"La calabaza"
(by: T. Sensei)
La única nota que me gustaría realizar desde un inicio es que 'La calabaza' es una canción del género regional mexicano de 'Banda' de la Arrolladora banda el limón. es una canción muy coloquial pero cuando la escuché por primera vez, se me hizo tan hermosa y precisa para esto.
Jan Antonio García Muñoz es mi México. O mi interpretación de éste. No tiene una imagen física. Si alguien gusta hacerla, Adelante C:
Agradezco a mi amiga Viviana (Sasuki Uchiha) por alentarme a escribir este fic después de mucho tiempo (siglos pienso yo xD) de haberlo inventado y a Alejandro (Pipo power 3 ) por darme la confianza de subirlo.
El fic es crudo y cruel, pero quien viva en México debe de estar consciente de esto.
Todos los personajes de la serie de Hetalia son propiedad de Hidekaz Himaruya 3
Capítulo 1
"Mozo"
-Es una apertura de ventas, una inversión, es una mejora perfecta, Alfred.
-No veo por qué no, llega un punto en la vida de todo individuo de negocios en el que tirarse en el fango es cosa de todos los días. Como hombre de negocios, se acostumbra la persona a hacer cosas indeseadas, a tirar basura y maldecir al buen hombre junto suyo y, como siempre, a quitar la competencia de cualquier modo. Lo sé muy bien pero…NO quiero hacer esto.
Por algún motivo, cada país tiene una conciencia. Es como esa voz molesta que desde la mañana al despertar te está diciendo que ya es tarde. La conciencia de todo país está viva, corre y anda dentro de sí mismo con enjundia y astucia. América, al ser supuesto 'nuevo continente' engendró muchas conciencias nuevas y jóvenes. Pequeños niños listos para manipular y mover a su antojo, de aquellos veteranos europeos que lo podían todo. Como americanos, no es extraño haber tenido una 'independencia' ni un día que celebrar con todo el patriotismo posible. Hacer que la nación fluya es trabajo en conjunto. Estado y ciudadanos (supuestamente) deben poner su parte. Pero, por algún motivo como se dijo al principio, existen estos seres. Estos individuos, que son en sí, la nación. Si tuvieses una nación entera a tus pies, ¿Qué harías? Más aún, si fuese de las más poderosas. Un simple humano se deslumbraría con ello, pensando en la belleza de su inmortalidad. La cosa cambia, cuando el humano es poderoso…puede tenerlo todo, y una conciencia nacional solo es un cuerpo inútil y frágil, que piensa, habla y llora…nada le va a pasar al país en sí si algo le pasa, ¿O sí? Entonces, como humano poderoso, se puede hacer un poco más con esa conciencia…puede sin que nadie le juzgue…sin problemas, ese humano, puede.
En esos momentos precisos, el actual presidente de los Estados Unidos de América, le solicitaba a su conciencia nacional un favor, para mejorar los tratos a nivel internacional. Las cuestiones de la guerra fría tenían a todos de cabeza, y las guerras financiadas por EUA eran ya, demasiado costosas. El país se veía en severas pérdidas económicas pero gran aperturamiento al mercado internacional.
-Dime entonces, Alfred, ¿Es tan difícil hacerlo? Es solo un favor para este país, y mira que te lo estoy solicitando. Simplemente podría obligarte y el asunto no se discutiría más.
-¿Solo será esta vez, verdad?
-Si Alfred, solo esta vez.
Alfred F. Jones es el nombre humano de la conciencia nacional de EUA. Últimamente se ha visto muy presionado por sus jefes. El presidente, 'comprensivamente' ha solicitado su ayuda. Las conciencias tienen reuniones, muy seguido, para hablar de cuestiones importantes con respecto a su mundo. A la vez, cada uno de ellos está obligado a obedecer a quien esté al mando de su nación. En este preciso momento, se le acaba de solicitar a 'América' a que acceda a dormir con el dueño de un emporio automovilístico. Esa fue su condición para aceptar el trato comercial de la compañía estadounidense dentro de Europa.
