Bueno, aquí traigo otro One-Shot de Fairy Tail. NaLu obviously. Llevo varios días con esta idea rondándome la cabeza, así que aquí esta.
Los personajes le pertenecen a Hiro Mashisma.
La canción será Beating Heart – Ellie Goulding.
Que os guste.
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Por una Camiseta I
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En el gremio de Fairy Tail —alrededor del x791— todo estaba tranquilo, como un día normal en aquel gremio de locos… Es decir, de buena gente y aun mejores magos.
Lucy Heartfilia se encontraba reunida junto a Levy y Erza tomando un pastel. La peliazul no pudo más y preguntó lo que le llevaba rondando toda la mañana en la cabeza.
—Lu-Chan, ¿dónde te compraste esa camiseta? ¡Es muy bonita!
—Gracias Levy, me la compre a la vuelta de una misión. Estaba rebajada y no pude resistirme.
—¿Pero ponértela hoy…? ¿No crees que haga un poco de frio? —Lucy levantó una ceja extrañada.
—Pues yo no tengo frio. Además, es una camiseta normal; no sé porque la miras tanto Levy.
—¿Normal…? —preguntó la peliazul con los brazos cruzados mientras se acercaba a mirarla. Lucy la paró con la mano y la hizo volver a sentarse.
—¡No tiene nada de malo! ¡Ni que fuera dirigida a alguien o algo…!
Lucy se sonrojó y Erza junto con Levy la miraron, con ojos brillantes y sonrisas maliciosas.
—Creo que te la has puesto, porque sabes que hoy vuelve Natsu de la misión, Lucy—dijo Erza acercándose aun más.
—¡No digas tonterías, Erza! —pidió la rubia aun mas sonrojada.
Se echaba para atrás, rehuyendo las miradas de sus dos amigas que se acercaban cada vez más.
—Creo que quieres ver si Natsu hará algo viéndote con esa camiseta… Lu-Chan, vas provocando…
—¡No voy provocando a nadie! ¡Y n-no quiero que Natsu reaccione!
Pero antes de que pudieran decir más, la silla de la maga de Espíritus Celestiales se cayó al suelo, con ella encima.
—¡Auch! —susurró tocándose la espalda con los ojos cerrados. Entonces, cuando los abrió, se encontró a Natsu mirándola extrañado junto con Happy. Que decir que se levantó rápidamente y le miró con un ligero sonrojo en sus mejillas— ¿Qué? ¿Quieres algo, Natsu?
Él la miró extrañado hasta que vio lo que ponía en su camiseta. Se quedo durante unos segundos mirándolo. ¿Sería acaso un mensaje de ella? ¿Por qué sentía que debía hacerlo? ¿Y por qué no? Una camiseta se lo decía, al fin y al cabo.
—Luuuucyyyy, te ves sonrojada, ¿tienes calor en…?
—¡Cállate, Happy! —el gato se fue volando al otro extremo del gremio, de un puñetazo de la maga. Luego ésta, observó a Natsu que miraba su camiseta, serio y con una mano en su barbilla. Ella se sonrojó aun mas y le preguntó ansiosa— ¿Por qué demonios miras tanto mi camiseta?
Él la iba a contestar, cuando Gray pasó por su lado y se frenó al ver la camiseta de Lucy. Natsu frunció el ceño y la rubia tragó saliva. ¿Qué le diría su amigo medio desnudo?
—¿Es nueva la camiseta? —Ésta asintió— Es bonita, me gusta.
—Gracias Gray —le dijo ella con una ceja levantada y ligeramente extrañada.
Vio entonces que Natsu casi se ponía rojo.
—¿Natsu, ocurre algo?
Y antes de que pudiera hacer nada más, el mago de fuego la tomó de las mejillas y la miró fijamente.
—A mí también me gusta tu camiseta, Luce.
—¿Eh?
Y tras eso la besó. Que decir que todo el gremio se quedo pasmado y sin decir una palabra. Solo se oyó a Mirajane gritar…
—¡Sabia que Natsu la besaría, me debéis 500 jewells!
Tras ello, se apartaron respirando ligeramente agitados. No pudieron tampoco evitar oír a Juvia feliz.
