CAP.1: EL CABALLERO DE OJOS AZULES

Oigo música retumbando en mi cabeza y mi visión es algo borrosa, miro mi copa vacía en la barra y algo aturdida por el alcohol, me giro hacia la pista. Está llena de gente bailando al ritmo de la música, las luces de colores vienen y van por todo el local.

Noto como alguien me acaricia en mi brazo, volteo para ver quien es. A pesar de mi mala visión, consigo distinguir a un chico moreno con cierto atractivo y con buena planta. Me mira de arriba a bajo y me sonríe, se acerca a mí para decirme algo.

-¿por qué no vamos tu y yo a dar una vuelta?

-Crecreo que no, estoy con unos amigos- me cuesta responderle.

- Es una lástima, por lo menos déjame invitarte a una copa.

-Está bienn.

Vuelvo a mirar hacia la pista, consigo distinguir entre la gente a Sora y Tai bailando juntos, a Matt y Ken apoyados en una columna hablando y a Kari, Yoley y Davis bailando animadamente.

El chico moreno se acerca a mí y me ofrece una copa, la acepto con una leve sonrisa y la pruebo. En pocos minutos empiezo a sentirme mareada, pierdo el equilibrio y termino en los brazos del chico moreno… me sujeta por la cintura y me acompaña fuera del local para que me de el aire. A unos pocos pasos, me apoya en un coche del aparcamiento, veo todo tan distorsionado que apenas consigo comprender donde y con quien estoy…

Me coge por la cintura y me besa, su cuerpo está pegado al mío

-No…-le digo intentando apartar la cara

-Vamos… lo pasaremos muy bien-insiste besándome por todo el cuello. Sus manos se movían por mi espalda, y empezaron a bajar hasta mi trasero, yo intento quitarle, pero no puedo, me pesan los brazos y cada vez veo todo mas confuso, solo se que me esta besando y tocándome.

Intento gritarle que pare, pero apenas me sale un hilo de voz, sus manos cada vez van más rápido y bajan hasta donde empieza mi vestido. Empieza a manosearme las piernas con una mano mientras que sube con la otra hasta mi pecho. ¡Quiero pararlo! Pero no se como.

Empiezo a perder la noción de lo que está pasando, noto como mis ojos están llenos de lágrimas y han empezado a recorrer mi cara mientras entre sollozos le ruego que pare.

De repente oigo una voz conocida- ¡suéltala cerdo!- grita arreándole un puñetazo que lo tiró al suelo. Salto encima de el dándole una buena rista de golpes. Aquella voz me salvó, pero a pesar de mis esfuerzos por distinguir un poco mejor las dos figuras enzarzadas en la pelea, solo conseguí marearme más de lo que ya estaba, bajé como pude hasta quedar sentada en el suelo. Unos minutos después, el cerdo salía corriendo como una bala.

Mi salvador se acercó a mi y se agachó- ¿estás bien?-me preguntó.

-gr..grac…ias-balbuceé. Ya no era capaz casi ni de hablar. Conseguí distinguir unos ojos azules. Me cogió en brazos y cargó conmigo hasta meterme en un taxi.

No recuerdo nada del camino a casa, solo se que a la mañana siguiente me desperté en mi apartamento, metida en la cama sola.


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