Ps k les puedo decir, antes que nada una disculpa, me ausente con esta continuacion durante mucho pero poco a poco esta saliendo, espero que sea de su agrado y que disfrute los pequeños problemas en los que termina nuetsro principe favorito sin mas les dejo el primer cap.


Recuperando lo que se perdió por un adiós

Capítulo 1. Recibiendo una bienvenida muy amarga

-¡Sugoi!

-Tú no deberías de estar aquí

-Oh vamos, admítelo sin mí este viaje sería muy aburrido, además tengo que ver a la susodicha

-Controla tu lengua

-Vamos no te pongas así

-Quítate de encima

-Eres cruel con tu prometida

-Si serás-dije entre dientes- Te lo he repetido muchas veces no eres mi prometida

-Eso está por verse. Por cierto tu madre nos está esperando algo igual que tu hermano- pase una mano por mi desordenado cabello y camine sin importárteme aquella pelirroja.

-¡Ryoma no me dejes sola!- me subí al taxi que nos llevaría al departamento, ignorando los gritos de aquella niña.

-Vámonos

-Ryoma

-Madre no voy a dejar que ella se quede en mi casa, si vinieron ustedes fue por gusto y aunque no quiero a Ryoga en mi casa no me queda de otra- tome aire y proseguí-Pero ya tener a Alexis en mi casa ya son palabras mayores, si ella vino a Japón fue porque quiso, yo no soy responsable de ella.

-Hijo, ten en cuenta que ella es la hija de un gran patrocinador.

-Eso a mí no me interesa, estado en NY logre conseguir más de un campeonato y más de una propuesta para estar como un tenista profesional, y eso hare cuando este más grande, por el momento lo seguiré tomando como entrenamiento y que ella sea la hija de quien sea me importa un comino- mi madre me abrazo de una forma bastante efusiva diría yo, mientras murmuraba algo a mi oído.

-No la dejes ir por muchos obstáculos que aparezcan, las cosas se van a poner más difíciles que la otra vez, así que lucha por aquello que amas- me soltó y se acomodo en el asiento del carro

-Madre…- que pasa por la cabeza de ellos, en este momento no tenía ni la menor idea, pero si estaba seguro de algo era que ese consejo lo iba a tomar en cuenta-Ryoga metete al taxi de una buena vez.

-Pero…

-Que te metas.

-Ok, ok me meto, tranquilo.

-Arranque por favor- el taxista acato la indicación y prendió la marcha del auto, paso por el costado del aeropuerto y los gritos de un ser se podían escuchar por todos lados

-Por fin un poco de tranquilidad- aunque aquella tranquilidad no duraría mucho, conforme el molesto de mi hermano se instalara haría de mi vida un infierno y más poseyendo el dato de que la hermana de Eiji-sempai se había marchado al extranjero por causa de sus estudios, y teniendo aquello era algo más que obvio que no tendría (por el momento) alguna forma de regresarle todas sus "bromas" que me hacía.

-Te consiguieron una gran casa- salí del taxi, saque las maletas y deje a mi hermano con la cuota a pagar-Ryoma…-el resto ya no lo escuche.