—La rival de Juvia por el amor de Gray-Sama ya no existe —mientras giraba en círculos. Entonces vio a Erza hablando con Gray y bufó—. Juvia no quería enfrentarse a Erza-San, pero se ve obligada a hacerlo por el amor de Gray-Sama.
Todos se dirigieron a la barra, unos para pagar a Mirajane, otros para recibir su recompensa. Claro, Juvia se fue a enfrentar a Erza, quien emocionada al oír la expresión "pelea de amor" se enfundó su armadura para las peleas amorosas —no pregunten—, y habló seria y feliz a Juvia para empezar la pelea.
Mientras tanto, al ver alejarse a todos, Natsu tomó a Lucy de la mano y la llevó a la planta superior del gremio. Cuando llegaron arriba la miró sonriente. Esa sonrisa… Lucy sabía que tramaba algo. Le puso las manos en el pecho antes de que actuara.
—¡Espera, ¿qué planeas?! Pero sobretodo… ¿Por qué me besaste?
—¡Me lo decía tu camiseta!
—¿Me has besado solo porque lo decía mi camiseta? —preguntó ella ligeramente decepcionada.
—¡Por supuesto! Además, al idiota de hielo también le gustó la camiseta. No podía dejar que te besara primero. El muy idiota…
Lucy se sonrojó y aflojó sus manos en el pecho de Natsu. ¿Estaba celoso? Pero antes de que pudiera decir algo, el Dragneel tomó los extremos de su camiseta y la quemó. Lucy gritó y se tapó los pechos con las manos. Debido al grito, se dejo caer al suelo.
—¿¡Pero qué demonios te pasa!? ¿¡Por qué me quemas la camiseta, Natsu!? ¿¡Estas mal de la cabeza!?
Él cruzó los brazos y bufó.
—No quería que el nudista de hielo también le hiciera caso a la camiseta.
Lucy chasqueó los dientes y se puso de pie caminando hacia la habitación de Levy. Por suerte tendría una camiseta para ella.
Maldición. ¡Todo había sido por esa maldita camiseta! ¿Quién demonios la mandaba comprarla? En esa camiseta de tirantes, en letras grandes estaba grabado: "Kiss me". Bueno, en esa camiseta que ahora no existía porque Natsu la había quemado.
Él la siguió dudoso. Esa piel se veía muy bonita. Siempre le había gustado la piel de Lucy, consideraba que era una de las más finas y suaves que había tocado nunca. La tomó por la cintura y la atrajó hacia él.
Ese olor…
Ese olor tan característico suyo que lo hacía descontrolarse y que se cuerpo subiera un par de grados. No sabía porque, pero el olor y la piel de Lucy eran fatales para su salud.
—¿Qu-Qué demonios te ocurre, Natsu Dragneel?
Demonios, su voz…
Aunque a veces era insoportable y tenía ese tono agudo tan infantil, era realmente atrayente. Al Dragon Slayer le tranquilizaba y hacia sonreír. Era algo extraño. Muy extraño.
—¿Natsu? Quiero ponerme otra camiseta, ¿puedes tener la decencia de soltarme? —le pidió poniendo sus manos sobre las suyas y apartándolas así de su cintura— Gracias, baka.
Tras ello volvió a andar poniéndose las manos en los senos, por si acaso aun había alguien en alguna habitación.
Natsu se quedo mirando sus manos confundido, y más acalorado de lo normal. ¿Qué demonios le ocurría? Al sentir las manos de Lucy sobre las suyas, había abierto sorprendido los ojos. Estaba seguro, de que su temperatura había subido un par de grados más. ¿Qué era lo que Lucy tenía que siempre lo había hecho sentir así?
La siguió y antes de que cerrara la puerta de la habitación de Levy, entró cerrándola él a su paso. Lucy lo miró con el ceño fruncido.
—¡Demonios, Natsu! ¡Déjame cambiarme sola, por favor!
Ella estaba sonrojada.
Natsu observó ese hecho y sonrió para después fruncir el ceño. No entendía nada, absolutamente nada.
Pero algo sí sabía, no se iba a alejar de Lucy. No quería que nadie la besara. Al fin y al cabo, la camiseta decía eso, que la besara. Pero por alguna razón, el hijo de Igneel decidió que ese beso no había sido valido.
