Una pequeña dedicatoria para una persona realmente importante en mi vida, y aunque se que físicamente ya no esta entre nosotros, su recuerdo vivirá eternamente en mi corazón.

Gracias Papá

Miro tu retrato una y otra vez, cuatro años han pasado y no lo puedo creer, cierro los ojos, quiero creer que es solo es una maldita pesadilla, pero al abrirlos me encuentro con mi triste realidad, recriminando a la vida, a la muerte y a dios, mis lagrimas rebeldes una vez mas salen de mis ojos. Simplemente no puedo aceptar tu partida, mis piernas ya no resisten caigo de rodillas, aprieto tu retrato con todas mis fuerzas cerrando nuevamente mis ojos.

-Crees que llorando vas a solucionar las cosas- Te oigo decir, sonrió entre lagrimas, es lo que solías decirme cada vez que algo no me salía bien.

-Es cierto mis lagrimas no te regresaran- Susurro mientras me pongo de pie.

Me disculpo con dios, sé que estas con él y que algún motivo importante tuvo para llamarte, también sé que has de estar diciendo que todo los reclamos que hice contra de él, son productos de mi dolor. (Defendiéndome como siempre)

Sé que tengo de ti varios valores que me hacen enfrentar días tras día lo que la vida tiene preparado para mi, que te esforzaste para que fuera una mejor persona en todo momento, hiciste lo imposible para borrar de mi mente la palabra "No puedo", son estos mismos valores que me harán levantarme cada vez que sea necesario.

Así que no te preocupes vete tranquilo, por que cuando te vuelva a ver, te platicare de todos los logros que tuve en mi vida; pero sobre todo te haré hincapié de todas las veces que me levante de mis fracasos.

Gracias Papi por todo lo aprendido y descansa en paz, que aquí todo estará bien.