Los personajes de esta historia no me pertenecen,
son obra de la magnifica imaginación J.R.R Tolkien
.
Sintió como el aire abandonaba sus pulmones; como todo a su alrededor perdió sonido y visión, quedando sombras en movimiento para ella.
Y comenzó a correr. A correr como si no estuviera en medio de un campo de batalla. Como si no estuvieses sorteando espadas y lanzas manchadas de sangre, como si no estuviese saltando cadáveres y gritos de rabia y odio.
Todo eso había perdido el sentido. Todo eso ya le daba igual.
Él había caído. Lo había visto desde el otro lado del campo de batalla. Y lo había sentido en todo su ser. En toda su alma.
No creía en los dioses, pero mientras corría, estaba suplicando, orando a todos los dioses que habia aprendido a lo largo de ese año, para que el tiempo se detuviera y pudiese llegar antes a donde él se encontraba.
Sin saber realmente como lo estaba haciendo, cortó un par de cabezas y varias piernas, y pudo por fin llegar.
Sintió como si le hubiesen pegado una patada en la cabeza.
Allí estaba él tumbado, envuelto por los brazos de Gimli, que lloraba y maldecía a la vez, y un charco enorme de sangre, que comenzaba a mezclarse con la hierba verde brillante, que parecía ajena a la contienda que estaba sucediendo encima de ella.
Se dejó caer al lado , y vió como alzaba esos ojos grises hacia ella. Gimli también desapareció.
Solo parecían estar los dos en silencio, con la respiración del chico rubio, que luchaba por seguir respirando.
"No te mueras" suplicó en un susurro la muchacha "Por favor, no te mueras Legolas"
Él le apretó la mano con fuerza, acercándola a su cara. Sus frentes se tocaron, sin dejar de mirarse a los ojos ni un instante.
"Siempre soñé que veríamos Erebor juntos, y que volveríamos a mi reino y te quedarías conmigo para siempre" sonrió con tranquilidad.
"¿Veríamos?! ¡Y lo veremos, no hables así!" sus ojos comenzaron a arder, y su cuerpo temblaba de manera descontrolada "Veremos la puñetera montaña que tanto quiere enseñarnos Gimli y te acompañare al Bosque Negro, y me quedaré contigo. Me quedaré contigo tanto como tu desees Legolas, pero tienes que aguantar" dijo con voz cortada.
Miró a Gimli, y estalló en gritos "¡AYUDAME A TAPAR LAS HERIDAS; VAMOS!"
Se quito su chaqueta e intentó taponar la sangre, pero le faltaban manos. Se dio cuenta de que había otro orificio por el cual emanaba sangre de un rojo muy oscuro.
"¡GIMLI, TAPA ESA OTRA HERIDA!" apretó con mas fuerza la herida, pero se dio cuenta de que Gimli no se movía. Lo miró furiosa "¡¿POR QUE DEMONIOS NO TE MUEVES?! ¿ES QUE NO QUIERES QUE SE SALVE TU AMIGO?!"
Gimli levantó la mirada, todavía agarrando a Legolas, y la chica no pudo gritarle. Sus ojos eran unos profundos hoyos de desesperación y dolor. Son los ojos que ven la muerte.
"Scatha" susurró Legolas con dificultad "No se puede hacer nada. Tengo demasiadas heridas...me temo que voy a mo-"
"¡AQUI NADIE SE VA A MORIR! ¡ASI QUE NO DIGAS NADA MAS!" siguió apretando la chaqueta en las heridas, pero los temblores no ayudaban mucho. "¡GANDALF ESTARÁ DE CAMINO, Y CUANDO LLEGUE, TODO ESTARÁ SOL-" Legolas cogió las dos manos de la chica y volvió a tirar de ella, para que acercaran los rostros. Ella seguía con las manos en la herida, pero no era capaz de apretar con tanta fuerza ahora que él la estaba agarrando. "Dejame que siga taponando la herida...por favor"
"Deseo poder ver tu cara, en vez de ver el cielo gris que nos envuelve, así que...por favor...no te apartes ahora" su voz se rompió brevemente, pero la acercó para que volvieran a tocarse las frentes.
Las lagrimas brotaron finalmente y caían de su cara, resbalando por el rostro agónico del elfo.
