Amistad [Original of Guilty of Loving You]
Copyright: Kazuki Takahashi
Fanfiction
Yu-Gi-Oh! No me pertenece
[Miren, les quiero dar una pequeña advertencia haha… pues no es nada de eso de cómo se llama? (es eso donde dos personajes hombres tienen atracción X] perdonen mi ignorancia) ni tampoco es sexo explicito; si acaso una que otra platica de eso para pues ambientizar y dar un poco de comedia]
Una tenue luz entraba de la ventana del cuarto de aquel joven; un chico que a su corta edad había vivido una de las más grandes y fantásticas aventuras de toda la vida. Desde la loca idea de tener un alma dentro de aquel objeto extravagante, pasando por las preocupantes batallas en el reino de las sombras y el despertar de los dioses egipcios hasta la inaudita presencia de la ciudad de la Atlántida… mucho se podría contar de la vida de ese joven Yugi Muto, claro, sin dejar a un lado a sus muy queridos y numerosos amigos; pero ahora que se presenta la batalla final, tiene miedo y a la vez tristeza por lo que podría pasar.
Callado, hundido en sus pensamientos y sentimientos se encontraba, recostado, inerte. Lentamente parpadeo y levanto solo su pecho para mirar alrededor, posar por unos segundo el rompecabezas del milenio y luego caer bruscamente a al cama; frustrado y atormentado eran con exactitud las emociones que experimentaba pero enseguida una gran angustia se apodero del cuerpo del joven que el hizo casi imposible respirar.
Se levantó de mala gana y camino unos pasos para tratar de sentirse un poco mejor pero en lugar de eso, una figura casi transparente, solo apenas visible para el joven Yugi se poso enfrente de él aumentando la sensación de desmayo.
-Todo lo que pasamos juntos, ¿Lo recuerdas, Atem?- pregunta el chico de ojos violeta. -¿La primera pelea que tuvimos con Pegasus?- intenta el joven tratando se disimular su verdadero estado.
-¿Cómo olvidarla? Fue un momento lleno de tensión para todos… aun no olvido ese momento en el que colapsaste, me llene de rabia.- contesta emotivamente pero al final de sus palabras Yugi nota algo de tristeza.
-¿Qué sucede, Atem?- interroga el menor de los jóvenes con cierta dificultad –Tu mirada está perdida.- llamo la atención de su compañero pero este no le prestaba atención.-¿Yami?- llamo nuevamente al joven sintiendo como el aire le faltaba. Sabia que hace poco había conocido a tal como Atem pero quedo acostumbrado a llamarlo Faraón o simplemente Yami como le reveló cuando la batalla final contra Pegasus cuando el reino de los duelos había terminado. –Estas muy pensativo más de lo normal- revelo el menor
-No te preocupes- respondió Atem –es solo, que… necesito tiempo para asimilar todo lo que está pasando- confiesa con un tono melancólico y un leve sonrojo. Alzó un poco la vista y miró los ojos angustiados y temblorosos el pequeño.
-¿Quién diría que el gran faraón Atem se pondría sentimental antes de su ultimo duelo? Pensé que el niño aquí era yo.- dijo sentándose en el suelo y recuperando el aliento.
-¿Niño? Claro, la gran inocencia que guarda tu espíritu hace que seas así pero aun siendo un niño, has demostrado coraje.- admite más relajado al ver a su compañero más tranquilo.
-Sólo un poco; siempre has sido tú quien juega y gana los duelos- recuerda Yugi.
-Pero tú me has detenido cuando hago algo mal… me has enseñado a ser menos orgulloso.
-Y tú me has enseñado a tener mas confianza en mi, ahora se bien que puedo hacer lo que me proponga.- expresa con confianza y sintiendo como aquella presión que ejercía sobre su pecho se aleja.
-Si, pero aun así; seguirás aprendiendo cosas nuevas y algún serás más fuerte que yo… y me da mucha tristeza saber que no este aquí para cuando eso pase.
