LIBRO PRIMERO
LOS DOCE MAESTROS
Capítulo 1
Comienzo
El pueblo bullía de gente ya que eran esos días donde venían de muchos lugares a vender sus productos. La mayoría eran agricultores y sabían que la gente del pueblo no lo era... incluso venían de pueblos vecinos a hacer sus compras ya que se vendía a mejores precios que en otros lugares. El comercio era intenso y los agricultores regresaban a sus casas más que con dinero, con productos manufacturados que no tenían en sus lejanas estancias. En realidad era un buen día para comprar y vender.
Con una canasta en la espalda, un muchacho compraba lo necesario para vivir varios días. La verdad era algo que le molestaba en parte ya que el camino a casa era largo y él debía cargar todo lo que comprara hasta allá y eso se repetía generalmente cada 12 días. Al principio había sido más pesado pero poco a poco su cuerpo se había acostumbrado al peso aunque de todos modos era algo que hubiese preferido no hacer.
Lo que si le gustaba era comprar. Le parecía entretenido y con el paso del tiempo ya era todo un experto para poder caminar sin tropezarse con la multitud y sabía exactamente dónde comprar ya que conocía a los agricultores y quienes traían mejores productos y los que ofrecían mejores precios. Sabía las mejores horas para la compra, si quería productos más frescos o más baratos. Tenía que saber jugar con todo eso para que el dinero le alcance.
- ¡Hola Kay! - suena una voz - ¿Otra vez por aquí?
Era una anciana que sentada en el suelo ofrecía sus productos... algo muy parecido a las papas y batatas que tanto le gustaban y le traían recuerdos. Kay se acercó a la anciana... no importaba si lo que traía era bueno o malo o si era barato o caro. Él siempre le compraba ya que una vez esta anciana le ayudo... cuando su espalda cansada y doblegada por el látigo no resistió más y cayó al suelo. "¡Levántate perro!", gritaba su guardián mientras hacía restallar el látigo en sus espaldas "¡Déjalo!", gritó esta anciana, "¡Es solo un niño!" "¡No te metas vieja mujer!... ¡puedo hacer con él lo que se me antoje!"... hubiese seguido de no ser porque la anciana se arrojó sobre él y recibió los latigazos en su lugar. Fue cuando intervino la fuerza pública a poner orden. "Está en su derecho.", dijo el oficial, "Es su esclavo." "No lo creo, oficial", intervino una voz... era otro anciano, de la venerable y respetable raza de los Kadro... sabios y serviciales, aunque solitarios y gruñones, los pocos Kadro que subsistían estaban dispersos por el mundo y ya era raro ver alguno. "Conozco la ley y este hombre la ha infringido... el muchacho es muy joven y no se puede someter a esclavos jóvenes a este tipo de trabajo ni menos azotarlos en público." "Tiene razón.", contesta el oficial "Su deber oficial es decomisarlo."... Kay es llevado a la dependencia y curado allí de sus heridas... horas después es llevado frente al oficial en jefe. "Tienes suerte muchacho... el Kadro te ha comprado... te iras con él."... Para Kay, cambiar de un amo a otro ya no representaba mucha diferencia y recibió la noticia en silencio.
- Cómo está el viejo Gramyr, Kay? - le pregunta la anciana.
- Esta bien... solo que desde hace un año le molesta una pierna y siempre se anda quejando.
- Un viejo gruñón como él debe ser muy difícil de soportar.
- He soportado cosas peores.
Kay hace sus compras y se despide de la anciana... tras unas cuantas compras más. Kay se va a esperar a que el sol baje... siempre partía después del mediodía donde el sol menguaba su intensidad y los vientos frescos de la tarde hacían más ligero el viaje... aprovechaba la ocasión para tomar algunos refrescos y así gastar algo del dinero que le sobraba. El viejo era muy estricto y no lo dejaba conservar nada así que prefería disfrutarlo.
