Hola, Hola~
Ahora vengo con una historia nueva!
Disfruten!
:3
Capítulo 1. Un día tranquilo.
Revestíos de toda la armadura de Dios, para poder contrarrestar las asechanzas del diablo, pues [...] nuestra pelea es contra los espíritus malignos. Efes 6, 11 - 12.
Hoy parecía prometer un buen día. Un día normal, que me dejara disfrutar de mi trabajo de día. Me permití concentrarme en la música clásica que sonaba con tranquilidad y libertad en la oficina del museo de arqueología de Magnolia. Aunque ser una arqueóloga solo era un trabajo pasajero, le dedicaba mucho de mi esfuerzo y me ayudaba más de lo que parece en mi trabajo principal.
Ahora mismo me encontraba inspeccionando un libro que me ha estado interesando bastante. Comprendía perfectamente el idioma que los humanos daban por perdido, aquellos jeroglíficos me era tan fácil de entender como el mismo español.
Hablaba sobre la historia de un reino perdido que reinaba en los cielos en un castillo de cristal, la gente de aquel reino era similar a los humanos con solo un detalle, ellos tenían vida más larga y no enfermaban, no eran mortales. Contenían una gran sabiduría sobre el Universo mismo y había algo… algo que no explicaba pero que parecía muy importante, pero este libro era viejísimo y faltaban páginas. Me carcomía la curiosidad por saber que es aquello que tenían aquellas personas que los volvían tan poderosos. Pero no sé porque, siempre que podía y tenía tiempo, venía a este museo a investigar más sobre este curioso libro.
–Señorita. –llamó la voz de un hombre.
Me sobresalté alejando la mirada del libro para ver a un hombre alto y de cabello oscuro mirándome fijamente. El gran escritorio nos separaba pero aun así me sentía completamente incomoda.
Su mirada era seria, su postura era erguida, refinada y un poco soberbia. Su cabello negro azulado estaba bien peinado y vestía un traje oscuro que resaltaba claramente la piel un poco pálida. Era un hombre que desbordaba elegancia por todos los poros, su expresión seria lo volvía sumamente intimidante y su mirada penetrante te dejaba helado.
Había un brillo inusual en sus ojos azules oscuros, un pequeño aro brillante que cubría la pupila. Este tipo no era un humano.
Un humano no puede ser tan perfecto.
–Vampiro. –siseé levantándome lentamente.
–No es necesario que se alarme, Srta. –dijo con ese asentó extranjero y voz grave tan típica de un vampiro. –No vengo a lastimarla, ni mucho menos a beber de su sangre. –sonrió levemente por aquella idea. –Vengo por un asunto referente a ese libro.
Entrecerré los ojos en su dirección. Era estúpido que un vampiro saliera en pleno día a cazar humanos, así que, por su parte, tenía un punto a favor. Pero seguía siendo un depredador asqueroso y yo seguía siendo la presa, no voy a confiar tan fácilmente.
No era el primer vampiro al que me enfrentaba y criaturas como ellos son muy recientes hoy en día.
Alrededor del mundo a los niños se les dice que tienen que tener cuidado con los vampiros, brujas, monstruos y en peor de los casos demonios. Ahora los niños ya no podían salir cuando el sol comenzara a esconderse. Ni siquiera los adultos. Había un toque de queda muy estricto y había, incluso, refugios en ciertos puntos específicos para aquellas personas que no logran llegar a sus casa a tiempo.
Era un mundo difícil. Un trabajo donde personas como yo consiguen dinero por doquier. Aunque mi trabajo no es algo que muchos están deseosos de hacer.
Sip, un genuino cazador de fuerzas oscuras.
–¿Ah, no? Entonces, ¿Qué es lo que quieres de mí? –pregunté con suma curiosidad. –¿Qué es lo que quiere un vampiro de un cazador?
–Exactamente eso. –dijo relajando un poco su postura. –Tu ayuda.
Alcé una ceja, incrédula.
–¿Me tomas el pelo? –pregunté, confundida. –¿Necesitas mis servicios? –estaba tan sorprendida que casi me caigo para atrás de lo absurdo que era todo esto. –Un vampiro viene a mí a por mis servicios que son de cazar monstruos… –lo medité un corto momento y luego reí. –Cuando el mundo no podía estar más loco.