"Por favor Legolas...por favor.." Scatha dejó la herida y agarró la cara de él con suavidad "no puedes irte ahora...simplemente no puedes...no has ido a los puertos grises..." sollozó aun mas fuerte "por mi culpa no podrás ir a tu tierra con los demás..."
Sintió como la estrechaba con un brazo y unía sus labios con los de ella. Sabían a cobre por la sangre.
Fue delicado y breve, pero aun a esas alturas, sus besos hacían que una corriente eléctrica pasara por su columna vertebral. Solo que esta vez esa corriente le presagiaba que todo iba mal.
"Me hubiera gustado poder ver el mar alguna vez...pero no lo cambio. Ya te lo dije, prefiero verte un solo segundo, que mil años en las tierras de mis antepasados." su voz se iba haciendo mas suave.
Miró a Gimli, y este lo miró a el también, con los ojos tremendamente hinchados "Lo siento Gimli. Te prometí que si ibas al Reino de los bosques, yo iría a ver Erebor. Y me he quedado justo en la loma de la montaña...eres un enano noble...y el mejor amigo que he tenido...prometeme que te vas a cuidar. ¿de acuerdo?"el enano asintió gimiendo.
Ahora el la volvió a mirar a ella. Estaba blanco , y los ojos se le iban cerrando.
"Scatha...Scatha..." ella volvió a pegarse a él. Sus labios rozaban mientras el comenzó a hablar "Nan alassëaomentielvanen*, te amo...no me arrepiento de nada...no lo hagas tu"
"Te amo Legolas" dijo de todo corazón.
Esperó su respuesta, pero no la hubo. Levantó la cabeza, y lo vio ahí, con esos ojos grises mirándola pero sin mirar, con la tranquilidad de los rostros que ya no tienen nada que expresar.
Oyó gritos de victoria a sus espaldas. Habían ganado la batalla.
Pero ella no escuchó los gritos de victoria, ni a los orcos huyendo.
No oyó nada. No quería oír nada mas.
Pasaron los días, y veía como el sol salía y se volvía a ir. Pero aun no se sintió capaz de levantarse de la cama y afrontar la realidad. No deseaba aceptar la verdad.
Sonaron unos golpes en la puerta, y antes de que ella pudiera hablar, un estruendo blanco entró en la habitación y abrió las cortinas, dejando que entraran los rayos del sol de la mañana.
"Ya me han dicho que llevas aquí encerrada una semana. Y según la posadera, no has comido y apenas has bebido nada. Bueno si. Por lo que veo..." levanto una de las 4 botellas que había en el suelo "si has estado bebiendo, licor élfico"
Gandalf se sentó en la silla que había al lado de la cama y la miró.
"Quiero que te levantes, que dejes de beber como un montaraz, y que salgas de esta habitación. Y si te bañaras, te harías un favor a ti misma."
Se giró, dándole la espalda.
"Vete al infierno, mago"
De repente sintió una ráfaga de viento enorme, y como su cuerpo fue lanzado contra la pared, con fuerza, haciendo que la madera crujiera, y su cabeza se golpeara con tanta fuerza, que no era capaz de enfocar lo que había a su alrededor.
Mientras maldecía al mago, este se acercó a ella, y se agachó para estar a su altura.
"Mañana será su funeral. Van a venir todos a dar las condolencias a el rey Thranduil. Sabes que debes ir, lo desees o no. Debes ir y lo harás."
Se levantó y se dirigió a la puerta, que estaba rota. Frunció el ceño.
"Le diré al posadero que arregle la puerta, y que la pagaré. Tranquila" Ella no se movió del sitio, todavía mareada. "Scatha...lo siento mucho..." Susurró rapidamente.
Y se marchó.
Dejándola de nuevo sola.
Pero ella sabía que él tenía razón. Debía ir. Debía hablar con el padre de Legolas. Y que la odiara o la mandara a ahorcar.
Se levantó con dificultad, y se miró a un espejo pequeño que había en la pared. Se intentó trenzar el pelo, pero realmente, le quedaban muchas horas para volver a ser una humana limpia.
Sentía un miedo atroz. Una pena que la ahogaba. Pero era su deber ir.
