DISCLAIMER: Naruto y sus personajes NO son de mi propiedad, son propiedad de Masashi Kishimoto.

ADVERTENCIA: AU, posible OoC, contiene algo de violencia que puede llegar a ser sensible para algunos, muerte de un personaje, lemmon.

Fic de regalo para Juls Noom por ser el post número 20000 del foro "La aldea oculta entre las hojas", espero que te guste, le hice con mucho cariño.


MARIONETA

Capítulo 1

Entrevista

.:.:.:Cielo estrellado:.:.:.


Los ruidos de los carros invadían la cuidad de Tokio, la noche dominaba ahora, acompañado con un manto de estrellas y la luna llena mostrando su gran resplandor. En el departamento de policías, una chica con cabellos rosados se maquillaba, se pintaba en los labios con aquel nuevo lápiz labial color rojo intenso. Dio unos cuantos saltos sin importarle de tener zapatillas, la culpa la tenía su gran emoción, una entrevista con uno de los detectives más conocidos—y guapos— de toda la capital hacía que se comportara así.

Por otro lado, un chico rubio intentaba desesperadamente arreglar la cámara. Tanto la chica como el chico se conocían a la perfección, y sabía que si no preparaba la cámara, lo iba a matar sin piedad alguna.

¿Y el detective? Bueno, él se perdía mirando a los mosquitos dando vueltas al foco, como si el foco fuera un atrayente imán para esos insectos. Lo único que quería, era estar con sus compañeros de trabajo y embriagarse al punto de estar tirado en el bar, aunque su familia lo regañaría sin duda alguna.

El límite de la chica llegó, guardó todo su equipaje de belleza y se preparó.

— ¡Naruto idiota!—lo regañaba Sakura Haruno, una de los reportistas más importantes y famosas en todo Japón por sus reportes fuera de lo común, más que nada consistía casos criminales más perversos en todo el país—. ¡Apúrate! El detective no tiene todo el tiempo.

—Ya voy Sakura-chan—dijo Naruto preparando su cámara para grabar la entrevista, una vez que terminó, encendió la cámara, apuntando las dos personas presente, Sakura y el detective—. ¡Ya está, ttebayo!

—Bien, ahora si podemos hacer la entrevista—aclaró la peli rosa, apretando los puños por la emoción. ¡Todo esto la emocionaba al máximo!—. ¿Listo señor detective?

—Pues…—suspiró de cansancio—. No tengo otra alternativa, por cierto, puedes llamarme solo Itachi.

—…—Sakura solo movía la cabeza en forma de desaprobación—. Llamarle solo «Itachi» es una falta de respeto al resolver uno de los casos más impactantes de todo Tokio y detener con gran valentía al perverso que hizo ese crimen tal atroz.

—Está bien—dijo con rendición Itachi, viendo como Sakura presionaba a su compañero de equipo y amenazarlo con darle un buen golpe si comete una estupidez. Itachi sentía lástima por Naruto, podría ver que es una buena persona—. Pero por lo menos quítale el señor, por favor.

—Entendido detective Itachi, ¿listo?

—Sí.

— ¡Bien, comencemos!—anunció con ánimos Haruno tomando el micrófono, a pesar del buen ambiente en donde habitaba la oficina del detective Itachi, le gustaría que el Uchiha estuviera feliz, o por lo menos que la seriedad disminuyera—. ¡Hola de nuevo! Soy Sakura Haruno y vengo con otro interesante reportaje. Esta noche nos acompaña uno de los mejores detectives de todo el país, Itachi Uchiha. Un gusto conocerlo detective Itachi.

—Igual es un gusto conocerla reportera Sakura—dijo con un poco de mal humor Itachi, intentando controlarse y no largarse de una buena vez de esa estupidez.

—Usted resolvió el caso del marionetista Sasori, ¿verdad?

—Sí, por desgracia sí.

— ¿Y por qué por desgracia?—preguntó confundida Sakura, realmente confundida. Ella creyó que Itachi estaría muy orgullo de resolverlo y no lo contrario—. No lo entiendo, si yo estuviera en su lugar, estaría muy contenta.

—Bueno, yo conocí a Sasori, era un viejo amigo.