-Wow… nunca había tenido el gusto de conocer tu parte sensible; siempre habías sido fuerte, incluso en momentos así tenias algo para decir.
-Tengo algo que decir… pero no se cómo decirlo- revela con pena –es algo de lo que jamás pensé, llegaría a suceder.
-No me espantes- pide el joven Yugi –No me salgas con que estás enamorado de Tea.- al concluir esa oración Atem salto sorprendido y se rasco nerviosamente la cabeza.
-No… no se trata de que me guste Tea, pero sí es algo relacionado a ella- revela finalmente.
-¿Relacionado? ¿Qué es lo que tratas de decirme?- pregunta con curiosidad –No me agrada nada el semblante nervioso que tienes.- señala con una risita burlona al final.
-Pues… yo sé que te gusta, pero ella… ella
-¿A ella le gustas?- pregunta sin mucha importancia –Desde que apareciste ante ella me dí cuenta, no hace falta ser un espíritu de 3000 años de antigüedad para darse cuenta.- indica viendo con gracia la cara de Yami.
-¿No te molesta?- pregunta incrédulo. –Por las noches la llamabas, como si la quisieras contigo o algo similar.
-No te confundas- pidió el chico –Después de todo, tú siempre has sido llamativo para ella; posiblemente por salvarle la vida aquella ocasión- concluye pensativo.
-¿Si?, pero sin tu cuerpo no hubiera podido hacer algo- aclaro –Sé que si te lo propones podrás enamorarla aun más de lo que yo sin querer lo hice.
-Si lo llegara a hacer, sólo le llegaría a gustar por ser el chico que se parece mucho al faraón… sólo que más bajo y con la mirada de niño.
-vamos- dice Atem tratando de poner una mano sobre el hombro de Yugi pero sin resultados –Eres muy apuesto, seguro llegarás a encontrar a alguien que te haga sentir lo que Tea te hace sentir- consuela el mayor al ver cierta tristeza en los ojos violeta de su compañero –Estoy casi seguro que halo bueno se aproxima a tu vida…
-¿De que hablas?
-¿Nunca te has puesto a pensar que tú y Rebeca hacen buena pareja?
-¿Estas loco? Es menor que yo y casi está de mi estatura, para cuando tenga 16 seguro estará tan alta como Tea.
-No la puedes sacar de tu mente…
-Ya lo había logrado pero tuviste que sacar el tema- contesta con cierta rabia –Pero eso no me importa, tengo que superar todo esto… lo que si me preocupa es lo que se aproxima
-No siento esto muy justo pero sé que el destino hizo que mi alma regresará para ayudar a la humanidad a luchar contra lo oscuro y me agrado bastante conocer a tan buenas personas y excelentes amigos en el proceso… pero más gusto me da habernos conocido pues, aun que nos separemos; siempre tendrás algo de mi en tu interior y yo algo de ti en mi interior.
-Marcaste la vida de cada persona que conocimos y ahora simplemente te vas… un poco inconsciente de tu parte ¿No lo crees?- pregunta en cierto tono incrédulo –Me duele pues creo que el destino nos unió por algo y ese algo está a punto de acabar pero… el destino nunca me dio tiempo de pasarla bien con mi mejor amigo.
-¿A que te refieres?- pregunta
-Me hubiera gustado… por lo menor unas cuantas horas para pasarla juntos, como si fueses real; de carne y hueso.
-Te entiendo, siempre que salíamos con nuestros amigos uno de los dos tenia que estar encerrado por así decirlo, nunca pudimos pasarla juntos.
-Cuando arme el rompecabezas del milenio pedí mi deseo, tener amigos; nunca pensé que al completarlos liberaría el alma de mi mejor amigo… ahora ha llegado el momento de que te vallas y eso no es fácil para mí- se sincera el joven Yugi.