Le agarró la mano con fuerza, impidiendo que siguiera andando por el pasillo. Ella se giró y le golpeó con el puño cerrado, intentando hacer todo el daño posible.
Sin embargo, por mucha habilidad de la chica, estaba agotada, y sin sus poderes, el seguía siendo un elfo; seguía siendo mas ágil que ella, y antes de que le propinara otro puñetazo, él le retorció el brazo de tal manera que tuvo que quedarse pegada a las frías paredes. Las pareces del palacio de Édoras, en medio de una fiesta con el rey Theoden como anfitrión, después de la ardua y no menos difícil victoria en el Abismo de Helm.
Intentó soltarse, pero era imposible. Sintió como el elfo se acercó a su oído.
"Si te mueves, sabes que podría partirte el brazo" ella sintió como él estaba bromeando, pero eso hizo que sintiera unas terribles ganas de llorar.
Él notó como dejó de poner resistencia y dejó que se diera la vuelta.
La sonrisa que se iba formando en la boca de Légolas, desapareció tan rápido como vino, cuando vio su cara.
Ella no estaba enfada. Ni divertida. Estaba llorando. Y eso le asustó.
"¿Que te ocurre Scatha? ¿Te he echo daño?" dijo preocupado. Ella negó con la cabeza. "¿Entonces que te ocurre?"
Levantó la cara y lo miró a los ojos. En su mirada había amor, pero a la vez sufrimiento.
"Yo...una humana...¿Como podría yo amar a un elfo?" se apretaba las manos con fuerza "Es mas, ¿Como puede un elfo ni por un segundo,preferir estar con una humana como yo? Acabo de saber tu edad, y ya de por si me asusta"
El intentó acercar sus labios a su frente, pero ella volvió a empujarlo, aunque esta vez con suavidad.
"Yo moriré algún día. Si no morimos en la guerra, aun así yo moriré en un espacio de tiempo que para ti no significa nada...no puedo...no puedo pedirte que no te vayas al continente de Aman...yo no puedo pe-"
El selló sus palabras con un beso fuerte, que la envolvió por completo y le hizo olvidar lo que estaba diciendo. La besaba tan fuerte que le hacia daño, pero no le importaba. No quería separarse de él nunca. No ahora que el había entrado en su vida tan solitaria. Así que aunque lo intento empujar, él la cogió en volandas y la llevó por los pasillos, ajenos a todo.
Unas horas después estaban solos, envueltos en una de las capas de Lothlórien, regalo de la Dama Galadriel.
Légolas la agarró por la cintura, y la estrechó con todas sus fuerzas, y ella reposo su cabeza en su pecho , suspirando con suavidad, mientras veían la luna y las estrellas por la ventana.
"¿Sabes una cosa?" dijo ella rompiendo el agradable silencio.
"Gimli es un enano" habló con sorna. Ella le golpeó en la parte baja de la barriga y se rió.
"Por supuesto que no es eso" Se levantó y lo miró, mientras le acariciaba la cara "Desde que nos conocimos, siempre he sospechado que me conocías o algo." Legolas ladeó la cabeza "Desde el primer momento luchando o saltando rocas, sabias cuales eran mis debilidades. Sobre todo creo que sabias las cosas que me hacen enfadar, por que eres un elfo malo e insufrible. Pero de verdad...a veces siento como que algo nos ha puesto en el mismo camino" Se puso muy colorada por lo que acababa de decir, y por la mirada tan seria de él. "O puede que no, tampoco te fíes mucho de una medio aprendiz de bruja de Gandalf. Seguro que son divagaciones mías"
No contestó. Pero la alzó en sus brazos, haciendo que se sentará a horcajadas sobre él.
Completamente desnudos. Ella se ruborizó fuertemente.
La miraba sin hablar, mientras poco a poco se desabrochaba un colgante sencillo que brillaba delicadamente en su pecho. Cuando lo desabrochó, comenzó a besar el cuello de la chica, los labios, la frente, y las mejillas de manera muy delicada, mientras colocaba el colgante en su cuello.
Ella bajó la mirada, y vio entre sus pechos el colgante. Era de un color parecido a la plata, pero mas brillante. Y poseía la forma de una pequeña hoja.
