Autora: Teniendo tantas historias en pie, siempre encuentro el modo de traer otra cosa, soy imposible. Es un drabble.

Disclaimers: Himaruya lindo que volvió a entrar en acción.

Advertencia: Nada además del ya sabido yaoi.

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A pesar de que ya lo leíste, considerando que fuiste la persona que me convenció a subirlo... Esta historia insignificante es para tí Nickte.

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Si acaso se pudiera crear la metáfora perfecta que pudiera explicar la violenta carrera para llegar al corazón de Arthur, ellos serían dos galgos, totalmente decididos a coger entre sus labios al esquivo conejo.

Y esa carrera era intensa. Brusca. Violenta. De juegos sucios y golpes. De miradas de odio. Azul congelado y verde pétreo. De colillas de cigarro y sonrisas ácidas. De amenazas y consecuencias. De angustia y anhelo. Una oscura competencia de dos perros que iban decididos por el sí. Que corrían luchando por superar al rival y conseguir el premio en esa carrera contra el tiempo. Porque cada segundo era valioso, era peligroso, podía ser una ventaja para el contrario. Porque cada momento era de extrema tensión y los ojos siempre estaban puestos en el contrincante, temeroso de que diera un paso más rápido. Porque ese paso significaba la derrota, y esa derrota implicaba la muerte. Porque eran dos perros que preferían a la muerte antes de ser vencido.

Dos titanes que luchaban por la carrera más reñida. La más angustiante. La que peores secuelas dejaría al vencido. Que duraba días y noches, que era pensada y calculada lo más fríamente si acaso había posibilidad de aumentar sus probabilidades de victoria. Ningún plan era desechado por ética o moral. Si podía funcionar, sea como fuese, se iba a ocupar.

Y sucedieron los consiguientes encierros en el baño, atascos en el ascensor, zancadillas en el pasillo, rumores bochornosos, descalificativos tácitos, veneno en palabras.

Todo fuera por el premio. Todo fuera por él.

En el pasillo vacío del edificio, Arthur abrió los ojos cuanto podía, casi se salían de sus órbitas. El carmesí de sus mejillas lo delataba. Alfred sonrió brillante. Acercó su bronceada mano a la mejilla blanca y fría. Sí. Sí. Sus ojos azules refulgían en el destello de la máxima felicidad. De la victoria.

El vencido exhaló profundamente, siendo el humo acaso la condensación de su desazón, de su amargura. Fue derrotado pero sin embargo, no fue una zancadilla sino su propio tropiezo quien lo hizo caer de bruces al duro suelo, pues no estaba apto para correr esa carrera.

Scott sabía, esa carrera estaba perdida desde el comienzo. Nunca tuvo las de ganar. Jamás. Solo había sido el lobo que quiso ser galgo. Había sido un imbécil que luchó por un imposible.

Tiró la colilla de su cigarro al suelo, pisándola y destrozando como si acaso pudiera magullarla tanto como su corazón estaba.

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Notas: Quiero seguir con un aviso de carácter general: Un Tumblr para el fandom. Mayor interactividad, donde se podría subir fanart, hacer competencias y cuanta cosa se nos ocurra. De antemano, agradezco a los autores que se han querido adherir a la causa. Si acaso, también tú quieres unirte no dudes en enviarme un PM