Mientras estaba sentado contemplaba a la gente pasar... había un mosaico de razas pero la mayoría podía llamarse "humana"... existía algunas diferencias entre ellos, lo que lo incluía... estaba la de los Rogros, bellos y más intelectuales pero que no acostumbraban a ir mucho por el mercado. Rechazaban la esclavitud, por lo que tenían servidores de otras razas que se distinguían entre la multitud por su atuendo que debían llevar mientras estaban al servicio de los Rogros. En su mayoría eran Panis, gente menuda, trabajadora y de mucha fortaleza aunque de rasgos toscos que demostraban su rudo estilo de vida. Por otro lado estaban los Trolas, gente ruda que se dedicaba mayormente al comercio. Eran nómades pero ya algunos tenían vida sedentaria lo que era una ventaja ya que servían de enlace con sus congéneres nómades que traían cosas para comerciar. Algunos clanes o grupos aislados se dedicaban al saqueo y al comercio de esclavos. Aunque fue solo exclusivo de los Trolas, algunos Panis se plegaron a ese estilo de vida formando verdaderas bandas, por lo que eran combatidos.
Existían entre las razas humanas los Feren que eran los que detentaban mayormente el poder, junto con los Rogros. Aunque en las ciudades distribuidas alrededor del planeta estaba en manos indistintamente de cada raza, las ciudades gobernadas por los Feren o los Rogros tenían mayores adelantos tecnológicos pero sabedores de que necesitaban mantener la armonía ya que dependían de los productos de las regiones Panis mantenían la concordia. El planeta tenía un solo gobierno pero había reinos independientes, uno de los cuales era el de Kahar, gobernado por una mayoría Trola, muy belicoso, pero sabedor que era minoría prefería estar tranquilo.
Kay recordó Kahar. Era muy raro que los Panis tuvieran esclavos pero más raro era que los Trola no los tengan. Fue en Kahar donde la vida comenzó para él desde que se encontraba en ese mundo... fue en Kahar donde el abrió los ojos por primera vez en este mundo... fue en Kahar donde el recibió su primera flagelación...
Fue cuando su mente se distrajo... había visto a alguien que llamó su atención... era una joven, tal vez de su misma edad y por su atuendo era una Panis... estaba de espalda haciendo compras con alguien que parecía ser su madre... era muy raro ver a una Panis tan esbelta ya que en su mayoría eran corpulentas... en cuestiones de belleza, las Fener y las Rogros tenían la ventaja. Pero las Fener por lo general eran demasiado frívolas salvo excepciones y a las Rogros eso no les importaba. Los matrimonios eran siempre entre ellos y muy raras veces se mezclaban pero esas mezclas se daban entre Rogros y Fener o entre Trolas y Panis... Kay estaba pensando eso cuando la chica repentinamente se dio vuelta.
Kay se quedó perplejo y no desvío su vista de la joven... debía ser algo menor que él lo que la hacía aún una niña pero a sus ojos era bellísima... sus cabellos castaños, propios de los Panis era bastante largo y brillante que hacía juego con la túnica que las chicas Panis solían usar... sus ojos eran castaños y su rostro era como el de una muñeca... Kay se puso a pensar si la chica era mestiza dados sus rasgos tan finos, fue cuando la joven puso sus ojos en él. Kay trago saliva cuando la chica no desvío la vista y también sostuvo la de él... por lo general Kay no era tímido pero ahora no pudo evitar sonrojarse.
- Vamos Saily - suena la voz de su madre - Qué haces?
"Saily" pensó Kay "por lo menos ya sé que como se llama" nombre típico Panis... la chica se dio vuelta y siguió a su madre pero tras unos pasos volteó nuevamente hacia Kay y ante la sorpresa de él, le dirigió una sonrisa... Kay no perdió tiempo. Cogió sin permiso un pañuelo y restregó una fruta sobre el para luego extenderlo por el aire... sorpresivamente el pañuelo voló hacia ella cayendo en su delante... la chica lo recogió y lo miró... en su superficie decía "me llamo Kay"...
