Golpeó el saco de boxeo con más fuerza, sus puños vendados resistieron el golpe trayendola momentáneamente al presente, pero una vez más, sus recuerdos la arrastraron, como un suave vaivén de las olas del mar, inundando de melancolía su cuerpo, recordaba todo como si acabara de pasar, aunque en realidad hubieran sido cuarenta largos años, para ella fueron solo unos minutos.

Todavía podía sentirlo, la explosión, el agua fría rodeándola, el miedo pero a la vez la paz de saber que iba morir y que nada podía empeorar, oh, que ilusa fue, después de todo, nada en esta vida le había salido bien, por qué creyó que morir si lo iba a hacer, en su lugar se levantó cuarenta malditos años después de ese suceso, poco le había durado el para siempre. Cada vez su fuerza aumentaba, cada golpe era una descarga de sentimientos, este era su método para no desmoronarse, para no echarse a llorar una niña pequeña y llamar por su mamá, por su familia... Por Bucky... Tuvo que dejar de golpear cuando el saco de arena se rompió, un agujero irregular que sacó la arena del saco, mientras se dirigía a colgar uno nuevo fue detenida por la voz de Nick Fury.

-Capitan, es hora de que regrese al mundo-

-¿hay una guerra señor?-

-por ahora no-

-Entonces, con todo respeto, no me interesa regresar-

-Hay un proyecto, dirigido para jóvenes con talentos extraordinarios, y ellos necesitan a la Capitán América, te necesitan Stephanie, la academia de vengadores te necesita-

Y esas palabras le implantaron un pequeño rastro de duda, tal vez ya era hora de volver al mundo, ver todo aquello de lo que se había perdido, no podía seguir ocultándose en el Gimnasio, tenía que ver todo lo que había ahí afuera, ¡ella era Stephanie Rogers por dios santo! Ella no huía del peligro, el peligro huía de ella.

-acepto-

...

Continuará