La casa según ellos era la gran cosa, eras de dos pisos y tenía un sótano que conectaba al patio trasero. Lo primero que se observaba al llegar era el gran patio que solo tenía un camino de piedras que te llevaba justamente a la entrada, la cual tenía una pequeña estancia cubierta por un domo y sostenido por dos pilares que tenían el estilo barroco, la estancia según mi criterio está bien, aunque según Ryoga era la estancia más grande que había visto, haciendo caso omiso a su comentario esta era "espaciosa" con tres sillones grandes y varios sillones individuales todos a un tono negro con detalles en madera barnizada, poseía un mueble con DVD, reproductor de música y una televisión, los pisos de toda la casa eran de madera, el comedor se encontraba atrás de la estancia con vista a la alberca y a la cancha de tenis, solo los separaba una puerta corrediza de vidrio, al lado derecho del comedero se encontraba la cocina completamente equipada y con artículos de primera, esta se encontraba pintada a un café sumamente claro, poseía tres puertas, una te llevaba al comedor, otra al patio y la ultima al corredor que unía estancia, comedor y cocina justamente en donde se encuentran las escaleras; el segundo piso, hay que admitirlo, era espacioso y grande, había tres cuartos, un estudio y un pequeño cubículo que te llevaba al sótano, la distribución de estos viéndolo conforme subías las escaleras era el cuarto de Ryoga el cual poseía su propio baño, las paredes tienen un color blanco platinado, en el centro de su cuarto se hallaba su cama de tamaño matrimonial con cobertores a juego con las paredes, del lado derecho esta su ropero, mientras que del lado izquierdo estaba una ventana con persianas plateadas, la pared que quedaba enfrente de la cama poseía una televisión y debajo de ella se encuentra una cómoda de color blanco con detalles en plata, a mi parecer ese cuarto era demasiado blanco para mi gusto, dejando de un lado el cuarto de Ryoga seguía un pasillo un poco largo para llegar al estudio, este no era la gran cosa, poseía dos escritorios cada uno con una computadora, un equipo de sonido y una ventana con vista al patio, las paredes, en este caso, también eran de madera, saliendo del estudio seguía otro cuarto el cual era de mi madre, este poseía las mismas características que el cuarto de Ryoga a excepción de que del lado derecho de su cama poseía un pequeño mueble donde guardaba varias cosas, tenía una estantería llena de libros y un pequeño radio, el color de las paredes era un lavanda muy claro con detalles en color salmón y su baño era el más grande de toda la casa, era un cuarto muy conservador, saliendo de ahí caminabas algunos pasos y llegabas al pequeño cubículo, esta tenia las paredes de madera y en el suelo estaba la pequeña trampilla que te llevaba a las escaleras que te conducían al sótano, por último y antes de entrar en detalles con el sótano estaba mi cuarto, era el último y el más aislado, las paredes estaban a un color azul cielo, los muebles eran todos de color negro, mi cama se encontraba en la pared del lado derecho de la puerta con los pies dando a la ventana la cual era la pared opuesta y poseía un balcón con la vista a todo el bosque de la parte del patio trasero, a ambos lados de la cama habían pequeños muebles, de un lado estaban mis raquetas del otro lado estaban todos mis recuerdo, en la pared contigua a mi cama estaba una cajonera grande, mientras que en la pared enfrente de esta se encontraba mi ropero, sobre la cajonera tenía todo un sistema de música y en la esquina pegada al balcón había una televisión, justo en medio de mi cuarto había un Puf en donde se echaba Karupin, mi baño era el que estaba al fondo justo alado de mi cuarto, regresando al cubículo, las escaleras te llevaban justamente al sótano, el cual al igual que los pisos las paredes son de madera, el sótano constaba de dos partes, la mas pequeña y que se encontraba al fondo, era una cancha de peloteo, una reja marcaba el límite y deja espacio libre para los espectadores, la segunda parte que correspondía a la más amplia del sótano contaba con una mesa de billar, un sistema de sonido (puesto ahí por culpa de Ryoga) y una televisión con dos consolas y tres sillones para los jugadores, el sótano te sacaba por una puerta oculta al patio directamente a la cancha de tenis, a unos cuantos metros se encontraba la piscina y un recién creado jacuzzi (idea de Ryoga según para satisfacer a mi madre) el resto era puro pasto y árboles, más existe una parte de ese gran campo que me atraía, en la parte más alejada se encuentra un Sakura justo al lado de un pequeño estanque y debajo del Sakura una banca.

Todo aquello es mi nuevo hogar y, aunque yo dijera que no me gustaba tener a ninguno de ellos dos conmigo era todo lo contrario, estar yo solo en esa casa hubiera sido un tormento, de un modo u otro me había acostumbrado al desastre y ruido que solía hacer Ryoga y los regaños de mi madre para con los dos después de haber destruido casi toda la casa, agradecía eternamente que mi prima hubiera convencido a mi padre de que se quedará en NY y no de lo contrario, en donde se dedicaría a estarme fastidiando todo lo que pudiera, sin embargo mando a mi madre y hermano a cuidar de mi, pero que más podría pasar con ellos que no hubiera ya pasado y tomando en cuenta de que mi madre era la única que sabía como controlarnos, no me podía quejar.

-Hijo será mejor que desempaques mañana tienes escuela y no quiero que estés cansado.

-Este o no cansado ten por seguro que se quedara dormido.