–Eres la mejor cazadora de la región. –dijo el vampiro ignorando mi diversión. –Y lo que necesito exterminar es algo que todo el mundo quiere ver fuera.
–¿Ah, sí?
–Demonios. –contestó con simpleza.
Tamborileé mis dedos en el escritorio frente a mí, mi mirada estaba en el libro cerrado, luego de regreso al vampiro.
–¿Quieres un exorcismo? –pregunté con un poco más de seriedad.
–No se trata de un solo demonio. –prosiguió el chico. –Se acerca una guerra. Demonios contra el mundo entero.
–Ajá. –contesté aguantando la risa. –Estas demente.
El vampiro suspiró con paciencia. De su refinado saco negro, sacó una carta de sobre negro con un sello rojo. Inmediatamente me puse seria cuando lo vi ofreciéndome aquella carta.
Una vez en mis manos podía sentir las grandes fuerzas malignas que expulsaba este pedazo de papel.
Era una carta del Infierno. El sello del purgatorio. Era imposible confundirlo, era original.
–Esa carta llegó al reino de los vampiros por un cuervo de dos cabezas. –dijo el vampiro.
Abrí el sobre y leí aquella carta.
-Primero fue el cielo, ahora será la tierra.-
Poco después de leída la carta se esfumo en fuego rojo. Era una clara amenaza. Miré al chico vampiro que seguía con la mirada seria y esa postura erguida. Me causaba cierto escalofrió.
–Bien, te escucho. –dije volviéndome a sentar.
Adiós día tranquilo.
Porque claro, siendo un cazador, era imposible tener un día tranquilo y sereno. Ahora mismo me dirigía hasta la base de cazadores acompañado por un vampiro.
Sip, un día tranquilo.
Nunca me vi a mí misma compartir un vehículo con una de las criaturas a las que más cazo. Un vampiro. Pero diablos, esté tipo era más antipático que nada. Cada intento de hacer una conversación sana él la acababa con sequedad.
Al menos me dijo su nombre. Gray Fullbuster, el jodido noble que controla cada vampiro de la ciudad.
No creo que a Erza le parezca una buena idea. Pero que se le puede hacer, esto parecía ser la misión definitiva. Un caso de vida y muerte.
–¿Una guerra, eh? –pregunté sin ninguna pizca de gracia.
–Necesito la ayuda de todos. –dijo Gray sentándose frente de mí. –Sé que los vampiros no somos del todo, solidarios con otras criaturas. Pero creo que podemos tragarnos nuestro orgullo por un momento.
–Vaya, eso es lo más inteligente que he escuchado de un vampiro. –dije con un atisbo de sorpresa. –Pero te voy a dar la razón. Esto es malditamente serio.
–Es una lástima que la carta se haya esfumado. –dijo Gray mirando la ceniza en el suelo.
Me encogí de hombros. Tomé el libro y lo guardé en mi bolso.
–¿Te estas robando el libro? –preguntó Gray con incredulidad.
–Sí y tú vas a ayudarme. –dije apuntándolo con mi dedo índice. –Este libro es muy importante. Si los demonios vienen a la tierra querrán este libro y no les voy a dar esa jodida satisfacción.
Después de eso y unos cuantos trucos mentales, salimos del museo sin sospechar de nadie. Debo conseguirme un vampiro personal, puede que sean un poco desagradables, pero sus poderes son muy funcionales, voy admitirlo.
Así que el plan era llevar a este noble arrogante hasta la Base de cazadores, si, una idea fantástica. Lo mataran y a mí me encarcelaran. De puta madre.
–Esto es una locura. –comenté mientras seguíamos en el viaje a Fiore. –Erza te matará antes de que toques el suelo.
–¿Erza Scarlet? –preguntó Gray, curioso. –¿La gran Titania?
–Yep. –asentí sin despegar la vista del camino. –Si es que no está de viaje por negocios. La requieren mucho para demonios de alto rango.
Después de eso, Gray no volvió a pronunciar palabra.
Fue un viaje largo hasta Fiore y uno bastante aburrido. Pero al fin llegamos a Fiore por supuesto. Para llegar a la base todavía teníamos que tomar un barco.
