreso más para sí que para el resto de sus compañeros.
-Ryusaki se está alejando mucho de su casa
Momoshiro, quien lo escucho de cerca comenzó a reírse
-Se nota que te preocupa mucho la pequeña Ryusaki-chan
El menor ignoro el comentario y prosiguió con su tarea de esconderse. Fuji, sonrió al oír el comentario y anuncio por lo bajo de tal manera que fuera perfectamente entendible para el príncipe.
-Pues la pequeña Ryuzaki-chan se está alejando de la suya, pero Tezuka se acerca cada vez más a la de él.
Algo en el estómago de Ryoma se revolvió ¿Por qué Ryuzaki acompañaba al capitán a su casa?
-Al parecer ya llegamos
Anuncio Inui al reconocer el lugar, el príncipe se sorprendió al notar el parecido con el templo donde él vivía. La barda que rodeaba el lugar era de piedra bastante alta al igual que los portones de madera, quienes daban un aspecto imponente y antiguo, por lo que notaba desde su posición el lugar era bastante grande ya que ocupaba casi toda la cuadra "debe ser por algo común de esta área" pensó el joven al percatarse que la mayoría de las casas de aquel lugar tenían esas mismas características.
-Démonos prisa o no podremos ver qué sucede
Dijo Eiji cruzando la calle a gran velocidad al ver las puertas cerrarse lentamente siendo seguido de cerca por el resto. Después de un rato todos comenzaron una discusión acerca de cuál sería el mejor plan para lograr ver dentro del lugar ya que el factor barda no estaba contemplado, tanto fue su concentración en aquel tema que no se percataron del ruido que hacían, especialmente Kikumaru y Momoshiro quienes terminaron gritando por la frustración de no saber que ocurría.
- Creo que ya no debemos preocuparnos por como entrar sin ser descubiertos
Comento con una sonrisa tranquila Fuji ante la cara de extrañeza de todos
-Fuimos descubiertos
Finalizo al señalar con su dedo a Tezuka quien los observaba desde la entrada de su casa con rostro serio.
-Capitán, que coincidencia no sabíamos que vivía por aquí
Trato de sonar lo más natural posible Momoshiro, aunque al ver la cara de Kunimitsu no pudo más que guardar silencio y ocultarse tras Fuji. Nadie decía nada y aun si tenían la intención no se les ocurría una buena excusa para decir la razón del porque estaban afuera de su casa.
- ¿Por qué Ryuzaki está contigo?
Fue la simple pregunta que surgió en aquel silencio por parte del príncipe desconcertante a todos los presentes. Aun con miedo Eiji se animó a secundar el pequeño y Oishi quien no podía más que disculparse diciendo que había intentado detenerlos comenzaron un gran alboroto a lo que se les sumo otra de las constantes discusiones entre la serpiente y Momo, Inui no paraba de tomar apuntes, Fuji sonreía y Kawamura por alguna razón consiguió una raqueta. El capitán suspiro, su equipo era eficiente pero demasiado entrometido.
-Pasen.
Solo necesito decir eso para que todos guardaran silencio y lo siguieran como niños regañados. Al ingresar pudieron notar algo de lo que mayoría no se había percatado, la primera parte de aquella casa era un dojo.
- ¿Por qué el capitán vive en un dojo?
Susurro Eiji por lo bajo sin obtener respuesta de ninguno. Por lo que se veía, la casa era estilo japonés en su mayoría, encontrándose dividida entre la parte del dojo que era la parte delantera y la parte trasera siendo la casa.
-este lugar es muy grande, creo que podría perderme
Comento Momo
-La madre del Tezuka es maestra este dojo especializado en karate y su padre es medico
Aclaro Fuji con tranquilidad detrás de todos. "Ahora sabemos porque es así" fue el pensamiento grupal ante la nueva información
-Deben quitarse los zapatos y colocarlos en este lugar
Declaro el capitán señalando con su dedo mientras el mismo llevaba a cabo la acción. Cada uno de los integrantes de Seigaku siguió la indicación lo más rápido que pudo debido a que un ruido los había alertado sobre algo interesante que pudiera estar ocurriendo dentro del dojo. Los ojos de todos se abrieron como platos y la incredulidad se presentó, la pequeña Ryuzaki acababa de arrojar a un joven un metro frente a ella con una facilidad insuperable.
-Muy bien Sakuno-chan, ahora necesito que les expliques como seria ante un ataque por abajo.
