Disclaimer's incluidos.

¡Hola a todos! Bueno, es emocionante como ya pudieron leer esta historia participa en el reto "Amortentia al azar" del foro "La Sala de los Menesteres". Mi primer concurso dentro del fandom de Harry Potter

Este fanfic está disponible tanto en fanfiction, es prohibida su publicación en cualquier otro foro y/o páginas sin el permiso de la autora.


-Fragancias Naturales-

Capítulo 1. Caramelos de regaliz

"Sólo se ve bien con el corazón; lo esencial es invisible para los ojos."—Antoine de Saint-Exupery

.

.

.

Sonrió de oreja a oreja, al llegar a la puerta. Observando los escaparates llenos de dulces, miró a ambos lados antes de entrar por completo a Honeydukes, hacía mucho estaba esperando las visitas ocasionales que hacían a Hogsmeade para poder ir a la tienda, al ser víctima de unos antojos que tenían involucrados, unos caramelos de regaliz. A tal punto, que parecía oler solo eso desde hace unos días.

Caminó entre los escaparates, percibiendo las fregancias dulces que desprendía cada rincón de la tienda. Un pequeño paraíso, para los niños y amantes de los caramelos. Aunque ella también se podía incluir ahí, pero se debía mantener como un secreto ¿Quién creería que Hermione Granger, amaba las cosas que destruían sus dientes? Cuando sus padres, eran dentistas.

Llegando hasta la parte más alejada de la puerta, abrió la boca un par de veces sin poder creer, que Draco Malfoy estaba ahí, solo, mirando a ambos lados antes de estirar su brazo y tomar un paquete. Haciéndola sonreír.

—Malfoy—saludó caminando junto al mencionando quién le miraba con un poco de asombro, cambiando inmediatamente la expresión, escondiendo la bolsa detrás de él.

— ¿Qué haces aquí, Granger?

—Lo mismo que tú—.Contestó sin poder borrar la sonrisa en el rostro, así que a Malfoy también le gustaban esos dulces. Raramente, encontraba a alguien con gustos similares. Y sinceramente, le sorprendía de sobre manera que el rubio fuera uno de esas personas.

—No te importa, mejor me voy. El aire comenzó a volverse desagradable—esquivó la pregunta, alejándose de ella, no sin antes dejar en uno de barriles la bolsa de caramelos que había tomado. Ensanchando más su sonrisa, estiró su brazo para tomar dos paquetes de regaliz y pagarlos. Ignorando el comentario anterior, ya que sabía, era la reacción que tenía por haber descubierto su pequeño secreto.

Agradeció a la mujer y salió de la tienda, buscando con la mirada una cabellera rubia. Justo a unas tiendas de ella, estaba parada mirando el enorme escaparate, viendo de reojo si ya había salido para volver a ingresar. Sin olvidar lo sucedido, llegó a su lado llamándole.

Draco.

—Granger, ¿quién te ha dado permiso para decir mi nombre de pila? Además a qué vienes…

Interrumpió al joven Malfoy, depositando una de las dos bolsas de caramelos de regaliz en sus manos. Regalándole una sonrisa de complicidad, vio como la observaba confuso por la acción. Había dejado a Draco Malfoy sin palabras. Giró para marcharse, sin siquiera esperar una respuesta por parte de él, después de todo; ya iba siendo hora de volver a Hogwarts.


.

Bueno, gracias por leer.

Espero les haya gustado este la primera parte del three-shot. La verdad no sabía que escribir por el olor, que corresponde a regaliz, espero haya acertado de alguna manera.

Cuídense