–No puedo creer que vaya a mostrarle a un enemigo la localización de la base. –susurré más para mí misma.
–No te preocupes, no me interesa. –comentó Gray a mi lado.
Si, claro.
Sorprendentemente en el barco, Gray estaba un poco más simpático. Contestaba con más frecuencia mis preguntas y mantenía la conversación, supongo que el aire salado hacia a los vampiros más comunicadores, eso o el whisky que se estaba tomando tenia buenos efectos.
Gray se comportó, raro en un vampiro, me dejó dormir tranquilamente. Claro que no confió en él y me llevé mis armas a la cama por si se atrevía a entrar a mi camarote.
–¡Y aquí estamos! –exclamé, emocionada cuando bajé del barco y toqué la dorada arena de la isla. –¡Ohh~! Se siente bien estar en casa, de nuevo. Vamos, vampiro.
Gray me siguió obedientemente hasta las instalaciones y tal como predije una horda de cazadores le apuntaban con sus armas. Gray no se movió ni un centímetro o hiso una expresión.
Suspiré.
–Ok, Ok, chicos. –dije con tono relajado, restándole importancia a todo este asunto. –Él viene conmigo.
–¿Prisionero? –preguntó uno.
–Nop, es una misión clasificada. –contesté brevemente. –Así que, niñitas, apártense. Necesito hablar con Erza.
Con indecisión y mirándose unos a otros, cumplieron mis órdenes. Con un movimiento de cabeza le indiqué a Gray que me siguiera. La base eran, en su mayoría, pasillos, laboratorios y salones para entrenar. Era en su totalidad construcción, pero también había gran y frondosa selva que cubría gran parte de la isla.
Todo esto financiado por los distintos gobiernos mundiales por un bien común. Exterminación de posibles peligros.
Cuando todo el mundo creía que las criaturas míticas eran solo cuentos de hadas. Luego aparecieron los demonios y con ellos cientos de criaturas que en un principio solo aparecían en libros y series de T.V.
Una locura total. El mundo se puso de cabeza.
Mucha gente murió en toda esa revuelta. Al final se decidieron por construir estas bases "secretas" donde se entrenan a humanos especialmente para eliminar a las criaturas peligrosas.
Esto logró mantener las cosas más o menos bien.
Una vez llegamos a la oficina de Erza, me preparé mentalmente para lo próximo que venía.
–Holaaa~ Erza. –saludé con normalidad.
Erza levantó la mirada de los documentos que estaba leyendo para mirarme y luego mirar a nuestro invitado.
Frunció el ceño y me miró expectante.
–¿Necesito preguntar, Lucy? –preguntó, confundida.
–Es una larga historia. –dije sentándome en una de las sillas de la oficina y Gray se sentó a mi lado. –Y tenemos muuuy graves problemas.
Sorprendentemente, Erza esperó a que yo explicara todo el asunto… y luego me golpeó en la cabeza porque dejé que un noble supiera donde se encontraba nuestra base.
–Lo que me cuentas es muy delicado. –dijo Erza reflexivamente.
–Lo es. –dije sobándome la coronilla por el golpe. –Y parece que necesitaremos mucha ayuda.
–¿Qué significa lo del cielo? –preguntó Erza.
Miré a Gray con la misma pregunta en mi mente.
–Lo que sé es que unos demonios de alto rango atacaron el mítico castillo de Cristal donde vivía la Familia Celestial y donde los demonios salieron victoriosos. –contó Gray con inseguridad. –Pienso que ha eso es a lo que ellos se refieren.
–¿En verdad crees que exista un castillo de cristal? –pregunté con incredulidad.
–Al menos existió. –concordó Gray. –He vivido un largo tiempo.
Entonces el libro si era importante después de todo. Le conté mis avances sobre la investigación del libro y sobre que faltaban páginas importantes de susodicho libro.
–Hablaré con los altos capitanes, entonces. –dijo Erza mirando el libro con atención. –Tendremos que investigar este caso con suma precisión.
–Y pedir ayuda. –concordé. –Mucha ayuda.
Antes de salir a la oficina, Erza me llamó.
–Por cierto, pásate un momento por las afueras. –dijo Erza.
