Advertencias: Los personajes de Naruto no me pertenecen. Para despistados es un GaaHina con muy leve NaruSaku, soy muy lenta escribiendo, tanto para actualizar como para el desarrollo de la acción, lamento apelar a vuestra paciencia una vez más.

Notas: Hola! Hace siglos que no me paso por aquí que dudo alguien me recuerde. Lo cual está bien porque el tiempo nos hace cambiar y eso se nota a la hora de escribir. Y sí, esto es algo diferente de lo que antes había hecho, creo, por lo que no hay necesidad de conocerme previamente. Eso sí, aquí no dejo del todo de lado que siempre me haya gustado que Gaara tenga un toque más oscuro, más perverso, en este trabajo no es un detalle tan presente, sino más sutil. Es más, es una historia que la misma Hinata cuenta. También este tiempo ha hecho que me despegue un poco de los personajes, por consiguiente, por favor, cualquier detalle, cualquier queja, cualquier ayuda para que no se vean demasiado separados de su personalidad siempre es más que bienvenida y aceptada, por la historia, por que puedan disfrutarla y, por supuesto, para mejorar. Eso me lleva a advertir sobre el título, creo que sí, que es definitivo pero no me sorprendería que en algún punto lo cambiara, pido disculpas de ante mano.

Respeto a la historia y al capítulo presente es una introducción, de ahí que sea demasiado corto, me esforzaré para que los demás estén entre 2.1-2.7k. No estoy muy segura de las categorías, pero pueden ser las más apropiadas para clasificarlo y aunque aparezcan más personajes, realmente está centrado en los dos de siempre, me lamento por haberlos involucrado desde el inicio pero prefiero mantenerles en un papel secundario que difuminar y mal alargar una historia que medio se sostiene por sí sola con lo que ya tengo. Siento tener que imponer mis limitaciones como juntaletras. Van a tener un desarrollo lento, lo siento, es algo que no puedo evitar. Es más, pensaba que esto iba a ser algo rápido, tres o cuatro capítulos a lo sumo y ya llevo algo más de seis escrito y otros tantos medio perfilados. Ni loca, o eso espero, llegaré a lo de Hijos del desierto pero al menos quiero dedicarle el tiempo necesario para cerrarla lo mejor posible. Sigo en mis AU donde me siento más cómoda y a medida que se vaya trazando la trama creo que será suficiente para entender la situación. No es nada nuevo, es más, en más de un momento me he parado a pensar si no era algo que ya hubiera escrito pero siempre hay una línea invisible que hace de cada fic un algo diferente, espero que mi forma de narrarlo sea lo que difiera este de los demás, y si tengo suerte que eso os guste. No os voy a engañar, a pesar del resumen, bastante general, no hay nada de té hasta el cuarto capítulo.

La razón de volver ha sido doble. Por un lado simple y llanamente que la idea llamó a mi cabeza cuando más ganas tenía de escribir sobre estos dos personajillos; y la segunda que me lleva a publicarlo es que hace un lustro que comencé a maltratarlos (?) y qué mejor forma de celebrarlo. Sí, iba a esperar un poco más para subirlo, pero a veces las cosas suceden por alguna razón y no quiero dejar pasar la oportunidad. Sigo siendo el mismo desastre de siempre, así que, aunque tengo varios capítulos de colchón listos, no tengo terminada la historia con todo lo que ello siempre conlleva. También seré un desastre en las actualizaciones, por ese detalle de no tener nada terminado y de que la vida demanda demasiado tiempo, más vale dejar las cosas claras desde el principio. Aparte de todo ello, espero que guste al menos tanto como a mi estar ideándola y escribiéndola. Muchas gracias por la oportunidad.


El camino del té


1. Solo el tiempo


Cuando Sakura y Naruto empezaron a salir me di cuenta que aquello no fue más que un antojo de niña caprichosa. Aun así, ella tuvo a bien preguntarme antes de aceptar su última declaración. Y también ayudarme a desentrañar mis sentimientos. Ambas habíamos pasado por la misma situación, cada una a su modo, con sus condicionantes propios, pero también era hora de que yo olvidara el primer amor infantil que ocultaba la simple admiración por una persona y buscara mi camino. Su primer consejo fue que no tuviera prisa. Sakura tenía razón, el apoyo y reconocimiento de mis amigos era más importante que obsesionarme por un alguien; y solo de ahí, de ese trabajado respeto, podrían nacer otros sentimientos. Tenía mucho por hacer, en especial cultivarme, aprender y crecer como persona, o en sus palabras ¿cómo iba a pensar en que alguien me quisiera si yo misma no lo hacía? Y, también por consejo suyo, centrarme en el día a día. No podía hundirme, debía ser fuerte, dedicar más tiempo a esos imposibles familiares, o con seguir aquella introspectiva sólo conseguiría que dejara de lado mis funciones. Algo impensable.

Dejé la cucharilla de medidas sobre la zona de trabajo y cerré los ojos. Aspiré, retuve el aire unos segundos antes de poco a poco exhalar.