-Tu también Ryoga, instálate de una vez que mañana también tienes cosas que hacer.

-Si madre- Ryoga giro y me tomo del brazo subiéndome a rastras y aventándome a mi cuarto-Será mejor que le hagas caso, maña no va a ser un día muy tranquilo.

-Mada mada dane

-Ya veremos chibi-suke- dicho esto Ryoga salió de mi cuarto dejándome con la misma duda que inicialmente poseía ¿Qué demonios se traían entre manos ese par? Me tumbe en mi cama con la esperanza de que alguna respuesta viniera a mi mente más nada se me ocurría.

-Demonios- me levante de golpe y comencé a ordenar mis cosas, prefería pensar en cualquier cosa menos en el hecho de que mañana iría a buscar a Sakuno, los nervios y la ansiedad me carcomían por dentro, conciliar el sueño sería lo más difícil del día.

-Oi, chibi-suke- oí a Ryoga llamar desde el otro lado de la puerta

-¿Qué quieres?

-Pasar, hay algo que debes de saber

-Lo puedes decir perfectamente desde donde estas

-No sería lo mismo

-Sea lo que sea no tiene buena pinta

-Que malo eres, le tienes muy poca confianza a tu aniki

-Te conozco y sé que algo malo resultara de eso

-Que va, yo solo te quería mencionar algo que vas a encontrar en tu escuela, pero como ni me quieres escuchar, me voy

-Como molestas.

-Solo te digo que te mantengas abierto a cualquier posibilidad

-¿Ryoga?- salí de mi cuarto y lo vi cerrando la puerta del suyo, sabía que ya no me iba a decir nada y que todo esto el ya lo había previsto y que viéndolo desde su retorcido sentido del humor esto le era divertido-Mada mada dane.

Termine de guardar mis cosas y salí un rato al balcón, la brisa de aquella noche era fría, que más se podría esperar a fines de invierno, solté un suspiro y clave mi vista en la luna-¿Qué estarás haciendo Sakuno?

-Achu

-Salud Saku- dijo mi abuela-Alguien debió de acordarse de ti

-No lo creo abuela

-Mantén la esperanza, no sabes que sorpresas te puede dar la vida.

-¿Abuela?- pregunte extrañada ante su comentario

-¿Cómo van las cosas con Baiko?- pregunto cambiando de tema drásticamente

-Etto…-mis mejillas se colorearon un poco a la mención de su nombre-Me trata bien, es muy tierno conmigo, su compañía es de mi agrado…

-¿Y?

-Ayer se… me declaro

-Ya veo. Parece que las cosas van a estar algo complicadas esta vez.

-¿Abuela, a que te refieres?

-Nada, pensé en voz alta- me sonrío de forma tierna y agrego-¿Y qué le respondiste a Baiko?

-Etto…-jugué con mis dedos de manera nerviosa y clave mi mirada en el suelo.

-Así que ya tienes pareja-moví mi cabeza en forma afirmativa y aunque ya tuviera 17 años mi actitud aun permanecía infantil en varios aspectos, y este era uno de ellos-Eso sí es una novedad.

-¿Novedad?

-Sabía que te coqueteaba, más no sabía que ya era tu novio-Su mirada se perdió en la lejanía, algo pensaba.

-Abuela…

-Dime Saku

-¿Le encuentras algo malo?

-Para nada-me sonrío y se giro hacia las escaleras-Será mejor que ya nos vayamos a dormir, no sabemos que nos espera mañana.

-Si- la seguí escaleras arriba y una vez ella dentro de su cuarto, agregué -Buenas noches abuela

-Descansas- cerró la puerta y yo me dirigí al mío, el entrar encontré la luz de la luna alumbrando el suelo de mi habitación

-Algo me inquieta- la sensación de que mañana algo importante pasaría no dejaba de cruzar por mi cabeza-Sea lo que sea mañana lo averiguare- me recosté y cerré los ojos tratando de dejarme llevar por los brazos de Morfeo más esa sensación no me dejaba en paz-Ryoma- solté su nombre de la nada, mi corazón comenzó a bombear con fuerza y un sentimiento de tristeza me abordo-Mentiroso- solté finalmente y comencé a llorar como cuando era niña.