-Acepto pues. Solo será esta vez.
Una vez aceptado, Alfred acudió a una habitación, cerró la puerta de la suit y entró lentamente hasta el barandal donde se encontraba el ejecutivo.
-Es todo un honor…pensar que toda una nación está dentro de un cuerpo tan pequeño.
El hombre era levemente joven. Un ejecutivo de elite que deseaba divertirse. Sabía bien aquel hombre que Alfred era un pago y, a la vez, un trato cerrado. Al verle ahí pensó bien en lo que haría y poco a poco comenzó a tratarle de la forma que más le agradaba.
-'Thank you' Pero, ¿Podemos terminar esto rápido?
-No.
Cuando Alfred llegó a su casa, después de lo ocurrido, se pasó derecho hasta el baño a vomitar. Por cada lágrima que sacaba en la ducha se firmaba un acuerdo con dicha compañía en los cincuenta estados de la 'nación libre' norteamericana. 'América' se sentía usado, pero su cuerpo era lo de menos, si su salud mejoraba con las ganancias. Ahora compraba Boss y Armani. Ya no necesitaba usar sus propios trajes. Bueno, eso parecía ser bueno.
Poco a poco se fue recuperando de su primera experiencia, mientras Lituania, otra conciencia de nación, trabajaba haciendo labores hogareños en su casa.
-¿Se siente mal señor América?
-No, estoy bien Lituania, solo debo ir a la oficina del jefe.
Al salir de su casa, vio que afuera de la calle había alguien, limpiando con enjundia el cristal de la ventana del vecino. Era un hombre moreno, medio alto y sonriente, estaba feliz, parecía que la vida no pasaba. Era…diferente a él. Al darse cuenta de que nunca le había visto, decidió preguntar
-Hey you, ¿Quién eres y que haces aquí?
El sujeto le miró sorprendido y asustado, su inglés era malo pero él era amable. Sonrió hacia Alfred. Era la sonrisa más bonita que 'América' había visto. Se acercó sudoroso a su patio y con una reverencia se presentó:
-Mi nombre humano es Juan Antonio García Muñoz y en realidad son 'México'. Señor América, yo solo busco….Work…es todo.
Alfred sabía bien de quien se trataba. Su jefe le habló del sujeto en cuestión y hace mucho le había tocado meterse en aquel país para conquistar…pero él no estaba hecho para eso. Conquistar era cosa del viejo continente. Él creía en la libertad, así pues, ese país debía ser libre, pero pobre. Él era rico, si alguien pobre le pedía trabajo debía dárselo y quedar bien. Aún más, si su trabajo era barato y bueno.
-Fine. Trabaja en mi casa. Ya tengo alguien que limpie, pero puedes traer cosas, cortar el césped, lavar el coche….I don't know…pregúntale a Lituania. Entra entonces, debo irme.
-Muchas gracias güero, ¡le juro que no se va a arrepentir!
El entusiasmado Latino entró, a la mansión que en su vida pensó habitar, con la persona que más respeto le imponía y con quién, según él mismo, debía tener mucho cuidado. Juan le dio un abrazo y se metió a la casa rápidamente, no quería que lo viera la policía. Alfred tomó su auto y se fue a la casa blanca. Curiosamente y aunque no lo supiera, hoy dormiría con otros dos ejecutivos….y al día siguiente…y al día siguiente.
Y de ser un país digno y tener la frente en alto, se convirtió en la putilla que servía para que toda transacción se concretara. Todo ejecutivo quería hacérselo, toda empresa quería alardear en los más altos círculos que 'América' les había hecho una paja o realizado el sexo oral a sus encargados. El asunto se volvió tan oficial, que con los tratados de comercio con países enteros, 'América' era necesitado para chupárselas a los presidentes del momento…y a Rusia al llegar la paz.