— ¡Oh! En serio no sabía eso—confesó Haruno, intentando en vano ocultar su entusiasmo. ¡Un detective deteniendo a su amigo! ¡Toda una noticia! Algo totalmente original—. ¡Cuéntanos todos! ¿Quién fue Sasori? ¿Quién fue la desafortunada víctima? ¿Y cuáles fueron sus declaraciones? ¡Todo!

—Bien—aclaró un poco la garganta el Uchiha, este día sería demasiado largo—. Voy a empezar desde quien era Sasori…, él fue un chico normal, cualquier persona con una mente libre… Puntual, callado, no hablaba mucho, solo unas cuantas palabras y ya. A él le encantaba las marionetas, coleccionaba toda clase de ellas, de las normales hasta las más extrañas y, se podría decir, las más terroríficas.

—Entonces…—interrumpió Sakura el relato del detective, cosa que Itachi no le importó en lo más mínimo—. ¿Se podría decir que en eso se inspiró el asesino? ¿De sus marionetas?

—Una parte, Sasori decía que el arte era la eternidad, por eso le fascinaban las marionetas, las marionetas no se pudren a diferencia de los humanos. Siempre decía «El arte es eterno», algo raro en mi opinión.

— ¡Increíble!—gritó con alegría Sakura sin importarle dejar casi sordos a Naruto y a Itachi, dando unos cuantos aplausos por el mismo sentimiento—. ¡Más! Cuéntenos por favor sobre la víctima.

—Bien… Hinata Hyuga, una chica dulce y de noble corazón. Parecía una muñeca de porcelana, que si la tocas, se rompería fácilmente. Hija de un importante empresario, tenía un hermana y un primo, un poco mayor que ella—tomó un pequeño respiro, no le agradaban mucho los reporteros, sus grandes mayores de cabeza—. Igual la conocí.

— ¿En serio? ¿Cómo la conoció?—interrogó la peli rosa, acercando más al micrófono en los labios de Itachi, apunto de entrar el objeto a su boca.

—Pues…—frunció los labios, agarró el micrófono y lo alejó de sus labios. No quería comer un micrófono, ya había cenado—. Ella era amiga de mi hermano menor, según mi hermano, le caía bien. Un día la conocí y me pareció agradable, tanto que me pareció injusto lo que le sucedió. Por desgracia, Sasori la conoció ese mismo día.

— ¡Dios! Realmente espectacular.

—No tanto—aclaró Itachi con sinceridad, dejando boca abierta y con los ojos cuadrados a la entrevistadora—. Desde día Sasori comenzó a actuar raro, demasiado. Ya no platicaba conmigo o con otros amigos, solo con sus marionetas. Entonces, un día como cualquiera de trabajo, me dieron un caso y…

—El asesinato de Hinata Hyuga, ¿verdad?—completó Haruno con seriedad, la entrevista le encantaba pero igual debía de controlarse un poco.

—Efectivamente, ver los restos de la pobre chica… Es algo indescriptible. Largas semanas de investigación me llevó directo con Sasori, al principio no podría creerlo, pero él mismo me confesó su crimen.

—Ya veo… Y… ¿el criminal te dijo como mató a la víctima?

—Sí, lamentablemente. Escucha bien señorita Sakura, está historia es demasiado cruel que solo una vez lo diré—advirtió el pelinegro, clavando la seriedad en los ojos verdes de Sakura y haciendo entender con facilidad sus palabras. Sakura traga duro, asustándose un poco, sin embargo toma valentía y acepta.

—Me contó todo en cuando lo interrogue…

.

.

.

.

La puerta de la vieja sala de interrogatorio se abrió, el detective Itachi entró con tranquilidad, sosteniendo algunos documentos valiosos para su caso. Se dirigió a la mesa, tomó la silla y se sentó con seriedad. Clavó los ojos del criminal, intentando provocar miedo, pero provocó una reacción diferente a su acompañante.

— ¡Vaya!—exclamó con sorpresa y alivio un pelirrojo con una sonrisa arrogante, que cualquiera que pudiera verla se hartaría en miserables segundos—. Tal puntal como siempre, Itachi. Eso lo que me agrada de ti.

— ¡Basta de decir estupideces, Sasori! —Sentenció Itachi, mostrándole a su ex-amigo las fotos de los restos de la víctima, Sasori soltó unas cuantas carcajadas, disfrutando su asesinato como si fuera un trofeo —. ¿Por qué lo hiciste Sasori?

