Saludos Queridos Lectores Espero Que Esta Historia Les Guste Al Igual A Como Yo Disfruto Mucho Hacerla Para Ustedes
~Tiempo trascurrido/Lugar
-Pensamiento-
-Dialogo-
Y lo que resta lo demás.
Disfruten Del Finc
Escuela primaria
Un grupo de niños pequeños saltaban y gritaban mientras alzaban la mano.
-Haber niños, por favor tranquilos, todos tendrán su oportunidad.- Dijo una señorita de cabello café en una cebolla mientras les dedicaba una cálida sonrisa.
-Haber Tomoya, ¿Dinos que te gustaría ser de grande?-
-Yo quiero ser como mi papá un gran empresario.- Dijo orgulloso el niño.
-Yo seré igual que mi mamá una gran maquillista para maquillar a los mas famosos.- Dijo una niña.
–¿Quien más quiere decirme que será de grande?- Todos comenzaron a gritar mientras alzaban la mano.
-¡Yo!- Gritaba una pequeña niña de cabellos rubios. –¡Yo maestra!- Alzaba todo lo que podía su pequeña manita.
-Hehe haber Lucy ¿Qué quieres ser cuando crezcas?- La nombrada dio un paso al frente con alegría mientras todos la voltearon a ver.
-¡Yo quiero ser igual que mi mami!- Exclamo con un gran brillo en sus ojos.
-¿Y de que trabaja tu mami?- Le pregunto un compañero.
-¡Una Gran Maga De Espíritus Estelares!- Grito con alegría formando con sus pequeñas manitas puños.
Todos los niños se miraron entre sí para luego reír a carcajadas. La pequeña Lucy miraba como todos se reían de ella para después agachar la cabeza, pequeñas lagrimas comenzaron a salir de sus ojos color chocolate.
La maestra aplaudió dos veces. –¡Haber todos!- Llamo la atención de todos. –¿Que les dije antes?- Alzo el dedo índice.
-Que sin importar que, respetaríamos los sueños de los demás.- Mencionaron todos a la vez.
-¿Entonces?- Se acercó a la pequeña rubia con varias lágrimas en sus ojitos. –¿No creen que tiene algo importante que decirle a la pequeña Lucy-chan?- Los miro a todos con seriedad. Un niño en medio de todos levanto la mano. –Sí, Roy.-
-Yo tengo al que decir.- Se paró justo al frente de la pequeña Lucy quien lo miraba con miedo. –Tu sueño… eso que tanto deseas ser de grande… ¡Es Pura Basura!- La apunto con el dedo índice acusadoramente mientras empezaba a reír.
-¡Roy!- Alzo la vos la maestra enojada. –Discúlpate ahora mismo.-
-Pero maestra Hikari no es mi culpa que su sueño se una basura.-
-Espera Roy no lo digas.- Le advirtió la maestra sabiendo lo que diría.
-Por algo ahora mismo tu mamá se encuentra donde se encuentra ahora.- La pequeña abrió los ojos de sorpresa. –¡Completamente muerta!-
-¡Roy! Ahora si tienes citatorio con tus padres.- Pero era demasiado tarde la pequeña Lucy salió corriendo del salón sin antes escuchar todos los murmullos que se hacían sus "compañeros".
La maestra fue detrás de la escuela buscando a su alumna rubia. –Lucy.- La llamo. Como respuesta escucho unos sollozos. –¿Lucy?- Se acercó a un árbol viejo. –Lucy cariño.- Se asomó detrás de este. –Vamos Lucy no le hagas caso sabes que solo lo hace por molestar.- Se arrodillo frente a la pequeña bolita rubia para estar más a su altura. Frente a ella se encontraba la pequeña Lucy sentada con sus bracitos abrazando sus piernas y la cabeza en sus rodillas. –Levanta la cabeza.- Le dio un pequeño cariñito en la cabellera rubia.
La pequeña la miro con los ojos rojos y con lágrimas mientras los moquitos se le salían. –Maestra Hikari.-
-Tranquila.- Limpio sus lágrimas.
-Pero ellos dicen la verdad…- Murmuro bajo. –Mi sueños de se una maga estelar ¡Es solo basura!-
-No pequeña, no lo es, es más…- Agarro su rostro con sus dos manos. –Es el sueño más hermoso que allá escuchado.- Miro su cintura donde tenía un pequeño estuche. –¿Son las llaves de tu madre verdad?- Lucy miro su estuche, lo tomo y lo abrió dejando ver 3 llaves doradas y 1 de plata.
-Cuando mama murió papa tiro las llaves a la basura, por suerte las recogí pero…- Agacho su cabecita dejando ver nuevas lagrimas amenazando por salir.