"Es para ti" el cogió la cara de ella "para que nunca olvides mi decisión, y para que veas cada día, que no me arrepiento de esto. Y que nunca lo haré"
Después, en silencio, él se recostó sobre ella; y en un mundo aparte de el de la fiesta y la cerveza corriendo por los pasillos, ellos caminaron por las estrellas.
Corrió todo cuanto pudo y mas, adentrándose en la oscuridad del bosque negro,tropezando con ramas y raíces que encontraba, pero sin parar en ningún momento.
Su corazón estaba destrozado. Y sentía, si eso fuera posible, como su alma sangraba por la culpa.
Vio los ojos de Thranduil. Esos ojos azules con motas grises, que le decían sin voz, que era culpa de ella que su preciado hijo, estuviese ahora muerto y no preparándose para partir a tierras imperecederas. Que ella era la culpable de su sufrimiento, y que ella era la culpable de su muerte.
Y por primera vez así lo deseo. Deseo borrar su existencia al lado de Légolas.
Por que el egoísmo del amor lo había matado.
Después de haberse adentrado en lo profundo del bosque, y lejos del palacio de los elfos silvanos, pudo sentarse y llorar con calma. No había deseado hacerlo delante de todos. Por que ella todavía seguía siendo una guerrera, y le había costado mucho ese titulo, no deseaba que la gente la mirara con lastima. Ni Éomer, ni Aragorn, ni siquiera Arwen. No soportaba sus miradas.
Ella lo había condenado a muerte. Eso pensarían. Y era verdad.
Un impulso de furia, y sin pensarlo sacó la daga que llevaba siempre en la bota. Acercó la punta de la daga a su cuello, pensando en el rostro de su amado elfo antes de partir junto a él.
Pero la oscuridad nunca llegó.
Abrió los ojos, y vio que en sus manos ya no había daga, y que sus brazos estaban apoyados en el suelo.
Delante de ella estaba la presencia mas bella de la Tierra Media. Galadriel, la cual solo con su presencia irradiaba luz a su alrededor, y los arboles bailaban al ritmo de sus pasos.
Ella se aproximó a Scatha, y la abrazó suavemente, llenando el corazón de la muchacha, de una calma profunda.
"Alassië nar i hendu i cenantet*" le dijo sin apenas mover los labios "Te vi en el funeral, pero después desapareciste, y mi nieta Arwen me expresó su preocupación por ti."
Scatha sintió otra vez las lagrimas en sus ojos. Y la hermosa elfa viéndolas, las recogió con sus dedos, sin parar de mirarle a los ojos.
"El amor a veces es tan doloroso, que uno desearía no encontrarlo nunca. Pero nadie desea estar vidas enteras sin saber que es..." sonrió brevemente "No es la primera vez que veo a una humana enamorada de un elfo, créeme."
Scatha apretó los dientes.
" No es el desamor lo que me duele. Mi pesar, señora, es que el nunca podrá partir, nunca vera los puertos grises. Y su padre nunca se embarcará sin el. He condenado a dos soledades eternas."
Galadriel tardó unos segundos en volver a hablar.
"¿Y que deseas mas que nada en este mundo, mi pequeña niña?"
"Que el viva de nuevo, Dama Galadriel, que el vuelva a la vida, aunque sea lejos de la mia."
La elfa enfrió la mirada.
"¿Estas segura de eso?"
"Tan segura que daría mi vida si pudiese hacer que volviera."
Galadriel se alejó de ella y comenzó a dar vueltas alrededor de la chica, que seguía tirada en el suelo.
"Lo que deseas es algo oscuro e imposible. O por lo menos lo es ahora. Después de la destrucción del anillo único, los otros han dejado de funcionar en su cometido. Incluso mi Nenya a dejado de brillar" se tocó el anillo que llevaba puesto "y por eso partiré pronto yo también a las tierras donde los seres como nosotros deben ir. Sin embargo...comprendo en parte tu dolor, ya sea por que mi nieta me ha hablado sobre ti y tu salvaje vida, o por que siento pesar simplemente por que en tus ojos no encuentro ningún tipo de esperanza."
Se paró de nuevo y la volvió a mirar, esta vez de pie, de manera imponente.
