Demonios, ella no está dormida

Suzaku se sienta delante de su celda, como si meditara sus pecados, con la cabeza gacha. Parece un monje japonés y Kallen lo odia por eso, cansada de intentar hacerlo entrar en razón. Ya lo insultó para que se vaya, pero tampoco sirve. Finge dormir para que él no le hable.

Entonces llega el idiota alto y rubio de la tarde anterior, que le cae mal, pero evitó que el Vampiro de Britania le hiciera vaya a saber qué. No por eso le va a levantar un altar, pero hay que reconocer cuando uno no se unió a la fiesta.

No podría hablar así de bien ni de todos sus colegas, excepto quizás Tohdoh, que era como su maestro, nada extravagante que Nagisa se lo hubiera acaparado y Asahina no lo viera fraternalmente. La mayoría reclutaba chicas solo cuando querían compañía en la cama y durante largo tiempo, el estandarte de la Rebelión escondía sin discreción la toma de cuerpos de británicas que deambulaban a horas tardías. Kallen protestó indignada por esto varias veces, pero era inútil. Antes de la aparición de Zero, se limitaba a hacer bromas cínicas con respecto a la debilidad de los hombres. Él cambió eso.

"En agradecimiento, al tal Weindberg le daré una muerte rápida", se dijo, fantaseando con una libertad que ya no estaba tan segura de que llegara. En todo caso, se regañó a sí misma, lo primero que haría sería besar en los labios a Lelouch y exigirle, no solo "pedirle" que acepte sus sentimientos. En el fondo, el Az de los Caballeros Negros no es otra cosa que una chica miedosa que siente terror de ser tocada por un hombre y que prefiere por mucho morir en las manos de uno, llevándose a unos cuantos de sus camaradas en el camino.

-No venías, así que me preocupé. Pensé que ella te habría degollado o que estarían muy entretenidos.

Ligereza pero melancólica en esa broma. Después hay silencio, aunque Kallen percibe, a través de sus párpados, que aún hay calor y movimiento a través del vidrio que los separa. Entonces entreabre de nuevo los ojos, esperando ver cualquier cosa. CUALQUIER COSA, hincapié en eso último y después se dice que tendría que haberlo imaginado, que todavía es muy inocente.

Kallen se pregunta si no saben que puede verlos, con los labios unidos, Suzaku apoyado de espaldas al vidrio de la celda. Quizás…

Gino Weindberg (ahora su nombre está claro en la mente de Kallen, con una alerta, mientras que sus mejillas se encienden y tiembla tanto que no puede fingir que duerme) la saluda con uno de sus ojos reluciendo en la oscuridad, como un demonio travieso.

-No aquí…- Suzaku, cuando los labios de Gino van hacia su garganta y suena el ruido de un cinturón cuya hebilla se abre.

-Ella está dormida.-Se ríe en voz baja, apretándolo hasta arrancarle un gemido. Kallen se pregunta si Suzaku encarna el cómo actuaría ella y no sabe si odia a ese hombre o también lo desea.