Kay avanzaba a paso lento... se sentía contento el haber entablado aquella silenciosa comunicación con esa chica, aunque le costó un problema con lo del pañuelo que no era suyo. Tuvo que pagar el doble de su valor para que lo dejaran en paz pero al fin de cuentas valía la pena. Se preguntaba si volvería a ver a esa chica ya que en todas las veces que ha estado en el mercado nunca antes se había percatado de ella... bueno... el mercado era grande y posiblemente se habían cruzado varias veces sin darse cuenta, pero por lo menos a partir de ahora el estaría atento a ello. Kay se sentó sobre una piedra viendo pasar a los viandantes, tal vez ella estaría entre ellos... muy pronto el camino quedo desierto pero él aún no se levantaba... no pudo evitar en pensar en su madre... ella sí que era hermosa y esa chica se la recordaba... aún en su memoria persistía ese recuerdo de ella y su padre.
Algunas lágrimas corrían por las mejillas de Kay mientras caminaba... trató de apartar sus pensamientos sobre su perdida familia... su padre... su madre... su hermana... cómo estarían? lo habrían buscado?... ni él sabía dónde estaba pero la esperanza se mantenía en su corazón de volverlos a ver... porque su padre no lo habría encontrado? tal vez porque estaba demasiado lejos... esto no era algún país de la tierra... era otro planeta!... de eso se dio cuenta dos años después mientras aún trataba de escapar a su destino... cuando el sonido del látigo fue algo cotidiano... cuando los golpes y los insultos eran comunes a cada momento de su vida. Recordó aquél día cuando aún en su ropa de dormir despertó y se vio en medio de un desierto... se desconcertó pensando que era un sueño... aún sentía el último beso de su madre y las caricias de su padre... aún recordaba lo último que su padre le dijo antes de darle las buenas noches... se levantó y se puso a correr llamando a gritos a su madre y a su padre pero solo le respondía el viento que silbaba en sus oídos... cansado se dejó caer sobre la arena y se puso a llorar.
No lo hubiese hecho... sus llantos atrajeron a un grupo de seres que estaban cerca de allí. Su primera reacción fue dejarlos acercársele ya que esperaba ayuda... la que fuese, pero casi inmediatamente uno de ellos lo sujeto y colocó una soga en su cuello... parecía no importarles que era un niño asustado... comenzaron a gritarle en una lengua que no entendía y como no respondía lo abofetearon... él seguía sin entender hasta que pronunció algunas palabras y los hombres se miraron entre sí... luego se encogieron de hombros y lo ataron de las manos y se lo llevaron a su aldea.
Kay no sabía quiénes eran... no le dieron de comer sino al día siguiente para que tuviera fuerzas para la marcha y junto con el habían otros... hombres y mujeres de distintas edades, no más de quince... Kay se percató por primera vez de sus captores... no eran muy diferentes de él, salvo sus rasgos duros... andaban armados con sables y vestían ropas burdas y oscuras... la caravana de prisioneros se puso en marcha y tras un día de camino, llegó a una ciudad. Kay no entendía palabra alguna hasta que los colocaron sobre un estrado aun atados... fue como una luz en su cerebro "esclavos... me están vendiendo como esclavo!". Quiso huir pero fue detenido y golpeado para escarmiento... a los compradores y a espectadores no les parecía algo tan terrible que se golpeara a un niño y Kay se sintió desamparado... fue cuando comprendió que estaba solo... comprendió también de que nada le serviría llorar o gritar... estaba en un país desconocido al que había llegado de alguna forma que no podía explicar pero que debía afrontar... fue cuando comprendió lo que le dijo su padre... su recuerdo y enseñanzas sería su fortaleza y debería ponerlas en práctica hasta que su papa viniera por él... por qué no? su papá era un caballero dorado y era muy poderoso... y también estaban su abuelo y su tío Aioros que eran también caballeros dorados y no dudarían en buscarlo y encontrarlo cuando supieran su desaparición... ¡y ya verían estos sujetos cuando se enfrentaran a un caballero dorado!