Hacía ya cerca de 5 años desde su partida y ni una muestra de que el volviera a Japón, me había dejado, e incluso pienso que le harte con tanta llamada, tenía la vaga idea de que en algún momento me llamaría, pero no fue así, después de mi última llamada jamás lo volví a escuchar y fue justo en ese momento en donde Baiko se me declaro, las cosas se dieron muy rápido, pero él me dio mi tiempo y termine por intentar algo nuevo.

No sabía a ciencia cierta si esa sensación tenía que ver con Ryoma o no, solo esperaba de todo corazón que por primera vez me equivocara y que esto solo fuera causado por mis nervios.

-Saku-escuche a lo lejos-Sakuno, despierta vas a llegar tarde

-Abuela…-abrí perezosamente los ojos encontrándome con mi abuela parada al pie de mi cama.

-Buenos días, levántate de una buena vez, está lloviendo y no quiero que salgas a la carrera.

-Ya voy- desde que había entrado a la preparatoria mi abuela me había dejado de llevar, no quedaba lejos y podía ir perfectamente caminando, lo único malo era que con lo torpe que seguía siendo cada vez que salía tarde algo me pasaba.

-Tu desayuno ya está en la mesa.

-Sí, gracias- me metí a bañar mientras mi abuela desayunaba y terminaba de arreglarse y arreglar sus cosas.

-Hoy voy a llegar tarde, así que puedes comer lo que quieras.

-Ok- salí de la ducha y me coloque el uniforme, cepille mi cabello y baje al comedor.

-Te cuidas Saku, nos vemos en la noche.

-Adiós abuela, que tengas un buen día

-Igual, no te vayas tarde- dicho esto salió de la casa dejando un gran silencio dentro de la misma. Me senté a la mesa y comencé con mi desayuno, aun tenía 15 minutos para salir a tiempo y los pensaba aprovechar.

-Bueno-termine y deje el plato en el fregadero, me lave los dientes y agarre mi mochila-Haber que pasa- salí y me encontré con la sorpresa de que Baiko iba a tocar la puerta.

-Buenos días Saku- me dijo con una gran sonrisa

-Buenos días Baiko-kun

-¿Vamos juntos a la escuela?-yo solo atine a asentir-Genial- su energía era contagiable, era tan opuesto a Ryoma, momento, otra vez él se había cruzado por mis pensamientos, esto no era bueno-¿Sucede algo?

-No, nada-le sonreí-Vamos- le tome de la mano y comenzamos a caminar.

-Ya me voy.

-Qué tengas buen día hijo.

-Yo también ya me voy

-Que les vaya bien a ambos.

-Adiós- dijimos al unísono

-Iremos los dos juntos a la escuela chibi-suke-dijo Ryoga abrazándome

-Suéltame- dije entre dientes

-Que aburrido eres chibi-suke

-Deja de decirme así

-Amaneciste con un humor de perros.

-Mada mada dane- seguí caminando dejando atrás a Ryoga

-Chibi-suke- su voz cambio

-¿Qué quieres ahora?

-Mmmm- se quedo callado durante unos momentos y después simplemente alborotó mi cabello-Nada- sonrío y siguió caminando.

-¿Qué tramas esta vez?- pregunte alcanzándole

-Nada, solo quiero que el golpe no sea tan duro.

-¿Golpe?

-Mira ya llegamos- sin darme cuenta me encontraba en la puerta de lo que sería mi nueva escuela-Nos vemos después.

-Algo se trae entre manos- camine de forma despreocupada por la entrada de ese lugar, algunos aspectos me traían recuerdos de Seigaku, el plantel era muy semejante. Seguí así durante un rato hasta dar con el edificio correcto, lo mire durante un rato y después me dispuse a subir las escaleras que me llevarían al mar de personas que se encontraban en ese pequeño pasillo.

-¡Príncipe Ryoma!- aquella voz chillona no era fácil de olvidar ni por más que hubieran pasado 5 largos años.

-Osakada.

-No sabía que ya habías regresado, de haber tenido esa noticia más de uno te hubiera venido a recibir, Sa…-callo antes de terminar la frase

-¿Qué ibas a decir?

-Nada. ¿En qué salón estas?- le entregue una hoja en donde venían los datos-O valla, el mundo es cada vez más pequeño- soltó un suspiro y después agrego-Sígueme estas en mi salón.

