El departamento era espacioso, ordenado y... frío. Al menos así lo veía Eren. El ojiverde se encontraba sentado en el marco de la ventana, tenía una gran vista desde donde podía ver como la lluvia golpeaba la ciudad. Pensaba ensimismado en la nada.
Que deliciosas gotas de agua deslizaban por el cristal, el aire frío, la esencia de la humedad, el aroma a tierra mojada, millones de gotas fundiéndose intensamente, creando un sonido tan familiar.
Era muy reconfortante.
Eren se recostó en sus brazos, sobre sus rodillas. Se abrazó a ellas cerrando los ojos. Se concentró una vez más en esas diminutas partículas de agua, precipitando, golpeando suavemente la calle, indistinguible una de otra. Se dejó arrullar por ese sonido algunos minutos, librando su mente de los pensamientos.
Lentamente abrió los ojos y se encontró de nuevo y como si no lo esperara en su apartamento. El cual era bastante espacioso y vacío, sólo tenía en él unas cuantas cosas suyas que le eran necesarias. El diseño con enormes ventanales le gustaba. A veces se sentía asfixiado por la sensación de soledad que producía un lugar tan grande, pero simplemente se dejaba arrastrar por ese sentimiento. Se sentía a gusto entre las paredes.
La intensidad de la lluvia aumentó y el agua escurría de manera excesiva por las ventanas, formando una cortina líquida de varios milímetros de grosor. Su momento era él, el departamento y la protectora lluvia.
Decidió salir a observarla más de cerca, quería sentir la frescura del agua directamente.
Cuando salió de su departamento, notó la presencia de alguien más en el departamento de enfrente. Esa persona se disponía a entrar cuando entonces también lo notó.
Los ojos del castaño enfocaron curiosos al extraño de pie que le observaba de vuelta con expresión molesta.
El castaño olvidó por un momento que estaba haciendo ahí.
Levi desvió la vista y soltó
-Tsk, mocoso.
Y entró a su departamento, desapareciendo.
Eren se encontraba ligeramente perdido. "Probablemente sea el nuevo vecino" pensó, y le restó importancia.
Salió del edificio y se olvidó de todo cuando las gotas empezaron a caer sobre él.