-Tu papá te vio que las tenías y te golpeo.- La pequeña solo asintió. La maestra sin saber si debería de seguir hablando o solo quedarse callada y observar. La pequeña decidió romper el pequeño silencio.
-Maestra… es cierto que la magia solo trae desgracia y sufrimiento…- Trago duro por lo siguiente que diría. –Y que también ¿La magia te roba a tus seres más querido?- La maestra no savia que decir ante aquella pregunta tan inesperada. Se mordí el labio inferior.
-Lucy…- La tomo del hombro. –La magia es lo más bello y hermoso de este mundo.- Le dedico la sonrisa más hermosa y calidad que allá visto antes la pequeña, esa sonrisa le recordaba tanto a su mamá, si se fijaba bien la maestra Hikari se parecía mucho a su madre solo que con el cabello café oscuro.
Lucy sonrió de oreja a oreja. –¡Sip!- Asintió con alegría.
-Bien, vamos que las clases todavía no terminan.- Se levantó dándole la mano. –Vamos Luce.- Ese es el apodo con el que antes la llego a llamar su mamá que tanto amo, pero ahora mismo, tenía a alguien más que también quería, ese apodo solo podía ser mencionado por aquellos que tanto apreciaba desde lo más profundo de su corazón. Gustosa tomo su mano con un fuerte apretón y se dirigieron al salón. –Por cierto Lucy.- La pequeña la miro. –Me contaron por ay qué haces unas estupendas galletas, ¿Crees que un día de estos me arias unas para mí?- Se séllalo a si misma con una gran sonrisa.
La pequeña recordó cuando le hacía galleta a su mamá de dos sabores: de chocolate y de fresas. Desde que su madre murió no volvió a preparas más galletas ya que cuando lo hacía para su padre este sin mirarla las rechazaba con un manotazo diciéndole siempre lo mismo "estoy muy ocupado".
Días después
Lucy caminaba por los pasillos de su escuela con una pequeña bolsa en sus manos de color blanca con un listón rosado. –Espero que le gusten- Pensó. Por estar tan enfocada en sus pensamientos no miraba donde caminaba chocando con algo o alguien. –Lo siento mucho.- Miro para arriba topándose con alguien en particular. –R-Roy.- Su voz tembo al pronunciar ese nombre.
-Hola Lucy, ¿Que llevas ahí?- Miro la pequeña bolsa en sus manitas.
Lucy abrió los ojos dándose cuenta de lo que planeaba. –¡No! Son para la maestra Hikari.- Retrocedió topándose con los amigos de Roy.
-No te vayas a mover.- La pequeña intento escapar pero no lo logro, los otros dos la sujetaron por atrás. –Te are pagar por lo que me hiciste, por tu culpa llamaron a mis papas y se enojaron mucho conmigo, ahora… tú pagaras por ello.-
-N…- Le taparon la boca y la metieron a una habitación.
Salón de maestros
La maestra Hikari sintió un estirón en su manga. Dejo lo que estaba haciendo para mirar quien la llamaba. –¡Lucy!- Grito horrorizada al ver que la pequeña tenía todo el cabello desordenado, no tenía el listón que antes tenía para su colita de caballo que siempre se colocaba a un lado, su ropa estaba sucia y desordenada, tenía moretones y le hacía falta un diente en su pequeña sonrisa y no nos olvidemos de su moretón debajo del ojo derecho. –¿Que te paso?- Se agacho a su altura. La pequeña le extendió una bolsa blanca con un listón rosado, en perfectas condiciones. –¿Qué es esto?- Las abrió y miro adentro, todas la galletitas estaba hechas añicos.
-Lo siento.- Hikari miro a Lucy quien agacho la cabeza apenada y con unas lágrimas amenazando por salir.
-Delicioso.- Lucy levanto la cabeza sorprendida al ver como se comía las galletas echas migajitas. –Esta riquísimas Luce- Sonrió de oreja a oreja. Lucy sonrió con mucha felicidad y entre las dos se comenzaron a comer las galletas o lo que quedaba de ellas.
-No conseguiré nada preguntándole, pero aun así ya tengo una idea de quien fue.- Pensó la Maestra Hikari.
Dos años después
Lucy quien se encontraba parada frente a su escuela en una pequeña banca esperando a su padre quien no llegaba, miro como todos sus compañeros corrían con alegría a abrazar a sus papis… y a sus mamis quienes los recibían con un gran abrazo cálido para un día tan frio como ese.
-Fuuu~- Sopló a sus manitas que se encontraban frías. –Fuuu~- Miro sus manitas, sus guantes amarillos ya estaban muy dañados y viejos. –Mami.- Murmuro.
