Con dolor, vi de nuevo como tomabas la mano de la sacerdotisa con cariño a la vez que ella te sonreía con amor y tú también le correspondías la sonrisa, para después besarla apasionadamente y el amanecer le daba un toque romántico a la escena. Tal vez estaba mal espiarlos, pero no podía soportarlo , era realmente masoquista , y era raro que él o ella no hayan notado mi presencia, tal vez estaban tan concentrados en consentir el uno al otro que no me notaban o solo me querían hacer sufrir, haciendo que no me ven mientras que expresan su amor de miles de formas. Pensé que si me iba de ahí, yo sería la cobarde, y no me gustaba ser cobarde y débil, pero, hasta yo tengo mis defectos y debilidades, el defecto principal: soy una celosa compulsiva y por cualquier cosa mi enojo sale a la luz, y mi estúpida debilidad: amar tanto a una persona y no poderse separar de ella por más que quiera. Caminaba sin rumbo fijo hasta que pare en un árbol realmente grande y me estuve como unos 5 minutos observar a aquel majestuoso árbol, del cual me subí en una rama para descansar pero no podía porque a cada rato aparecía un hanyou en especial por mi mente. Aunque batalle mucho, al final pude dormir pero a mitad de la noche tuve una pesadilla, afortunadamente no era con él, pero si estaba basado en mi oscuro pasado del cual al parecer no puedo escapar. Estaba sudando y me sentí sucia así que me fui con paso lento hacia un lago cercano para darme un baño. No prestaba atención a lo que me rodeaba hasta que sentí una presencia maligna demasiado fuerte como para no ser notada. Miraba para todos lados pero no encontraba al portador de esa esencia tan fuerte, hasta que mire para enfrente para mirar a Inuyasha, el cual hablaba mirando a la cabaña de Kikyô y su hermanita, supongo que ha de estar hablándole a ella sin ni siquiera entrar, pero no era él, esa esencia no era de él, era demasiado maligna y fuerte.
Me escondí detrás de un árbol y oculte mi presencia para no ser notada por el falso Inuyasha. Volteé mi cara para donde estaba él pero ya no estaba ahí. En cuanto me asegure que el ya había desaparecido me preocupe bastante, ¿Dónde estaba Inuyasha? ¿Qué le habría pasado a mi amado? Pensaba preocupada por él y en cuanto pensé lo peor, corrí en su búsqueda pero no lo encontraba, no captaba su olor ni tampoco su esencia, mi preocupación incremento y sentí una opresión en mi pecho el cual se hacía cada vez más insoportable, tenía un mal presentimiento. De vez en cuando sentía ese dolor en el pecho cada vez más fuerte y tenía unos fuertes colapsos nerviosos por no encontrar a Inuyasha. No había encontrado a Inuyasha, y había dado fin con su búsqueda porque mis piernas no daban para más y me retorcía en el suelo por el dolor en mi pecho, trataba de levantarme apoyándome del tronco de un árbol pero por más que quería no podía levantarme lo cual hacia que pensara ¿Qué está pasando? , es todo lo que me preguntaba pero no podía responder ni siquiera yo esas preguntas porque lo único que pensaba era en mi querido hanyou Inuyasha. Pase toda la noche lamentándome de ser tan débil y no poder ir a salvarlo de lo que fuera que te este pasando ahorita, porque en mi mente solo pasan escenas donde él sufría. Aun con el dolor en mi pecho me levante dificultosamente aunque con cada paso me caía, yo seguía tratando de mantenerme en pie hasta que llegue a ese árbol grande del cual apoye mi espalda y me deje caer lentamente hasta sentarme en el suelo. Estaba exhausta y me preguntaba ¿Valía la pena sufrir por alguien que no siente lo mismo por ti? Pero al instante en que me lo preguntaba, me respondía a mi misma un sí, si lo valía, él lo valía todo para ella. Cerré los ojos tratando de mantenerme en paz y no agitada, si estaba en ese estado, no encontraría a Inuyasha pronto. Sentí otra vez esa punzada en mi pecho pero esta vez era distinto, era demasiado fuerte y dolía demasiado que gritaba por el dolor que sentía, después vinieron a muchos recuerdos, de como conocí a Inuyasha, de cómo sufrimos los dos al ser menospreciados y por último, recordé a él con su amada Kikyô. Vi al frente mío y me sorprendí de ver a Inuyasha corriendo con la perla de Shikon, lo mire con los ojos abiertos y el al voltear a la dirección donde yo estaba, me miro igualmente confundido y sorprendido de verme tan débil en el suelo y agarrando con fuerza mi haori y con una mueca de dolor en mi rostro, de inmediato note que el rostro de Inuyasha cambio para mostrar odio y enojo, yo aun seguía confundida. El daba saltos enormes, yendo hacia donde yo estaba y cuando dio un salto grande para ya casi estar el frente a mí, en medio del salo oí un grito proviniendo de donde estaba la aldea.
-¡INUYASHA!- una mujer grito su nombre, el y yo volteamos a ver quién era y los dos nos sorprendimos al ver que ella era Kikyô , la cual señalaba a Inuyasha con su arco y flecha, me asuste al instante y vi a Inuyasha el cual le sonrió con triunfo pero a la vez con odio y tristeza, me levante inmediatamente pero en cuanto lo hice me desplome en el piso por el dolor que sentí en el pecho, y lo que vi después me congelo por completo y miles de lagrimas salían de mi rostro. Vi como la flecha salía disparada hacia Inuyasha el cual quedo pegado al árbol, el dolor en mi pecho incremento de una manera considerable a la vez que también sentía un sentimiento raro en mi, tal vez sentía el vacio en mi corazón que jamás había sentido porque Inuyasha jamás se había separado de mí, pero la cruda realidad hizo que me diera cuenta que el ya no podría estar conmigo jamás. Grite a todo pulmón, con ira, tristeza y dolor contenida y vi como Inuyasha todavía no cerraba los ojos y tenía la perla de shikon en sus manos. Lo mire con los ojos abiertos y con lagrimas en mis ojos. Esto no podía acabar así, no podía, era mi mejor amigo y lo amaba tanto, no podía morir, no quería.
-No puede….. No puede Inuyasha, ¡NO PUEDE ACABAR ASI!- grite desesperada, aunque sabía que gritar no iba a solucionar nada, no quería que muriera. Lo abrase con todas mis fuerzas como si así el no se fuera de mi lado, aunque no podía abrazarlo del todo por la flecha que tenia encajada a su pecho. Él ni siquiera me volteo a mirar, si no que miraba a Kikyô, la causante de todo esto.
-Ki..kyô- menciono el nombre de la asesina y mi corazón se oprimió mas, ¿Cómo puede pensar en ella en estos momentos? - ¿Cómo.. Pudiste?- pregunte dificultosamente para luego cerrar los ojos .
-¡No!- grite destrozada porque ya no sentía el corazón de Inuyasha latir. Pare de llorar cuando se escucho de lejos un quejido y olí de lejos la sangre proveniente de… mi sangre empezó a hervir de ira y cerré los ojos con fuerza y agarrando el haori de Inuyasha fuertemente para que algunas lagrimas de odio y enojo salieran de mis ojos.
