¡Hola a todo el mundo!
Soy nueva por aquí y también es la primera vez que voy a publicar un fic, espero que les guste.
El capítulo es corto, intentaré ir aumentando las palabras en los siguientes. Se aceptan todo tipo de comentarios ;).
Ningún personaje de esta historia me pertenece.
...
Capítulo I. El regreso
FLASHBACK
Santana veía por última vez la ciudad en la que había crecido por la ventana el taxi. Era de noche, estaba lloviendo y apenas se veían personas caminando por la calle. Por cada sitio que iba pasando, venía un recuerdo a la mente de la chica...
Tantas historias, tantos momentos... aun no se creía lo que iba a hacer. Pero no había otra solución.
Alguien la sacó de su trance acariciando su pierna.
A su lado sentada, estaba su mejor amiga Quinn intentando animarla y dándole, como en todos estos años, su apoyo incondicional. Pasara lo que pasase.
- San, ¿estás segura de esto? -preguntó angustiada su amiga- Es una locura, estamos a tiempo de volver a casa.
- No sé si es una locura Quinn... o si me irá bien o mal... pero es lo que necesito. No me puedo quedar aquí, creía que podría con todo pero toda esta situación me supera -sollozó la latina- la gente, mis padres, Brittany...
- Quédate -suplicó la rubia mientras miraba a su amiga a los ojos- Con un poco de tiempo, seguro que todo se arregla... No te vayas.
- No Q. Está decidido y no hay vuelta atrás. Me voy de esta ciudad... me voy a Nueva York.
Tras un rato en silencio, llegaron al aparcamiento del aeropuerto y ambas sacaron el escaso equipaje de la morena del maletero. Parecía mentira como los recuerdos de dieciocho años de vida se podían meter en una simple maleta y un bolso.
Después, pagaron al taxista y se dirigieron a la sala de embarque. Quinn no soltaba en ningún momento la mano de su amiga, no quería separarse de ella. Pero a los pocos minutos, se escuchó por megafonía la llamada para el vuelo de Nueva York.
Las chicas se levantaron lentamente para despedirse con lágrimas en los ojos.
- Antes de irme Quinn -murmuró la latina mientras cogía su bolso- te pido un favor.
- Lo que quieras.
- No quiero saber nada más de mis padres, ni de ella... -viendo que Quinn iba a protestar, Santana continuó- tampoco quiero que ninguno sepa algo de mí... pase lo que pase y... para evitarlo... creo que lo mejor es que nadie sepa dónde estoy, incluidos los chicos del Glee Club. Sólo tú sabrás dónde estoy en todo momento...
- No te puedo prometer eso Santana -dijo la rubia negando con la cabeza- todos me preguntarán por ti. ¿Y qué les diré?... ¿qué le diré a ella cuando quiera saber de ti?
- Me da igual lo que te inventes o lo que digas, Q -la miró a los ojos, suplicante- júramelo. Necesito borrar de mi cabeza todo esto y esta es la única manera.
Quinn comenzó a llorar y asintió débilmente. Santana se acercó rápidamente envolviendo a la chica entre sus brazos, fundiéndose en un largo abrazo.
- Sabes que no estás sola ¿verdad? Siempre me vas a tener aquí -dijo la rubia limpiando las lágrimas que cubrían el rostro de la latina- Siempre serás mi hermanita pequeña.
- Lo sé... voy a tener que cargar contigo toda la vida -sonrió Santana- Si aterrizo a una hora decente, te llamaré cuando llegue rubia.
FIN DEL FLASHBACK
Viernes, doce de la mañana.
Un vuelo procedente de Nueva York, aterrizaba en el aeropuerto de Lima. Entre los pasajeros, una chica 23 años que volvía a su ciudad natal, después de una larga temporada.
Santana López regresaba a Lima... hecha toda una mujer.
¿Cuál era la razón? Se había enterado por Quinn que Tina y Mike habían tenido recientemente a su primer bebé, Charlie. Se iba a presentar en la fiesta del niño, para darles una sorpresa a ellos y, en realidad, a todo el mundo. El primer bebé de los chicos del Glee Club era bastante motivo para volver por fin.