Un silencio incomodo se apodera de la pequeña habitación, los dos ahora solo desviaban sus miradas a distintas direcciones sin intentar voltear para no verse a los ojos. Yugi sintió como una rebelde pero discreta lagrima recorría su mejilla izquierda, oculta por la oscuridad; "¿Qué es lo que me pasa?" se pregunto Yugi "Debo de estar contento por la simple idea de que el Faraón ahora descansará" pero nuevamente una lagrima recorría velozmente la misma mejilla pero esta vez Atem se percato del sufrimiento que ambos compartían. Atem trato de tocarlo pero fue detenido por aquella voz en su cabeza que le convenció de que nada serviría intentar tocarlo pues él era en ese momento solo un espíritu, la sombra de lo que nunca más volvería a ser… humano.
-pienso lo mismo- dice Atem con la mirada abajo –no sé lo que me pasa y si, estoy asustado.- Aquellas ultimas palabras impactaron fuertemente al chico.
-Lamento que todo esto esté pasando, si tan sólo mi deseo hubiera sido otro no estuviéramos pasado por esto… si tan sólo hubiera pedido ser más fuerte- Yugi empezó a lamentarse pero fue bruscamente callado por un dedo de Yami que dejó a Yugi aun más asombrado.-¿Me tocaste?
-Lo sé- logra articular mirando incrédulo -¿Cómo?- pregunta
-Intenta nuevamente hacerlo- pide Yugi y este obedece en un acto de revolver el cabello del más chico -¿Cómo lo haces?
-Creo que cuando ambos lo deseamos… lo pude lograr-contesta Atem -¿Me veo diferente?- pregunta dándose una vuelta lentamente a lo que Yugi niega con la cabeza.
-Un poco más real- contesta mirando fijamente -¿No es irónico?- cuestiona el menor. –Ahora que estamos a un día del duelo final logras materializarte… de cierta manera.
Atem se mira al espejo y se toca la cara, enseguida se da otra vuelta sin perderse de vista y deja salir una leve risa que deja atónito a Yugi.
-Valla que hoy a sido un día raro- comenta Yugi que desde la cama observa cada movimiento del mayor.
-Somos idénticos- argumenta Atem. –Mismo Cabello, ojos, rostro y todo…
-Yo soy más pequeño- dice Yugi –Apenas mido 156cm
-Ya crecerás- trata de convencer al menor sin apartar la vista del espejo –no mido más de 170cm
-pero ya es más que yo- dice apenado –la estatura ayuda mucho, no creo que cada vez que Tea te quiera besar se tiene que poner casi de rodillas para hacerlo ¿verdad?
-No discutamos los problemas amorosos de los dos, mejor dime, ¿Qué puedo hacer ahora que ya puedo tocar las cosas?- pregunta con emoción.
-jugar cartas ya no es una opción- dice Yugi pensativamente -¿Por qué no, nos divertimos haciendo lo que nunca pasó por nuestras mentes?
-Me da miedo solo de pensar lo que pasa por tu mente… y es difícil, nunca había visto una mirada así de perversa en tu rostro.
-Jamás olvidarás lo que hicimos junto un día antes de irte- expresa Yugi con una sombra lujuriosa en sus ojos -¿Nunca te has preguntado como es una chica sin ropa?- pregunta Yugi con un sonrojo en sus mejillas.
-La verdad no- responde Yami –Normalmente todas las jóvenes del reino tenían que ir al palacio a rendirme tributo cuando cumplieran 16 años y pues el tributo era posarme desnudas- confiesa apenado –Y ahora que lo recuerdo, esa chica Mana…- Atem mira al techo mientras sus mejillas se enrojecen más -¿No te parece curioso que se parezca tanto a la maga oscura?
-Esa mirada no me hace pensar nada bueno- responde Yugi
-¿Qué querías?- explota nerviosamente el faraón – A nuestra edad solo queríamos experimentar y pues como siempre fuimos amigos, ella empezó, lo juro
-Atem- cae rendido el pequeño en la cama – Y…. ¿Cómo era?- pregunta Yugi con temor.