Abrí de nuevo los ojos y observé cada una de las cajas y ramos de flores secas todavía dispuestos sobre la mesa esperando que empezara a trabajar, sin embargo, esta indisposición espiritual me impedía concentrarme. Sakura, no puedo seguir con mis funciones si no estoy en paz.

Despacio me levanté y avancé hasta la ventana principal de la estancia, instintivamente me abracé y dejé la mirada vagar a través de los colores anaranjados que empezaban a teñir el jardín principal de la casa. El tiempo imparable era el único que no se detenía en nimiedades, los humanos, pasábamos nuestro suspiro de vida demasiado perdidos en nuestros problemas por ese miedo incesante a la muerte. ¿Era esto que sentía la necesidad innata de perderme en mí misma y no aceptar el paso del tiempo? Negué con la cabeza y una leve sonrisa surgió en mis labios sin poder controlarla. Era esa necesidad de vida la que me obligaba a poner todo el orden antes de poder continuar con la vida. Ojalá tener la posibilidad de tener unos instantes sin tiempo, sin constricciones, para pensar y solucionar la realidad antes de poder continuar con el camino. Lo siento, Sakura, pero creo que yo sí necesito hacer introspectiva antes de poder dar otro paso.

No, esto no es sólo algo que incumbe a su relación con Naruto, sino mi posición en esta realidad. Hasta hace apenas unos años mi vida era lo que mi padre dictaba para convertirme en la cabeza de familia, desde entonces hasta ahora era desempeñar esas funciones tal y como se esperaba de mí, excepto una, una que debía ganarme, y ahora… Ahora, es como si me hubieran arrebatado la luz con la que tenuemente iluminaba mis pasos por un sendero oscuro del que ni siquiera esta segura de si era el que quería seguir.

Puede que sí tuviera más relación con Naruto de lo que suponía. Suspiré, estoy sola, puedo admitir todas mis debilidades, todos mis miedos, como que mi mayor interés por él era esa sensación de libertad que desprendía. Naruto era sin lugar a dudas el candidato a marido perfecto en todos los sentidos. Para mi familia porque era de casa noble y tenía un futuro brillante por delante dentro de Konoha; para mí, porque su rebeldía me hacía soñar con que podía incluso liberarme de todas las ataduras que me han impuesto. ¿Quién no puede evitar una breve risa? Sakura, te lo dije, no era más que un capricho; y tú me lo aconsejaste, yo debía convertirme en mi propia luz. Miré mis manos, ¿podría?

No soy tan egoísta como para anteponer mi felicidad a la de los demás; sin contar que sé que son amigos y siempre estarán ahí para ayudarme cuando lo necesite. Sin embargo, niego levemente, fuera de esta habitación, fuera de las normas familiares no sé qué hay para mí. Sé cuáles son mis funciones, llevo desempeñándolas perfectamente desde la muerte de mi madre; y sé qué se espera de mí, aunque ahora mismo no sé si seré capaz de conseguirlo. Llevo la casa, llevo la escuela de té, sigo la investigación en medicinas, mantengo el honor de mi apellido; pero mi familia también exige traer un marido a la familia. Sonrío, eso es lo que Sakura me dijo que no hiciera: dejar de pensar, dejar de buscar en el negro del futuro, seguir paso a paso; pero ¿hasta cuándo podrán soportar mis piernas un camino entre la niebla que parece no acabar?

Sí. Siempre hay una opción egoísta, pero mi propia naturaleza me obliga a desecharla. Mi hermana pequeña podría hacerse cargo de todo esto y yo volar en paz más allá de esta familia; pero es imposible, prefiero que ella sea quién vuele, quién pueda ser feliz y descubrir su camino verdadero, sé que mi madre así lo hubiera querido. Además, no evito la sonrisa volviendo la mirada hacia el paisaje otoñal, no tiene la paciencia necesaria para tomar las riendas de la escuela. Me han enseñado a esperar que las soluciones se presenten en el momento oportuno, y sin embargo, ahora no tenía nada a lo que aferrarme para afrontar esa espera.

Sí, doy por imposible terminar las medicinas que me habían encargado para esa mañana, además que pronto vendrán a servirme el té. Vuelvo a mi sitio y respiro, de nuevo observo la mesa y cierro los ojos. Puntual, como espero, me avisan antes de entrar en la estancia.

–Adelante. –Espero a que haya terminado de servir el té antes de levantarme hacia la mesa auxiliar dónde me aguardaba humeante y noto un sobre.

–La señorita Haruno me pidió que se la entregara lo antes posible –explica sin necesidad de preguntas. –Con permiso.

Espero que se retire antes de tomarlo. En seguida noto que el papel no es el que siempre usa Sakura, es más, es un sobre timbrado del ejército. El pulso me tiembla durante un instante. No, era imposible que hubiera usado algún papel de Naruto para algo personal, por lo que fuera cual fuese el contenido de aquella misiva, no me iba a gustar, pero ¿qué posibilidad tendría de esquivar una orden oficial?


...


Si os apetece, no os olvidéis que podéis comentar, poner en favoritos/alert y todas esas cosas que me hacen sonrojar y que agradeceré hasta la eternidad.

También acepto amenazas, pero sólo si están recubiertas de chocolate :3

¡Muchísimas gracias por leer!

PL.