Además... tenía claro que ya había pasado página... y qué momento mejor que este, para demostrárselo a todo el mundo.
Santana entró en la sala de espera del aeropuerto con sus grandes gafas de sol, intentando buscar a las únicas personas con las que había tenido contacto todo este tiempo: Quinn y Rachel. Ambas, estaban sentadas juntas, mirando una revista de moda.
Bueno... para ser sinceros, Rachel miraba la revista, mientras que Quinn miraba a su novia con una sonrisa embobada. La latina sonrió ante esa estampa, y se acercó más a ellas. La pareja levantó la vista por un segundo y la vieron.
Al segundo siguiente, la rubia se acercó a ella corriendo y se fundieron en un gran abrazo.
- Wow wow Q -rió Santana al perder un poco el equilibrio por el impulso- sé que soy irresistible, pero al final nos van a detener por escándalo público. Además... está tu novia presente, un poco de respeto.
Quinn sonrió, sujetándola aun con ambas manos a la altura de los hombros mientras la observaba como si no la hubiera visto en años. Rachel, también se acercó a ella para abrazarla, apartando un poco a su novia.
- ¿Qué tal estas Berry?
- No me puedo quejar Satanás -la contestó con falso odio, mientras sonreía.
En estos años, las tres habían tenido bastante contacto y en muchas ocasiones, la pareja habían ido a visitarla a Nueva York. Aunque al principio, la latina se mostró reacia a contárselo a Rachel, sabía que a la larga sería mejor para Quinn, ya que tenía que estar continuamente mintiendo a su novia, si quería ir a Nueva York para verla. Después de hacerla prometer mil veces que no lo diría a nadie, la rubia se lo contó. Y hasta ahora ambas, habían cumplido la promesa con su amiga.
Después de una pequeña conversación y muchos abrazos por parte de Quinn, la ayudaron con las maletas y se dirigieron al coche de la pareja.
- Bueno, ya que me tenéis en esta apestosa ciudad, contarme -dijo sonriendo Santana mientras se abrochaba el cinturón de la parte trasera del coche- ¿alguna novedad importante por aquí?
- Ya te contamos todas las novedades que había la última vez que fuimos a verte -comentó Quinn con una pequeña sonrisa mirando a su nova- bueno, a decir verdad... si que tenemos una novedad noso...
- No me digas más -cortó Santana rápidamente poniendo cara de falsa sorpresa- ¿Lady Berry tiró por fin sus viejos leotardos?
Tras sus palabras, la latina comenzó a reírse mientras que Rachel intentaba pegarle desde el asiento delantero.
- ¡Estaros quietas! Siempre estáis igual -regañó la otra, intentado coger la mano a su mujer para tranquilizarla- Obviamente es otra cosa... Rachel está embarazada.
Ambas sonrieron mientras que Santana se quedó momentáneamente en silencio. La pareja miró por el retrovisor, extrañadas por la reacción de la morena. De repente, acercó la cara entre los sillones delanteros para mirar más de cerca a las chicas.
- Me vais a dar un sobrinito o una sobrinita...
Quinn asintió sonriente y Santana pegó un grito de alegría, asustando a la pareja.
- Me alegro mucho por vosotras, en serio -comentó la chica apretando levemente el hombro de Rachel- Es genial.
Mientras iban en el coche, la pareja no dejó de insistir en que se quedara con ellas en su casa, pero Santana insistió que se iría a un hotel los pocos días que estuviera en la ciudad, no quería molestar más de la cuenta.
Y menos ahora que se había enterado del embarazo con el tema del bebé.
Así que, sabiendo que a la latina no había forma de cambiarla de parecer, la llevaron a uno en el centro de la ciudad.
Antes de despedirse en la puerta, Quinn la recordó un pequeño detalle:
- San... mañana tenemos la fiesta de Charlie a las diez de la noche. Te vendré a buscar sobre las siete, para que pasemos antes por nuestra casa -levantó el dedo amenazante- estate lista para esa hora, no me hagas esperar.
...
Bueno... ya me dirán si continuo. ¡Saludos!
...Mune9117...