No sabía si agradecer o no el hecho de, uno tener a Osakada como guía o dos que el salón se encontrara al final del pasillo y que ahí casi no hubiera tanta concurrencia como en el resto. Entre sin prestar mucha atención y coloque mi mochila en uno de los lugares más alejados y cerca de una ventana.

-Ahí nadie te molestara Ryoma- no podía ser-Y aunque me hayas dejado en aquel lugar ayer no implica que nuestro compromiso se termino.

-Entiende de una buena vez que tú y yo no tenemos nada que ver.

-¿Le conoces Ryoma-kun?- pregunto Osakada

-Por desgracia.

-Soy su prometida Alexis, mucho gusto- la pelirroja se colgó de mi cuello y le tendió la mano a Osakada

-Tomoka, amiga de Ryoma desde la secundaria- las intenciones de Osakada no eran algo que yo entendí, pero por primera vez agradecía que me estuviera ayudando a salir de este problema.

-O valla que bueno es conocer a alguien que estuviera con mi querido Ryoma.

-Alexis, te lo digo con la poca paciencia que me queda, quítate de encima-mi voz se empezaba a escuchar cada vez más desesperada.

-Que carácter, no sé cómo me planeas tratar cuando yo sea tu esposa-eso fue la gota que derramo el baso

-Alexis no me voy a casar contigo porque no soy tu prometido- me la quite de encima de una manera poco cortes-Entiéndelo de una buena vez o será a caso que tu cerebro no logra entender bien la situación- me pare de mi lugar y camine a la puerta, pero por primera vez prefería haberme quedado con esa loca a ver lo que en el pasillo sucedía.

-Ryoma Echizen si serás…- sentí como algo golpeo contra mi espalda y rezongo varias cosas las cuales no entendí por no decir que no preste atención, mis ojos se habían clavado en una persona más baja que yo, cabello de un café rojizo se encontraba ya a la altura de la mitad de su espalda, unos ojos tan bellos justo como los recordaba, más en aquella visión había algo que no debería de estar en ese lugar, un sujeto de mi estatura, cabello castaño peinado de forma rara, piel blanca y creo que de ojos color gris, más aquel sujeto por muy galán que lo considerasen no debería de estar con Sakuno y mucho menos tomándola por la cintura y acercando su rostro cada vez más hasta llegar a besarla; los celos, debo de admitir, me nublaron por completo, camine sin mirar a quien atropellaba por el camino hasta pasar a lado suyo y por "accidente" darle un pequeño empujón al intruso.

-Baka- oí articular al susodicho cosa que me provoco más, gire sobre mis talones y me pare frente al intruso-Por tu aspecto arrogante y desafiante concluyo que fuiste tú- le ignore olímpicamente y desvié mi mirada encontrándome con la mirada sorprendida de Sakuno.

-Hola- la salude sin esperar reacción de su parte, más el susodicho se volvió a meter en donde no le llamaban

-A ella ni la metas, por lo que veo eres nuevo así que de preferencia ándate con cuidado- gran error, amenazarme a mí era algo que en realidad no dejaba pasar por alto, desvíe mi mirada y la clave en la de el de forma amenazante.

-Mada mada dane.

-En realidad no sabes con quien te metes chico- se escucho una voz a lo lejos que poco a poco se acercaba, provenía de una persona que conocía bastante bien-Al que tienes enfrente de ti es Baiko, el capitán del equipo de tenis.

-Aja- abrió los ojos y su mirada se quedo atónita

-¿Ryoma?

-No, soy su gemelo, Momoshiro

-¿Cuándo llegaste?

-Ayer, por la noche.

-Esto a los chicos les va a caer bastante bien- y otra vez el sujeto que respondía al nombre de Baiko interrumpió.

-Creo que me estoy perdiendo de algo.

-De bastante diría yo, Baiko- Momo planeaba terminar de explicar quién era yo, más ese placer era algo que tenía que disfrutar.

-Él es Ryoma- más una voz dulce me quito las palabras-Ryoma Echizen, amigo nuestro, antes era capitán de tenis, se fue hace 5 años de aquí y triunfo como un gran tenista en estados unidos- aquellos ojos que tanto me hipnotizaban solo mostraban dolor.