—…

— ¡¿Por qué?!

—Pues…—comenzó a declararse sin dejar de ver las fotos, como si tratara de a una hermosa mujer en frente de él, cautivándole completamente por su belleza—. Lo hice por mí arte, la vejez arruinaría a la chica y yo no podía impedirlo. No me arrepiento. ¡Jamás lo haré!

—No logro entenderte. Quiero saber cómo la mataste, Sasori… ¡Y ahora!

—Sabes, a veces un mago tiene semejanzas con un artista—aclaró Sasori, suspirando un poco de fatiga. Bostezó y siguió con su explicación—. Un verdadero mago nunca revela sus secretos, al igual que un artista, ya que perdería el toque con sus obras al igual que un mago con su acto de magia.

Itachi frunció el ceño, bastante molesto por la declaración de su ex-amigo. Se preguntaba por qué no quiere declarar sobre cómo mató a Hinata, ya no tenía sentido ocultarlo, de todas formas Sasori iría a la cárcel y estaría por muchos años. ¡Que estupidez! Tronó los dedos, bastante concentrado en sacarle toda la información posible. Luego Sasori dijo algo que lo impresionó.

—Pero como soy un buen amigo, te lo diré.

—Adelante.

—Bien, secuéstrala no fue difícil…

.

.

.

.

…. Cuando tu vida es un poco solitaria es sencillo, un papá que parece que su trabaja es su casa, una mamá fallecida y una hermana menor que está en la escuela, no es de nada sorpresivo. La até en una cama cualquiera, cuando ella despertó me suplicó que la dejara ir, sus palabras fue algo así.

— ¡Déjame ir, por favor! ¡No me hagas daño!—gritó con un mar de lágrimas, moviendo su torso desesperadamente, intentando inútilmente huir del lugar—. ¡No me hagas daño!

Le acaricié su cabello con suavidad, intentando tranquilizarla, de todas formas apenas era el comienzo. Con tranquilidad tomé unas tijeras, abría, cerraba, abría y cerraba. La respiración de Hinata se aceleró, abría las tijeras, tomé sus mejillas y las corte en medio.

Los gritos de horror de la chica se esparcieron del lugar, expulsando el dolor e intentando de pedir ayuda. La sangre salió sin control, llegando hacia su cuello. Cada vez las lágrimas salían sin parar, me acerque y lamí desde su ojo hasta su frente. Hinata sentía repugnancia por mi acto y no me importó.

Luego dejé las tijeras ensangrentadas en aquel recipiente para las operaciones, tomé una de mis favoritas herramientas, un serrucho. Acerque peligrosamente la hoja en su sueva y blanca piel de la chica, entonces la comencé a cortar en el antebrazo. Primero fue la piel, luego los músculos y al final el maldito hueso; vi la sangre derramada en la hoja de la herramienta, la sangre saliendo lentamente de su cuerpo.

Cuando menos me di cuenta, le había cortado por completo el antebrazo. Ella gemía del dolor, sin dejar de derramar esa agua salada de sus bellos ojos. Admiraba aquel líquido carmesí… ¡Estaba como un imbécil! De nuevo tomé la herramienta y esta vez fue en el otro antebrazo, cada corte fue más fuerte y rápido. No podía controlarme, hacer esto me empezaba a excitarme sin duda.

Después de esto no sabía bien que me pasaba, una mezcla de emociones dominaba mi interior, estaba feliz, luego triste, enojado, calmado… Y un instinto animal me intentaba dominar, coloque mi mano sobre la sien, tratando de tranquilizarme.

Mi respiración se entrecortaba, el corazón se me aceleró.

¿Por qué lo hice? ¿Por qué hago esto? Yo… Yo… Yo…

¡Yo quiero demostrar el verdadero arte! ¡Todos lo conocerán! ¡Yo…! ¡Yo…!

— ¡Aahh!—gritó con miedo Hinata, sintiendo el gran dolor de sus grandes pérdidas. Negaba la cabeza, buscando una miseria y pequeña piedad.

—Lo siento—eso aclaré con sinceridad y tranquilidad, la peli morada lloró más, ojos se pusieron rojos del llanto—. Pero alégrate, serás mi grande obra.