"Antes de marchar, deseo hacer algo mas, algo de provecho. Yo nunca te regalé un presente cuando vinisteis a mi reino. Pues bien. Ya se lo que te voy a dar."
Sacó el anillo de su dedo, y lo puso en la palma de su mano.
"Mi querido anillo ya no preserva a lo que me rodea del paso del tiempo...pero aun así, todavía sigue siendo único y mágico." lo toco con los dedos, y lo acercó al rostro de la chica, que se había puesto en pie para verlo mejor, con curiosidad. "Nadie puede revivir a un muerto, y aunque se pudiera, sería una condena para aquel al que revivas. Lo muerto, muerto tiene que quedar...pero no es eso en lo que estoy pensando."
Scatha fue saliendo de su trance y comenzó a ver una luz ansiosa por iluminar mas su cabeza aventurera.
"¿Entonces señora, cual podría ser mi regalo para que vuelva Légolas aquí?"
"Este anillo, tiene un poder. Un único poder, que nunca he usado, y que se que sigue ahí. ¿Recuerdas por que murió Légolas?"
Sintió un pinchazo en el corazón.
" Unos orcos nos acorralaron a las puertas de Erebor mi señora. Íbamos a visitar a los familiares de Gimli, pero nos tendieron una emboscada. Para cuando quisimos ya nos habían acorralado. Y nadie salió en nuestra ayuda, pues el Rey Dain, estaba celebrando la boda de su hijo Thorin"
"Thorin Yelmo de Piedra. Se quien es." asintió Galadriel.
"Y no supieron ni de nuestra llegada, ni de la emboscada, hasta que ya fue demasiado tarde y...bueno. Es un milagro que algunos saliésemos vivos...aunque no se si llamarlo milagro o castigo"
La elfa volvió a pasearse alrededor de la joven, en total silencio. Scatha aguardo, nerviosa.
"Hay algo que puedes hacer...algo imposible casi de imaginar, y que seguramente no te traería ningún bien. En donde es posible que no pudieras volver"
La chica se puso de rodillas delante de la elfa, que la miró con asombro.
"¡Haré lo que sea mi señora, por favor ayúdeme, se lo suplico!" apretaba la hierba que cubría sus manos "poco importa lo que me pase, si no puedo hacer nada, mi alma se sentirá culpable para siempre, y si que vería como un paraíso la muerte. ¡Por favor, señora, por favor!"
Sintió una mano en su cabeza, pero siguió postrada, suplicando.
"Jamás pensé que vería a una escudera tan habilidosa como tu, aprendiz y protegida de Gandalf el Blanco, suplicar a nadie" susurro con dulzura "Supongo que eso es el amor"
Le levantó del suelo, sonriendo.
"Escuchame bien, Señora Scatha. Te voy a enviar a otro momento del tiempo."
La chica abrió un los ojos de manera desmesurada
"¿Eso es posible? Per-" su boca se cerró, puesto que Galadriel siguió hablando.
"Quiero que sepas que no se si funcionara. Pero es una posibilidad. Y además algo que puede venir bien a el futuro, solo que nadie se había prestado como tu a sacrificar su vida, por algo que no es seguro. Tu misión tendrá que ser la salvación de el linaje de Durin"
"¿C-como?"
"Te enviaré, junto con mi anillo, a los años en los que Thorin escudo de Roble, deseaba fervientemente recuperar su reino, y que como tu sabes, fracasará por su codicia. Si Erebor no hubiese caído en la batalla de los Cinco Ejércitos, la linea de Durin habría reinado; no sería Dain rey, y no vivirían allí, por lo tanto..."
"Por lo tanto, cuando vayamos a visitar la montaña...vendrán a ayudarnos...no habría una boda" se le iluminaron los ojos y comenzó a hiperventilar. "Y todo estaría de nuevo bien, y Légolas vivo. Eso sería...seria perfecto..."no tenía palabras para expresarlo.
"Estarías dispuesta?"
"Estoy dispuesta. Más que nunca" Galadriel se fue alejando por el bosque.
"Cuando la luna este en lo mas alto, te veré aquí. Ni antes ni después. Te aconsejo que te prepares"
Scatha se sentó de nuevo, analizando si había sido un sueño o era real todo.