Le tomaban una y otra vez, a veces grababan. Otros no esperaban y le tomaban en la propia sala de juntas y su cuerpo, se fue marcando. Poco a poco tenía más y más marcas moradas de chupetes pero aun así, él se sentía bien por fuera. Los Estados de Norteamérica lograron alcanzar un nivel de desarrollo altísimo, y sus empresas brillaban por doquier. Las trasnacionales eran un éxito y el capitalismo renacía poco a poco. Y Alfred, él sólo, llegaba a bañarse en la noche, limpiarse todo fluido externo y dormir. Y llorar. Y México y Lituania veían eso y se agachaban.
'México' era un empleado eficiente. Poco sueldo, gran trabajo y una excelente disposición. Era el empleado encargado de realizar labores pesadas, cosechar del huerto del patio trasero, limpiar los ventanales de la casa, comprar los materiales pesados de reparación y construcción, realizar las labores de jardinería y, a veces, de cocinar. Juan había llegado a 'América' con la esperanza de un mayor progreso nacional, con los recuerdos en el alma de su padre y madre y la grandeza de sus tierras. Con todos los paisajes y colores en el rostro y la gente mirándolo esperanzada y, cruzando un desierto ardiente, llegó al norte y más allá, y subió y subió. Caminó y caminó. Perdió amigos en la batalla y lloró su perdida. Rezó muchos rosarios y padres nuestros. Dejó entonces varias cruces en el camino y se sirvió del agua que a los difuntos ya no les serviría. Ando pues, casi sin zapatos ni vida. Escapó de la policía fronteriza y, entre balazos y estallidos logró desaparecer de la zona de conflicto. Luego pues, 'del otro lado' no tenía a nadie y solo, como siempre lo había estado, se halló un camino y consiguió ese trabajo humilde donde Alfred lo encontró.
Juan, como prefiere que le digan, consiguió así un mejor trabajo, uno que le dejara el dinero suficiente para mandárselo a su pueblo por 'Western Union' cada quincena que su 'jefe' le pagaba. Poco a poco se fue adecuando y aprendiendo inglés y a la vez, sabía que Alfred poco a poco aprendía su lengua impuesta. Juan sabia quien era y lo 'cabrón' que podía llegar a ser, pero ese no era el chiste. La cosa era, quedar bien, y por quedar bien, un día quiso preguntar al 'patrón' si se sentía bien:
-Buenas Don Alfredo, ¿Está usted bien? Se ve como que cansado, como que le fue de la chingada en esta última junta, con todo respeto. Yo creo que debería irse ya a dormir pa' no estar tan fregado, hágame caso, se va a enfermar si sigue así y luego, quien nos va a regañar si hacernos algo mal yo el otro güerito.
-Joan, i'm fine. Don't Worry, really. No entiendo bien tu léxico austero pero…te agradezco la preocupación.
-Mire güero, si necesita alguien pa' platicar aquí voy a estar, y no se ande con putas madres porque va a ver, que se lo va a cargar la chingada y ya nadie va a poder hacer tanto negocito pedorro que anda arreglando, con todo respeto.
-¿Platicar? Supongo que si…un día que tenga más tiempo no estaría mal. Gracias Joan, eres un buen empleado…good employee. See you.
-De nada mi buen pero…no soy 'Joan' soy Juan. Así namas, o Toño pa' algunos cuates mamadores, con todo respeto. ¡Que le vaya bien!
Cuando Alfred se subió al auto y arrancó, estuvo a punto de chocar por voltear a mirarle. Esa mirada, era pura luz. Era feliz y para él solo era un sirviente, pero las cosas son así, el también nació pobre y creció. Para eso esta pues, el bendito capitalismo.
Al llegar a la oficina se encontró con un viejo conocido, quien le siguió hasta el baño y cerró la puerta.
-¿Que fuck quieres, Ivan?
-Eres muy gracioso América, haces siempre preguntas estúpidas y sin sentido.
Rusia cerró la puerta del baño, estaba ahí mientras los ejecutivos cerraban un supuesto trato de paz entre ambas naciones. Sabía lo que todos hacían con Alfred, su sueño era digno de cumplirse entonces. Rusia, con toda disposición y una sonrisa en el rostro, no se iría sin hacer lo mismo.
