Despertó sobresaltada.

Un relámpago rompe el silencio de la noche. La lluvia golpetea sobre el cristal, las gotas se comienzan. Soltó un suspiro de alivio. Solo era la lluvia.

Las sombras formaban figuras deformes y aterradoras. El sonido de pesadas y largas cadenas siendo arrastradas comienzan a escucharse. Una figura se encuentra frente a la ventana, dos bolas negras y brillantes le miran fijamente, garras chocan sobre el cristal. La muerte en una noche tranquila.

La sangre hormigueaba en las venas. Ardientes brasas.

La gran figura suelta un fuerte ladrido, su pata impacta con fuerza sobre el cristal como queriendo romperlo para poder entrar.

— ¿He?, ¿Peach? —se acerca a la ventana con pasos rápidos—. ¿Qué haces ahí pequeño?

De repente una silueta aparece rápidamente sobre la ventana, provocándole un sobresalto. Un grito sale de su garganta.

—Tranquila Kaoru, tranquila, soy yo —una voz varonil se hace escuchar por sobre la lluvia.

— ¿Qué haces ahí afuera con esta lluvia Butch? —preguntó recuperándose del susto.

—El perro se había escapado, solo he salido por él —explicó sonriendo con burla—. ¿Te e asustado Kaoru?

La ventana cerrada y el líquido caliente que corre por su entrepierna, le dice que el charco en el que está parada y moja sus desnudos pies, no es el agua de la lluvia.

Condenado Butch. Esto lo pagaría muy caro.