-Así que este es el famoso Ryoma Echizen- la voz del castaño no mostro otra cosa más que enojo-Tú fuiste el desgraciado que lastimo de sobre manera a Sakuno- lo siguiente que paso fue muy rápido, vi su puño dirigirse directo a mi más la mano de la pelirroja lo detuvo antes de que llegase a mí.

-Qué bonita reunión, pero como todos aquí ya se conocen creo que es el momento adecuado para presentarme, ¿No lo crees Ryoma?- solté un sonoro suspiro y pase una mano por mi desordenado cabello.

-No planeo perder mi tiempo presentando a alguien que no vale la pena- di media vuelta y salí de aquella multitud, lo que mis ojos acaban de ver no lo razonaba mi cabeza, más mi corazón solo se sentía morir a cada instante. No pensaba entrar a las primeras clases.

Me refugie como siempre en la azotea pero esta no estaba sola, ahí había otro chico sentado en una de las esquinas con un libro en las manos prestando toda la atención a su contenido, o al menos eso yo creía.

-Creo que no soy al único que le gusta escaparse de las clases y venir hasta aquí- soltó sin despegar la vista de las páginas de aquel libro.

-Al parecer no- cerro el libro con suma delicadeza, alzo su vista y clavo aquellos ojos color miel en mi, era un poco más bajo que llego, delgado a más no poder, su cabello era negro y despeinado más o menso del largo del mío, su piel era blanca, tenia rasgos finos, presa fácil para cualquier brabucón.

-Aunque algo me dice que ambos huimos de algo-concluyo.

-Eso parece.

-Siendo ese el caso, mi azotea es tu azotea- volvió a abrir el libro y continuo con su lectura-Por cierto me llamo Matthew

-Ryoma- camine hasta el borde observando la vista que se tenía de todo el lugar, no era solo la escuela, también daba paso a un parque, un parque que podía pasar como la misma creación de alguien, era algo irreal de lo tan bello que era.

-Justamente eso es lo mejor- di un brinco cuando lo note a lado mío –Pocos saben que detrás de nuestra escuela existe eso- no me había dado cuenta en qué momento se había parado y había llegado ahí –Surrealista ¿no lo crees?

-Bastante.

-Tú debes de ser el nuevo- asentí-Y metido en problemas solo en horas, impresionante

-Suele pasar- aquello lo hiso reír.

-Si he de saber de ello- suspiro- En fin, para ser un gran tenista y reconocido es raro que te busquen los problemas, al menos pienso que por ser quien eres no deberían abusar de ti.

-No puedo negarles que me traten como me tratan, merecido me lo tengo.

-Pareces algo diferente a lo que se describe de t,i inclusive de lo que yo conocía.

-¿De qué hablas?- despegue mi vista del hermoso paisaje para clavarla en aquel chico.

-Las revistas, entrevistas, todas esas cosas describen a un chico más testarudo y difícil de vencer-alzo los hombros y continuo-Y eso es justo lo que recuerdo de ti, aunque parece que al fin alguien logro vencerte- esa forma de hablar se me hacia conocida.

-No entiendo.

-Yo tampoco entendería si me hubieran vencido por primera vez, pero algún día tendría que pasar, ya fuera en un partido o en otros aspectos, pero una derrota es una derrota y en vez de negarla es mejor aceptarla y aprender de ella- esos consejos llenos de sensatez, esa mirada tan perdida, en algún lado lo había visto- Para el caso será mejor que regrese sino alguien vendrá a buscarme y es seguro que a ella no la has olvidado, yo tampoco sería capaz de olvidarla y menos si me acosa las 24 horas del día, los 7 días de la semana y bueno ya conoces el final- camino hasta la puerta y se despidió con un simple movimiento de mano.

-No lo puedo creer- aquel chico era el mellizo de la loca de Alexis, eran completamente diferentes desde las raíces del cabello hasta la uña más larga de los dedos de los pies, había sido mi mejor amigo mientras yo había estado lejos de aquí hasta que él se tuvo que mudar y me dejo con la loca de su hermana.


Bueno hasta aqui con el primer cap, se aceptan criticas, reclamos, observaciones o incluso felicitaciones, nos leemos en el siguiente cap