-¡NO ME TOQUES!
Aunque Alfred no quisiera, estaba tan acostumbrado que ya no importaba, sin placer ni gusto y aunque con violencia, sería tomado ahí mismo.
-Eres tan tonto América, a veces no entiendo porque a todas las personas les pareces especial. No eres nada especial. Digo, ¿Qué tiene de especial una puta que se las chupa a los ejecutivos? Yo creo que pagaría por ver tu cara embarrada de fluidos de muchos hombres, grabarlo y mandárselo a Inglaterra o a algún idiota de esos, pero como soy buena persona…me conformaré con solo sentirlo yo. Voy a Joderte aquí, mientras nuestros representantes firman la paz. Puedes llorar si quieres, aunque lo más posible es que solo me excite más y te lo haga más fuerte. Entonces llora, por favor.
América lloró una y otra vez. No era su primera vez ya, pero era la más cruel y despiadada de las veces que su país le había vendido, porque eso hacía realmente, le vendía el alma y la dignidad por pedazos y su cuerpo, se rompía con cada embestida.
Cuando Ivan terminó, se subió los pantalones bien y se fue a la junta, abriendo de par en par las puertas del baño. Alfred estaba tirado en el piso, usado, mojado y dañado. Se levantó, trató de limpiarse los restos de su abuso y de vestirse bien. Fue entonces a la junta. Al término de ésta, se dio cuenta que su ropa interior estaba sucia por los restos de semen de Rusia. Debía irse rápido así que solo se levantó, se despidió de los presentes, tomó su auto y regresó a casa.
Lituania no estaba, un permiso especial para una celebración personal en casa de su amigo Polonia, tal vez, era su cumpleaños o algo así. México estaba. Él, aunque fuese el cumpleaños de su 'santa' madre, no podía volver, después de todo, no era legal. Cuando América llegó, se bajó corriendo del auto, botó el maletín con el supuesto contrato dentro y corrió al baño a vomitar semen. Ya tenía tiempo que no lo hacía. Rápidamente se quitó los pantalones y trató de limpiarse. Abrió toda la llave del agua y se colocó debajo. La sangre y el líquido espeso de su trasero corrían hacia la alcantarilla. Él aún traía la camisa puesta y la corbata. Botó sus lentes de repente y los rompió. Lloró pues, de nuevo como la primera vez. Esta vez, no estaba solo.
Desde la puerta entreabierta que él mismo dejó al entrar rápido, se asomaba alguien moreno y serio. Veía Juan su cuerpo ultrajado, lleno de moretones y algunas cortadas. Veía atentamente como la sangre que salía de su trasero corría sin detenerse y sus lágrimas se ahogaban por una toz repentina que terminaba en nauseas y vómito. Lo veía todo claro y recordaba muchas cosas de su pasado triste e ingenuo. Le daba lástima.
Juan se acercó al baño y al darse cuenta que no le notaba, se metió con una toalla a la regadera.
-¿Está bien güerito?
Al verle frente a él, Alfred se levantó de golpe y le propició una bofetada. Su parte baja del cuerpo estaba desnuda y sucia.
-¿WHAT YOU DOING HERE? ¡Get out! NOW…..please…..get out…
El americano, el hombre promedio como medida de belleza y triunfo lloraba. Temblaba horriblemente. Estaba parado frente a su sirviente, a su ilegal recogido y corriente. Tercermundista y dolido pobre. Pero él estaba usado, humillado y vendido por la primera clase que respetaba. Y nadie estaba ahí, solo él. Solo 'Joan'. Él le miraba serio, no triste, no compasivo, sino serio. Perdurable y conmovido por todo. Sabía bien Alfred que aquel ignorante conocía ya inglés sin haberle enseñado como tal. Que cocinaba cosas de su agrado, que vivía en un rincón del sótano sin queja alguna y que, ahora, era quien le había visto humillado y sangrando por una inminente violación.