-Mmm… sus pezones eran rosas y pues eso estaba pues… bonita- ante tan simple pero extraña explicación ambos se pusieron rojos de la apena –Y pasando a otro tema… jeje; ¿Qué es lo más extraño que te ha pasado en relación a este temita?- pregunta Atem
-Pues aun no me acostumbro a eso que me pasa cuando me despierto- responde Yugi –Es molesto pero… pero…
-Te gusta- completa Atem –Pasé por lo mismo hasta que bueno… pasó eso con Mana; ese día fue extraño y a la vez tan placentero.
-¿Me lo puedes contar?- pregunta Yugi con pena
-Tengo una mejor idea- dice Atem –Te lo mostrare con el collar del milenio- revela el mayor mientras ve como los ojos amatista el pequeño Yugi se abren de la impresión
-¡No quiero verte teniendo sexo!- grita eufórico del muchachito
-No tuve sexo con Mana, hicimos el amor- corrige Atem –Es distinto… pero ya que no quieres verlo con tus propios ojos yo te lo cotare… si no mal recuerdo…
-Flashback-
-¿Y cómo has estado faraón?
-Más respeto, Mana, estas ante el faraón
-¿Desde cuando tanto respeto?- pregunta extrañada la chica –De un tiempo a al fecha no hemos estado llevando más relajados o no recuerdas…?
-Shh… eso no cuenta; me estaba bañando y entraste así de la nada. Además, aquella ocasión nos interrumpió Seto.
-Tiene razón, ¿No se quedo con ganas faraón? … porque yo si
-Mmm… digamos que si.
-Nos quedamos en… esta parte ¿verdad?
-Fin del Flashback-
-¡Basta!- interrumpió el chico –Es suficiente, ya se lo que pasó después…
-¿Qué tienes pequeño? Tu mirada refleja tristeza- comenta el mayor
-Pues, la verdad no considero justo que tu ya hayas tenido tu primer encuentro sexual y yo tengo todavía que conformarme con solo imaginarme las cosas- responde Yugi
-Pues si lo pones así… no hay nada de injusticia, solo recapacita la edad que tengo; cuando subí al puesto del faraón tenia unos 17 o 18 años. Todo pasa a su tiempo y no tienen porque apresurar las cosas ya que si estas destinado a que pase tiene que pasar, solo ponte en mi lugar; esperé muchos años hasta que alguien armo el rompecabezas y fuiste tú.
-¿Estas seguro que también tendré esa primera experiencia?- pregunta Yugi con miedo.
-Claro, pero tienes que poner mucho de tu parte para que sea lo que esperabas. La primera vez que lo hicimos Mana y yo estábamos muy nerviosos; nos dolió mucho pero después de unos minutos comenzó a gustarnos y aunque no duramos mucho porque Seto llego, cuando llego nuestra segunda oportunidad ya sabíamos un poco más y pues aunque mis movimientos eran muy torpes… ambos quedamos satisfechos.- finaliza el faraón con un gran sonrojo por recordar aquella situación.
-¿Crees que algún día encuentre a ese alguien que me haga sentir bien cuando estoy con ella?
-Los papeles cambian, ahora tu eres el que esta triste y reflexionando mientras yo te estoy tratando de animar. ¿No crees que es un mal momento para ponerte a pensar en eso?
-Tienes razón- responde el pequeño –Tenemos poco tiempo antes de que te vallas y debemos de aprovecharlo.
-¿Quieres ir al cuarto de Tea?- pregunta repentinamente el faraón
-¿Pa-para qué?- tartamudea al preguntar; Atem solo lo mira con cierta mirada picara y atrevida
-¿En serio quieres que te conteste?
Bueno, espero que les agrade porque es apenas el primer capitulo de esta historia que planeo sea de almenos unos 3 jeje... lamente toda la tardanza pero justamente hoy trate de ingresar a mi cuenta desde mi lap pero no me deja asi que pedi prestada la de mi hermano por un brebe tiempo jaja