Debía besarla de nuevo.
—No me voy a ir, Luce, puedes cambiarte de espaldas a mi si quieres —según le había explicado Mira, a las chicas no les gustaba que las vieran cambiarse si tú no eras su pareja.
Por alguna razón, ese recuerdo le hizo ponerse nervioso. Él quería ver a Lucy desnuda. Sentir la suave piel de ella contra la suya, quería pasar sus manos por…
—¡Natsu! ¿Me estas escuchando? —él la miró confundido— En serio, me preocupas. ¿Qué demonios te ocurre? ¡Te he tenido que llamar varias veces para que me hicieras caso! Te digo, que no me cambiare delante de ti. Estaré en el baño.
Natsu reaccionó, y en ese momento la tomó de nuevo de la cintura e hizo chocar la espalda de la rubia contra su cuerpo. Llevó su nariz a su cuello y olió de nuevo ese perfume de jazmines que lo hacía volverse loco. Lucy tenía el olor más increíble que pudiera tener cualquier ser humano.
Él era un Dragon Slayer, y maldición, estaba muy acostumbrado a oler todo lo que tenía a su alrededor. Y la fragancia de Luce, desde el primer día que la conoció, fue asombrosa. Nunca pudo olvidarse de ella.
Sonrió. Seguía llevando la misma después de tanto tiempo.
Posó su nariz en su cuello y volvió a disfrutar de aquel olor a jazmines.
—¿Na-Natsu? —preguntó Lucy nerviosa y muy sonrojada.
La maga estelar estaba casi bloqueada, Natsu se comportaba diferente, ¿qué mosca le había picado? La mantenía apretada contra él sin la mínima de aflojar su agarre, pero sin hacerla daño. Maldición, estar entre sus brazos se sentía tan bien.
¡Pero ellos eran amigos, y eso no estaba nada bien!
Sí, lo eran. Pero no era ningún secreto para nadie que Lucy Heartifilia se había enamorado del hijo de Igneel desde hacía mucho tiempo. Ya lo consideraba una estupidez negarlo. Aunque fuera un idiota, niñato, baka, realmente baka, estúpido, a veces parecía que no tenía cerebro… Era valiente, daba la vida por su gremio y por sus amigos, amable, sincero, la había salvado incontables veces, atento…
No pudo evitar enamorarse de él. Le era imposible evitarlo.
Y ahora, estando así con él, le daban ganas de tenerlo a un nivel más allá de lo usual. Quería tenerlo para ella. Quería disfrutar de él y con él…
¿Pero y su amistad?
La parte pensante de su cerebro actuó en el momento justo. Si pasaba algo mas entre ellos, su amistad se arruinaría. Y Lucy, por nada del mundo, quería perder lo más valioso que tenía en el mundo: su amistad con Natsu.
El Dragón Slayer disfrutaba con los ojos cerrados de aquel espectáculo que le ofrecía tener a Lucy entre sus brazos. Olerla, tocarla, percibirla en algunos sentidos que jamás hubiera imaginado.
—Natsu, déjame cambiarme. Los demás estarán preocupados por nosotros al no bajar y…
Él la apretó más fuerte contra sí, no la dejaría ir. Quería tenerla consigo. Por alguna razón que aun era incapaz de comprender, quería sentir completamente a su Luce.
Lucy tragó saliva al ver como él comenzaba a trazar líneas con sus dedos por su cintura.
—¿Natsu…? ¿Qu-Qué se supone que estás haciendo? —preguntó sonrojada y nerviosa al ver subir a sus manos por su cadera.
Él se acerco a su oído y tiró del lóbulo de su oreja, provocando que Lucy soltara un gemido. Eso confirmó a Natsu sus sospechas: estaba excitado y Lucy era la culpable de ello. No tenía ni idea de que debía hacer ahora, pero seguiría sus instintos. Y esos le decían que necesitaba besar todo el cuerpo de Lucy.
Recordaba aun la textura de sus pechos, y por esa razón, quería volver a tocarlos. Así que sin más dilación, apartando con delicadeza las manos de la maga estelar, poso sus manos sobre esos dos grandes senos obteniendo un gemido más audible de la rubia.