Y si era real, quería partir en ese mismo instante.
Con ambas manos, toco el colgante una y otra vez, intentando conseguir calma.
Armada hasta los dientes, con su capa, su comida, su agua, y su libro de magia, se enfrentó a Galadriel y a Gandalf, que para sorpresa de la chica, apareció junto a la elfa.
Había dado vueltas por la habitación antes de salir en la noche, y finalmente, fue junto a Gimli y Aragorn, tomándose juntos una cerveza. Disfruto de su compañía, aunque sabían que evitaban temas que podrían ser relacionados con el bello elfo rubio.
Cuando terminó su cerveza, se despidió de ellos con una profunda pena, pero sin que ellos lo notaran, puesto que seguramente no los vería mas.
Cuando comenzó a internarse en el bosque escuchó a los caballos que estaban en la cuadra, y se acerco a Lluthar, su yegua, que la había acompañado en toda la guerra, regalo de Eomer.
"Adiós" le susurró, acariciándole el hocico "Aquí serás muy feliz"
Y apartándose, ya no miró atrás.
"Estoy lista" declaró ante esas dos poderosas figuras. "Deseo partir cuanto antes"
Galadriel sonrió, pero Gandalf por el contrario, puso cara de inseguridad.
"Si vas es posible que no vuelvas. Pero que tampoco puedas quedarte alli" se rascó la nariz "Desaparecerías en una nada, pequeña"
"Losé, y estoy dispuesta a asumir ese riesgo, maestro. Usted me ha enseñado a ser valiente y a creer en las cosas pequeñas y simples en las que nadie cree. Pues bien, soy una persona pequeña en este mundo tan grande. Crea en mi"
Sus ojos ardían de decisión, y Gandalf no pudo mas que acercarse y darle un abrazo. Eso la cogió por sorpresa.
"Creo en ti." Y se apartó. "Siempre lo he echo,y siempre lo haré. Prometeme que te cuidaras."
Ella asintió, y correspondió al último abrazo que se darían, seguramente en mucho tiempo.
Galadriel le dio el anillo con suavidad, y Scatha se concentró, apartando sus sentimientos.
"Cierra tu mano en torno a el anillo, y tienes que desearlo. De lo demás nos encargamos nosotros" la besó en la frente y también se apartó.
Asintió. Miró a Gandalf con decisión y cerró los ojos.
Oyó las voces de los poderosos brujos, pero se concentró en sus prioridades.
Erebor. La salvación de el linaje de Durin. Thorin Escudo de roble. El oro.
Legolas.
Y en ese deseo fue cuando sintió sus pies hundirse en el suelo, pero no abrió los ojos. Tenia miedo de que si los abría, el hechizo fracasaría. Mas y mas, la sensación de estar hundiéndose en el fango fue enterrándola entera, hasta que sintió que no podía respirar. Aun así intentó mantener la calma y seguir pensando y colocándose en la postura que le ordenó Galadriel, que era estar recta y no moverse para nada.
Sin embargo cuando empezó a necesitar respirar, se asustó, pues su cuerpo estaba a punto de moverse. Apretó los músculos con todas sus fuerzas, pero aun así, necesitaba respirar, si no moriría en medio de la nada.
Para cuando sintió que estaba a las puertas de la muerte. El fango que la rodeaba desapareció, o eso le pareció, por que comenzó a sentir como caía hacia la nada, a un abismo.
Decidió que era momento de abrir los ojos, y cuando lo hizo, vio con horror como estaba precipitándose hacia unos frondosos arboles.
Intentó recordar algún conjuro rápido, pero no le salieron las palabras.
Comenzó a golpearse con grandes ramas, que se rompían y doblaban, y la chica lo agradeció rápidamente, pensando que así por lo menos no moriría nada más empezar.
Sin embargo en el ultimo segundo vio el suelo, y antes de poder hacer absolutamente nada, todo se volvió negro.
*"Nan alassëaomentielvanen" / "Estoy encantado de haber estado contigo"
*"Alassië nar i hendu i cenantet" / "Dichosos son los ojos que te ven"
Gracias por leerlo!
Me gustaría mucho saber vuestra opinión,
ya que es mi primer fic. Espero no haber dejado ninguna falta de ortografía :3.
