Advertencia: Los personajes no me pertenecen, son propiedad de Level-5. Habrá lemon y lenguaje soez a veces, pero todo más adelante.
Mi nombre es Midorikawa Ryuuji y me dirijo a mi tercera entrevista de trabajo de esta semana. No estoy teniendo mucha suerte, y ahora me llamaron de una de las empresas más prestigiosas de la ciudad… creo que me rendiré.
Al llegar a la puerta me impresionó el tamaño del edificio y al entrar mucho más, las distintas secciones eran enormes, los pasillos larguísimos, definitivamente sería muy fácil perderse aquí… los empleados eran muy elegantes y con muy buena presencia, no quería menospreciarme pero… realmente no encajaba mucho allí.
FIN
El peli-verde se acercó a recepción – Buenas, me llamaron para una entrevista de trabajo.- dijo.
-Sí, en un momento podrá pasar con el jefe.- dijo la rubia de recepción cogiendo sus datos.- siéntese un momento.
Después unos interminables 30 minutos otra chica se acercó a él.
-Señor Midorikawa, el jefe lo recibirá ahora, puede seguirme.
-Se levantó muy nervioso y se dispuso a seguir a la chica que lo guiaba hacia el despacho.
-Con todo el respeto señor midorikawa, pero creo que no tiene ninguna oportunidad en esta empresa.- Dijo la chica de pelo violeta mirando al chico con desprecio.
-¿Perdón?- el peli-verde no se lo creía, sabía muy bien que tendría que cambiar un poco para ir a trabajar allí, pero ella no tenía derecho a decir eso.
-Nuestro jefe es muy estricto y su padre muchísimo más, además de que la mayoría de trabajadores aquí somos mujeres…- Dijo ahora en tono de burla.
-Bueno no me importa presentarme a la entrevista al menos.
Llegaron al despacho, la chica le permitió entrar y automáticamente nervioso se presentó sin mirar a la cara de su jefe.
-B-buenas, mi nombre es….-pero antes de poder terminar su frase fue interrumpido.
-Ryuuji, Ryuuji eres tú, enserio no me lo puedo creer.
Al escuchar esa voz sus ojos se abrieron como platos y levanto su mirada hacia esa dirección.
-H-hiroto… no puede ser…
El pelirrojo se abalanzó hacia él y lo abrazó fuertemente.
-Cuanto tiempo hace que no nos veíamos, pero no has cambiado nada.- el pelirrojo estaba muy feliz.
El contrario no salía de su asombro, pero su rostro no reflejaba felicidad precisamente -Si…desde que paso aquello…- susurró el peli-verde para que no le escuchara.
-Bueno, te haré la entrevista pero creo que ya tengo nuevo secretario.- le sonrió
-L-losiento, H-hiroto.- no podía casi articular palabra.- cre-o que tengo que ir-irme... - salió corriendo.
-Midorikawa, espera. ! - exclamó, y salió detrás de él.
La chica de antes sonrió al verlo salir de esa forma.- Se lo avisé... - Se puso de pie alarmada cuando vio a su jefe salir igual de rápido detrás de él.
-¿¡Donde está!?- gritó apoyando sus manos en la mesa.
-Ha bajado por el ascensor, señor.
-Pero por qué...- Se decía Hiroto para el mismo apretando los dientes.
Fuera del edificio estaba Midorikawa, corriendo como loco sin mirar atrás. Cuando consiguió alejarse lo suficiente paró respirando agitadamente a causa del cansancio y se apoyó en una pared.
-¿Porque?... tenía que ser el otra vez…ahora que por fin estaba sacándolo de mi mente- decía con sus húmedos ojos a punto de llorar.
Dentro de la empresa seguía Hiroto apoyado en la mesa de recepción tapándose la cara con sus manos.
-Señor, se encuentra bien. ? - decía la chica observando a su jefe.
-No, dime… ese chico ha dejado su ficha, dirección, teléfono, algo. ? – Se veía las ganas y desesperación en sus ojos por encontrarlo.
-La verdad es que mi compañera lo recibió iré a buscarla y preguntarle en un momento.
-Rápido.- Sentenció el pelirrojo.