–¿Hmm? ¿Por qué? –dije, confundida.
–Solo hazlo. –dijo Erza restándole importancia.
Sin comprender muy bien a lo que se refería, me dirigí a las afueras con un Gray pensativo siguiéndome muy de cerca.
A pesar de que dijo que no le interesaba, estaba viendo con mucho detenimiento las instalaciones de la base.
–¿Vas a seguirme? –pregunté, interrumpiéndolo.
–No conozco este lugar. –contestó Gray. –Además, no soy estúpido. No me voy a pasear por un lugar desconocido lleno de cazadores.
–Eres listo, herma-¡Agh!
No alcancé a terminar mi frase cuando una fuerza extraña me tumbo al suelo. Intenté levantarme para saber qué carajo me tumbó de esa manera. Ahora mismo nos encontrábamos en las afueras, en la parte de la selva que se utiliza para entrenamiento físico y sobrevivencia.
Un peso extremadamente grande estaba sobre mí, algo húmedo y caliente atacaba mi mejilla. Me estremecí al darme cuenta de que era una lengua y ese peso era el enorme cuerpo de Natsu en forma de lobo.
–Ugh… que asco… ¡Deja de hacer eso! –exclamé enojada.
Pero sin embargo, él seguía sobre mí y su lengua seguía dejando rastro de saliva en mi rostro. De un manotazo en el hocico hice que me dejara de babear.
–Debí haberlo imaginado. –refunfuñé furiosa mientras me levantaba. –Por eso Erza quería que me saliera. Diablos, Natsu, deberías aprender a que echártele a las personas de esa manera no está bien.
–¿Estás bien? –preguntó Gray ayudándome a levantarme.
–Uhm… Gracias. –dije sorprendida por su repentina preocupación. –Estoy bien. Viviré.
Natsu estaba sentado sobre sus patas traseras y tenía las orejas abajo cuando comencé a regañarlo. Esta no era la primera vez que se me tiraba encima en forma de lobo. Adoptó esa horrible manía cuando comenzó a agarrarme confianza.
Natsu dejó su actitud de perrito herido cuando miró a Gray ayudándome a levantarme. El pelaje rojizo tirándole al rosa se le erizó y comenzó a gruñir.
Ah, me lo imaginaba.
Me puse en medio de ambos cuando miré como los ojos de Gray comenzaron a brilla con un poco más de intensidad.
–De acuerdo, relájense. –dije mirando más a Natsu. –No estamos a aquí para pelear. Aún no.
–El cachorrito ha comenzado. –dijo Gray de mala gana.
Natsu gruñó más fuerte y comenzó a acercarse amenazadoramente a Gray. Siempre creí que la rivalidad entre vampiros y hombres lobo era algo estúpido sacado de historias para adolescentes prematuras, y ahora mismo tenia a esas dos criaturas gruñéndose entre sí como si fueran animales.
Ah, uno si lo es.
–Deja ya eso. –dije con tono cansado. Coloqué mi mano en la cabeza de Natsu. –Es suficiente. Quiero creer que tienes muchas cosas que contarme sobre tu viaje ¿Cierto?
Repentinamente y como imagine, Natsu centró su atención de nuevo a mí, Gray dio un paso atrás alejándose un poco. De nuevo, tenía a un lobo moviéndome la cola con entusiasmo.
Era tan tierno cuando no hablaba.
–Vamos, hay que ponerte ropa. –dije mirando a Gray para que me siguiera también.
Será más que complicado mantener a ambos en calma si los dos van a estar siguiéndome. Había olvidado el pequeño detalle de que Natsu no me deja ni respirar. Desde que lo conocí siempre ha sido tan sofocante.
–No comprendo. –dijo Natsu una vez transformado en humano y con ropa puesta. –¿Qué hace un vampiro aquí? ¿Es un prisionero? ¿Lo van a ejecutar? ¿Torturar?
Gray frunció el ceño.
–No, no y no. –contesté sentándome en el escritorio de mi oficina, puse el libro frente a mí. –Nadie va a matar o torturar a nadie… aun.
Natsu se sentó en una de las sillas frente al escritorio y como es común, se inclinó sobre sus codos para estar cerca de mi rostro.