Se escuchó al fondo del lugar. La mirada de todos se apartó con dificultad de la silueta de la joven al percatarse de la imponente voz de la mujer. Era realmente hermosa y tenía un parecido hasta cierto punto aterrador con su capitán, de figura esbelta y cabello a los hombros no había ninguna duda de que se trataba de la madre de Tezuka.
-Kunimitsu, se el ponente de Sakuno-chan en esta actividad. No creo que alguien pueda enfrentarla además de ti o de mi
La joven se sorprendió de sobremanera al percatarse de la presencia del equipo de tennis y no pudo evitar ponerse como un tomate al hacer contacto visual con su adorado príncipe.
-iré a cambiarme
Fue la simple respuesta del joven ante la indicación de su madre.
-supongo que ustedes son los compañeros de Kunimitsu, busquen un lugar y acomódense con el resto de los estudiantes.
Sentencio la madre, realmente era igual a su hijo o más bien su hijo era igual a ella. Al parecer todos en esa clase eran estudiantes más o menos de su edad, algunos un poco más grandes ya que Inui reconoció a un par de preparatoria.
-Estoy listo
-Bien, ahora la explicación es simple, ataca a Sakuno-chan por abajo y ella lo revertirá. Presten atención ya que posiblemente no logren verlo de cerca de nuevo muy pronto
Alerto la maestra del dojo. Como si no fuera nada, la pequeña joven derribo en un rápido movimiento al capitán dejando a todos sin palabras, especialmente al notar que Tezuka tardo un poco en incorporarse.
-lo siento oni-chan ¿te encuentras bien?
Se escuchó un ruido ante las palabras de la joven ¿Había dicho oni-chan? Fue tanto el alboroto que se estaba generando que la madre del capitán les envió una mirada severa haciendo temblar de miedo a todos los presentes. Después de terminada la clase y de que todos se hubiesen cambiado los estudiantes comenzaron a retirarse dejando solo a los fanáticos del tennis.
-Hoy tu padre llegara tarde, así que me dijo que traería algo de comida. Son bienvenidos a quedarse. Compromiso
Fue lo último que dijo la madre del capitán antes de salir del dojo
-Aún no sé qué fue lo que me sorprendió mas de todo lo que acaba de ocurrir. No sabía que Saku-chan y el capitán fueran hermanos
Comento Eiji
- ¿Entonces en capitán es nieto de la entrenadora también?
Dijo Momo incrédulo
-Kuni-oni-chan y yo no somos hermanos de sangre
Anuncio Sakuno ocultando la mitad de su cuerpo tras el capitán tratando de aclarar todas las dudas para no crear malos entendidos, ante el nerviosismo notorio de la pequeña Kunimitsu decidió hablar para despejar cualquier duda.
-Somos amigos de la infancia, nuestros padres se conocían desde el instituto así que crecimos más que hermanos como primos. Hace unos días mi madre se lastimo la muñeca por lo que no puede hacer movimientos bruscos, le pidió a Sakuno que le ayudara con las clases ya que yo tengo actividades en el club.
Explico con tranquilidad el capitán al notar la necesidad de la joven por explicar todo, aunque por su personalidad cohibida se le dificultaba.
- "Así que por eso no ha estado yendo a ver los entrenamientos"
Pensó Ryoma recordado los días pasados
-No tenía idea de que Saku-chan fuera tan buena en Karate
Dijo con asombro Eiji al recordar lo que había presenciado hacia unos momentos.
- Sakuno ha estado entrenando en el dojo desde que tenía unos dos años bajo la tutela de mi madre, siempre fue muy tímida así que lo tomaron como una manera para que se expresara mejor.
Continuo Tezuka ante el asombro de todos al ser la primera vez que lograba tener una conversación tan larga con su capitán
- ¡Eh!, así que eres buena en Karate. Es raro siendo tan torpe
Comento el príncipe mirando fijamente a Sakuno. Aparentemente su buen humor y ganas de fastidiarla habían regresado, lo que provoco el sonrojo de la joven haciendo que esta bajara la mirada.
-Ella es la mejor estudiante del dojo, es la única capaz de competir contra mi madre.
- ¡Wow!, eso es increíble. El que Tezuka-buchou reconozca las habilidades de
Saku-chan debe significar que es realmente fuerte-nya.
Dijo abrazando a la joven Eiji haciendo sonrojar aún más Ryuzaki. Por unanimidad decidieron que lo mejor era irse a sus casas ya que después de todo habían llegado de improvisto y al día siguiente seguramente el entrenamiento sería muy arduo, especialmente tras haberse entrometido tanto en los asuntos de su capitán.
