Disclaimer: Los personajes de Naruto no me pertenecen.

.


Drabble/Viñeta #17

.

Como Sasuke

.


.

Lo mira porque no puede evitarlo.

Le habla porque parece ser la única en notar lo parecido de su voz.

Muchos dirían que ella había ganado la batalla más importante de su vida. Pero, ¿ganado qué? ¿Un matrimonio por culpa? ¿Un esposo que nunca la había tocado pero que era lo suficientemente cortés para decirle que no la amaba como ella a él? ¿Una hija creada con ayuda médica, sólo con genes Uchiha?

Un sabor amargo recorría la boca de Sakura cada vez que Sasuke aceptaba una misión al otro lado del mundo sólo para mantenerse lejos de ella, sin importarle siquiera la hija que con tanto esfuerzo y ayuda de Tsunade le había dado, a pesar de jamás haber consumado aquel matrimonio aún después de más de siete años.

¿Qué le había ganado a su eterna rival, Ino Yamanaka? ¿Una cama fría y vacía todas las noches? ¿Un enorme vacío en el pecho? Tenía a Sarada, pero ni eso era suficiente para aplacar el dolor de verse despreciada por el único hombre al que había amado.

Sasuke era suyo, pero al mismo tiempo no lo era; Sasuke vivía en su casa, pero siempre estaba a miles de kilómetros de distancia. Sasuke era infeliz, pero ella era la mujer más feliz del mundo sólo por poder llamarlo 'suyo', aunque jamás lo había sido.

Sakura era muy feliz; o al menos eso le gustaba fingir.

Pero tantos años de frialdad, tantos años de soledad se vieron de pronto compensados cuando miró a los ojos de aquel pequeño por primera vez.

Sus ojos eran azules, como los de su madre; su cabello brillaba como espigas de trigo bajo una tarde soleada, al igual que el de su madre; pero sus facciones eran serias, ligeramente indiferentes y masculinas; su mirada era sagaz y profunda, y su voz…su voz aún pueril pero claramente masculina, todo lo que no era visible era idéntico a él, a su padre.

Era idéntico a Sasuke.

Sakura no era tonta; su inteligencia era su mayor fuerte.

Descubrir la verdad no había sido difícil; Sasuke sí había amado a alguien; no a ella, pero sí lo había hecho. La rabieta fue monumental al descubrir que sólo la había aceptado porque aquella otra mujer lo había rechazado (por su misma causa, según supo años después), y descubrir que ese pecado de juventud había dado frutos, y que ese fruto había estado delante de sus narices todo el tiempo hizo que casi destrozara su casa.

Pero no podía odiarlo; no a él, la sangre del hombre que amaba, como tampoco a aquel hombre que lo había criado como propio, porque, sin saberlo, tanto Sai como Ino le habían hecho el favor más grande del mundo: habían cuidado de Inojin; habían cuidado de su única fuente de felicidad.

Porque para todos en Konoha pasaba inadvertido aquel secreto que tan poco le había costado descubrir, pero no para ella. Tampoco para Karin, que todo lo podía ver con su jutsu de reconocimiento de chakra; pero ella no era importante.

Sasuke no estaba, Sasuke huía a cada posibilidad de ella, pero no Inojin; Inojin estaba allí, sonriéndole con esas facciones tan idénticas a las de Sasuke, siempre siendo amable, siempre preocupado por venderle las flores más bonitas cada vez que se pasaba por la tienda, obedeciéndola y respetándola como su maestra de jutsus médicos. Y Sakura era feliz sólo con ver aquel respeto y admiración en sus ojos azul-verdosos.

Porque no tenía al amor de su vida, pero tenía a Inojin.

Y lo amaba como a su hija, como a su vida incluso; porque él era como Sasuke. Inalcanzable como él.

.


.

N del A:

Drabble/Viñeta #17 terminado.

Hola!

Son como las 4 y acabo de llegar de una fiesta más inspirado que nunca. Wow. Estoy un poco excitado y asustado jaja

H.S.