Kay fue comprado por un hombre cuya familia necesitaba un criado joven... Kay resistió y trató de tener paciencia frente a todo lo que pasó allí... la familia que lo tuvo no tenía tanta paciencia con él y parecían lamentarse de la mala compra ya que no se entendían con él y el que no estaba acostumbrado a esa vida ni conocía las costumbres de la gente, fue castigado varias veces sin mucha consideración a su edad... los hijos de la familia lo martirizaban de mil maneras ya que su desconocimiento del idioma le impedía quejarse... la familia cansada de él, lo obsequió a un pariente quien lo sometió a peores tratos... este hombre vivía en una ciudad que después Kay conoció como la capital de Kahar... ya tenía dos años aproximadamente como esclavo. Para Kay el tiempo pasaba y él ya no se preocupaba de medirlo, tan solo estaba en él la esperanza de ser encontrado y la disciplina de su padre que le permitía afrontar las penurias a la que estaba sometido.
Kay comprendió que sin ello él habría muerto hacía tiempo... ya estaba algo mayor y tenía mayor fortaleza que otros esclavos de su edad. Sabía afrontar todo sin miedo y su amo había empezado a tenerle más respeto, mezclado con temor, pese a ser todavía un niño... un año más, el hombre se deshizo de él y lo compró un mercader quien lo usaba para que llevara la mercadería ya que por su edad no tenía fuerzas para el trajín diario... con este anciano mercader, Kay aprendió... ya conocía en algo el idioma pero casi no hablaba con nadie... los demás esclavos estaban preocupados de trabajar y para los amos, hablar con un esclavo era rebajarse. Pero este mercader era distinto... con él sí pudo conversar y a sus clientes no les quedaba más remedio que hablar con él ya que el anciano empezaba a dejarle esos asuntos a Kay y él solo cobraba las ganancias... Kay aprendió que el mundo en el que estaba se llamaba Singa y que el reino en el que estaba se llamaba Kahar, gobernado por la mayoría Trola... con su amo, Kay conoció a los Panis y a los Feren y de vez en cuando a un Rogro y aprendió a comunicarse con ellos.
Kay hablaba con su amo sobre su mundo, pero para este, el chico estaba loco... otro mundo? caballeros dorados que vendrán algún día a buscarlo? que estupidez!... el anciano no duro mucho... tras un año con él, el anciano murió... eso no lo hizo libre, pese a que el anciano vivía solo, inmediatamente su familia apareció a disponer de sus bienes entre los que estaba él... la amabilidad del viejo contrastaba con la rapacidad de sus parientes quienes se repartieron todo de la manera más voraz. Incluso lo golpearon para que confesara si no había ocultado nada... al final, fue entregado para servir a una hermana anciana del comerciante, ya que esta llegó tarde a la repartición y debió conformarse con Kay.
La anciana era avara y codiciosa... si llegó tarde fue por su mezquindad en adquirir algún medio de transporte rápido y consideraba un insulto recibir solo un esclavo... no duró mucho con ella ya que esta mujer vivía solo con dos esclavos y esperaba que Kay la atendiera sin darle siquiera de comer... los esclavos no le quitaban la vista de encima y no le dirigían la palabra tan solo para darle ordenes... estos se dieron a la holganza esperando que el chico hiciera todo. Este aprovechó un descuido y huyó de la casa... no se detuvo hasta saberse a salvo fuera de la ciudad... Kay aprendió a caminar de noche con los escasos víveres que pudo obtener... consiguió llegar a un poblado donde logró un empleo con otro comerciante a quien consiguió convencer que era un chico libre además que no era usual que un esclavo supiera tanto de comercio... con este hombre le fue bien... ganaba poco pero este hombre evidentemente no lo trataba como esclavo... tras dos años con él, un día salió con una caravana hacia la ciudad llamada Mergat... en el camino, la caravana fue asaltada y él cayó prisionero de Trolas esclavistas... fue vendido a otros Trolas comerciantes quienes no fueron tan amables como su anterior amo... incluso este lo encontró en un mercado local, atado. Por más que hizo, su empleador no pudo recuperarlo... era ley entre los Trolas que los esclavos comprados eran propiedad del comprador y cualquier reclamo lo haga ante la autoridad para que escarmiente al ladrón, y si este admitía su delito debía reponer el dinero o se le permitía al reclamante volver a comprarlo, pero eso era harto difícil y su antiguo empleador prefirió dejar las cosas así. Solo ofreció comprarlo, pero le pidieron un precio exorbitante que el hombre no pudo pagar.