-Yo también tengo que irme, la abuela me encargo comprar unas cosas para el almuerzo de mañana además hoy llega de su congreso.
Comento la única chica en el grupo llamando la atención de Tezuka y del peliverde
-Comienza a oscurecer ¿quieres que te acompañe a casa?
La pacifica voz y cuidado al hablar sorprendió a todos, el joven de lentes era normalmente estoico al comunicarse con otras personas, pero con Sakuno parecía ser muy protector. La mayoría se guardó sus comentarios, no querían más problemas de los que ya tenían y además tras ver la burbuja invisible que comenzaba a crearse alrededor de ambos era difícil que alguien comentara cualquier cosa.
-Yo puedo acompañar a Ryuzaki a su casa
Eso alerto a los presentes. El mismísimo Ryoma había propuesto llevar a la pequeña señorita a su hogar sin que alguien lo hostigara para que lo hiciera, incluso el capitán se mostró por un segundo desconcertado. Momoshiro y Kikumaru quienes captaron rápidamente la situación no perdieron tiempo en lanzarse miradas en señal de uno de sus nuevos planes para que el duo RyoSaku fuera una realidad.
-Dejemos que el Ochibi acompañe a la pequeña princesa a su casa, él la cuida muy bien después de todo.
-sí, sí. Además, sus rutas no están tan separadas
Complementaba Momo con una gran sonrisa cruzando un brazo por el hombro de Ryoma. Era muy obvio lo que ambos pensaban para todos excepto para los involucrados que estaban seguros que era algún otro juego de sus sempai.
-En ese caso dejo a Sakuno a tu cuidado Echizen.
Sentencio Kunimitsu hacia el príncipe lo que no agrado demasiado a este último. Si Ryuzaki y el buchou no eran familiares realmente ¿porque la trataba como si fuera de su propiedad al grado de responder por ella? Tan ensimismado estaba en sus pensamientos que no se percató de su entorno hasta que alguien jalo su brazo con fuerza.
-Ryoma-kun, ¿estás bien? Lo siento, pero ibas a chocar contra un poste
Dijo con preocupación Sakuno mirándolo fijamente. El peliverde tardo un momento en entender lo que sucedía, por alguna razón se había pues en modo automático y a pesar de estar acompañando a la pequeña a su casa realmente no estaba enterado de en qué momento comenzaron a caminar ni cuando se despidieron de los demás. Asintió con la cabeza y prosiguió caminando; realmente no entendía muchas de las cosas sobre ese día, que Ryuzaki fuera tan buena en un deporte y su relación con el sempai eran situaciones que nunca imagino pero más allá de todos los nuevos descubrimientos de ese día el darse cuenta de cuanto le afectaba las cosas que involucraban a la joven lo hacían cuestionarse que significaba ella para él y en qué momento se volvió lo suficientemente importante como para entrometerse a tal grado, ya que aun si quería culpar a sus sempais sobre la persecución de ese día la realidad del asunto es que él hubiera tratado de averiguar la verdad por su cuenta. Miro a Sakuno de reojo, ella caminaba tranquila al ritmo de él.
- ¿Por qué no entraste al club de karate?
Pregunto con voz tranquila, la joven se sorprendió un poco pero no detuvo el paso
-Hay ocasiones en las que eres bueno en algo, pero simplemente no te termina de gustar. He aprendido Karate desde que era pequeña pero nunca me ha agradado la idea de herir a otros, al ser un deporte las competencias implican enfrentamientos. Supongo que es bueno saber defenderse, pero creo que solo debería usarse en momentos necesarios.
Finalizo con una sonrisa dulce. Ryoma la contemplo unos momentos para decir sin más.
-Eres rara Ryuzaki
Ella bajo la cabeza ante las palabras de su querido príncipe, después de todo y aun con la pequeña emoción que sintió al escucharlo ofrecerse para acompañarla él seguía considerándola extraña.
-No creo haber conocido a una persona así, pero esa rareza no es algo que me desagrade.
Finalizo el peliverde con una media sonrisa adelantando el paso y sonriendo al divisar el creciente sonrojo que se acumulaba en el rostro de la joven, en definitiva, no entendía por completo lo que ocurría sin embargo de algo podía estar seguro; Sin importar la rareza de Ryuzaki era la única persona a quien disfrutaba ver cambiar de expresión tan fácilmente a causa suya.