Su sentido del oído estaba realmente desarrollado, y oír gemir a su Luce le hacía sentirse aun mas excitado —palabra que le había enseñado Gray al haberlo vivido con Juvia—. Quería sentirla. No podía parar de tocarla.
Lucy respiraba con mucha dificultad. ¿Qué demonios hacia ahora? Era lo que siempre había deseado, pero no sabía porque Natsu lo hacía. No pudo evitar que le costase hacer una maldita oración. El hombre que amaba la tenía sujeta por donde tiempo atrás había tocado ya. Pero esta vez, lo hacía por deseo. O eso parecía.
—Natsu... Deberías…. Deberías de pensar en lo que haces y… No puedes hacerlo… Porque… Porque somos amigos… Y los amigos no… No hacen estas cosas, ¿sabes?
—Quiero sentirte, Luce. Siempre he querido sentirte, saborearte. Y ahora, esa camiseta me ha hecho darme cuenta de que también quiero besarte. Quiero besarte todo el cuerpo Luce. No sé por qué, pero quiero sentir tu piel contra la mía. Quiero que no te alejes de mí y sentirte completamente.
Lucy apartó con delicadeza las manos de sus pechos y se dio la vuelta. Él miró, también un poco sonrojado, sus pechos y tragó saliva para después mirarla a sus ojos. La rubia le miró sonrojada, ¿acaso él…? Puso entonces las manos en sus hombros y le miró a los ojos.
—Natsu… ¿Tú…? Bueno, tú… ¿Tú me amas?
Él la miró sorprendido.
¿Amarla? Había oído algo así de Igneel. Amar era necesitar a una persona más que nada en el mundo. Protegerla aun a costa de tu propia vida. Cuidarla aunque ella no lo necesite. Quererla solo con y para él. Esas eran algunas de las definiciones que le había dado Igneel sobre el amor.
La pregunta era: ¿amaba él a Lucy?
¿La necesitaba? Eso era obvio. Necesitaba su presencia, su sonrisa, su risa, su voz, su piel… Estaba claro que la necesitaba.
¿La protegía? Siempre lo había hecho. Desde la primera vez que la vio, la protegió. No podía comportarse de otra forma con ella. Lucy le hacía comportarse así.
¿La cuidaba? Siempre la cuidaba, de todo y de todos. Se moriría si algo le pasara a Lucy.
Y sobre lo último… Sentía un cierto sentimiento de propiedad con su amiga. Anteriormente, le había matado de celos contemplar la posibilidad de que Gray fuera quien hiciera caso a su camiseta y la besara. Por eso había decidido besarla.
Abrió los ojos comprendiéndolo todo.
Él la amaba. Estaba enamorado de su mejor amiga: Lucy Heartphilia. Y por una vez tuvo miedo, miedo de que ella no le correspondiera, miedo de que lo dejara. ¿Así era el amor? La tomó de la cintura y la apretó contra él. No dejaría que se fuera de su lado. Tras unos segundos, en los que ella también correspondió al abrazo con una sonrisa, la apartó y tomándola de las mejillas la miró a los ojos.
—Yo… Te amo, Luce.
Ella sonrió y se rió suavemente. Él la miro confundido, ¿de qué se reía?
—Yo también te amo, Natsu. Por un momento creí que esto solo lo hacías para saciar tu curiosidad, y no quería hacerlo por eso.
—¿Y ahora, quieres hacerlo?
—¿Qué? —preguntó roja como un tomate.
—Mira me dijo que solo los novios se podían ver desnudos, así que para poder sentirte, Lucy, ¿serás mi novia?
Ella apartó la mirada de sus ojos. Maldición, en verdad estaba que se moría. Estaba avergonzada, nerviosa, pero sobre todo estaba excitada. Y todo ello, era culpa de ese idiota que la pedía ser su novia.
—Natsu, yo… Sí, claro que quiero ser tu novia.
El pelirrosa sonrió y lentamente, a la vez que ponía las manos en las caderas de la rubia acercándola a él, se acercó a sus labios, para plantar un suave beso. Tras unos minutos que les parecieron segundos, se apartaron, respirando agitados. Natsu jugó con un mechón de pelo que se le había salido de las coletas a la maga estelar y tragó saliva.