La vida de Kay no fue fácil nuevamente... estos nuevos amos viajaban bastante y él debía hacer el trabajo rudo. Servía más como bestia de carga ya que sus amos no valoraron sus conocimientos en el comercio y hacían notar que él era un esclavo sin derecho a intervenir en los negocios. Fue su suerte la que le hizo llegar a Kerdoga, un poblado importante para los Fener y Panis... no era muy grande pero era administrada por ambas razas mediante un consejo y donde los Trolas ya habían sido excluidos. Era una ciudad que los Trolas preferían evitar ya que allí no tenían ningún poder pero algunos se animaban a comerciar ya que se podía ganar algo, pero los Trolas debían comportarse ya que sabían que Panis y Fener eran estrictos en el cumplimiento de las reglas. Fue cuando sucedió el incidente. Kay se cayó y tiro varias mercaderías que se apresuró a recoger... no hubiese pasado nada ya que él recogió todo rápidamente de no ser porque uno de sus amos había bebido y cortejaba a algunas jóvenes Trolas y al ver lo que pasó, decidió impresionar a sus acompañantes nada menos que golpeando a su esclavo para mostrar su autoridad hasta que la anciana intervino lo que la final le costó el esclavo.
Kay caminaba aun embebido en sus recuerdos, cuando dos sombras se aparecen frente a él... se sorprendió al reconocer a sus antiguos amos quienes tenían una soga entre sus manos.
- Vaya... hasta que te apareciste - le dice uno de ellos - Ya nos estábamos cansando de esperarte.
- Otra vez ustedes? Qué quieren ahora? - les pregunta Kay deteniéndose
- Vaya manera de dirigirte a tus amos... deberé enseñarte respeto!
- Ustedes ya no son mis amos... pertenezco al señor Gramyr
- A nosotros nadie nos quita lo que es nuestro... vendrás con nosotros o dejas tus huesos aquí!
- Otra vez? es que no se cansan?
- Ya basta de charla!
El trola se le abalanza pero Kay hábilmente lo esquiva y le pone una zancadilla cayendo este pesadamente. Antes de que el otro reaccione, una patada dirigida a su rostro lo derriba. Cuando tratan de levantarse, ven con sorpresa que la soga los tenía sujetos a ambos con un nudo imposible de desatar.
- Pero... qué es esto?! - exclama uno volviendo a caer ya que la soga parecía haber cobrado vida y se enredaba cada vez más.
- Les deseo suerte - les dice sonriente Kay - Espero que se desaten rápido ya que las noches son frías aquí.
- Maldito! esto te costará la vida! un esclavo no puede tocar a un hombre libre!
- Yo no lo hago sino la soga... y por el momento ustedes no son libres - Kay camina en dirección a la casa de su amo sin mirar atrás e ignorando las maldiciones de los Trolas... esta era la tercera vez que lo intentan y la tercera que fallan. Ya no era tan fácil debido a las habilidades de Kay.
Tras unas horas de caminata... Kay llega a una pequeña casa ya de noche... entra sigilosamente y revisa un cuarto... el anciano dormía ya... Kay dejó las cosas y se fue a dormir...
Después de todo... mañana sería un largo día... sin querer, soñó esa noche con su madre...
Fin del capítulo 1