-P-pero jefe… ¿por qué tanto interés en ese chico?... quiero decir, hay otros candidatos más adecuados para el puesto.- Dijo la chica en un tono bastante confiado a su jefe, pues Hiroto era el ejemplo de jefe que trataba muy bien a sus empleados, haciendo que se sintieran cómodos en todo momento, al contrario que su padre.
Pero ahora mismo estaba muy molesto con toda la situación. -¿Que has dicho?, que yo sepa las decisiones las tomo yo, y al igual que contrato, despido señorita, o ya se le ha olvidado. ? - Dijo el pelirrojo con una mirada amenazadora sobre la chica. –Rápido y busque lo que le he pedido. –Volvió a gritar dando un sonoro golpe en la mesa.
Volviendo con el peli-verde, este se dirigía a casa de su amigo Kazemaru, necesitaba contarle lo que había pasado a su amigo, el que siempre lo apoyaba y aconsejaba, y el único que realmente conocía la mala situación que estaba soportando en este momento por diversos asuntos.
Frente a la puerta del peli-azul se plantó y tocó al timbre.
-Midorikawa, ¿qué haces aquí?, ¿no tenías entrevistas de trabajo hoy. ?
-Sí, de allí vengo.- dijo con una sonrisa forzada, que al instante su amigo notó.
-Pasa, te ha ocurrido algo. ? - preguntó impaciente este.
-La verdad… no creo que haya conseguido nada hoy tampoco.
-Midorikawa, ¿qué te pasa?... ni siquiera me miras a la cara.- dijo ya con el ceño fruncido.
-He visto a H-hiroto.- Y una traicionera lágrima cayó por el rostro del chico.
-¿Q-que?- bastante sorprendido.-¿Y qué te ha dicho?, porque seguro que te ha hablado , no se habrá atrevido a ignorarte no? –Kazemaru estaba bastante alterado.
Midorikawa le contó todo a su amigo, sin saltarse una sola cosa, y cuando terminó en su rostro se notaba la tristeza y el haber llorado bastante solo de recordar al pelirrojo. Kazemaru fue a la cocina a preparar algo para que el chico se calmara e intentar arreglar algo del asunto, mientras que este seguía en el sofá pensando en lo que había pasado.
Hiroto…Tú tampoco has cambiado en nada, bueno sí, estas mucho más guapo que antes… tan elegante, tan maduro, realmente ese puesto te va de maravilla, claro que tu padre ya sabía eso desde que eras muy joven… Después de diez años el destino me hace encontrarte de nuevo, pero… yo no encajo en esa vida que tú tienes.
FIN
La voz de Kazemaru hizo sacar al chico de sus pensamientos.
-Mido, tómate esto y relájate.- Le dio una taza de té.
-Gracias Kaze, sin ti no se que hubiera sido de mí.- suspiró el chico con una pequeña sonrisa en sus labios.
-Mido, sé que es complicado, pero realmente necesitas ese trabajo… y quizás esta sea la mejor manera de demostrarte a ti mismo que puedes olvidarlo de una vez, solo mantén una relación de jefe y empleado y podrás superarlo.- Dijo el peli-azul mirando al chico seriamente.
-Pero que dices Kaze... - estaba bastante sorprendido de escuchar esas palabras. - ¿No ves que no puedo olvidarlo?, solo con verlo y el haber sentido ese abrazo, yo… necesitaba más de él, pensaba que lo estaba consiguiendo pero hoy me he demostrado que no.- decía sin levantar la vista de la taza que tenía entre sus manos.- Realmente le quiero.- Y las lagrimas volvieron a caer por su mejilla.
-Mido, han pasado diez años, y te estoy diciendo que necesitas ese trabajo o… -Kazemaru apretó los puños.- o ya sabes lo que pasará, así que déjate de tonterías y afróntalo de una vez.
-Si acepto tendré problemas, y si lo rechazo pasará lo mismo de siempre, haga lo que haga todo saldrá mal, siempre sale mal… pero supongo que tendré que aceptar y sufrir por dentro… o de lo contrario sufriré por fuera… -suspiró por última vez aún sin levantar la mirada de su taza.
