Disclaimer: Once Upon a Time, no me pertenece, ni ninguno de sus personajes (ni ninguno de los cuentos). Creado solo por diversión :D
Este fic participa en el reto "OTP" del foro "Bienvenidos a Storybrooke".
¡Hola!, espero que disfruten este Stable Queen fanfic que traigo para ustedes, los comentarios son gratis ;)
I
Su mirada tenía un brillo, un brillo intenso, se dijo así misma, mientras los dedos de Daniel acariciaban su mejilla. Sus ojos, luz celeste que iluminaba el vacío al que ella llamaba hogar
-¿Qué?, ¿Por qué me miras así?- pregunto el chico del establo entre carcajadas
-¡shhh! Alguien puede oírte, y no me gustaría que alguien te escuchara, en especial si madre es ese alguien
-¿y que nos puede hacer?, somos muy jóvenes para morir.
A su réplica, soltó una risita. Él siempre la hacía reír, la hacía feliz.
Tienes razón, tú me protegerías, ¿no es cierto?- pregunto, aunque tenía dudas, madre tenía magia, y la magia era poder.
Nunca dejaría que te lastimarían, si mi vida dependiera de ello, la daría sin parpadear ni dudar
¡Daniel!, ¡nunca jamás digas eso!, sin ti estaría perdida- le espeto iracundamente, apartándose, ¿Cómo podía el decir eso?, ¡hablaba de su vida!
¿te encuentras bien?, ¿Por qué luces tan furiosa?
No quiero perderte, ¡nunca podría dejarte ir!- rompió a llorar. Daniel la acuno en sus brazos.
Tranquila, nunca me iré, siempre estaré contigo.
Cada minuto que pasaba se daba cuenta lo estúpida que había sido, lo infantil que habían sonado sus palabras. Pero no deshizo la unión de sus cuerpos, le gustaba, le hacía sentir segura y en paz. Cada respiración, un recuerdo. Cada latido una respuesta
-Nunca me dejes ir
II
La memoria en mi mente, el vacío en mi hogar
Eso era en lo que se había convertido Daniel, eso era lo que habría querido decirle si no estuviera tomándola por el cuello, nublándole la vista, cortando su aliento y respiración, y por supuesto, su vida.
Tan cerca del corazón, ¿Destrozaras mi alma?
Elevo la mirada para encontrarse con unos turbios ojos azules, ¿desde hace cuánto se habían vuelto tan violentos?
Sabes la respuesta, estúpida. Sabía que esa ira no correspondía a ella. Aunque se la merecía en gran cantidad.
En su afán por mantenerlo vivo (y por venganza) había causado mucho daño, incluso a Henry, el niño que alegro sus días desde que el mismo, llego a Storybrooke, la ternura y el cariño que recibía después de cada día de tedioso trabajo, la satisfacción de saber que alguien la amaba.
No quería, no podía, herirlo una vez más.
Daniel, soy yo- sollozo- la persona que frente a ella estaba clavo su mirar. Sus rabiosos ojos fueron calmándose, como el agua de un mar que ha pasado por una tempestad. Los brazos que la sostenían, se marcharon
Detenlo, parad el dolor
¿cómo?
Déjame ir
¡No, no te perderé otra vez!, ¡sin ti estoy perdida, Daniel, vuelve a mí!
No puedo, Regina
Pero te amo
Entonces, ama de nuevo
Lo dejo ir, lagrimas brotaron incontrolablemente de sus mejillas, mientras se debilitaba, un agujero en su interior crecía y se intensificaba, un agujero al que muchos llamaban dolor o sufrimiento. Para ella ese agujero era Daniel.
Para ella, era una promesa incumplida.