–Entonces, ¿Qué. Hace. Aquí? –preguntó con una mueca de disgusto.
–Lo que haga aquí no debería ser de tu incumbencia. –contestó Gray con brusquedad. –Perro sucio.
–¿Cómo me llamaste, sanguijuela asquerosa? –gruñó Natsu de regreso.
Y aquí vamos de nuevo.
No puedo trabajar en mis investigaciones si es que ellos seguirán peleando por estupideces todo el tiempo. Pero, ¿Qué puedo hacer? No puedo decirle a Gray que se vaya, él no conoce el sitio y estoy seguro de que si alguien ajeno a la situación se entera de que hay vampiro, noble, caminando plácidamente por la base lo primero que harán será encarcelarlo o matarlo.
Lo más lógico sería que Natsu se alejara un poco de mi alrededor. Como si fuera tan fácil. Desde que lo conocí es como si me hubiera condenado a mí misma de una maldición donde no podría tener nunca un día tranquilo. Siempre estaba ahí, junto a mí, siguiéndome como un perro faldero a todas partes.
Suspiré por paciencia.
–Suficiente. Llamaré a Erza. –dije más para mí misma mientras me deslizaba por el escritorio para tomar el teléfono.
–No, no, no, no. Ya me portaré bien. –dijo Natsu rápidamente con el rostro tintado de azul.
Ignoró a Gray y se sentó erguido en la silla frente a mí. Sorprendentemente se quedó en silencio y quieto. Aunque sabía que eso no iba a durar mucho, disfruté los pocos momentos en silencio mientras leía un poco más del libro.
Y… volví a la zona donde faltaba la página. Debe de ser importante, después de esa hoja, lo demás ya no tiene sentido alguno.
Muerdo con nerviosismo la punta de mi dedo pulgar en busca de una posible conexión entre el texto anterior a la página y la página perdida.
¿Un arma? ¿Un gran poder? ¿Un dios? ¿Qué? ¿Qué es lo que volvía a esos seres tan poderosos?
–Me encantaría saber qué es lo que decía esa página. –susurré para mí misma.
–Sigo sin comprender como puedes leer ese idioma perdido con tanta naturalidad. –hablo Gray sacándome de mis pensamientos.
–¡Pff! ¡Idioooota! Lucy es muy inteligente. –refunfuñó Natsu cruzándose de brazos. –Por supuesto que es fácil para ella leer ese idioma.
Gray lo miró de reojo con desagrado.
–¿Idioma perdido? –eso logró tomar mi atención. –Lo comprendo como si estuviera leyendo en español.
–¿Qué?
El sonido de la puerta de la oficina me hiso estremecerme, cerré el libro frente a mí para observar como Erza caminaba con paso decidido y una hoja de papel que bailaba en su mano.
Ese papel solo podía significar cosas malas.
Estrelló la hoja sobre el escritorio rente a mí. La miré, expectante, había un brillo inusual en su mirada y eso me aterraba. Natsu estiró el cuello con curiosidad para leer del papel. Gray se quedó en su lugar frunciendo el ceño con confusión.
–¿Qué es esto? –pregunté indicando el papel con la mirada.
–El maestro Makarov nos ha encomendado una misión especial para buscar a los líderes de los siete reinos. –explicó Erza con ese brillo de emoción en sus ojos. –Al parecer lo de la amenaza demoniaca es verdad. El consejo ha recibido una carta igual hace unas pocas horas.
–¿Qué? –dijo Gray, sorprendido.
–¿Una misión? ¿Siete reinos? ¿Qué? –comencé a parlotear, confundida.
–¡Que genial! ¡Hagámoslo! –exclamó Natsu, emocionado.
Sip… definitivamente el Universo y el Destino estaban en mi contra y en contra de los días tranquilos.
N/A: Es posible que me tarde un poquitín en actualizar esta historia, porque estoy un poco atareada con escribir las demás. :/
O si ustedes prefieren que actualice esta pero no actualice otra o así. No sé. Voy a intentar apresurarme, porque ya voy a entrar a la escuela T-T y eso me va a robar todo mi tiempo.
Pues, díganme que les parece la historia. Y nos vemos en el próximo capítulo.
:'D
Bye, Bye~