-Lucy.- La pequeña volteo. –¿Qué haces aquí?- Miro su reloj de mano. –Ya son las 3, ¿Que haces todavía aquí? ¿Por qué no has regresado a casa?-
-Yo también le pregunto lo mismo, ¿Que hace aquí todavía?-
-Yo tuve un junta jovencita- Puso su manos en su cintura. –Espera, yo fui quien pregunto primero, ¿Tu papa todavía no llega?- La señalo levantando un ceja.
-No.- Miro el piso.
-Vamos.- Le tendí la mano. –Te llevare a casa.-
-Pero se desviara de su camino además usted va caminando.-
-Lo se.- Lucy tomo su mano sintiendo su calidez.
Mientras caminaban la maestra se detuvo justo en una tienda de una abuelita. –Estos por favor.-
-Aquí tiene.- La abuelita le dio una bolsa.
-Gracias.- Le pago lo que se debía.
-¿Que compro maestra?- Pregunto Lucy.
-Dime Hikari, fuera de la escuela yo no soy tu maestra.- Le sonrió. –Y lo sabrás cuando lleguemos.-
Ya a punto de llegar. –Achu.- Estornudo Hikari. –Burr que frio está haciendo estos días ¿No crees Lucy?-
-¿Que?... si.-
La miro de reojo para después mirar la gran mansión. –Espero que nieve.-
-¿Pero no aria más frio?-
-si, pero… a mí me gusta mucho la nieve.- Miro el cielo con una sonrisa que mostraba algo de tristeza. –Bien, hemos llegado.- La soltó de la mano. –Lucy sé que esos guantes los llevas puestos por que fueron los que te tejió tu mama una vez pero.- Saco unos guantes nuevos celestes con una estrella bordada de la orillita blanca y unos destellos pequeños. –Pero ya están viejo y desgastados… quiero que tomes estos si.- La pequeña dudo en sí debería de aceptarlos.
-Eso significa que… tengo que… tengo que tirar los que mi mamá me dio.- Dudosa agarro los guantes y los metió a la bolsa. –Gracias.-
Hikari sonrió de lado. –No tienes por qué ponértelos ahora mismo.- Le dio un beso en la frente como despedida. –Bye bye.-
Días después
-Me llevo ese.- Lucy señalo a la rebanada de pastel de fresas con chocolate.
-Aquí tienes.- Le dio la vendedora una bolsita con el pedazo adentro.
-Gracias Señorita.- La señora se quedó maravillada por lo dulce que era, en especial por haberla llamado señorita en vez de señora. Cuando estaba a punto de salir.
-¡Lucy!- Se sorprendió Hikari. –¿Compraste un pastel?-
-Sí, de fresas con chocolate mi favorito, con su permiso me tengo que ir.- Y se fue lo más rápido que podía.
-No está usando los guantes que le regale.- Sonrió con triste.
Lucy lloraba a mares mientras veía por un orificio del armario de donde se encontraba a su maestra caer. –No.- Como si todo el tiempo a su alrededor se hubiera detenido miraba con algo de sangre salpicaba lentamente. –¡No!- Giro completamente para mirar por la puerta media abierta a la pobre chiquilla observar todo. –Maestra.- Logro ver como sus labios se movían formulando unas palabras. –¡NOOOO!- Cayó completamente mientras un charco de sangre la empezaba a rodear.
-¡Maldición¡ ¡La Policía Llego¡ ¡HUYAN!- El asesino de su maestra corrió junto a otro dos desconocidos. Se escuchaba como por afuera los policías atrapaban a uno y perseguían a los otros dos.
-Maestra.- Salió a tropezones del armario. –Maestra Hikari, Resista, Por Favor, Ya Viene A Ayudarla.- Pero por más que meneara su cuerpo esta no respondía. –Maestra.- Comenzó a sollozar.
-No llores.- Tosió algo de sangre. Lucy se sorprendió y grito de felicidad. –Lucy.- Con dificultad le dio una pequeña llave de plata con un símbolo raro.
-Nikora… El Canis Menor.- La tomo. –No tenías.-
-No digas eso… que esa llave te la dio tu madre ¿Verdad?- Lucy comenzó a gritar por el llanto. –Lucy.- La miro. –Sigue tu sueño.- Abrió los ojos. –La magia no es mala, ni trae desgracia… es… lo más…-
-Hermoso.- Termino la frase mientras veía como sus ojos perdían el color. El agarre de su mano se hizo débil y esta provoco que cayera al charco de sangre. –Maestra Hikari.- Agacho la cabeza. –La quiero mucho.- Gente de la policía llego llevándosela y cubriendo el cuerpo de su maestra con una manta blanca.
