Secuela de Sakura Sakura

Por fin me decidí a hacer una secuela (cosa que nunca hago) aunque haya pasado mucho tiempo, pero es que estuve mucho tiempo alejada de la escritura en general, en el último año pasé por el infierno pero logré volver como el ave fénix y me di cuenta de quien realmente soy.

Los personajes de no me pertenecen...


Era casi el final del verano, lo que se traducía en el final de las vacaciones. El sonido de los insectos, el aroma del pasto mecido por el cálido viento y la luz del ardiente sol filtrándose a través de las hojas de los árboles constituían un escenario idílico en Iwatobi, excepto que la temperatura bordeaba los 40°C mientras Haruka y Makoto arrastraban las maletas escaleras arriba luchando contra el insoportable calor y tratando de llegar a sus respectivas casas, como si el viaje desde Tokyo no hubiese lo suficientemente agotador; el sudor hacía que la ropa se les pegara a la piel al igual que el cabello en la parte posterior del cuello.

Llegaron al punto en el cual debían separarse para llegar cada quien al hogar de sus familias, el futuro entrenador de natación aspiró el aire con fuerza y se quedó mirando a su novio antes de hablar.

Nos vemos más tarde – agarró su maleta con fuerza - seguramente mis padres quieran que nos acompañes a cenar y mis hermanos quieran verte…- quería agarrarlo de la mano o besarlo con sutileza, pero esto no era la gran ciudad donde podrían pasar desapercibidos como la mayoría de veces – nos vemos. – En un pequeño arranque de ansiedad y adrenalina comenzó a trotar escalas arriba con la pesada maleta. Aún se sentía mal puesto que sus padres no sabían de su relación con Haruka ni la verdadera razón por lo cual ahora vivían en el mismo apartamento, lo único que sabían era que ahora vivían juntos para ahorrar gastos de alquiler. Todo había sido muy rápido, un día estaba en el parque confesándole cuanto le quería, al momento siguiente estaban durmiendo en la misma cama, una semana después se besaban y 2 meses más tarde ya vivían juntos. Sin embargo, aún no cruzaban la última línea de la intimidad, eso era infinitamente más complicado...

- ¡Hermano! – gritaron las vocecillas al unísono mientras dos chiquillos se estrellaban contra él, soltó la maleta y se agachó para abrazarlos. Los había extrañado cada día que había permanecido Tokyo y aunque los había visto dos meses atrás, no pudo evitar que una pequeña lágrima de felicidad se le escapara por la esquina del ojo, era tan terriblemente sentimental que a veces se lo recriminaba mentalmente.

La bienvenida fue tremendamente cálida como esperaba, sus padres atesoraban el hecho de que estuviese de nuevo en casa y sus hermanos no se despegaban de él un solo segundo mientras lo atiborraban de preguntas sobre la Universidad y Tokyo. Estaba complacido con el hecho de que los gemelos eran ahora más independientes en su vida diaria luego de su mudanza hacía más de 8 meses. Hacia el final de la tarde sus hermanos preparaban la comida con su madre mientras él se daba una merecida ducha y su padre invitaba a la familia Nanase para una cena memorable. Makoto terminó de tomar la ducha y se sentía aliviado de no tener la piel pegajosa y salobre. Sintió unos golpes en la puerta de su habitual cuarto, "Adelante" murmuró mientras se secaba el cabello, era su padre con una expresión amigable en el rostro.

-¿Hijo podemos hablar un rato? Ha pasado un buen tiempo desde que conversamos.

- ummm, claro, papá- se sentó en la cama y su padre lo imitó – sobre qué…

- ¿cómo te va en Tokyo? ¿Todo está bien? ¿la universidad?

- Todo perfectamente, me he acostumbrado bien a la ciudad. La universidad va de maravilla, aunque es trabajoso.

- ¿y en casa?

- Ahora que he recortado gastos de la renta puedo darme algunos lujos de vez en cuando, además con el trabajo de medio tiempo como asesor de nado en la piscina local me va muy bien – sonrió – Haru me ayuda con los gastos y siempre nos hemos llevado muy bien así que virtualmente todo está perfecto. – Makoto respondió con naturalidad y su padre pensativo se cruzó de brazos.

- ¿Y…ya has conocido, ya sabes, alguna chica especial? – le preguntó con tono confidencial y Makoto se sobresaltó, sabía que esto pasaría, pero no estaba preparado. Miró al piso haciendo un sonido algo contenido - ¿Eso es un sí o un no?

- ¿Estamos en interrogatorio? – murmuró mirándose las manos. Su padre era suspicaz, su expresión amable por naturaleza no le quitaba sagacidad, él era su hijo mayor por ende a veces ocupaba toda su atención. Para nadie era un secreto que Makoto nunca había llevado a casa a ninguna chica para presentarla como su novia, nunca le había pedido consejos a su progenitor sobre los asuntos del corazón sabiendo que siempre le había brindado confianza incondicional. Podía ver la incomodidad en las facciones de su hijo, algo ocurría y obviamente no quería revelárselo.

- No – pausó – En ningún momento quise que pareciera un interrogatorio. Sólo trato de charlar un rato, pero claramente la pregunta no es la adecuada – Makoto se encogió de hombros casi como si quisiera salir corriendo de allí. Su hijo ya estaba bien entrado en la edad de ir alborotando algunas faldas aquí y allá, él recordaba que así había sido su juventud, aunque obviamente cada persona es diferente. -¿Ni una que te guste? - Makoto derrotado negó con la cabeza – Ya ocurrirá a su debido tiempo, no hay prisa – la sonrisa volvió a los labios de la figura paternal – He estado hablando con tu madre, ella se preocupa mucho por ti. Quería que te diera la famosa "charla" otra vez, aunque creo que no es necesario, pero compró esto para que te lo entregara – sacó varios preservativos del bolsillo del pantalón y los dejó sobre la cama – No me perdonaría si no lo hago – se rió mientras a Makoto se le sonrojaban hasta las orejas, estaba mudo. – Basta de interrogatorios. – se paró de la cama – te esperamos abajo para la cena, vienen los Nanase. Espero mucho poder saludar a Haruka.

- ok – fue lo único que murmuró el nadador mientras su padre salía del cuarto, su mirada se posó sobre los pequeños cuadrados brillantes e intimidantes que había sobre la cama. Si, ya los había examinado en años anteriores, ya conocía la forma de usarlos y todo lo referente a ello, pero por el momento no parecía que fuera a utilizarlos. Amaba demasiado a Haruka, a la par que lo deseaba como era natural. Cada vez que recordaba a Haru en la ducha o aquella libidinosa imagen de Haru gimiendo cuando se proporcionaba placer, se le erizaba la piel. Pero era complejo en cuanto todavía habían sentimientos y sensaciones nuevas por asimilar y sentía que no podía con todas. En la actualidad la intimidad solo se limitaba a ver una película erótica juntos, sentarse, disfrutarla, complacerse sin decir una sola palabra, simplemente echarse miradas de vez en cuando y terminar la pequeña sesión sin más. A veces habían besos apasionados, robados, secretos, indiscretos, cargados de todo lo que no eran capaz de expresarse o en su defecto hacerse; esto iba a tomar tiempo...

- ¡Makoto! – oyó a su madre gritar - ¡La cena!


Agradezco que lo hayan leído, aprecio mucho los comentarios que puedan dejarme, respondo cualquier duda que tengan y amo las sugerencias. Ya voy escribiendo el cap 2 :3