-Si me voy güero, te vas a quedar solo y no sé qué pendejada puedas hacer, con todo respeto. Solo voy a soltar esta chingadera, me voy a sentar y la voy a colocar debajo de ti, para que te sientes en ella y no te infectes. ¿Estás herido, no? Si quieres te curo, pero bájale y háblame. Cuéntame pues, que pasó.
El mexicano, hombre mal hablado y sin derechos añadido en ese extraño lugar, viajado por todos lados e hijo ya de nadie. Trataba de consolar a quien le daba la comida, a quien le dio el techo de su casa y quien pues, parecía estar en un gran aprieto. Para él, ese hombre rubio era como el sol, era alegre y agradable, era feliz por siempre y tenía que estar sonriendo hasta dormido. Verle así le deprimió. No rompió su ilusión, sino que le mostro que él pasaba cosas malas y que, como el simple sirviente que era, no lo podía evitar.
-Que quieres que te diga, puedes saberlo con verme, Joan. Solo soy usado…..solo estoy usado y ellos hacen los tratos…sabes, ahora que lo pienso, nunca lo he hecho por gusto…Tell me, Joan, ¿Qué se siente joder con alguien por gusto? Quiero pensar que debe sentirse bastante bien….so Good. Quiero joder con alguien con quien yo guste… ¿Sabías que se las chupo a empresarios Joan? A mi gobierno le encanta venderme…así todos firman, y así todo el país gana. Tal vez yo gano, pero después de todo solo soy un sujeto que no se muere….y todos quieren joderse a América…JA….aunque la mayoría lo piensa metafóricamente….todos lo hacen literal…debe sentirse rico joder con quien quieres…ellos querían hacerlo conmigo…tal vez por eso estaban tan felices…sentían rico….yo no….Is difficult….and…Hurts.
El latino lo pensó bien. Su comentario de '¿Por qué no dices que no y ya?' sería lo más inútil que agregar a la conversación. Él no sabía de esas cosas de negocios, él era pobre. Él no tenía trasnacionales. Él no vendía partes de sí mismo como país para progresar. Qué asco. Pero a la vez, nadie deseaba jodérselo. Al contrario, el deseaba joderse a muchos. Pero eran deseos de sí mismo, no su parte de país. Juan se acercó entonces a Alfred y solo le abrazó. Como su mamá le dijese una vez, y como veía que las abuelas hacían con sus nietos heridos. Se comenzó a mojar con el agua fría y le prendió un poco a la caliente. Intentó no mirar la zona herida y desnuda de Alfred pero no podía evitarlo. Le imaginaba dándosele a hombres por dinero. Juan quería reír, pero él no reía ante las lágrimas de nadie, y ese 'gringo' lloraba. Se separó un poco para tocarle más debajo de la espalda. Alfred le sentía y miraba. Tocaba sus brazos y espalda bien torneados por el trabajo. Estaba caliente. Ese sirviente parecía ser útil.
Desde que Alfred era un niño, nunca había tenido deseos de hacerlo con alguien, pero siempre tenía que tener una especie de relación. Era el bien de la nación, pero como siempre, se olvida el mundo de que las conciencias de países también son seres vivos propios. América era Alfred y Alfred estaba excitado por ese hombre. Lo haría entonces, bajaría su mano hacia su entrepierna y con ella se acariciaría el miembro. Quería joder con alguien por su voluntad. Le lamió la cara y jadeando le dijo:
-Fuck me, Joan….please….Fuck me
Juan le miró, sabía que el sirviente siempre era amante, pero él no lo pensaba así. Le acarició el miembro cuando éste se lo pidió y aunque estuviese herido y sangrara, terminó accediendo a joderle. Tenía ganas y no se iba a mentir. Como país pobre a comparación de ese otro se limitaría a obedecer, pero siempre en la obediencia se obtiene un beneficio. Él como sirviente no tenia 'ni en que caerse muerto' pero podía presumir, como toda una trasnacional importante, que también América se la chupó y después se lo jodió. Todo, sin pagar un centavo.
