Inalcanzable
Caminó despacio, atravesó la reja y los vio. En el balcón, iluminados por la luna estaban, el ser que amaba y el que despreciaba. Se quedó observándolos por largo rato, torturándose lentamente.
Su amor empezó despacio, inocente, tranquilom todo era nubes y flores en su mundo donde solo existían sus sonrisas, sus miradas y que no había nada mejor que él. Pero luego apreció el otro que con su fuego en la mirada y sus labios sabor a miel se lo llevaron de su lado.
Y lo poco que ella añoraba.
Él ya lo tenía.
Y sentía rabia. Cólera. Odio. Rencor. Desesperanza. Desamor. Y más odio.
Caminó un rato por el bosque, con la mirada perdida, con el corazón destrozado. La primera vez que vio al otro le impresionó si belleza, sus tormentosos ojos, su forma de hablar, el aroma de su piel y sintió a su corazón palpitar fuertemente. La segunda vez que lo vio, lo detestó, porque lo a ella le llevó tiempo el otro lo consiguió en un momento. Pero él y el otro se detestaban así que todo estaba en orden y no había nada que temer. Pasaron los años, estuvo cada vez más cerca de él, acompañándolo, cuidándolo, velando su sueño y amándolo.
Porque ella lo amaba.
Y él empezaba a amarlo.
Pasó mucho tiempo en el que no tuvo que preocuparse por el otro, pero, en una tarde de enero, los vio juntos. Estaban sentados a lado del lago, tranquilos, hablando con pasividad. Ese día supo que las cosas cambiarían de hoy en adelante para empeorar, tal vez fue entonces que se empezó a volver un poco loca y enfermiza, ya casi no hablaba con nadie y vigilaba cada movimiento de él y el otro para poder evitar lo que en un futuro no muy lejano de todas maneras llegó a pasar.
Y ella lloraba.
Y él sonreía.
Porque era él (el otro) quien gozaba de sus miradas, de sus sonrisas, de sus besos, sus abrazos, de aquellas noches en que la pasión es todo, aquellos día lloviosos que lo ponían triste, de aquellos días en que su sonrisa es radiante.
Lo tiene para él.
Y ella no tenía nada.
Y la daba celos porque ella lo deseaba a su lado más que a nada en el mundo. ¿Acaso no fue ella quien fue a él cuando este la llamó?¿No fue ella la que lo ayudó cuando tuvo un problema?¿No fue ella la que lo ayudó a salir del colegio?¿Acaso no es ella la que fue su novia y la que lloraba cuando este se iba? Pero no, él se tuvo que enamorara de ese engendro, de ese estorbo, de ese idiota que es el que se atreve a tomarlo de la cintura y presentarse a lado de él como único dueño de su amor.
Y ella lo odiaba.
Y él le sonreía.
Le sonreía con burla porque sabe que a ella le duele que la persona que más ama esté con él y ella quedó relegada al olvido y al mundo de los recuerdos lejanos de aquel chico de ojos verdes.
Porque Harry Potter ama a Draco Malfoy.
Y Ginny, mirándolos, nunca más volverá.
Fin.
Esta historia se me ocurrió al ver llorar una de mis amigas... tenía una frase rondando y salió esto. Espero que os haya gustado .
Dedicado a Sharon que fue mi inspiración.
Hasta la próxima.
Letty.