-CÓMO ES QUE TE METISTE EN ESE TIPO DE PROBLEMAS.- Lucy recibió una muy fuerte bofetada de parte de su padre.
-¡Pero no fue mi culpa!- Le grito con un mar de lágrimas. –Si esos niños de mi salón no se hubieran robado la llave que me regalo mama.- Se tapó la boca.
-¿Llave?... ¿Cuál llave?- Su enojo iba creciendo. –¡Lucy Heartfilia¡, más vale que no estés pensando en seguir los pasos de tu madre- ¿Advertido? No, más bien amenazo.
Con miedo levanto el rostro. –Si.- Y como se lo esperaba otra cachetada pero mucho más fuerte provocando que perdiera el equilibro. Tomo sus llaves con brusquedad y se las llevo.
-¡No! ¡No Puede Hacerme Eso! ¡Todo Menos Eso!- Fue tras de él para recuperar sus llaves pero Jude Heartfilia se detuvo de repente chocando con él de paso.
-Tu.- Lucy sintió un impotente miedo en ese momento.
-¡No!- Gritaba mientras era llevada a la fuerza por su mismo padre al sótano. Mucho sirvientes intentaron detenerlo pero no funciono solo provoco más enojo en él y una amenaza de despedir a todo aquel que lo interrumpiera.
-Te quedaras ahí hasta que hallas aprendido tu lección.- La señalo con el dedo índice para después cerrar las puertas, la única salida de ese lugar.
-¡No!- Grito corriendo pero choco con las puertas cayendo de sentón. Escucho como le ponía llave a la puerta. Miro el pequeño sótano lleno de polvo y telaraña y con la única iluminación de un foco que pareciera que se fundiría en cualquier momento. Pero eso no era necesario ya que Jude desde arriba le apago el foco. Asustada e intento contener el llanto, se abrazó a sí misma.
Palabras nacen
Palabras desaparecen
Las palabras viven dentro de ti
En el momento se detienen,
Y se transforman en coraje
Ahora, sal
Te volverás más fuerte de lo que eres
Ya no dudes
Cree en esas palabras de aquel entonces
uuu~
uuu~
uuuuu…
Termino de cantar y empezó a llorar. –Mamá… Maestra Hikari… Papá.- Dicho al último se mordió su labio con fuerzas.
La televisión fue prendida dejando ver a una señora joven junto a un anciano pequeño quien no paraba de sonreír.
Una chica caminaba animadamente por un pasillo.
-Díganos Director Makarov: ¿Por qué cree que su escuela es la mejor recomendada?- Pregunto la señora animadamente mientras le acerca el micrófono para que pueda hablar.
-Porque nuestra escuela guia por un buen camino a todos los jóvenes, aquellos que nacieron con un don diferente a los demás, nosotros nos encargamos de entrenarlo y controlar ese poder.- Sonrió ampliamente.
-¿Diferente a los demás? ¿Quiénes son esas personas con un don diferente a los demás?- Cuestionó.
-Y aquellos que nacieron con un poder diferente a los demás…- Dio una pequeña sonrisa.
Una chica se detuvo frente a una puerta sonriendo animadamente. –Bien mocosos hoy tenemos una nueva alumna.- Se escuchó al otro lado de la puerta. –Pasa por favor.- La chica abrió la puerta y entro, se paró frente a todos.
-Mucho gusto, me llamo Lucy…- Hiso una reverencia. La chica se enderezó con una gran sonrisa.
-Aquellos mejor conocidos como Magos.- Sonrió mientras dejaba ver una enorme escuela. Las rejas de esta tenían dos hadas a los lados mientras que en medio de esta tenía el nombre de la escuela.
-Y soy una Maga Estelar.-
-Bueno ay tienen la mejor escuela para que sus hijos se escriban la fantástica escuela…-
-¡Fairy Tail!- Grito el pequeño anciano interrumpiendo a la conductora.
-Hahaha.- Rio nerviosamente. –Soy su conductora favorita Melisa y esta fue una entrevista con el señor…-
-Makarov para ustedes.- Volvió a interrumpir.
-Si hehe.- Una pequeña vena resalto en su frente demostrando lo molesta que estaba por haberla interrumpido dos veces.
Fin :D
Acepto recomendaciones y si les gusto la historia avísenme para que así me den más ánimos para continuarlo, perdón si se ve que hago sufrir a Lucy mucho pero así es como me viene la inspiración y se tiene que aprovechar no?...
No olviden en ponerle en favoritos y GRACIAS