—¿Eso significa que puedo verte desnuda? —Lucy se sonrojó y le pegó un puñetazo en la cabeza, rompiendo la especie de abrazo que tenían. Él se quejó, mirándola con un berrinche.
—¡N-No solo significa eso, Natsu! También significa ser fieles el uno con el otro, pasar tiempo juntos…
—No quiero que otro hombre te bese, aunque lo diga tu camiseta.
La rubia se sonrojó pero no pudo evitar reír.
—Muy bien, yo tampoco quiero que beses ni toques de la manera en que me has tocado a mí, a ninguna chica. Bajo ninguna circunstancia, Natsu.
—¿Y eso por qué? —La maga estelar bufó.
—Porque no me estarías siendo fiel. ¿Comprendes, Natsu?
El Dragón Slayer lo acababa de comprender. Ser novios no era solo besarse y verse desnudos, era ser fieles el uno con el otro. De todas formas, él no podría traicionar nunca a Lucy —eso sin contar que no le interesaban el resto de chicas.
—Sí, lo comprendo. De todas maneras nadie podrá tocarte, ni yo podre serte infiel. Acabo de marcarte.
—¿Marcarme? —preguntó confundida la rubia.
—Yo te he besado, y luego te he tocado, de esa manera he hecho mi marca. ¿Crees que otros Dragones Slayer no lo han hecho?
—¿Qué quieres decir? —cuestionó curiosa la Heartphilia. ¿Acaso quería decir que era su propiedad?
—Los dragones somos fieles por naturaleza, cuando elegimos a una persona para amar nunca podemos serle infiel. A la vez que, cuando elegimos a esa persona, la marcamos de una manera especial. Tanto Gajeel, como Laxus, ya lo hicieron.
—¿Qué? ¿A quienes marcaron? ¿Y qué significa esa marca?
—¿Cómo no te diste cuenta? ¡Era obvio! Gajeel marcó a Levy hace meses, y Laxus a Mira como hace unas semanas. Era obvio su comportamiento, ¿en serio que no lo notaste? —Lucy negó con la cabeza. No, quizás no lo notó, pero comprendía el comportamiento de ambos hombres ahora—. La marca, Luce, quiere decir que cualquier hombre que se te acerque sabrá que eres mía.
—¿Sabes que eso es exagerado?
—No lo sabemos hacer de otra manera —expresó encogiéndose de hombros. Luego miró a Luce con los senos descubiertos y se puso nervioso—. Luce yo… ¿Cómo se dice? Agh… —expresó apretándose los cabellos—.Quiero…
La Heartphilia suspiró, y sonrojada al verle tan nervioso, se acercó a él. Pasó los brazos por sus hombros y apegándose a su cuerpo apartó la mirada.
—Yo también quiero hacer el amor contigo, Natsu. Pero no sé si este es el momento adecuado… ¡Eh, suéltame!
—¡Eso era, Luce! Quiero hacerte el amor…
Natsu la había tomado en brazos, al estilo novia y apuntó de tumbarla en la cama de Levy, Lucy reaccionó.
—Espera, ¡espera un momento, baka! Aquí no es seguro, porque nos verán. ¿Qué te parece si vamos mejor a mi habitación? No querrás que otros hombres…
Antes de acabar la frase, Natsu ya había abierto la puerta del dormitorio de Levy. Solo él vería a Lucy desnuda, nadie más lo haría.
Y jugándomela a que se me mate, quiero ver la reacción que tiene esta primera parte. Quiero decir, que quiero ver cuantos la siguen. Obviamente, colgare en poco tiempo la segunda parte con el lemon. Pero quiero haceros sufrir (?). Nah, también quiero jugarme la vida jajjajaja. En serio, a ver qué os pareció esta primera parte y en nada subiré el lemon.
Ya sabéis Favoritos, follows, reviews… ¡Siempre al servicio del lector!
Aunque este fic no tenga que ver con la NaLu Week, ¡feliz semana a todos, compañeros!
Se despide TemariAckerman06.