Entonces, le destroce por completo su vestido con la ayuda de sus tijeras, un vestido simple, de color azul turquesa, tenía muy buen gusto. Luego la miré unos segundos, debía admitir que poseía un gran cuerpo, unos grandes senos que eran imposibles no verlas.

Tomé un cuchillo y sin piedad se lo clave en su abdomen. Lo abrí con lentitud, tomé las dos partes de carne y los reparé; sentí como la sangre me cubría las manos, y cada acto que hacía… Era tan emocionante, no tenía muchas palabras en esos momentos.

Arranque de su frágil cuerpo sus intestinos con ayuda del cuchillo, luego algunos órganos más como el hígado, riñones, estomago, páncreas, cada uno desesperadamente, aventándolos en el sucio suelo. Los ojos de la chica poco a poco se cerraban, el brillo de sus ojos estaba a punto de desaparecer, su respiración lenta hasta dejar de hacerlo y sus ojos perla estáticos, viendo su última escena de muerte.

Solté el cuchillo, sentí en mis mejillas las gotas de sangre pegadas. Me apoyé en la pared, y lo único que pude hacer es reírme. Reírme como maldito loco, siempre me pregunte que se sentiría matar a alguien y he comprobado que… ¡Es tan genial! ¿Por qué no lo hice antes?

Pasaron horas y horas, pero finalmente lo logré.

Mi obra maestra.

Poner los brazos y piernas de madera, quitar todos sus órganos interiores e incluso le quite sus órganos sexuales. Si, como lo has escuchado, le quite su vagina, útero, las trompas de Falopio, ovarios y otros. No, no llegue a violarla, de todas formas soy respetuoso.

Su cara de princesa por siempre estará, le cosí el abdomen y las mejillas, solo que en el caso de las mejillas no estaba de nuevo unidas por el hilo, lo suficiente para moverlo con facilidad. Le clave en la espalda algunos ganchos, en la nuca, los até a unos lazos y la colgué en el techo.

Mi propia marioneta humana, una verdadera obra de arte.

¡Aprecien mi arte!

— ¿Y bien Itachi? ¿Qué te parece mi obra de arte?—le preguntó Sasori muy emocionado, orgulloso de su relato—. Se sinceró Itachi… No quiero mentiras.

Itachi se quedó estático por el relato de su loco ex-amigo, tomó una gran bocanada de aire y dijo con sinceridad:

—Es una verdadera porquería.

Con rapidez sintió el Uchiha un golpe en la mejilla, cayéndose de su asiento. Intentó levantarse pero unas manos le apretaban el cuello, impidiéndole respirar. Sasori lo intentaba matar, sus ojos ya no eran lo mismo, su rostro tampoco. Intentó golpearlo o separar las manos de Sasori en su cuello, pero la falta de oxígeno en sus pulmones lo desorientaba, empezó a marearse y al no escuchar la voz de Sasori.

No sabía con exactitud el tiempo, sin embargo fue lo suficiente para que los compañeros del detective los separaran. Cuando lo hicieron, Itachi tosió y respiró con desesperación, unos segundos más y hubiera muerto.

— ¡Escúchame bien Itachi!—exclamó el pelirrojo, intentando de zafarse con angustia del agarre de la policía—. ¡El arte es eterno! ¡Yo le hice un favor a esa maldita mocosa! ¡Yo soy un maldito artista! ¡Te arrepentirás de haber dicho eso Uchiha!

Y esas fueron sus últimas palabras, su último testamento, antes de ahorcarse en la cárcel.

.

.

.

.

Un intenso silencio incomodo se apoderó, Sakura no dejaba de temblar. Inhaló y exhaló un par de veces, pensó en cosas bonitas y no en el cadáver de la chica. Cerró los ojos para meditar, luego los abrió, logrando tranquilizarse un poco.

—Bueno, eso es todo por hoy amigos. Gracias por la entrevista detective Itachi—afirmó la Haruno volviendo a su linda sonrisa de reportera.

—Gracias a ti, señorita Sakura.

—Y… ¡Corte!


¡Hola!

Espero que les haya gustado mucho la historia y más a ti Juls-san.

La verdad no soy buena con este tipo de fics, aunque me gustan mucho.

Es mi primer intento XD.

¿Esto se clasifica en M? Digo, porque hay personas sensibles a este tipo de historias. Ojalá me lo aclaren.

Bueno, nos vemos.

Gracias por leer